Читать книгу ¿Cómo y para qué se elabora una teoría del caso? - Yesid Reyes Alvarado - Страница 7
ARGUMENTOS, HISTORIAS Y EVIDENCIA: PREGUNTAS CRÍTICAS PARA LA DETERMINACIÓN DE LOS HECHOS EN LITIGIO *
ОглавлениеFLORIS BEX** Y BART VERHEIJ***
INTRODUCCIÓN
En este ensayo exploramos preguntas críticas para el proceso de razonamiento sobre hechos y evidencia en casos penales1. En la literatura especializada se encuentran, esencialmente, dos explicaciones de este tipo de razonamiento: la aproximación argumentativa y la narrativa. Desde el punto de vista argumentativo (o que se basa en argumentos), los hechos deben ser soportados por evidencia. La pregunta clave para el enfoque argumentativo es qué tipo de razones pueden soportar qué tipo de conclusiones y bajo qué circunstancias (la búsqueda de garantías y esquemas argumentativos; cfr. Toulmin, 1958; Walton et al., 2008), y adicionalmente, cómo lidiar con conflictos entre razones y las excepciones a estas (la argumentación derrotable; cfr. Loui, 1995). El enfoque argumentativo de la construcción de los hechos en el derecho se basa en la teoría de John Henry Wigmore (1931), quien diseñó cadenas de evidencia anticipándose a muchos desarrollos posteriores (Anderson et al., 2005). Esta perspectiva ha sido explorada por Walton (2002) y Bex et al. (2003), quienes proponen y analizan numerosos esquemas argumentativos que pueden ser usados para razonar de la evidencia a los hechos.
La segunda perspectiva de la determinación racional de los hechos implica la presentación de los hechos como narrativas o historias –descripciones coherentes de lo que pudo haber pasado– que explican causalmente tanta evidencia del caso como sea posible. En un caso penal, una narrativa típicamente incluye los eventos del crimen (p. ej., a la víctima le dispararon), información sobre las intenciones del criminal (p. ej., venganza) y las consecuencias del crimen (p. ej., un cuerpo humano sin vida). Las preguntas críticas para la aproximación narrativa incluyen cómo determinar la coherencia y calidad de las historias (la búsqueda de un criterio de plausibilidad), cuándo creer en una historia (el asunto de la justificación respecto de la creencia en una historia) y cómo escoger entre historias alternativas (el reto de la comparación entre historias). El modelo de las historias ha sido entendido como un modelo cognitivo de decisión racional (Pennington y Hastie, 1993; Wagenaar et al., 1993) y como un modelo más analítico de inferencia de la mejor explicación, en filosofía y filosofía del derecho (Josephson, 2002; Thagard, 2004; Pardo y Allen, 2007). Aunque el enfoque narrativo no tiene tanta acogida en la literatura sobre argumentación, en este ensayo mostraremos la estrecha analogía que se puede crear entre los patrones de la argumentación, llamados esquemas argumentativos (Walton et al., 2008), y los patrones del enfoque narrativo, que nosotros llamamos esquemas narrativos (Bex, 2009). Estos esquemas narrativos les dan soporte a algunas historias determinadas, en el mismo sentido que los esquemas argumentativos les dan soporte a algunos argumentos particulares. Adicionalmente, los esquemas narrativos permiten la creación de preguntas críticas específicas, de la misma forma como lo hacen los esquemas argumentativos.
Desde nuestro punto de vista, ni un modelo exclusivamente basado en la argumentación, ni uno exclusivamente basado en las narrativas, le hace justicia a todos los mecanismos que son usados y reconocidos por los investigadores y los tomadores de decisiones en el derecho. En lugar de ello, sería preferible una teoría híbrida en la que se combinen argumentos y narrativas de forma intercambiable (Bex et al., 2007; Bex et al., 2010; Bex, 2011). En este ensayo exploraremos esta teoría híbrida de una forma semiformal (en oposición a su presentación desde la lógica formal de Bex et al., 2010), centrándonos en los tipos de esquemas usados por los razonamientos argumentativo y narrativo. También presentaremos una serie de preguntas críticas de Bex y Verheij (2009)2 que hacen explícitas típicas fuentes de duda en un caso híbrido, de la misma forma que las preguntas críticas de los esquemas argumentativos hacen ostensibles dudas específicas en procesos de inferencia individualmente considerados. Estas preguntas críticas se usarán para analizar el veredicto del caso de Nadia van der V.3. Según este, Nadia fue asesinada en su casa de varios disparos. Su arrendador, Pascal F., fue considerado como el primer sospechoso. Él fue visto dejando la ciudad en el carro de Nadia y no fue encontrado sino hasta avanzado el año siguiente al asesinato. Cuando Pascal fue arrestado, se le acusó de homicidio y se le declaró culpable en los tribunales de primera instancia y de apelación.
1. UNA TEORÍA HÍBRIDA DE ARGUMENTACIÓN Y NARRATIVAS
En esta parte, presentaremos las teorías argumentativa y narrativa, antes de proponer nuestra teoría híbrida. Nuestra presentación también se centrará en el uso de varios tipos de conocimiento del sentido común, expresados como esquemas. El razonamiento con la evidencia envuelve una gran cantidad de conocimiento del sentido común sobre el mundo que nos rodea, conocimiento que nos permite asumir o inferir nueva información, en la medida en que es requerida en el contexto, en una forma segura. En este ensayo mostraremos que, desde el punto de vista de la teoría de la argumentación, el conocimiento del sentido común muchas veces tiene la forma de los esquemas argumentativos (Walton et al., 2008), patrones generales de argumentación que funcionan como fundamento para argumentos particulares. En el enfoque narrativo este conocimiento toma la forma de un escenario general que puede ser visto como un esquema narrativo (Bex, 2009), un patrón general de un evento que funciona como soporte para una historia específica.
1.1. El enfoque argumentativo
En el enfoque argumentativo, los argumentos son construidos al transitar diferentes pasos de razonamiento, empezando con una o varias piezas de evidencia y razonando hacia la conclusión, los hechos en litigio en el caso. Los pasos del razonamiento en estos argumentos tienen generalizaciones asociados que justifican las inferencias (cfr. las garantías de Toulmin y los esquemas argumentativos de Walton). Por ejemplo, la evidencia ‘un testigo afirmó que un hombre que se parecía a Pascal estaba en el carro’ y la generalización ‘los testigos normalmente dicen la verdad’ nos permiten inferir que ‘un hombre que se parecía a Pascal estaba en al carro’. Esta conclusión intermedia puede ser usada para inferir el hecho de que era Pascal la persona que estaba en el carro. Estas líneas de razonamiento pueden combinarse para construir árboles argumentativos, que se representan en diagramas (Freeman, 1991; Reed et al., 2007). Véase, por ejemplo, la figura 1.
FIGURA 1. UN ARGUMENTO QUE SE BASA EN LA EVIDENCIA
El argumento, en la figura 1, usa generalizaciones típicas, como las mencionadas con anterioridad sobre el testigo, que justifican la inferencia. Estas generalizaciones pueden representarse como esquemas argumentativos, como el siguiente esquema de un argumento que se basa en un testimonio (Walton et al., 2008; Bex et al., 2003):
El testigo t está en una posición que le permite conocer si a es verdadera.
El testigo t afirma que a es verdadera (falsa).
Por lo tanto, a podría plausiblemente ser considerada como verdadera (falsa).
Ahora, Bob afirma que alguien que se parecía a Pascal estaba en el carro de Nadia y Bob estaba en una posición de conocer esto. De la misma forma, la evidencia de que el olor de Pascal fue encontrado en el carro es un signo para inferir el hecho de que en algún momento Pascal estuvo en el carro de Nadia (argumento por los signos; ver Walton et al., 2008). En adición a estos esquemas argumentativos, generalizaciones más específicas centradas en el caso fueron también usadas como garantías para realizar la inferencia de la figura 1. Así, la inferencia final se justifica en la generalización de acuerdo con la cual, ‘si una persona x en algún momento estaba en un carro y alguien que se parece a x es visto en ese carro en un momento específico, m, entonces es probable que la persona que estaba en el carro en m fuera x’.
En el enfoque argumentativo, los hechos individuales en litigio se soportan con argumentos que se basan en la evidencia recolectada en el caso. Este enfoque es inherentemente dialéctico: no solo la evidencia que soporta la conclusión final, sino también la que la debilita, debe ser considerada, y toda fuente de duda debe hacerse explícita en el argumento. Las preguntas críticas asociadas con los esquemas argumentativos son útiles para esto, ya que ellas señalan las formas en las cuales un argumento que corresponde a un esquema específico podría ser atacado (Bex et al., 2003; Verheij, 2003). Tómense, por ejemplo, las preguntas críticas del esquema argumentativo del argumento que se basa en un testimonio:
1. ¿Estaba t en una posición para saber a?
2. ¿Es t confiable?
3. ¿Tiene t sesgos?
4. ¿Es la afirmación de t que a internamente consistente?
5. ¿Qué tan plausible es la afirmación de t que a?
6. ¿Es a consistente con lo que dicen otros testigos?
Estas preguntas críticas muestran cómo y cuándo un argumento que se basa en un testimonio podría ser atacado. Verbi gratia, la tercera pregunta indaga si hay una excepción al esquema general (i. e., los testigos normalmente dicen algo que es verdadero, pero en el caso de Bob tenemos una razón para pensar que esto no es cierto porque el testigo está sesgado); la sexta pregunta explora si hay otros argumentos (p. ej., la afirmación de otro testigo que dijera que el hombre en el carro no lucía como Pascal). La quinta pregunta es interesante porque se cuestiona por la plausibilidad inherente (i. e., si tener en cuenta la evidencia) de la afirmación de que alguien que se parece a Pascal estaba en el carro de Nadia. Volveremos al punto de la plausibilidad inherente cuando discutamos las historias y la coherencia de las mismas más adelante.
El enfoque argumentativo es una forma dialéctica de razonar con y sobre la evidencia en un caso. El razonamiento argumentativo ha sido llamado atomístico porque los elementos de un caso (i. e., hechos, evidencia) son considerados separadamente y el caso no es considerado ‘como un todo’. Este enfoque tiene su fundamento en una importante tradición académica de investigaciones en argumentación formal e informal, y está muy bien equipado para el análisis individual de la evidencia y de las inferencias que se pueden extraer de ella, usando preguntas críticas para evaluar los posibles puntos débiles de los argumentos. Sin embargo, la naturaleza atomística de los argumentos los hace menos útiles para proveer una visión general de los diferentes escenarios hipotéticos sobre lo que pasó en el caso.
1.2. El enfoque narrativo
En el enfoque narrativo, los hechos son organizados dentro de una o más historias, entendidas como secuencias cronológicas y coherentes de eventos sobre lo que pudo haber pasado en un caso. Desde esta perspectiva, la información de la evidencia en el caso debe ser explicada causalmente por esas historias hipotéticas, por medio de inferencias abductivas. La idea básica del razonamiento abductivo (ver, p. ej., Walton, 2001) es que si tenemos la regla general ‘c es una causa de e’ y observamos e, es correcto que infiramos c como una posible explicación hipotética del efecto e. Esta causa c que se usa para explicar el efecto puede ser un estado o evento particular, pero también puede ser una secuencia de eventos, una historia. Tómese, como ejemplo, la observación de que Nadia está muerta. De acuerdo con la historia del fiscal, la muerte de Nadia fue causada por los disparos que Pascal le propinó:
FIGURA 2. UNA HISTORIA QUE EXPLICA CAUSALMENTE LA EVIDENCIA
Las flechas en el diagrama de la historia en la figura 2 representan relaciones causales (mientras las flechas en el diagrama argumentativo en la figura 1 representan relaciones inferenciales), y así los eventos en la historia explican causalmente la evidencia en el caso.
La inferencia abductiva es un proceso creativo, en el cual usamos patrones del conocimiento del sentido común combinados con la evidencia percibida, para formar un número de escenarios hipotéticos. Una ayuda en el razonamiento abductivo es lo que llamamos esquemas narrativos, patrones generales de eventos que les pueden servir de trasfondo a las historias particulares. Por ejemplo, Pennington y Hastie (1993) presentaron un esquema para acciones intencionales, un patrón causal con la forma motivo → fin → consecuencia. Esquemas más específicos fueron construidos por Schank (1986), quien define un número de patrones explicativos que pueden ayudar a explicar eventos (o estados) conectando un evento con una explicación que ha sido usada para explicar eventos similares con anterioridad. En este sentido, el esquema narrativo para un ‘asesinato’ tiene la forma la persona x tiene un motivo para matar a la persona y → la persona x mata a la persona y (en un momento) (en un lugar) (con un arma) → la persona y está muerta. En el caso de Nadia, el esquema de homicidio puede ser usado para construir una posible explicación para la observación de que Nadia está muerta. El motivo sería entonces el desacuerdo entre ella y Pascal, y el arma una pistola.
Tomado por sí mismo, el razonamiento abductivo parece tener la forma de una falacia de afirmación del consecuente. Sin embargo, esta apariencia falaz desaparece si entendemos el razonamiento abductivo desde el contexto general de la inferencia a la mejor explicación. Es decir, no solo se debe considerar la historia hipotética individual, sino también los escenarios alternativos, y se debe escoger el mejor de ellos. La selección entre estas historias alternativas dependerá de qué tan bien cada una de ellas explique la evidencia recolectada y de qué tan coherente (Thagard, 2004) sea cada una de ellas. La coherencia de la historia depende mayoritariamente de si esta se adecúa a nuestro conocimiento del sentido común sobre el mundo, esto es, si creemos que la historia es inherentemente plausible (i. e., sin considerar la evidencia recolectada en el caso). Aquí los esquemas narrativos juegan un rol importante (ver Bex, 2009). Por ejemplo, una historia no es suficientemente coherente si tiene vacíos; el esquema narrativo del homicidio menciona motivos y un arma, y toda historia de un homicidio que no mencione explícitamente un motivo o un arma sería incompleta y, por lo tanto, menos plausible. Aunado a lo anterior, las relaciones causales en el esquema narrativo pueden ser usadas para inferir las relaciones causales (implícitas) en el esquema en el que se fundamenta la historia; en el esquema de un homicidio, el motivo causa la acción (i. e., el asesinato); así, en la historia de un homicidio debería también haber un nexo causal. De esta forma, el nexo causal puede ser evaluado y cuestionado con posterioridad.
El enfoque narrativo es una forma causal y dialéctica de razonar con historias hipotéticas que explican la evidencia en un caso. Claramente, este razonamiento es derrotable, ya que si se tiene más evidencia, se construirán nuevas explicaciones. Adicionalmente, el enfoque narrativo ha sido caracterizado como holístico (en oposición a atomístico) porque las historias permiten que los elementos del caso (i. e., evento y evidencia) sean considerados como un todo. Una ventaja importante del enfoque narrativo es que se aproxima a la forma como piensan los tomadores de decisiones en el derecho. Los experimentos de Pennington y Hastie (1993) sugieren que cuando la gente razona con una masa de evidencias compara las diferentes historias que explican la evidencia, en lugar de construir argumentos probatorios a favor y en contra del asunto en litigio (como se hace en la perspectiva argumentativa). Sin embargo, la desventaja del enfoque holístico es que las piezas individuales de evidencia no siempre pueden ser claramente explicadas y la relevancia de la evidencia con respecto a los hechos en litigio no puede ser verificada fácilmente. Por último, no siempre es claro cómo se debería razonar sobre la coherencia de la historia y cómo deberían compararse las historias alternativas.
1.3. El enfoque híbrido de argumentación y narrativas
Tanto la teoría argumentativa como la teoría narrativa se ocupan del razonamiento sobre los hechos y la evidencia: en el enfoque argumentativo, los hechos deberían ser probados justificándolos con argumentos que se basan en evidencias, mientras que en el enfoque narrativo, los hechos se justifican al ser parte de una historia general que explica la evidencia. Bex (2011) muestra que cuando se manipula evidencia compleja en casos penales ambos enfoques tienen ventajas y desventajas. El enfoque argumentativo, que es heredero de la tradición filosófica de la argumentación, está bien equipado (p. 76) para el análisis de elementos individuales de evidencia, mientras que la perspectiva que privilegia las narrativas empíricas es valorada por su descripción natural de los escenarios criminales y el razonamiento causal. Por el contrario, la naturaleza atomista de los argumentos hace que estos no puedan brindar una visión general de las diferentes hipótesis sobre lo que ocurrió en el caso, y no todos los aspectos de razonamiento causal pueden encontrarse en el enfoque argumentativo. En la perspectiva que se basa en las historias, la evidencia individual no ocupa un lugar claro, y su credibilidad y relevancia no pueden ser evaluadas con facilidad. Los argumentos y las historias, por lo tanto, deberían combinarse en una teoría híbrida, en la que los hechos son organizados en historias y los argumentos que se basan en la evidencia son usados para soportar dichas historias. En otras palabras, una historia como la que se muestra en la figura 2 debería anclarse en la evidencia usada en el argumento, como la usada en la figura 1, i. e., véase la figura 3.
FIGURA 3. UNA HISTORIA ANCLADA EN EVIDENCIA USANDO ARGUMENTOS
En la figura 3 (adaptada de Wagenaar et al., 1993)4, la historia principal está anclada en evidencia usando argumentos, que se basan en esquemas argumentativos. Nótese cómo la historia principal, que concuerda con un esquema narrativo de ‘homicidio y huida’, se construye a partir de narrativas que son compatibles con historias subordinadas más específicas (p. ej., una historia sobre lo que pasa cuando dos personas no están de acuerdo sobre un punto, o una historia sobre lo que pudo haber pasado cuando alguien escapa después de cometer un crimen). De esta forma, tanto los argumentos como las narrativas, y sus respectivos esquemas, ocupan un lugar claro en la teoría híbrida.
Esta teoría resuelve algunos de los problemas más importantes del enfoque narrativo, como el descrito por Wagenaar et al. (1993), de acuerdo con el cual la conexión entre la evidencia y las historias no es clara. En la teoría híbrida, las historias son firmemente ancladas en la evidencia, o en otras palabras, son soportadas evidencialmente. Los argumentos pueden ser atacados, lo que podría romper la ‘cadena del ancla’, causando que la historia no esté conectada a un fundamento sólido. Nótese que las historias pueden también estar evidencialmente conectadas usando argumentos. Por ejemplo, un argumento basado en la afirmación de un testigo de que Pascal estaba en Polonia cuando el homicidio ocurrió, contradice la historia contada con anterioridad. Dejando de lado el anclaje evidencial de las historias, la teoría híbrida también hace posible el razonamiento sobre la coherencia de la historia en una forma dialéctica (ibíd., p. 77), ya que se podrían proveer argumentos en defensa de la coherencia, o incoherencia, de una historia particular, o de cualquiera de sus historias subsidiarias. Si tomamos, a manera de ejemplo, la historia de la figura 2, en la cual un desacuerdo relativamente inocente se convierte en el motivo de Pascal para matar a Nadia, podríamos argumentar en contra del nexo causal entre el motivo y la acción diciendo que ‘normalmente las personas no se disparan cuando tienen desacuerdos’. Este argumento, por su parte, puede ser atacado al afirmar que ‘Pascal es una persona agresiva que no reacciona a situaciones estresantes de la misma forma que lo hace alguien normal’.
En la teoría híbrida, las historias pueden ser usadas de una manera intuitiva para construir hipótesis inteligibles sobre lo que ocurrió. Los argumentos, por su parte, pueden ser usados para conectar la evidencia con estas historias y para razonar de forma más específica sobre las historias y la evidencia. En la siguiente sección de este ensayo discutiremos cómo una historia anclada (i. e., una combinación entre historia y argumento), como la que se encuentra en la figura 3, puede ser analizada usando una serie de preguntas críticas.
2. PREGUNTAS CRÍTICAS PARA LA TEORÍA HÍBRIDA: EL CASO DE NADIA VAN DER V.
Nuestra teoría híbrida del razonamiento sobre hechos y evidencia permite construir una serie de preguntas críticas. Estas preguntas pueden ser usadas para hacer explícitas fuentes de duda en el caso, entendido como un todo (i. e., la combinación de argumentos, historias y evidencia), en el mismo sentido que las preguntas críticas develan fuentes de duda para las inferencias individuales de un argumento. En esta parte, listaremos estas preguntas críticas (PC) y las ilustraremos con algunos ejemplos.
(PC1) ¿Los hechos se hacen lo suficientemente explícitos en una historia?
Un caso debería poder ser contado en una historia clara, suficientemente específica y coherente que diga “qué ocurrió”.
Este es el punto de partida de una opinión correctamente fundada sobre los hechos de una historia específica de lo que aconteció, a saber, un relato cronológico claro y suficientemente específico de lo que ocurrió (o pudo haber ocurrido) en el caso penal. Cuando se presenta una historia separadamente de cualquier argumento que defienda su plausibilidad y la evidencia que la soporta, la coherencia de la historia puede ser percibida e indagada de una mejor forma. En algún sentido, se podría decir que esa historia es la conclusión de un argumento sobre un caso, entendido como un todo (cfr. el análisis de Verheij y Bex, 2009). La respuesta a la pregunta sobre qué historias pueden ser la conclusión de un fallo está limitada por restricciones formales. A modo de ilustración, en los Países Bajos el relato fáctico de una declaratoria de responsabilidad penal debería concordar con la acusación presentada por el fiscal. En el caso de Nadia, la historia presentada por el acusador fue, en términos generales, la siguiente:
Nadia y Pascal tuvieron un desacuerdo sobre una lavadora y Pascal decidió matar a Nadia. Él llamó a su trabajo para decir que estaba enfermo y tomó su Uzi, un subfusil que tenía en su habitación. A continuación, Pascal le disparó a Nadia dos veces, la arrastró hasta la cocina y la mató disparándole de nuevo desde más cerca. Después abandonó la casa y escapó en el carro de Nadia.
Por ahora, asumiremos que esta (simple) historia es suficiente para responder PC1 y pasaremos a PC2.
(PC2) ¿La historia se adecúa a la evidencia?
a. ¿Está la historia suficientemente soportada por la evidencia del caso?
b. ¿La evidencia del caso contradice la historia?
La creencia personal que uno tenga sobre la verdad de una historia debería estar soportada en la evidencia. Un paso clave es la identificación del soporte evidencial que se les podría dar a los elementos de la historia, es decir, identificar las fuentes de evidencia que soportan la historia. En el caso de Nadia, muchos elementos de la historia están explícitamente soportados por la evidencia: uno de los colegas de Pascal testificó que Pascal llamó a su trabajo para decir que estaba enfermo; había marcas de sangre, partes de bala y vainas en el corredor del apartamento; se encontraron una escopeta de cañón recortado, cartuchos y un cargador en la habitación de Pascal; se interceptó una conversación telefónica entre Pascal y su padre, en la que el primero dijo haber matado a Nadia; el padre de Pascal afirmó que Pascal le contó sobre el desacuerdo y que Pascal se volvió como loco porque había estado bebiendo alcohol; algunos testigos afirmaron que vieron a alguien que se parecía a Pascal conduciendo el carro de Nadia y pruebas de olor determinaron que Pascal había estado en el carro de Nadia (figura 1). Esta lista de evidencia fue tomada directamente de los veredictos, en los que dicha evidencia está listada en el orden cronológico de una historia5.
En general, no todos los elementos de la historia pueden estar soportados por evidencia, pero esto no es necesariamente un problema y, de hecho, es inevitable ya que ciertos elementos de la historia por su naturaleza deberían ser indirectamente justificados. Cuando un elemento de la historia no está directamente soportado por evidencia (en un argumento específico), hablamos de un ‘vacío evidencial’. En los veredictos sobre la muerte de Nadia no parece haber vacíos evidenciales en la historia, sino en algunas de las relaciones causales de la misma. Por ejemplo, exactamente por qué el desacuerdo (aparentemente trivial) entre Nadia y Pascal causó que Pascal matara a Nadia es dejado sin explicación; tampoco hay evidencia que mencione que los disparos le causaran la muerte a ella. En algunos casos, como los motivos de Pascal para cometer el homicidio, estas relaciones causales se trabajan por separado en momentos posteriores del análisis (p. ej., cuando se evalúa la plausibilidad de la historia, ver PC4). Otras relaciones causales, como la causa de la muerte, pueden ser probablemente soportadas basándose en un informe de necropsia, pero este no es mencionado en los veredictos porque no fue un asunto debatido en el caso. En resumen, PC2 fue respondida satisfactoriamente.
La existencia de vacíos evidenciales, concebidos como partes de una historia para las cuales no hay evidencia directa de soporte6, es una de las razones de por qué una teoría mixta podría ser útil. La perspectiva analítica que se basa en argumentos hace los vacíos evidenciales visibles, mientras que la teoría narrativa muestra, combinando las evidencias, por qué la teoría es creíble a pesar de tener vacíos evidenciales. En general, es un asunto de buen juicio determinar qué elementos de la historia deberían ser directamente soportados por la evidencia y cuáles pueden ser inferidos de otros hechos. Esto depende en parte de la cualidad de la evidencia (una historia soportada por evidencia débil puede hacerse fuerte al proveer evidencia para otros hechos), pero también de la naturaleza del crimen y de la legislación que lo regula.
Además de revisar cuánto de la historia está soportado evidencialmente, uno también debería considerar cuánto de la evidencia total soporta la historia. Si, por ejemplo, una historia está completamente soportada por dos testigos, pero hay veinte testigos más que soportan otra historia (incompatible), la inicial historia no se adecúa suficientemente a la evidencia en este caso, aunque esta no tenga vacíos evidenciales. Aunado a esto, también se debería revisar la cantidad de evidencia que contradice directamente la historia (ver PC5 abajo), ya que la contraparte, en lugar de construir una historia alternativa, podría simplemente negar elementos de la historia principal que ha sido contada. En el caso de Nadia, la defensa podría tener un testigo que afirme que nunca existió un desacuerdo y que Pascal y Nadia eran buenos amigos. En este caso, sin embargo, este argumento no se esgrimió y por eso continuaremos con la siguiente pregunta.
(PC3) ¿El soporte que la evidencia le da a la historia es suficientemente relevante y fuerte?
a. ¿Están los pasos del razonamiento, que conduce de la evidencia a los eventos que constituyen la historia, justificados por generalizaciones y esquemas argumentativos suficientemente fuertes y fundamentados?
b. ¿Hay excepciones al uso de las generalizaciones y los esquemas argumentativos, que debiliten la conexión entre la evidencia y los hechos?
Para determinar la relevancia probatoria de una evidencia específica, las generalizaciones y los esquemas argumentativos que sirven de respaldo a los pasos inferenciales deben ser explícitos. Así podría, por ejemplo, clarificarse que la generalización es falsa y que no puede ser la base de un buen paso de razonamiento. En general, sería importante determinar si, y, de ser el caso, con qué bases, se considera una generalización como válida (i. e., proporcionando el fundamento de su respaldo argumentativo, Toulmin, 1958). Para ilustrar, el esquema del argumento que se basa en un testimonio puede ser respaldado por la legislación (p. ej., el artículo 339 del código de procedimiento penal de los Países Bajos afirma que el testimonio es una fuente válida de evidencia). Pero los esquemas o las generalizaciones pueden ser fundamentados en otras fuentes diferentes al derecho7: muchas veces realizamos inferencias basadas en el conocimiento general (Cohen, 1977). Estas generalizaciones son necesarias, pero peligrosas (Twining, 1999), ya que ellas podrían contener sesgos implícitos o prejuicios (p. ej., ‘una confesión siempre es verdadera’; cfr. Wagenaar et al., 1993). En el caso de la muerte de Nadia vemos que la mayoría de los pasos del razonamiento se basan en generalizaciones plausibles y esquemas. Tal vez el uso de pruebas para determinar el olor como base para determinar una conclusión sea lo más controvertido8. Si consideramos las críticas que destruyen las pruebas de olor como evidencia forense confiable, entonces podríamos concluir que la evaluación del olor no puede ser usada para soportar conclusiones (PC3a).
Con respecto a la mayoría de las evidencias incluidas, no necesitamos asumir excepciones a las generalizaciones o esquemas (PC3b), y podríamos inferir que los eventos de la historia están soportados por la evidencia. Una excepción es el testimonio del padre de Pascal: sería posible que su padre estuviera sesgado al testificar sobre su hijo (la pregunta crítica 3 del argumento que se basa en un testimonio). Sin embargo, en este caso había también otra evidencia que apuntaba en la misma dirección (la interceptación de la conversación telefónica), así parece que el padre de Pascal dijo la verdad en este caso.
Ahora que hemos considerado las preguntas críticas 1, 2 y 3 estamos en la siguiente posición: existe una narración lo suficientemente clara de los hechos (la historia), de la cual la mayor cantidad de eventos posibles tienen soporte en la evidencia, cuya relevancia y fortaleza han sido evaluadas tan bien como es posible. El argumento del caso, como un todo, podría mejorarse mostrando que la historia, en sí misma, es plausible.
(PC4) ¿Ha sido la historia en sí misma suficientemente evaluada?
a. ¿Es la historia suficientemente coherente? ¿Faltan elementos de la historia? ¿Hay elementos o relaciones causales que no son plausibles? ¿Es la historia inconsistente?
b. ¿La historia tiene consecuencias que sirven para evaluarla?
Primero, debería evaluarse la coherencia de la historia (PC4a). Para nosotros, la coherencia de la historia tiene un significado específico, a saber, que la historia concuerde con el conocimiento y las expectativas que tenemos sobre el mundo en el que vivimos. En otras palabras, una historia debe ser completa (i. e., tener todas sus partes esenciales) y plausible (i. e., tener relaciones causales plausibles). En la sección 1.2 se argumentó que los esquemas argumentativos juegan un rol importante en la determinación de la coherencia de la historia; la completitud, por ejemplo, es relativa a un esquema particular. La historia también debería ser consistente, así, cuando la historia implica que el sospechoso estaba en dos lugares al mismo tiempo, esta es inconsistente.
Algo a primera vista implausible, en la historia del asesinato de Nadia, es la suposición de que el desacuerdo sobre la lavadora condujo a Pascal a matarla. En otras palabras, la relación entre el motivo (el desacuerdo) y la acción de Pascal (matar a Nadia) es implausible. No hay persona razonable que pudiera suponer que un desacuerdo sobre una lavadora pudiera conducir a un homicidio. Sin embargo, en su decisión, la corte de apelaciones inadvertidamente construye su argumento en la tendencia de Pascal a reaccionar violentamente ante lo que la mayoría de la gente consideraría fútil. En la decisión se discute un informe siquiátrico, que es usado para justificar la decisión de mantener a Pascal bajo observación médica. El informe explica que Pascal padece un desorden que hace que eventos cotidianos lo hagan sentir bajo una amenaza seria y que reaccione desproporcionadamente, con violencia. Esto hace que los eventos que rodearon la muerte de Nadia se hagan más creíbles. También muestra que una historia aparentemente incoherente puede ser creída cuanto está soportada por evidencias9.
Otra manera de evaluar la historia es buscando razones en contra de los hechos que se siguen de la historia (las consecuencias de la historia, PC4b). De esta forma, si se asume que el perpetrador, quienquiera que sea, le disparó a Nadia de cerca y luego la arrastró a otro lugar, es altamente probable que él (o la) perpetrador(a) tuviera sangre en sus manos, ropa y zapatos. Si el (o la) perpetrador(a) estuvo en el carro de Nadia, debería haber muestras de sangre de Nadia en el carro. En la decisión, la corte afirma que había sangre en la puerta y el tapete del lado del conductor del carro, y un estudio de ADN mostró que dicha sangre concordaba con la de Nadia.
Para resumir, la principal historia del fiscal parece suficientemente coherente y la PC4 no presenta grandes problemas. Sin embargo, a pesar de la evaluación crítica de la historia principal y la conclusión del argumento del caso, entendido como un todo, también se debería prestar atención a los escenarios alternativos que pudieron haber tenido lugar.
(PC5) ¿Se han considerado suficientemente las historias alternativas?
a. ¿Ha habido una búsqueda suficiente de explicaciones alternativas, no solo en la fase de investigación, sino en la de juicio?
b. ¿Hay buenas razones para escoger una de las historias alternativas? ¿Han sido suficientemente refutadas las historias alternativas?
Primero, se requiere una búsqueda seria de escenarios alternativos. En parte, la contraparte proveerá alternativas, pero el tomador de decisiones también debería ser proactivo a la hora de considerar diferentes historias de lo que pudo haber ocurrido. Estas alternativas no solo deberían ser buscadas activamente, también deberían ser adecuadamente refutadas. Esencialmente, todas las preguntas críticas que evalúan la historia principal deberían ser respondidas con respecto a las historias alternativas.
En el caso de Nadia, Pascal contó una historia alternativa: él sufría de amnesia y no podía recordar nada de lo que pasó el día que Nadia murió. También dijo que fue secuestrado y llevado a Polonia, pero que no sabía por quién, ni por qué razones. Esta narración difícilmente podría ser considerada como una historia alternativa, en los términos de este ensayo (cfr. PC1, que requiere una narración lo suficientemente específica de los hechos). Mejor, debería entenderse como un contraargumento que pretende refutar la postura del fiscal. Esta refutación podría ser moldeada en una afirmación simple (soportada con evidencia) de que el sospechoso estaba en otro lugar diferente al de la escena del crimen. Sin embargo, el caso del sospechoso se hace más fuerte cuando puede presentar una historia bien fundamentada y coherente. En el presente caso, la historia de Pascal no es coherente y no está tan bien fundamentada como la del fiscal. Además, varios elementos importantes de la narración faltan (completitud, PC4a), como la identidad y el motivo de los secuestradores. Por otra parte, no hay evidencia de que el secuestro ocurriera (PC2). Como si ello fuera poco, la corte explícitamente refuta la defensa de la amnesia (PC5b), afirmando no creerle a Pascal por cuanto él nunca ha requerido asistencia médica para esta enfermedad.
Para concluir, hay otro consejo general: todas las razones en conflicto deben ser evaluadas.
(PC6) ¿Las razones contrarias han sido evaluadas?
¿Todas las consideraciones que han sido usadas para construir razones contrarias se han hecho explícitas? ¿Esto se ha hecho tanto en el nivel de los argumentos individuales como en el de las historias?
Por ejemplo, si dos testigos realizan afirmaciones opuestas sobre la presencia del sospechoso, cada una de las afirmaciones provee una razón, una soportando la presencia del sospechoso y la otra contra esta. Cuando hay fundamentos específicos que pueden ayudar a evaluar estas razones opuestas, estos se deben proveer. Mientras más fuerte y relevante sea la razón, más importante será para decidir explícitamente cómo se debe valorar en contra de la razón opuesta. Los conflictos entre razones no solo existen en el nivel de los eventos individuales, sino también en el de las historias. Para ilustrar, podría haber razones a favor y en contra de la historia como un todo. Así, podría ocurrir que elementos significativos de una historia específica estén soportados por evidencia, mientras que la historia como tal sea incoherente. La evaluación de las razones, por lo tanto, toma la forma de una decisión en la que se indaga si la historia está suficientemente justificada por la evidencia y cómo esta sostiene las historias alternativas.
En el caso de Nadia no hubo dificultad al ponderar las razones en el nivel de las historias, la “historia” de Pascal era tan poco creíble y estaba tan mal soportada que se podría entender que se refutó a sí misma, inclusive sin considerar la plausibilidad y el soporte adecuado que tenía la historia del fiscal. No hubo necesidad de evaluar razones en el nivel individual de los eventos, ya que no se proveyeron razones que refutaran directamente ninguna de las afirmaciones del fiscal.
CONCLUSIÓN
En este ensayo presentamos una serie de preguntas críticas para la teoría híbrida de argumentación y narrativas sobre el razonamiento de hechos y evidencia en casos jurídicos. Algunas de estas preguntas corresponden al enfoque argumentativo del razonamiento con evidencia (en particular la pregunta crítica 2 sobre el soporte suficiente de los eventos y la pregunta 3 que concierne a la relevancia y fuerza del soporte). También hay preguntas que están fuertemente conectadas con un estilo narrativo de análisis (en particular la pregunta 4, sobre la coherencia de la historia, y la pregunta 5, sobre considerar historias alternativas). Sin embargo, también hay preguntas que tienen una posición más híbrida entre argumentación y narrativas. Por mencionar un ejemplo, la pregunta crítica 1, que requiere que un argumento sobre los hechos tenga una historia específica como conclusión, y la pregunta 6, que considera la evaluación de los pros y los contras de eventos individuales e historias completas.
Hemos usado la herramienta analítica de las preguntas críticas asociada con los esquemas argumentativos, tal y como se estudian en la teoría de la argumentación (recientemente de Walton et al., 2008, quienes construyen sobre el trabajo de Perelman y Olbrechts-Tyteca [1958], Hastings [1963] y Kienpointer [1992]). Sin embargo, extendimos el uso de estas herramientas analíticas a las preguntas críticas para las historias y los esquemas en las que ellas se fundamentan, y para estructuras híbridas de argumentos, historias y evidencias.
Una de las lecciones aprendidas del trabajo en la teoría híbrida es que las historias y los argumentos son esencialmente “vasos comunicantes”: cuando se está lidiando con el razonamiento complejo propio de un caso penal, el enfoque narrativo funciona mejor para algunos asuntos del caso, mientras que en otras instancias la perspectiva argumentativa parece la más natural. Sin embargo, un entendimiento más profundo de la conexión entre argumentos y narrativas parece exigir una genuina integración de los dos. En el entretanto, nuestro enfoque híbrido es tan flexible como para mantener separados los argumentos y las narrativas, mientras al mismo tiempo usa argumentos y narrativas como herramientas complementarias para razonamientos complejos. El caso de estudio de este ensayo, y otro más de Bex (2011), acentúa la importancia de la teoría híbrida en el análisis de los casos penales.
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