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Presentación y Trayectoria

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Soy Graciela. “La seño Graciela”.

Profesión: Docente (entre otras).

Otros estudios: Varios (ver Anexo).

Estudié la primaria y secundaria en la provincia de Formosa, Argentina. Transité por los pasillos de la EPEP N° 380 “Docentes Argentinos”, y del Colegio Nacional “Gobernador Juan José Silva”, donde elegí la “orientación biológica”.

El primer título que obtuve luego del secundario ha sido el de Profesora para la Enseñanza Primaria, (tenía entonces 19 años). Me recibí muy joven y casi sin saber si era lo que quería, pero con cada emoción que experimentaba, más me convencía que era mi vocación.

Comencé a ejercer con 19 años, en la escuela n° 147 “Estado de Israel” (siempre en mi corazón) durante 5 años y en la escuela n°1 “General José de San Martín”, dos años, más unos meses en una escuela rural.

Luego de ejercer esos 7 años la docencia en la provincia de Formosa, y estar cursando el segundo año de Ciencias Económicas, decidí trasladarme a vivir a la provincia de Buenos Aires.

No fue una decisión rápida. En realidad, no era para nada la idea.

Sucede que un verano fui a visitar a mi hermano mayor que vivía en Buenos Aires (Ramos Mejía), y dada mi orientación biológica en el bachiller, me resultó atractiva la carrera que él estaba haciendo (y la ejerce actualmente).

Volví a Formosa, y luego de un par de meses, una vez que tomé la decisión de estudiar Radiología, presenté mi renuncia y me mudé a Buenos Aires.

Trabajaba (en una distribuidora de artículos de regalos) y estudiaba.

Comencé la carrera y la terminé. Me recibí de “Técnico en Radiología”; pero claro, una cosa son los libros, la teoría, y otra es la práctica.

Mientras eran dolencias leves, hacer un tórax frente o perfil, era algo sencillo, ahora, atender un joven con fractura expuesta, llorando de dolor…ahí cambió mi historia.

Faltaba solo terminar las prácticas, así que culminé la carrera, pero no era la clase de dolor con el que quería trabajar (todos los sectores tienen ciertas dolencias ¿o no?).

Mi “personalidad” no estaba hecha para eso. Definitivamente no soportaba (ni entonces, ni ahora) el dolor ajeno. En lugar de calmarlos, lloraba con ellos.

Consecuentemente, “colgué los guantes”. El título aún duerme en un folio en mi carpeta de títulos.

Por entonces, como comenté antes, trabajaba en una distribuidora de artículos de regalos. Era encargada del sector de recepción y control de mercaderías.

Ganaba bien y tenía una oficina que compartía con una compañera. Pero tampoco era lo que quería.

Decidí trabajar por mi cuenta, bajo los lemas: “generar mis propios ingresos”; “ser mi propio jefe”.

Y así fue.

Estudié y me recibí de profesora de aeróbica y daba clases.

Una joven, cliente del gimnasio, me propuso dejarme unos catálogos para vender los productos y tener una ganancia “extra” (una conocida marca de ropa interior de venta por catálogo). Luego, catálogos de productos de belleza bajo la misma modalidad. Con esos catálogos, incorporé a un par de señoras, que se sumaron a la venta. El resultado fue que gané casi como ellas sin haber vendido, lo que consecuentemente, me llevó a la conclusión que podía ganar “extra” sin grandes inversiones de tiempo, y… me dediqué a incorporar vendedoras.

En el camino fui haciendo cursos y capacitaciones, tanto para mí como para capacitar a mi grupo de venta, pues, al aumentar las ventas de las vendedoras y sus ganancias, obviamente, aumentaban también las mías.

El crecimiento experimentado me llevó a realizar diferentes viajes para participar de cursos y capacitaciones, solo que esta vez, pagaba la empresa, incluyendo hotel 5 estrellas, excursiones, regalos.

Tal fue el crecimiento que tuve ofertas de otras empresas, y si algo aprendí con los cursos, era que estaba en condiciones de “negociar”. Así, negocié algunas condiciones (dado que contaba con un importante grupo de vendedores/as), ¡y nos fue genial!

Trabajé varios años en la última empresa y crecí en cuanto a “ser comerciante”, siempre autocapacitándome y capacitando a los diferentes grupos de venta a mi cargo, distribuidos en todo el país.

Entre otras cosas, estudié Programación Neuro-Lingüística, Psicología Social, Comunicadora social, y me convertí en Asesora de Emprendedores (llevando a cabo un emprendimiento propio para demostrar que la teoría era viable, con absoluto éxito. Una vez que llegué al punto de empresa lo abandoné y continué con la enseñanza).

Mientras me capacitaba, continuaba mi crecimiento, acompañando este proceso con más incorporaciones, poniéndome en contacto con nuevas personas, algunas de las cuales se han convertido en parte importante de mi vida actual, estableciendo un fuerte lazo de amistad. Tal es el caso de Carol Andrea.

Allá por el 2006, leo un anuncio sobre un “Café Emprendedor” donde se dictaban charlas gratuitas para emprendedores y futuros emprendedores. Decidí asistir. ¿Qué podía perder?

Conozco así a su promotor, el señor Jorge Emilio Pons, quien se dedicaba a la rama informática y generó estos encuentros con el anhelo de establecer redes de contacto entre personas con similares inquietudes: las de hacer crecer sus negocios, viendo la manera de unir necesidades complementarias.

Cuando eso sucedía, cuando lograba unir emprendimientos complementarios, recuerdo que Jorge definía como un “momento mágico”.

Estos encuentros se realizaban una vez por mes (último viernes del mes) a los que asistí casi a todos.

Mientras tanto, asistía a cuantas charlas, cursos y capacitaciones podía.

En medio de esas capacitaciones, conozco a la Licenciada Liliana Emilia Bearzi. Una fuente de sabiduría y amor.

Con ella me formé en P.N.L. (Programación Neuro Lingüística) y Coaching Personal y Organizacional, entre otras capacitaciones. (Ver anexo, aunque no figuran todas las capacitaciones realizadas con Liliana).

Más tarde, proyectamos un trabajo juntas que se denominó “Tren Solidario”, en el cual brindábamos charlas y capacitaciones para emprendedores, que no trascendió en el tiempo debido a mi traslado a otra provincia.

Cuando finalizaba el año 2008, solicité a Jorge el desarrollo de “Café Emprendedor” en el Partido de La Matanza, donde yo vivía.

En lugar de eso, Él me animó a que lo iniciara yo. Contaba para ello con toda su ayuda.

Así fue que mientras asistía a las capacitaciones con Liliana, confiada en los consejos de Jorge, inicié, con su guía, una cadena de mails, que por entonces era la forma más efectiva y rápida de contacto, proponiendo las charlas entre emprendedores.

¡Imagínese mi emoción al escuchar el anuncio de llegada de un mail tras otro de personas interesadas!

Con los mismos interesados comenzamos a buscar un lugar de reunión, ofreciendo uno de ellos, la pizzería de su padre, a pocos metros de la estación de Rafael Castillo.

Como fruto de esas reuniones, a mediados del 2009, fundé y presidí la organización “Argentina Emprende”, dedicada a dar charlas, capacitaciones y brindar asistencia a los emprendedores de forma totalmente gratuita, y, en cada reunión, contaba con más adeptos que se sumaban al proyecto.

Ahí entendí de esos “momentos mágicos” de los que hablaba Jorge.

Pasado un año, en el 2010, me invitan a integrar una organización que se estaba formando y se consolidó un tiempo después de mi llegada, denominada Jóvenes Empresarios y Emprendedores del Partido de La Matanza (JEyEPLM) dependientes de la Unión Industrial del Partido de La Matanza, desempeñándome como vicepresidente, con mi querida Lorena Rial en la presidencia, desarrollando similares actividades que en la organización anterior, de guía y asistencia a los emprendedores, pero además participábamos de las reuniones de los empresarios, donde aprendíamos de los “maestros”, dueños de empresas, que compartían con nosotros las posibilidades de éxito y de fracaso de los negocios.

En este marco, me reunía asiduamente con distintos emprendedores, entre ellos, una gran mujer emprendedora que se convirtió en una estupenda amiga; Carol Andrea Skubisz, a quien animé a presentar su emprendimiento (y ella me animaba a mí). Emprendimientos que los veníamos trabajando desde el año 2008, e incluso antes en el caso de Carol. Hoy, gracias a su constante dedicación, su sueño es realidad. Pueden investigar de qué se trata, a través de las redes sociales (En Instagram: didácticos_ad).

Por mi parte, creé mi propio emprendimiento contando con el grupo de vendedores que había formado. Se trató de una línea de cosméticos de Spa bajo el sistema de venta directa. Registré la marca y tuvo una genial aceptación. (Registro bajo Acta 2.806.533 – Clase 3 y Clase 5 – Publicado en el Boletín de Marcas N°2691 – 14 de mayo de 2008) Cuando llegué al punto de “Empresa”, lo abandoné por motivos que no vienen al caso en este libro.

Lamentablemente, tuve que renunciar al cargo del Departamento JEyEPLM, pues me mudé a otro partido, Tigre, para ser más precisa a Don Torcuato, donde volví a ejercer la docencia (además de las actividades descriptas).

A finales del 2011, las vueltas de la vida, me llevaron nuevamente a mis raíces; a la provincia donde nací. Presenté mi renuncia, llevándome en el corazón a personas muy queridas (y grandes aprendizajes) tanto de La Matanza como de Don Torcuato.

Nuevamente en Formosa, decido continuar con la docencia (que, por si no lo notaron, nunca la abandoné. Seguía adquiriendo y transmitiendo conocimientos, solo que no dentro de una escuela).

He trabajado en uno y otro establecimiento, hasta llegar, en el año 2014, a la escuela de modalidad EIB, en el barrio Namqom, conformada en un 90-95% por niños de la comunidad Qom, donde trabajé con alumnos de 5° y 6° grado hasta el año 2015, volviendo al primer ciclo, en el año 2016, desempeñándome hasta el momento de gestar este libro, con el mismo grupo de alumnos desde primer grado, hasta sexto, a pedido de los padres, a quienes estaré eternamente agradecida por la confianza depositada.

Aclaración: Este libro no es biográfico. Solo expongo algunas de las actividades y estudios que realicé, como muestra que no hay que esperar que la suerte golpee a la puerta, o el gobierno ofrezca una capacitación, o hacer ese curso porque otorga puntaje. ¿Me explico?

Aprendiendo a enseñar

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