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“Iban seguros”

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¡Preciosa promesa! Sigamos la luz que brilla a lo largo del sendero, la luz que fue afirmada en los acontecimientos de 1844, la luz de adelante que nos guía constantemente a la ciudad; ¡y estaremos seguros durante todo el camino! Quizá no vivamos lo suficiente como para entrar caminando por la puerta de la ciudad antes de descansar en la tumba, pero si hemos estado caminando constantemente en la luz brillante, ¡estamos seguros de que recibiremos la vida eterna!

La seguridad cristiana descansa en esta sencilla verdad: los que caminan en la luz que tienen, no siempre en la luz que puede estar guiando a otros, los que siempre confían y obedecen la luz, a medida que entienden cada vez más, estos tienen la tranquila fortaleza de la seguridad de la salvación.

Los que vieron... y creyeron

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