Читать книгу Salud del Anciano - José Fernando Gomez Montes - Страница 92

9. Piel y anexos

Оглавление

El envejecimiento cutáneo se da en dos niveles: intrínseco, degeneración genéticamente determinada y envejecimiento extrínseco, debido a la exposición al medio ambiente, también conocida como foto-envejecimiento.

Hoy se considera que la exposición repetida a insultos medioambientales, particularmente a los rayos ultravioleta del sol (o de cámaras de bronceado) y al humo del cigarrillo son la principal causa de fotoenvejecimiento, también llamado dermatoheliosis. Habitualmente, los cambios intrínsecos al envejecer predisponen a mayor daño de los insultos medioambientales, lo que hace que los ancianos tengan más enfermedades dermatológicas, puesto que la piel con fotoenvejecimiento está crónicamente inflamada.

Los cambios más notables a nivel de la epidermis son el resecamiento y la aspereza, debidos a la pérdida de la humedad, y la turgencia de la piel, con un leve adelgazamiento de la epidermis. El número de melanocitos disminuye con la edad de 8 a 20% por década después de los 30 años, más relevante en áreas expuestas al sol, lo que lleva a una pigmentación irregular especialmente en el dorso de las manos. La respuesta inflamatoria de la piel está retardada por la disminución del número de mastocitos y la mayor resistencia a la degranulación, por lo cual la aparición de eritema y edema y formación de vesículas, después de la exposición a algún agente es más tardía, pero también más severa.

Igualmente, en la dermis existe atrofia por la disminución del número de fibroblastos, mastocitos y red capilar papilar, con disminución de fibras elásticas y producción de colágeno (cerca de 1% por año). Existe regresión y desorganización de los capilares y de los pequeños vasos, que origina palidez y adelgazamiento de la piel, además, las reducciones en el flujo sanguíneo afectan la temperatura de la superficie. El compromiso de la termorregulación en los ancianos, que los predispone a la hipotermia se debe en parte a la reducción de la vasodilatación o de la vasoconstricción de las arteriolas dérmicas, así como a la disminución de la producción de sudor y a la redistribución de la grasa subcutánea.

La reducción de las interdigitaciones entre la dermis y la epidermis hace que las lesiones por trauma mecánico, como las producidas por esparadrapo y tracción brusca, sean más serias y difíciles de curar, puesto que la regeneración del epitelio toma cerca del doble de tiempo (10 o más días) para una persona de 75 años, comparada con una de 25.

Salud del Anciano

Подняться наверх