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2.2 Marquesado de Dénia

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El Marquesado se situaba en el extremo nororiental de las tierras alicantinas y comprendía las últimas estribaciones del sistema Bético y las llanuras aluviales que se extienden a sus pies hasta entrar en contacto con el Mediterráneo. Las tierras del Marquesado ofrecían una unidad geográfica aún mayor que la ya referenciada para el Ducado de Segorbe, de hecho, fue el embrión de una de las actuales comarcas valencianas. Auténtico territorio de transición valenciano entre las comarcas centrales y meridionales, el Marquesado también supuso para los Medinaceli el baluarte más meridional de sus dominios valencianos, condición que compartirá a partir del año 1806 con el Condado de Cocentaina.

Habrá que diferenciar con claridad las poblaciones del Marquesado en donde el señor feudal disponía del mero y mixto imperio, junto con los derechos privativos y bienes inmuebles, de aquellas otras pertenecientes a otros señores y en las que el duque solo poseía el mero imperio. En el primer grupo se encontraban la ciudad de Dénia, la villa de Xàbia y los lugares de El Verger y el Poble Nou de Benitatxell. Mucho más numerosas eran las poblaciones en las que la Casa ducal solo poseía la alta jurisdicción criminal: Ondara, Pedreguer, Gata, Sagra, Sanet, Ràfol d’Almúnia, Benimeli, Negrals, Beniarbeig, Pamis, Miraflor, Setla y Mirarrosa.

El Marquesado se había configurado durante las primeras centurias en torno a la capitalidad política y administrativa de la villa de Dénia, con posterioridad nombrada como ciudad. Los señores feudales habían reforzado esa posición de centralidad concediendo a Dénia diferentes privilegios, entre los que destacaban los del tráfico marítimo para su puerto. Pero esta situación cambió radicalmente en los inicios del siglo XVIII, tras los devastadores efectos que tuvo la Guerra de Sucesión, unos efectos que no solo hay que buscar en la destrucción propia del conflicto, sino también en la elección del bando perdedor. Dénia optó por el candidato austracista, mientras que su rival, la villa de Xàbia, se había alineado con el triunfante Borbón. En el último tercio del siglo XVIII, el volumen poblacional de Xàbia ya superaba ampliamente al de Dénia, pero ninguna de las dos poblaciones tradujo su potencial demográfico y económico en un nivel parejo de rentas nobiliarias, que marcaban uno de los porcentajes más bajos de todos los dominios valencianos de los Medinaceli (cuadro 6). Será el lugar de El Verger y las diferentes rentas y derechos concedidos sobre actividades de ámbito general las que salvarán las cuentas de un estado señorial con unos ingresos nobiliarios ciertamente modestos. En el caso de El Verger, el perfecto aprovechamiento de cada uno de los bienes y derechos por el señor lo habían convertido en la baronía más rentable de todo el conjunto valenciano. Por otra parte, los derechos y privilegios reales concedidos o confirmados durante el periodo de privanza de Francisco Gómez de Sandoval, duque de Lerma, llegaron a constituir la mitad de los ingresos del estado señorial. Pero pasemos a examinar de una manera más detallada cada una de estas baronías y los derechos y privilegios reales concedidos.

El ocaso de los dominios valencianos de los Medinaceli

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