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Capítulo IV La salud de los huesos

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Las articulaciones permiten el movimiento compuesto de dos o más huesos y hemos visto que la medida regeneradora consiste en asegurar la viscosidad del líquido sinovial protector al tiempo que regeneramos el cartílago y limpiamos posibles cúmulos de cristales depositados en las articulaciones. Pues bien, ¿qué sucede con los huesos de estas articulaciones?

Una de las mayores preocupaciones en antiaging es el riesgo de sufrir una desmineralización. La pérdida de masa ósea se inicia a partir de los 35 años, y en las mujeres se acelera tras el cese de la ovulación. Los rayos X no detectan la pérdida de masa ósea hasta que ésta ha alcanzado el 25%;es pues recomendable hacer un seguimiento mediante densitometría ósea, una prueba común en las revisiones ginecológicas. Es interesante recordar que el proceso de desmineralización postmenopáusica pasa por una primera fase que dura aproximadamente 5 años, denominada resorción, la cual puede ralentizarse con suplementos nutricionales como magnesio, boro y silicio y, desde luego, fitoestrógenos, ya que sin estos últimos todo el tratamiento pierde su eficacia. Los fitoestrógenos son plantas o nutrientes vegetales, como la conocida soja, que tienen efectos ligeramente parecidos a las hormonas estrogénicas femeninas. Se comportan como un estrógeno muy suave, aunque los receptores de los estrógenos humanos y el de los fitoestrógenos sean diferentes.

La desmineralización es más frecuente en la mujer que en el hombre debido a la progresiva desaparición del protector estrógeno. Las mujeres deberíamos recordar que tras el cese de la ovulación nuestro cuerpo es capaz de seguir sintetizando estrógenos a través de nuestra grasa corporal. Así que más vale tener algunas redondeces bien distribuidas que convertirnos en secas mojamas. Existe una relación entre la cantidad de masa muscular y la desmineralización ósea, lo cual no quiere decir que llegadas al Segundo Tiempo las mujeres tengamos que ser obesas. De esa tendencia a ganar peso nos ocuparemos más adelante. Estamos sugiriendo unas saludables formas femeninas con algo de grasa protectora, la suficiente para seguir proveyéndonos de estrógeno, aunque sea en pequeñas cantidades. También las cápsulas suprarrenales son capaces de sintetizar estrógenos, aunque en dosis menores. Las cápsulas suprarrenales son unas glándulas situadas encima de cada riñón; verdaderas centrales bioquímicas, de sus almacenes salen muchas sustancias importantes para nuestra salud y para nuestra supervivencia, especialmente hormonas, como por ejemplo la adrenalina. También fabrican estrógenos. Es muy importante disponer en todo momento de unas glándulas suprarrenales en buen estado, lo cual quiere decir que hemos de mantener a raya el estrés, su principal enemigo, que las agotan. Una buena prevención es nutrirlas con 1 gramo de vitamina C diario en caso que estemos pasando por un periodo de tensión nerviosa.

En cualquier caso, algo habremos de hacer, porque las cifras oficiales de la Fundación Nacional de Osteoporosis son aterradoras: parece que una de cada cuatro mujeres está condenada a sufrir osteoporosis y que la mitad de las mujeres occidentales mayores de 50 años (¡la mitad!) va a padecer una fractura relacionada con la osteoporosis. Así que, señoras, ¡a seguir el Protocolo Antiaging Natural desde ya!

Prevenir la desmineralización

Hasta hace poco se creía que la desmineralización dependía exclusivamente de la pérdida de calcio. Sin embargo, el calcio, como sal mineral tomada aisladamente, puede ser peligroso, pues se precipita en las paredes vasculares y puede producir aterosclerosis. El proceso es el siguiente: un radical libre ataca la pared interior de una arteria produciéndole una herida. Nuestra capacidad regeneradora se pone en marcha igual que si nos hubiéramos despellejado las rodillas al caer de la bicicleta: sale piel nueva, un tejido muy especial, menos uniforme que a veces deja marcas para toda la vida.¿Quién no tiene una cicatriz en todo su cuerpo? Esa piel diferente se llama tejido cicatricial o cicatrizal, es rugoso y desgraciadamente tiene una afinidad especial por las gomosas y pegajosas bolas de colesterol que recorren nuestras venas y arterias. Lo más fácil es que una de estas bolas de colesterol se quede enganchada a una cicatriz del endotelio, el forro interno de nuestros vasos. Las sales de calcio circulando libremente por el torrente sanguíneo son propensas a depositarse sobre el colesterol, calcificando el conjunto y produciendo los conocidos ateromas.

Entonces,¿hay que tomar calcio o no? Cada caso ha de ser diagnosticado de forma personalizada, no hay una respuesta que sirva de «café para todos». Lo que parece claro es que los suplementos de calcio no son la única forma de prevenir la descalcificación y, además, que si decidimos tomarlo hay que hacerlo de manera que le facilitemos su fijación en los huesos. Hoy día, todo apunta que para que el calcio se fije en los huesos necesita unos compañeros idóneos e indispensables, como el magnesio y el fósforo, y otros nutrientes con los que tiene gran sinergia como el silicio, el boro, y las vitaminas D y K, además del manganeso, el potasio, el cobre, el zinc, el sodio y las vitaminas A, C y B12. La vitamina D ayuda a fijar el calcio, mientras que la vitamina K participa en la producción de osteocalcina, una proteína exclusiva del hueso; el manganeso, el cobre y el zinc son cofactores necesarios para formar las enzimas responsables de la fabricación de la matriz ósea. Por su parte, la vitamina C es, como hemos visto en el capítulo de la piel, necesaria para la formación de puentes de colágeno (cross-linking), y el hueso también necesita colágeno. Conocemos la relación entre la vitamina C y las alteraciones óseas desde que los navegantes que padecían escorbuto por no tomar verduras frescas en sus largas travesías se quejaban de una mayor fragilidad en los huesos.

Los aminoácidos, tan necesarios para la formación de masa muscular, como hemos visto, también son imprescindibles para la regeneración de los huesos. Tomar poca proteína puede ser tan perjudicial para la salud ósea como tomar demasiada. Se aconseja 1 gramo por kilo de peso o, en todo caso, no sobrepasar los 100 gramos diarios, independientemente de si la fuente es animal o vegetal, si bien la proteína animal tiene mayor biodisponibilidad que las vegetales. Parece que las proteínas que tomamos con la carne y el pescado, los huevos y otros productos animales, tienen mayor afinidad con nosotros, con nuestro cuerpo, que también es el de un animal. Sin embargo, no conozco estudios que documenten que tomar proteínas vegetales exclusivamente predisponga a un mayor riesgo de osteoporosis.

En todo caso, suplementar sólo con calcio, o incluso con minerales y vitaminas, parece ser menos efectivo que si además se toman fitoestrógenos. Mi consejo es seguir un protocolo que incluya isoflavonas de soja y todos los minerales y vitaminas que actúan en sinergia para asegurar una buena salud ósea. Y tan importante como qué suplementos tomar es tomar buena nota de lo que no debemos comer.

En efecto, algunos alimentos provocan pérdida de calcio, una pérdida que se puede medir por la excreción de calcio en orina. Por ejemplo, más de 100 gramos de proteína, o cada 3 gramos de sodio, originan una excreción de 40 mg de calcio por vía urinaria. Ante dosis altas de sal común (por ejemplo, una bolsa doble de palomitas saladas) o de azúcar o de proteína, el organismo responde excretando calcio.¿Y de dónde lo saca? ¡De los huesos! Y de los dientes (he aquí el origen de la caries infantil). Recordemos: ¡también nuestra manera de comer descalcifica! Y cuando no podemos resistirnos a ese pastel de cumpleaños sin hacer un feo, tranquilas, parece que 3 mg diarios de boro, ese mineral traza tan desconocido, puede reducir la excreción urinaria de calcio en un 44%.¿No es maravilloso? Además, aumenta los niveles de beta estradiol y de testosterona, y actúa como si fuera hormona, simulando biológicamente algunos efectos de la terapia con estrógenos sin sus peligrosos efectos secundarios. Asimismo, el boro participa en la activación de la vitamina D, generalmente una tarea que reservamos al sol y que hoy en día parece que no es suficiente, y en la correcta relación calcio-magnesio. Así que adoptémoslo rápidamente en nuestro arsenal nutriterapéutico.

Alimentos para los huesos

Encontraremos el boro en frutas y verduras. En general, las vitaminas y los minerales que contienen verduras y hortalizas ayudan a prevenir la osteoporosis. Los alimentos más ricos en calcio son los lácteos, leche y sus derivados como requesón, queso, yogur, etcétera. Sin embargo, no a todo el mundo le sienta bien la leche y, si no es biológica, puede llevar tantos restos de antibióticos y hormonas con las que atiborran a las vacas que muchos prefieren evitarla.

A propósito de la leche

Merece la pena detenerse un momento en la polémica «leche sí – leche no». La leche es el alimento de los lactantes; la leche de vaca es para los terneros lo que la de mujer para el bebé. Ningún mamífero sigue tomando leche después del destete. La capacidad de asimilar la leche disminuye rápidamente, la lactosa tiene muchos problemas para ser digerida y no todo el mundo la tolera; por otra parte, parece que los caseinatos, proteínas de la leche, no son bien asimilados por el ser humano adulto. La leche tiene, por otra parte, niveles elevados del benéfico aminoácido triptófano que puede ayudarnos a inducir el sueño antes de acostarnos y, por supuesto, es el alimento con mayor concentración de calcio. Ahora bien, los argumentos que lo presentan como un alimento excesivamente manipulado, conteniendo sustancias anabolizantes y antibióticos, difícilmente digerible y altamente intolerado por la mayoría de la población adulta, no pueden ser ignorados. Si sufres de una pertinaz tos por las mañanas, problemas reumáticos o alérgicos, te levantas con mucosidad, tus digestiones son pesadas… prueba un mes sin tomar ningún lácteo. Si hay algún cambio, por pequeño que sea, espera 3 meses sin tomar leche ni derivados lácteos, nada en absoluto (ni en el café con leche de las mañanas). Es muy probable que tus molestias desaparezcan para siempre jamás.

Lo más problemático es pasar de la «idea de la leche», ese elemento tan tradicional en nuestros desayunos. Alégrate: toda una variedad de sustitutos están esperando a que los pruebes. Leche de arroz, de avellana, de avena, de almendra y, por supuesto, de soja. La primera es muy digestiva y ligeramente astringente, la de avena es un excelente vigorizante con poder emoliente. La de almendras acostumbra a ser demasiado azucarada. La de avellana es muy rica en potasio. La última es la más conocida y, por ello, la más fácil de encontrar en el supermercado. Ahora bien, la soja está siendo cultivada de forma extensiva en su forma transgénica. ¿Recuerdas el escándalo Monsanto? La manipulación genética que se ha llevado a cabo en la soja es aterradora;no solamente se ha reforzado para resistir las plagas sino que se ha manipulado su genética de manera que se ha llegado a alterar su reconocimiento a los antibióticos. Hace tan sólo unas semanas, TVE emitía un programa monográfico sobre el particular. ¡Antibióticos! «¿Qué tiene que ver la soja con los antibióticos?», se preguntaba el presentador del programa. ¿Por qué se ha modificado esta fracción de su genoma? Ante la duda, y desde luego como medida primera en un Protocolo Antiaging Natural, no tomaremos alimentos modificados genéticamente, y desde luego rechazaremos firmemente la soja transgénica en cualquiera de sus manifestaciones: leche, granos, tofu o yogur.

Siempre hemos creído que el yogur es sano, lo sabemos todos,¿no es cierto? Lleva esas bacterias bífidus de que tanto hablamos, que son necesarias para la flora intestinal. Así pues, ¿debemos hacer una excepción con los yogures al eliminar lácteos? Este ProtocoloAntiaging Natural no recomienda en ningún momento tomar yogur o kéfir. Sin embargo, la decisión de eliminar los lácteos de tu dieta debe ser tomada por ti en base a la información que puedes hallar en libros como éste, pero también en base a tu adaptabilidad a los cambios. Lo más aconsejable es que pruebes la recomendación de pasar un mes sin tomar leche, yogur, kéfir, queso, cuajada, natillas, bechamel o cualquier derivado lácteo. Pueden sustituirse todos esos productos por otros elaborados a partir de soja o avena no transgénica. Si no notas ninguna mejoría sino que, además, te mueres ante la sola idea de tomarte un yogur, quizá seas de ese uno por mil de los mortales a quienes la leche les sienta bien. En caso contrario, tu salud y tu aspecto acusarán positivamente el cambio hacia leches vegetales. Los complementos de prebióticos y probióticos repoblarán rápidamente tu flora intestinal sin generar ninguna intolerancia en tu organismo.

El salmón, las sardinas y, en general, el pescado azul, son excelentes fuentes de calcio. Cuando el pescado es pequeño o está bien frito, podemos comer las espinas más pequeñas sin peligro. Las ostras y las almejas, langostinos y otros crustáceos también son ricos en calcio de buena biodisponibilidad. Entre los frutos secos, destacan las almendras. La soja, en todas sus variedades (haba de soja o tofu), también tiene calcio. Hemos de desechar, sin embargo, las variedades de leche de soja con calcio añadido. Los cereales integrales (trigo, arroz, avena, mijo —excelente fuente de silicio—), las legumbres, el sésamo (qué buena idea espolvorear las ensaladas con semillas de sésamo), las castañas, las naranjas, las judías verdes, el ruibarbo y, sobre todo, la col y el brécol. Quizá no sea muy apetitoso, pero hay estudios sobre osteoporosis que demuestran que beber un vaso de jugo de col al día es excelente para alejar de nuestras vidas aquel terrible porcentaje. Y para ello sólo necesitamos una licuadora. La col es accesible a todos los bolsillos y su zumo puede mezclarse con zanahoria o manzana para mejorar su sabor al tiempo que mejoramos nuestra salud ósea. Además, la col y toda la familia de coles de Bruselas, lombarda, coliflor, brécol, etcétera, son excelentes cicatrizantes de la mucosa gástrica, capaces de cerrar una úlcera gástrica y de acabar con una estomatitis o las terribles aftas bucales. Si llevas dentadura postiza y eres proclive a sufrir llaguitas en las encías, o si tienes el estómago sucio por estar tomando medicación, la col es tu mejor aliada.

Al disponer tu menú, ten presente no juntar en una misma comida los alimentos de alto contenido en calcio —como, por ejemplo, un salmón al horno— con granos integrales —arroz, trigo, avena…—, pues aunque éstos también aportan calcio, contienen una sustancia que se une al calcio e impide que éste se absorba correctamente. Una cosa u otra en una misma comida. También las almendras, los espárragos y las espinacas, ricas en ácido oxálico, limitan la absorción de calcio. Así que mejor acompañar tu pescado al horno con ensalada, guisantes, judías tiernas, patatas, tomates asados y el largo etcétera de los productos de la huerta. El calcio tomado por la noche se absorbe mejor y ayuda a dormir (de ahí viene la antigua receta de una tacita de leche caliente antes de acostarse).

Las sopas de ajo y de cebolla, tan apetitosas en invierno, son muy interesantes por el azufre que nos aportan.

Evita absolutamente los fosfatos contenidos en las bebidas gaseosas, así como los alimentos ricos en levadura, pues el fósforo compite con el calcio para ser absorbido en una misma comida. Añade brotes de alfalfa en tus ensaladas y, si te animas, perejil fresco picadito. Prueba a sustituir las patatas por yuca. Disminuye el consumo de frutas cítricas que pueden reducir la absorción de calcio. Recuerda que un medio ácido es negativo para la salud del hueso. Pon una cáscara de huevo (puro calcio) en un vaso de zumo de limón y observa… Sin embargo, algunas personas tienen déficit de ácido clorhídrico en el estómago y ello también es peligroso, pues sin él no pueden digerirse bien las proteínas ni absorberse correctamente el calcio.

Homocisteína y osteoporosis

En la menopausia se produce un aumento de homocisteína que influye de una manera directa sobre los accidentes cardiovasculares. La homocisteína interfiere en la formación de enlaces cruzados de fibras colágenas (cross-linking). Es pues aconsejable suplementar con ácido fólico, que tiene la capacidad de reducir la concentración de homocisteína en el plasma. También las vitaminas B6, la B12 y, en general, todo el grupo B son útiles para el regular el metabolismo de la homocisteína, y siempre figuran en mis Protocolos Antiaging.

Principales factores en la prevención de la osteoporosis

El factor principal en la prevención de la osteoporosis sigue siendo el reequilibrio hormonal. Cualquier tratamiento con suplementos que tenga como objetivo detener la desmineralización e invertir su proceso deberá ir acompañado de un análisis exhaustivo del perfil hormonal y corregido con una buena suplementación fitoestrogénica. Por supuesto, existe la terapia hormonal sustitutiva, y hay casos en que es recomendable. Sin embargo, parece probado que aumenta la incidencia de cáncer de mama y de endometrio, riesgo que debe ser sopesado detenidamente con ayuda del ginecólogo. Yo prefiero recomendar fitoestrógenos que no tienen los mismos receptores, pero que a dosis adecuadas y complementadas con elementos hormon-like como el boro, consigue los efectos equilibrantes que perseguimos sin el riesgo de futuras complicaciones.

Y el segundo factor principal en la prevención de la osteoporosis no se come:¡es el ejercicio! Incluso existen máquinas especiales capaces de crear un estímulo que relanza la creación de masa ósea. Pero si no tienes una de ésas en el gimnasio más cercano, pide a tu entrenador que te haga una tabla de ejercicios personalizada, o sencillamente camina, nada, ¡muévete! La estimulación del hueso en una tabla de ejercicios viene dada por la tracción de los ligamentos que unen un músculo con el hueso. Los pequeños tironcitos que transmiten los movimientos de un ejercicio tan común como caminar rápido, subir escaleras o levantar pequeñas pesas, propicia el fortalecimiento del hueso en esa zona, como si quisiera hacer un callo. Se trata de un supernutriente barato y efectivo, con numerosos «efectos secundarios»: mejora la circulación y la oxigenación, relaja tensiones y tiene un montón de beneficios que veremos más adelante. ¡Dale prioridad en tu Protocolo Antiaging Natural!

Supernutrientes para los huesos

Veamos una pequeña recopilación de los nutrientes que recomendamos para mantener fuertes y flexibles nuestros huesos en el Segundo Tiempo.

• Fitoestrógenos (isoflavonas de soja, trébol rojo, Cimifuga racemosa, etcétera).

• Silicio, para muchos especialistas, entre los que me cuento, este mineral, en su forma orgánica, es junto con el magnesio el mejor método de prevenir la osteoporosis.

• Boro.

• Calcio y magnesio. La necesidad diaria de calcio es de 300 mg. La relación fisiológica es 8 mg de Mg por 1 mg de Ca.

• Complejo multimineral (con todos los minerales y vitaminas señaladas anteriormente y, a poder ser, micronizado para mejor absorción).

• Vitaminas A, C, D, K y grupo B.

• Antioxidante de pepitas de uva (fortalecedor del tejido conectivo).

• MSM (el azufre es un componente importante en la estructura ósea).

• Colágeno hidrolizado enzimáticamente.

• Perlas de aceite de halibut, por su riqueza en vitaminas A y D junto con ácidos grasos.

Las algas coralinas

Al elegir un preparado, miraremos que la fórmula contenga calcio altamente biodisponible; así nos aseguramos una buena absorción y que no quede circulando libremente por el torrente sanguíneo. Las algas coralinas, activadas por la radiación solar y energetizadas por el movimiento de las olas, aportan hasta 73 minerales y elementos traza activos y fácilmente asimilables. Las algas coralinas se encuentran en simbiosis con otras especies marinas. Tienen un ciclo de vida corto:6 meses. En ese lapso de tiempo han tenido que almacenar una gran cantidad de minerales y elementos traza entre los que destacan el calcio y el magnesio, ideales para prevenir la osteoporosis. Existen preparados de algas coralinas enriquecidas con potasio, lo que las convierte en un nutriente especialmente interesante para mantener equilibrado el Ph ácidobase. Cuando las algas coralinas se presentan enriquecidas con inulina, la absorción de todos los minerales aumenta considerablemente y aprovechamos mejor el suplemento.

La desmineralización es un epígrafe importante en nuestro Protocolo Antiaging Natural y, como hemos visto, doblemente peligroso para la mujer que ha franqueado el umbral del Segundo Tiempo, porque normalmente a esta edad su cuerpo tiende a reorganizarse hormonalmente. Nos referimos a la menopausia, y es tan importante esta etapa de nuestra vida que bien se merece un capítulo entero.

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