Читать книгу El primer modelo de aparato psíquico - Adolfo Miguel Zonis - Страница 6

1 Introducción

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El “manuscrito” es el primer modelo del psiquismo humano, es decir representa el primer intento científico de mostrar la existencia de un mundo interno que permita entender la subjetividad.

Un modelo es una construcción teórica que permite comprender una serie de conceptualizaciones abstractas y complejas a través del uso analogías figurativas y verbales de mas fácil comprensión. (J. Geddo y A. Goldbarg, Los modelos de la mente, Amorrortu, 1980).

Freud desarrolló otros modelos a partir del “Proyecto”. Estos nuevos modelos en ocasiones subsumen a los anteriores, como en el caso de “La interpretación de los sueños”, en el que Freud desarrolla la primera tópica, donde si bien el autor hace un salto metodológico, el “Proyecto” queda asimilado. En la segunda tópica, al desarrollar el modelo tripartito, lo mismo ocurre con el modelo tópico. Algo semejante ocurre con los distintos momentos teóricos del desarrollo pulsional.

El manuscrito del “Proyecto” data del otoño de 1895. El título no corresponde al manuscrito, sino que aparece en la primera edición en alemán en 1950.

Consta de tres partes, la primera y la segunda parte fueron comenzadas en el tren (carta del 23-9-1895), cuando Freud regresaba de un encuentro con W. Fliess. Una parte de estas páginas está escrita con lápiz; la tercera parte fue comenzada el 5 de octubre de 1895, y el día 8 del mismo mes Freud le envió a Fliess las tres partes. Una cuarta parte, que debía referirse a la psicología de la represión –supuestamente “la clave del enigma”– nunca fue terminada.

Fliess, un otorrinolaringólogo que vivía en Berlín, era un hombre muy estudioso de la biología y se mostró muy receptivo a las ideas de Freud. Hubo en intenso intercambio epistolar entre ellos, donde además de cartas le envió trabajos en borrador, que se conocen como los “Manuscritos”, muchos de los cuales son los primeros esbozos de trabajos posteriores. El “Proyecto” es uno de ellos.

La base clínica sobre la que asienta este trabajo son los “Estudios sobre la histeria” (1893-1895) y “Las neuropsicosis de defensa” (1894), este último publicado seis meses antes que el “Proyecto”.

El “Proyecto” se basa en la idea de combinar dos teorías diferentes: la primera corresponde a la escuela fisiológica de Helmholtz; el fisiólogo Brücke, profesor de Freud, pertenecía a esa escuela. Según esta teoría, las leyes que rigen la neuropsicología son puramente fisicoquímicas La segunda teoría principal fue la doctrina de la neurona.2 Esta doctrina establecía que la unidad funcional del sistema nervioso central era una célula distinta, que carecía de continuidad anatómica directa con las células adyacentes. Su propósito, escribe Freud, es “figurar a los procesos psíquicos como estados cuantitativamente determinados de partículas materiales especificables”. Luego postulaba que esas “partículas materiales” eran las neuronas, y que su estado de actividad se distinguía de su estado de reposo por una “cantidad”, que estaba “sujeta a las leyes generales del movimiento”. (S. Freud, 1894).

James Strachey comenta una carta enviada a W. Fliess en mayo de 1895, la Carta 24, donde Freud daba una explicación acerca del “Proyecto”:

“Dos ambiciones me atormentan: primero, averiguar qué forma cobrará la teoría del funcionamiento psíquico si se introduce en ella un enfoque cuantitativo, una especie de economía de la energía nerviosa, y segundo, extraer de la psicopatología aquello que pueda ser útil para la psicología normal. En efecto, sería imposible obtener una concepción global satisfactoria de los trastornos neuropsicóticos si no se pudiese vincularla con claras hipótesis acerca de los procesos psíquicos normales.”

Estas consideraciones las vamos a encontrar, expresadas en otros términos, a lo largo de toda la obra de Freud. Por ejemplo (1932):

“En efecto, la patología nos ha prestado siempre el servicio de darnos a conocer por aislamiento y exageración, constelaciones que en la normalidad habrían permanecido ocultas”.

Sigue J. Strachey:

“el ‘Proyecto’, pese a ser en su faz ostensible un documento neurológico, contiene en sí el núcleo de gran parte de las ulteriores teorías psicológicas de Freud. En este aspecto, su descubrimiento no sólo tuvo un interés histórico, sino que de hecho iluminó por vez primera algunas de las más oscuras entre las hipótesis fundamentales de Freud”.

En una nota al pie destaca aquellos trabajos que se apuntalan en el “Proyecto”, el Capítulo VII de “La interpretación de los sueños” (1900a), “Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico” (1911b), los trabajos metapsicológicos (1915), “Más allá del principio de placer” (1920g), “El yo y el ello” (1923b), “Nota sobre la ‘pizarra mágica’” (1925) y, finalmente, el “Esquema del psicoanálisis” (1940a[1938])”.

Jorge Carpinacci nos explica:

“Pese a las irregularidades metodológicas y a la poca estima que Freud manifestó por su contenido, las ideas fundamentales de su proyecto [...] se transparentan inequívocamente a lo largo de toda su obra posterior y, en especial, en sus escritos metapsicológicos. Estos últimos, como hijos avergonzados de su ascendencia aparentemente biologista, renegando e intentando sumir en el olvido la historia de sus orígenes, por la fisonomía típica que adoptan sus conceptos, no dejan de delatar, empero, las condiciones de su nacimiento. Es como si Freud, al encerrar en un cajón de su escritorio los manuscritos de su flamante obra, hubiese llevado a cabo el parricidio del progenitor material de la teoría psicoanalítica, el cual, a partir de entonces, no deja de retornar idealmente para dictar desde las sombras los modos generales de estructuración de su descendencia hecha nociones”.

Karl Pribram (neurólogo de la Universidad de Stanford) y Merton Gil (profesor de Psiquiatría en la Universidad de Illinois) escribieron en 1976 El Proyecto de Freud con el subtítulo: Una introducción a la teoría cognitiva y la neuropsicología contemporánea.En la Introducción plantean:

“El Proyecto de Freud es un documento importante. Muchos términos utilizados en la parte de la teoría psicoanalítica que trata de los mecanismos son objeto de definiciones operacionales en el Proyecto. Como estas definiciones implican por lo común tanto referentes neurológicos como conductuales, el documento es, en cierto sentido, una piedra de Rosetta para los interesados en poner en comunicación estos dominios posibles. Además, el Proyecto contiene concepciones tempranas de procesos que en muchos casos se anticipan en años a formulaciones posteriores realizados no sólo por Freud sino por otros psicólogos y neurólogos. [...] La base neurológica del Proyecto se mantiene en lo esencial sin cambios y proporciona la validez de concepciones actuales tales como la ‘reducción del impulso’, ‘fortaleza del yo’, ‘realización del deseo’, y el mecanismo atencional de la ‘prueba de realidad’.”

L. Horstein señala, refiriéndose al “Proyecto”, que en realidad lo que hacemos es una “lectura retroactiva desde el psicoanálisis contemporáneo”, y cada lector le asigna especial importancia a determinadas perspectivas que se abren al texto. Cita a M. Safuan (1971), que lo considera como “el primer escrito en la historia del pensamiento que concierne a los efectos del lenguaje sobre la estructuración de la subjetividad”. También cita a A. Green, cuando dice que “es una megalomanía teórica que pretende englobarlo todo: el mundo exterior, el interior, el medio, el organismo, la percepción, la conciencia y la memoria”.

Sebastián Di Orio y Lionel Klimkiewcz realizan una lectura del “Proyecto” desde los seminarios de Lacan, especialmente en el segundo, “El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica” y el séptimo, “La ética del psicoanálisis”. En sus conclusiones, nos dicen:

“A este texto, tan complejo como interesante, al que Freud rehusó introducir en el marco de la teoría psicoanalítica que él mismo construyó, la realidad del movimiento psicoanalítico actual lo recibe de manera seguramente para él impensada.Habiendo sido trabajado, cuestionado y elogiado por diversos autores en los últimos años, se convierte ahora, según creemos, en un texto ineludible en la transmisión del psicoanálisis”.

2 El término ‘neurona’ fue introducido por Waldeyer en 1891.

El primer modelo de aparato psíquico

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