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I

El profundo sueño de Heros había sido interrumpido ante el estallido de diversos sucesos ocurriendo con simultaneidad entre sí. Las mamparas se estremecían a su alrededor junto al resto de los muebles y sus pertenencias, tanto personales como laborables, de su alojamiento privado.

La desafiante insistencia de las alarmas no lo dejaba asimilar el reciente infierno en donde parecía haberse despertado. Apenas podía recordar lo de anoche, por lo que pensar en el presente se le dificultaba, así que optó por dejarse llevar por los instintos e inmediatamente se vistió con el uniforme de guerra.

La mayoría a bordo del Sentry Shuttle solía vestir de pantalón y camisa blanca con los accesorios básicos de color gris para crear un agradable contraste. Heros también portaba el mismo uniforme blanco pero con la implementación de varias líneas verticales alrededor de su atuendo, combinándose con su chaleco ligeramente metalizado.

Del mismo modo sus botas, guantes, cinturón, rodilleras, coderas y lentes compartían aquel tono grisáceo que conforme le daba la luz, se desenvolvía en matices que iban de lo claro a lo oscuro. Por el debido momento, los múltiples bolsillos en su armadura donde guardaba toda clase de instrumentos o herramientas se encontraban vacíos dado que este evento desafortunado lo había agarrado desprevenido.

Los únicos quienes diferían de portar estos colores, eran los oficiales de mando, para ellos se les habían asignado el color azul para diferenciarlos ya que nadie solía prestarles atención a las insignias brillosas. Conforme el azulado iba tornándose en cobalto, marino o petróleo; representaba el grado de superioridad del tripulante.

Encontrarse a un hombre enteramente vestido de un negro formal podría significar estar ante la presencia de un Almirante o Vicealmirante. Con respecto a las demás divisiones de la Facción Replicante, la distinción se daba mediante el empleo de otros colores bajo el mismo modelo claroscuro.

Heros trató de mantenerse con rectitud conforme se deslizaba por el pasillo de los camarotes. Le parecía lo bastante complicado porque la nave no dejaba de zangolotearse. Las explosiones eran constantes e impredecibles, que hubo momentos que tuvo que aferrarse de uno de los tubos para no caerse como fue el caso de uno que otro despistado.

Bajo esta clase de circunstancias no se era prudente tomar el elevador, aunque tampoco se recomendaba aventurarse por las escaleras manuales de las salas secundarias de ataques. Heros aprovechó correr el segundo riesgo para al menos dar un vistazo a lo que sea que estuviese provocando este fastidioso estruendo.

La escotilla hacía el área de comedores y la cocina yacía abierta para su buena fortuna. Regularmente tendía a batallar porque al parecer había un chistoso que la atascaba con su enorme fuerza y por coincidencia, siempre parecía ser la víctima de esta pésima broma.

Tras agacharse y levantarse, se encontró con una corredera de gente en todas las direcciones. Hasta eso era silencioso y ordenado, aunque pudiera ser que las estridentes alarmas fusionadas con los continuos estallidos estuviesen opacando la esencia del caos emitida por sus compañeros.

Heros se mantuvo apegado a la pared de su lado derecho hasta colocarse a un costado de los elevadores. Sin embargo, decidió rodearlos para ingresar a la escotilla, la cual comunicaba con las armas secundarias del flanco derecho.

Hasta eso el espacio era considerado, el detalle en sí recaía en la ausencia de unos barandales ya que aquí la división entre los tres niveles en los cuales se estructuraba el crucero espacial estaba demasiada expuesta por sus techos y paredes entreabiertos de metal. Toda una estructura agujereada de acero había sido integrada para darle el paso al cableado de las instalaciones eléctricas, hidráulicas, entre otras.

Los portadores de las metralletas no paraban de disparar a las naves que acechaban al Sentry Shuttle. Sin duda había una guerra allá afuera y Heros se encontraba en primera fila. Había pasado un buen tiempo sin haber combatido las fuerzas supremas, dado que la última vez resultó en su desventaja como solía suceder gracias al vínculo directo con el Sensor de la Tierra.

En esta ocasión, parecía tratarse de otra situación absolutamente distinta, el Sentry Shuttle estaba experimentando autentico daño y no sólo en el exterior. Heros tuvo que agacharse ante las chispas emergentes de un cableado que recién se había desbaratado ante la cercanía de un bombazo. No podía comprender lo que sucedía, era como si de la nada el escudo protector de la Tierra ya no los estuviera protegiendo ¿Será que alguien dentro de este transporte de vigilancia había alterado los sistemas para ponerlos a merced de la Legión Suprema? Un pensamiento que optó por desecharlo a la brevedad.

Heros decidió apurarse al puente de mando ya que quedarse con los brazos cruzados no lo ayudaría a saber con certeza, ni mucho menos cuando la nave radicaba al borde de la extinción.

—¡Ataque eminente, sujétense!

En cuanto lo advirtió uno de los portadores, el ventanal explotó junto con la metralleta. Heros se sostuvo fuertemente de uno de los tubos evitándose ser succionado por la gravedad del vacío. Al parecer una nave enemiga se había estrellado logrando crear esa brecha entre el espacio y la nave.

Para cuando los escudos de emergencia se reactivaron, ya varios de los soldados y técnicos habían sido succionados por la oscuridad. Heros volvió a ponerse de pie y continuó su ascenso por las escaleras verticales, ignorando las súplicas de auxilio provenientes de un segundo portador que se había quedado sin municiones.

Heros no tenía tiempo de sobra para reabastecerlo, esperaba y otro de los sobrevivientes le asistiera ya que en definitiva, el crucero debía resistir en orden de llevar a cabo una exitosa evacuación. Por más que odiaría confesarlo, el Sentry Shuttle estaba perdido.

La escotilla para ingresar al primer y substancial nivel se encontraba obstruida. Heros maldijo por unos segundos hasta recapacitar en este innecesario ritual humano. Era ilógico que regresara al segundo nivel, otra vez era atravesar por la cocina sólo para volver a subir por el cuarto de armas secundarias del franco izquierdo.

Ante otro molesto zumbido ocasionado por las explosiones externas, Heros se acordó del pequeño láser que cargaba en uno de sus compartimentos secretos de su chaleco metalizado. Rápidamente lo extrajo y en cuanto estuvo a punto de encenderlo, el Sentry Shuttle sufrió un imprevisto giro del cual provocó que se le deslizara por el ahora descendente pasillo.

De inmediato Heros se explayó por la áspera estructura hasta sostener el láser portátil entre sus manos. Esta vez trató de sujetarlo con fuerza mientras el crucero se aplanaba. Por un momento pareció haberse perdido la esperanza, pero he aquí se encontraba otra vez de pie observando como los sobrevivientes tomaban los lugares de los caídos con tal de ejecutar las defensas de la nave a su máximo potencial.

Al menos las ametralladoras en cada nivel parecían repeler el ataque enemigo, aunque no podía darse el lujo de confiarse de más; necesitaba recurrir al puente de mando para tener una noción de este giro inesperado de eventos y supervisar las maniobras desencadenadas como corregirlas en orden de mantener activo este transporte.

Apoyándose con el barandal, Heros comenzó a quemar la cerradura de la escotilla. Una vez destrozada, pateó con insistencia hasta que esta cosa se desprendió por el otro lado. Cuidadosamente se puso de rodillas y estiró su espalda para gatear por el túnel ubicado en uno de los extremos de la zona de despegue.

Más que una plataforma podría considerarse como un hangar para toda clase de aeronaves, aunque no sólo era un espacio exclusivo para los pilotos, puesto que en el otro extremo se había construido un área de entrenamiento militar para que los soldados pudieran llevar a cabo sus entrenamientos de campo.

La terraza deslizante se encontraba cerrada ante el fuego enemigo, lo cual Heros lo tomó como prudencia. Sin embargo, seguía sin tener una visión clara de la batalla que lo rodeaba en el exterior. Para su asombro, se encontró con que el elevador hacía el último nivel estaba funcionando; esto si era imprudente ya que quién estaría loco como para arriesgarse a transportar mercancía en víspera de la constante inestabilidad.

La respuesta a su inquietud fue contestada al instante en que sus ojos captaron a Bryan quien estuvo a punto de regresarse abruptamente hasta el fondo con todo y elevador si no hubiese sido por los reflejos de primera clase de Heros.

—Sargento González —lo estabilizó conforme se desplazaba hacía el puente de mando—. Desconocía que tuvieras delirios de grandeza, tanto como para suicidarte.

Bryan lo saludó con formalidad y ambos retomaron su rumbo hacia el fondo izquierdo, haciendo caso omiso de las maniobras agresivas de sus compañeros.

—Perdóneme Subteniente Durion, me enviaron a inspeccionar las instalaciones eléctricas.

—¿Y cuál es el estatus?

—Grave Subteniente, estamos perdiendo energía y rápido.

Heros y Bryan deslizaron sus tarjetas en los lectores obteniendo el libre ingreso al conducto que conllevaba al puente de mando. Tras cerrarse la primera compuerta detrás de ellos, la segunda enfrente se deslizó revelando un gran vació debajo de sus pies.

Bryan se adelantó y tecleó un comando en la consola que tenía a un lado de él. Tras darle aceptar, un pasillo comenzó a cubrir parte del vacío; aquello había sido establecido como medida de seguridad para impedir el cruce del personal no autorizado.

Conforme se extendía el invocado pasillo, Heros y Bryan se sujetaron de las agarraderas para evitar que un imprevisto estruendo los hiciera caer al acantilado. En aproximadamente un minuto, ambos extremos se interconectaron restableciéndose el conducto al puente de mando.

De nueva cuenta tuvieron que insertar sus tarjetas para activar la cúpula la cual tras girarse se reveló un set de escaleras en forma espiral que ascendían hacía la superficie de mando. Bryan le cedió el paso como era costumbre y Heros no titubeó en tomar la delantera.

Finalmente había llegado al puente de mando aunque para su asombro lo primero que contempló, a través de la prolongada y curveada superficie cristalina que envolvía este centro, lo dejó en absoluto silencio. Se le dificultaba comprender las razones detrás de aquellas irrespirables circunstancias que se desenvolvían enfrente de éste.

No era tanto el conteo de los daños infligidos en el Sentry Shuttle a consecuencia del enjambre de naves enemigas que los acechaba, sino se trataba de la infinidad de destellos amarillos y rojizos que se registraban en el delicado planeta Tierra.

De por sí había sido sometido bajo un escudo protector referido como el Sensor para justo contrarrestar estas perceptibles fracturas. Era obvio que este Sensor había fallado o quizás había sido inhabilitado desde su interior para encontrarse en dicho infierno.

Una vez que aquel incendio comenzara a desvanecerse, los colores cafés, verdes y azules se volverían negros, grises y rojos ante la ceniza reflejada por el sol y la sangre derramada.

Tanto deseaba que este innecesario sufrimiento terminara, más el duelo por la Tierra tendría que esperar, había asuntos mucho más importantes por lidiar en este instante y requerirían de su directa involucración.

En primera instancia debía descubrir cómo había sucedido aquella explosiva tragedia. Ni siquiera hubo indicios o mensajes para mantenerlo en alerta. Bien sabía que las transmisiones con las Centrales de Replicantes Infiltrados (CRIs) eran procesadas únicamente por el Cuartel Replicante, referido también como El Hexágono.

Bajo el motivo de evitar esta clase de desastres, el Sentry Shuttle dependía también de la energía bloqueadora del sensor de protección. Como tal era comprensible el por qué este crucero espacial había sido puesto en eminente peligro.

La Legión Suprema había recibido por primera vez en años la oportunidad de destruir esta nave intermediaria de una vez por todas y por lo visto, estaban agotando hasta sus máximos recursos por derribarlos en pleno espacio.

Aunque a Heros le doliera admitirlo, estaban haciendo un magnífico trabajo porque ninguno de los oficiales había ordenado el despegue inmediato de las naves defensivas. Incluso nadie parecía estar consciente de su presencia, ni siquiera el Capitán Stokes.

Hasta eso ¿dónde se encontraba el Teniente Takemura? Probablemente dándoles un tedioso tour al Almirante y Vicealmirante por las instalaciones hidráulicas del tercer y último nivel del crucero. Después de todo, le encantaba las relaciones públicas, siempre y cuando le dieran la oportunidad de besar traseros porque desde meses había recalcado su urgencia por comandar un crucero de su propia talla.

Ahora, quizás aquel deseo dejaría de existir porque ante aquellos brutales estruendos, era un hecho que la aspereza puntiaguda de aquellos compartimentos lo hubiese matado, a él y ni se diga de sus cordiales y buenos para nada.

—Subteniente Durion —Whalfer notó su presencia lo cual ya venía siendo hora—. Bajo estas circunstancias, me da bastante gusto verlo con vida.

—Por el debido momento —pausó al prevenir el repentino estruendo—, Capitán Stokes ¿qué fue lo que pasó?

—El Sensor fue destruido.

—Sí, ya lo veo pero ¿cómo?

—No lo sabemos.

Whalfer se distrajo ante la lectura de los daños del casco del crucero.

—¿Cómo que no lo sabe? —insistió.

—No tenemos reporte de ninguna clase, nada.

Heros pensó detenidamente hasta precisar una buena pregunta.

—¿Revisó las comunicaciones?

—Las comunicaciones dejaron de funcionar hace cuarenta y ocho horas.

—¿Cuarenta ocho horas?

—Así es —confirmó Whalfer dándole la seña al contramaestre Kade de proceder con las maniobras defensivas.

—El tiempo mínimo para lanzar un auto-ataque dentro del mismo planeta.

—¿A qué se refiere Subteniente?

—Las comunicaciones nunca dejaron de funcionar, fueron deshabilitadas para llevar a cabo un ataque nuclear interno, es parte del manual operativo del Statehouse Museum, un protocolo impartido… —bajo su propia interrupción, Heros recapacitó en un solo individuo capaz de hacer tal atrocidad—. Executor.

—¿Executor? —Whalfer resopló— ¿Jamás podría infiltrarse, el Sensor no lo permitiría dado su composición…

—Él es el único que pudo hacerlo.

—¿Hacer qué?

—Destruir el Sensor —Heros desvió su atención a Bryan para pedirle un enorme favor— Sargento necesito que vaya a la Torre de Comunicaciones y me traiga la bitácora de las centrales.

Bryan asintió y se lanzó a la fuga.

—Subteniente, por más tentativa que suene su teoría, Executor tuvo que haber burlado el Sensor y eso es imposible.

—Siempre suele haber excepciones Capitán, entretanto le sugiero que ordene a todos los pilotos disponibles a un ataque ofensivo.

—Me temo que no se puede hacer.

Heros lució una cara de descontento esperando un buen argumento.

—El Sentry Shuttle está muy dañado y la fuga de energía es cada vez alarmante, me temo que si abrimos la plataforma de despegue, corremos el riesgo de quedarnos sin los escudos frontales o peor aún, quedarnos sin la suficiente energía para un aterrizaje de emergencia.

—Entonces sólo nos queda anticipar los movimientos de la Armada Suprema y sobrevivir.

—Tal parece.

Whalfer reanudó sus labores de mando mientras Heros no tuvo alternativa más que esperar indefinidamente en un inquietante limbo.

—Maravilloso —expresó con ironía, ya que no le quedaba de otra. Para entonces Bryan había logrado atravesar el tambaleante hangar.

Hubo algunas circunstancias en las que estuvo a punto de caer pero sus buenos reflejos lo mantuvieron inmune a tales deslices a través de algunas evasiones creativas de su parte.

Cuando ingresó a la torre, el personal se encontraba revoltoso y confundido. Técnicos y mecánicos regados por doquier tratando de rehabilitar las comunicaciones. No obstante, estaban tan atemorizados que no tenían la menor idea de lo que estaban haciendo. Debido a este ataque de pánico, estaban empeorando más las cosas de lo que ya estaban.

Después de permanecer varios minutos en espera, nadie en absoluto le prestó atención por lo que no tuvo opción que esculcar por su propia cuenta. Tomó una tableta y mediante la conexión inalámbrica descargó sólo los últimos reportes generados por las centrales.

Por si acaso, extendió la descarga a un par de días antes, de esta manera evitaba darse una segunda vuelta ya que con esta ida y vuelta serían suficientes. Aquél lugar estaba poblado de gente maniática que hacían todo menos recuperar sus estribos.

En cuanto emergió de la torre, una explosión se filtró en una de las alas ocasionando que tanto tableta como él mismo fuesen jalados hacía el espacio abierto. Afortunadamente, los escudos de rayos lo salvaron a unos cuantos segundos de haber sido expulsado del crucero.

Bryan comenzó a revolver los cadáveres en el de por sí tembloroso suelo en busca de la tableta. Habrá parecido insensible de su parte ante el resto, el haber ignorado las súplicas de auxilio de los caídos como de aquellos desafortunados que habían sido consumidos por la gravedad.

Más Bryan era un Sargento en toda la extensión de la profesión por lo que no tenía tiempo para llorarle a los muertos y mucho menos ante el debido cumplimiento de una orden que podría salvarle no solo su vida sino la del resto de la tripulación aún a bordo; así que se esmeró hasta ubicarla de nuevo. Esta vez decidió enganchársela en su chaleco en lugar de traerla cargando.

Heros no le dio la oportunidad de explicarse, en cuanto lo vio regresar al puente, le arrebató la tableta y se puso a analizar las últimas entradas de la bitácora. Fue entonces cuando su mente comenzó a hacer conexiones tras haber detectado el acontecimiento en el Cuadrante Zeta.

Bryan se quedó ahí parado con los brazos caídos observando a Heros hacer magia con su mente, para algunos esta tendencia se les hacía incómodo y hasta aburrida. Enhorabuena, Bryan era la excepción.

Podría insinuarse que admiraba la capacidad de profundizar en un contenido, y más en estos momentos donde la sobrevivencia del Sentry Shuttle dependía de su inteligencia, en orden de encontrar el detonante para proyectar el futuro y subsecuentemente la solución.

Las alarmas volvieron a sonar ante las originadas ranuras en el casco del puente a consecuencia del fuego enemigo. A través de las comunicaciones internas, Whalfer ordenó al personal que tomasen un arma y dieran su máximo esfuerzo en repeler a los atacantes.

Descartando el caos, Heros continuó sometido en las entradas personales de Warwick Hawthome, el comandante de la Central Norte ya que reportaba directamente la infiltración de Executor, lo cual eventualmente lo conllevo a explorar la misión en el Grey Site donde a su vez se confirmaba la absoluta y directa involucración de este supremo, seguido de un operativo clandestino en el Statehouse Museum por parte de la Teniente Naomi Destry Wells en compañía de la tripulación del Black Ghost.

A partir de ese momento, no hubo seguimiento alguno por parte de la Central Norte. Era curioso que coincidiese con las cuarenta y ocho horas del corte de comunicaciones. Heros no tuvo opción más que insinuar que las cosas se salieron fuera de control para esta desafortunada central.

Un imprevisto estruendo volvió a desequilibrar su firme postura pero para su buena fortuna, Bryan lo detuvo justo antes de que azotara con el suelo.

—Gracias Sargento.

—Ni lo mencione.

Tras recuperar el equilibrio, Heros hizo a un lado la bitácora y se concentró en sus lentes computarizados para hackear la red privada del Statehouse Museum. Esto mediante uno de los satélites todavía funcionales en órbita.

Le tomaría un buen rato revisar los últimos registros dada la lentitud del servidor, algo de lo cual no podía quejarse, después de todo se encontraba en medio de una batalla. Bryan comenzaba a inquietarlo ante las chispas eléctricas, por lo que Heros optó por ignorarlo.

En cuanto logró ingresar a la base de datos, empleó una ecuación especial para rastrear los movimientos de Executor, ya que estaba seguro que éste había sido el causante detrás de la destrucción masiva del Sensor y para su astucia, andaba en lo cierto tras ubicar la brecha en el sistema.

Era una especie de firma digital que solamente él podía reconocer, podría decirse que era parte de sus dones como híbrido puesto que Heros no era cien por ciento humano. Al igual que Elder, compartía su genética y físico con la excepción de poseer canas rojas en la misma tonalidad de sus ojos.

Curioso haber pensado en aquel nombre tras vincularse con el Sector Cero dado que Executor había creado una especie de triangulación al interceptar un reporte que incriminaba a Hanna, una trabajadora que servía al Dr. Berger.

—¡Elder! —suspiró al descubrir que seguía con vida.

Heros volvió a concentrarse en el computador integrado en sus lentes de contacto, monitoreando la caja negra del Sector Cero, donde dentro visualizó el atrevido rescate por parte de la Teniente Wells.

—Warwick lo supo todo este tiempo —suspiró— ¿Por qué nunca dijo nada?

En eso la imagen visual se borró y con una ligera pulsada, Heros desactivó la modalidad de investigación, transparentándose sus lentes de nuevo.

Era obvio que alguien le había asistido a Executor en la destrucción del Sensor, y quizás ese alguien también lo encarriló rumbo a Elder. Necesitaba esclarecer esa interrogante antes de proceder.

La evidencia apuntaba a un traidor en la Tierra, era un hecho y si su presentimiento resultase cierto, existía todavía un segundo a bordo de este mismo crucero porque habría sido el modo más viable de proporcionarle el pase directo a Executor al cuadrante zeta, uno de los cuadrantes más susceptibles al mal funcionamiento debido a los cortes causados por la inestable atmosfera.

El tiempo había llegado, estaba seguro de ello. No que lo hubiese estado esperando sino había sido programado para cuando este día llegase. El Procedimiento de Encierro era una modalidad que éste compartía con otro más y para su emoción había sido activado.

Físicamente se había preparado para ello mediante intensos circuitos de ejercicios, largos trotes en los pasillos y sesiones de meditación para ponerse en contacto con sus sentidos y agilizar su mente.

Este protocolo de rescate y extracción no era para tomarse a la ligera como se le había anunciado la primera y exclusiva vez que se le asignó. La salvación de la humanidad estaba en juego porque prácticamente la victoria dependía de Elder y por ende, debía rescatarlo de aquel infierno desatado y traerlo de regreso al espacio. Reubicarlo en el acorazado más fortificado de la Facción Replicante o por lo menos llevarlo lo más lejos posible de las garras de sus enemigos.

En base a su acertada teoría de un posible traidor entre la tripulación, Heros no podía fiarse de nadie, ni siquiera de Bryan o Whalfer. Así que primero lo primero, debía destruir este crucero y debía hacerlo antes de que los humaliedroides la abordaran con ayuda de este misterioso renegado, aunque dudaba que se le presentase así de la nada. El anonimato lo mantenía al margen de las novedades de los Replicantes y ni se diga su seguridad, por lo que no la sacrificaría por el debido momento.

—Sargento —retomando el paso.

—Diga Subteniente.

—En ausencia del Teniente Takemura, absorbo las obligaciones de su puesto de mando y ejecuto la orden de ensamblar un equipo de sus mejores soldados con el objetivo de acudir al tercer nivel para ubicar al Almirante y Vicealmirante. Una vez encontrados, escóltenlos hacía las cápsulas de escape del lado este. Tras cumplirse la evacuación, destruyan el compartimiento por completo.

—¿Señor?

—¡Sólo hágalo! —estipuló despreciando la duda.

—Sí Subteniente.

—¡Notifíqueme cuando esté hecho!

Heros solicitó aquello a Bryan mientras descendía al Hangar en conjunto con Whalfer, quien se encontraba más confuso ante el giro de eventos.

—Disculpe Subteniente ¿acaso habrá una invasión aquí adentro?

—Capitán Stokes, la razón por la cual todavía este vehículo existe es porque la Legión pretende usarlo como un medio de transporte para aterrizar en la Tierra, dado que su código de identificación la pone a salvo del segundo mecanismo de autodefensa del Hexágono del cual quiero suponer que sigue activo; sí es el caso, es altamente probable que busquen anularlo a través del Sentry Shuttle.

—Pero no lo sabemos con certeza y aunque fuese la excepción, las probabilidades de que sigan funcionales las armas son nulas ¡Nada sobrevive en un holocausto nuclear y mucho menos de esa magnitud!

—Al igual que nosotros, la Legión lo desconoce y por eso no creo que el Alto Supremo quiera sacrificar a una flota entera, no sin antes cerciorarse personalmente ¿entiende?

—Enforcer—suspiró Whalfer tocándose el mentón ante el brote de nervios—, enviará a Enforcer para hacerse cargo.

—Así es —asintió Heros—, y seguramente ya se encuentre en camino.

—¡Sellen el puente! —Ordenó Whalfer validando la teoría de Heros.

—Nadie debe de entrar ¿entendido? —Heros declaró a su alrededor— ¡Defiendan al máximo este puente porque no sólo sus vidas dependen de ello! —pausó un momento para profundizar en la atención generada— Sino también los que radican allá abajo en la Tierra —alzó su mano señalando al frágil y decadente planeta en llamas.

La tripulación del puente respondió con el saludo oficial de la Facción Replicante del cual consistía en extender el brazo derecho a la altura del pecho y doblarlo hacía uno mismo generándose una especie de postura defensiva seguida de una inclinación del cuerpo y cabeza para confirmar la devoción y respeto hacia ellos como a la humanidad.

Tanto formalismo le daba agruras a Heros, pero era el único modo de motivarlos por lo que no tuvo remedio que responderles con la misma formalidad. Además era parte del protocolo.

—¿Y tú a dónde vas?

Al verlo retomar el paso hacía la tripulación, Whalfer no pudo evitar preguntarle sobre sus nuevas intenciones. Heros interrumpió su paso manteniéndose inmóvil frente a las escaleras circulares. Con lentitud volteó su cabeza hasta conectar con los ojos del todavía ansioso Whalfer.

—Me haré cargo de nuestros no invitados.

Whalfer se quedó sin palabras ante la sonrisa maliciosa. Más claro que el agua no podía estar. En orden de sobrevivir un ataque directo de Enforcer, Heros debía estar liderando en el frente. Después de todo, era una leyenda de la misma talla y en un descuido, mejor aún.

Mientras que Whalfer se enfocaba en sus labores de defensa y pilotaje, Heros reanudó su descenso presenciando a la vez el bloqueo al puente. En cuanto emergió al hangar, la compuerta detrás de él se selló deshabilitándose automáticamente los lectores que la respaldaban.

Con sutileza alzó su mano derecha y con su pulgar se tocó la extremidad de su lente derecho activándose la modalidad de ataque. La transparencia se tornó negra de las cuales lucía un escrito en color guinda que oficializaba el Procedimiento de Encierro.

No había pasado ni un minuto cuando el Sentry Shuttle pareció estabilizarse. No hubo temblor ni explosiones o disparos, solamente se desató un rotundo silencio que en vez de promover la esperanza, anticipó el horror que estaba por acechar a cada uno de los todavía sobrevivientes.

Tal como Heros lo había pronosticado, tres naves puntiagudas atravesaron el casco en el extremo izquierdo del Hangar. Ya era demasiado tarde para echarse para atrás, por lo tanto Heros debía sacarle provecho al escaso armamento que portaba.

La estructura puntiaguda explotó asesinando a los infantes, cabos, administradores, técnicos, cocineros u otros servidores que ambulaban cerca. Nadie estuvo exento.

—¡Todos a sus puestos de combate! —ordenó Heros cubriéndose con una columna.

Los soldados hicieron tal como se les ordenó y rodearon las tres naves infiltradas, sin dejar de apuntar a las rampas.

—Vamos Enforcer —susurró Heros anticipando su maniobra de asalto— ¡Qué estás esperando!

En cuanto Enforcer dio su primer paso en el interior del Sentry Shuttle, Heros supo en ese instante que se trataba en sí de una carrera hacía las únicas dos salas de evacuación; esperaba y a estas alturas existiese solo una funcional, tal como se lo había ordenado a Bryan, ya que su táctica consistía en ponerle una trampa a Enforcer conduciéndolo a la única sala con acceso directo al computador integrado en su visor.

El momento de ensuciarse las manos había llegado, Heros había esperado con ansias durante meses para dar la orden.

—¡Fuego!

Y así la batalla por el Sentry Shuttle había comenzado.

Decadencia

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