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ОглавлениеIntroducción
Gilberto Guevara Niebla
Adrián Acosta Silva
La educación nacional desde fines del siglo xx experimenta una crisis estructural asociada a la expansión acelerada del sistema escolar y sus efectos en múltiples dimensiones y contextos. Dicha crisis se expresa principalmente en la declinación general de los aprendizajes asociada al deterioro acelerado de las condiciones institucionales que los hacen posibles. Otra manifestación ostensible son las notables desigualdades internas del sistema educativo nacional (sen). A esta difícil situación se agregó el impacto funesto de la pandemia del covid-19 sobre los procesos educativos. A lo largo de estas crisis acumuladas, se promovieron con distintas vertientes y alcances tres grandes reformas de la educación básica, en 1992, en 2008 y en 2013, cuyos resultados han sido, sin embargo, insuficientes para transformar el desempeño del sistema. Adicionalmente, la economía nacional sufre un grave estancamiento, y entre 2018 y 2021 las políticas de ajuste impactaron de forma negativa el presupuesto educativo. Las actuales autoridades federales cancelaron la reforma de educación básica de 2013 pero no pusieron en práctica una nueva política educativa, y en la educación media superior y superior han prevalecido acciones de corto plazo que no inciden en el mejoramiento de la equidad, la eficacia y el mejoramiento de los aprendizajes para entornos laborales cambiantes y complejos. La convergencia de todas estas circunstancias explica el desfallecimiento de la educación nacional.
Bajo estas premisas, la Universidad de Guadalajara convocó a un grupo de académicos para reflexionar libremente sobre posibles estrategias que podrían aplicarse en el futuro inmediato para superar la crisis educativa contemporánea. Este ejercicio, que se concentra en áreas educativas consideradas de la mayor relevancia, aspira a generar ideas útiles y constructivas para la recuperación de la educación nacional. Con ese propósito general, esta obra reúne las colaboraciones de 12 académicos y académicas reconocidos en el campo educativo, estudiosos de sus problemas en sus distintos niveles, que aportan una visión crítica no sólo sobre el estado actual de dichos problemas, también ofrecen una visión de los escenarios posibles, probables e indeseables de la educación mexicana del siglo xxi.
Para Gilberto Guevara Niebla, México ha sufrido una importante mutación y la educación escolar actual se halla sujeta a exigencias múltiples y contradictorias. La tesis central de su ensayo, el primer texto de esta obra, es que la actual crisis de la educación es consecuencia del efecto acumulado y superpuesto de la crisis histórica, la crisis educativa causada por la pandemia y las consecuencias de la política regresiva del actual gobierno federal en esta materia. Estos factores han provocado la erosión del sentido social de la educación. Las reformas educativas se han caracterizado por enfocarse en los medios desatendiendo los fines, es decir, se han olvidado del sentido social de la educación. Por ello, el cambio educativo debe orientarse hacia los propósitos últimos de la actividad educativa. Sobre esta premisa se propone que las nuevas estrategias educativas se orienten hacia la democracia, hacia la justicia y hacia un desarrollo tecnológico con equidad. Desde el punto de vista del autor, no se trata sólo de un problema de lógica y de eficiencia, sino de actuar de acuerdo con una orientación moral y política que movilice a todos los actores educativos en una dirección consensuada y compartida.
Para Carlos Ornelas, el futuro de la educación es objeto de disputa. Su punto de partida es la aceptación de que la pandemia cambió la educación, ya nada será igual y es absurdo soñar con un regreso al mundo anterior, aunque todavía no se tenga plena conciencia de los cambios. Tal vez con esto se acelere la transformación del paradigma educativo. Para reflexionar sobre el futuro de la educación el autor plantea tres escenarios políticos. En la descripción de cada escenario no se habla de cómo deberían de ser las cosas sino de “cómo son, como si ya se viviera en la realidad” (por ejemplo, en 2030). El primer escenario (volver al pasado) se basa en una supuesta continuidad del régimen de Andrés Manuel López Obrador (amlo). Se asume que la 4T, su proyecto político, logra ganar las elecciones subsecuentes (en 2024 y 2030) y en esa línea se analiza lo que sucede; se hace una reforma curricular, de acuerdo con los prejuicios antineoliberales del presidente. Segundo escenario: la 4t se desgasta, en 2024 pierden las elecciones. El nuevo presidente es independiente, un conciliador, apoyado por la alianza opositora; técnicos y expertos asumen puestos clave; en educación se elimina la basura de contenidos incorporados por la 4t, se apoya una reforma curricular con base en la de 1917, se restaura el Instituto Nacional de Evaluación de la Educación y se dignifica la profesión docente. Tercer escenario: gana la presidencia un empresario independiente, de la mano del hipotético pms (Por un México Sustentable), forma un equipo diverso; se niega a la descalificación categórica del pasado anterior; se hacen reformas racionales, de orientación humanista; se destinan más recursos públicos para la educación; hay un sindicalismo libre: desaparecen las cuotas sindicales.
En el tercer capítulo de este volumen se aborda el problema del liderazgo. Lo hacemos entrevistando al exsecretario de Educación de Baja California Sur, Héctor Jiménez, un líder educativo ejemplar que ha sido —y sigue siendo— profesor de banquillo. En esta conversación se comprueba no sólo su honestidad, también su compromiso permanente con la educación. La entrevista con Jiménez muestra las dificultades y oportunidades de la educación básica en el México contemporáneo y el México del futuro. Para el entrevistado, dirigir correctamente la educación tiene gran importancia. Sería deseable que las cabezas políticas del sistema educativo nacional, los secretarios de Educación, fueran personas sensibles, con vocación y compromiso, que comprendieran que la Secretaría de Educación Pública (sep) no es igual a otras secretarías, que este sector no se gobierna con la imposición de reglas sino a través de un consenso cuidadosamente armado entre todos los actores de la educación. Eso significa mantener un estrecho contacto con los maestros y un amplio conocimiento acerca de los avatares del proceso educativo. El problema, afirma Jiménez, es que los puestos superiores de la dirección educativa se otorgan siguiendo criterios no educativos: por amistad o por interés político. Señala que es verdad que en la sep se nombró (a principios de 2021) a una profesora, lo que al comienzo se juzgó positivo. Pero enseguida quedó claro que la nueva titular se plegaba dócilmente a los caprichos presidenciales y renunciaba a actuar como un agente dotado de autonomía y con voluntad para poner por encima de la política el interés supremo de la educación.
Para Héctor Franco, autor del cuarto capítulo, el maestro de educación básica es la figura que más influye en el aprendizaje, pero al mismo tiempo la sociedad suele ignorar o subestimar al magisterio. El desempeño profesional del docente es determinado en gran parte por la formación inicial que recibió en las escuelas normales, pero a lo largo de la historia reciente la educación normal ha sido desatendida por el Estado. Este ensayo ofrece un breve marco histórico que busca explicar las relaciones de tensión que ha habido entre las escuelas normales y el Estado. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (snte) ha tenido control por largo tiempo de muchos de estos centros de estudio y ha influido en la difusión en ellos de una ideología corporativista. El subsistema de la educación normal (en) es extenso: hay 460 escuelas, de las cuales 266 son públicas; pero no tienen las condiciones de trabajo de otros centros de educación superior, aunque algunas han logrado construir una organización académica vigorosa. Los contenidos de la formación inicial, se sobreentiende, deben concertarse con los contenidos educativos del campo de trabajo, es decir, la educación inicial, preescolar, primaria y secundaria. Debe haber concordancia entre ellos, pero existen graves desajustes entre esas dos esferas, ocasionados en gran parte por la frecuencia con la que se han cambiado planes de estudio en educación básica. En este sexenio tales desajustes se han agravado por el rechazo categórico que hizo la sep de los planes académicos creados en 2017 que se juzgan “neoliberales” y por la decisión de regresar, en algunos casos, a los planes de estudio de 2011. El autor incorpora una serie de contenidos que a su juicio deben ser atendidos en cualquier reforma de los planes de estudio de las en. Bajo el actual gobierno estas escuelas lograron realizar, con el apoyo de la Subsecretaría de Educación Superior, un congreso representativo de delegados de todas las en, en el cual redactaron por consenso un documento (Estrategia de mejora de las escuelas normales). No obstante, el presupuesto asignado a las en en estos tres años ha descendido hasta cotas infamantes: se pasó de tener 777 millones en 2018 a 170 millones en 2021, una regresión inexplicable e injustificable. El gobierno de amlo se comporta como lo hicieron en el pasado sus peores enemigos. Sin embargo, para Franco, el anhelo de superación de las escuelas normales sigue vivo y seguirán pugnando por obtener el apoyo estatal que no han recibido.
En el quinto capítulo, Juan Fidel Zorrilla Alcalá ofrece un análisis del nivel medio superior de la educación superior mexicana. Su perspectiva consiste en identificar los componentes que hacen posible o debilitan las disposiciones normativas contenidas en el artículo 3o de la Constitución, y en especial el carácter de obligatoriedad que desde 2012 se confirió a la educación media superior en todo el país. Aunque es claro que la expansión de la matrícula de ese nivel ha aumentado en la última década (2012-2021), ese incremento ha ocurrido en un contexto de endurecimiento de las brechas de inclusión/exclusión de los jóvenes que egresan de las secundarias mexicanas. Esas brechas de inequidad se expresan, según el autor, en las tasas de abandono escolar, índices de reprobación y repetición, eficiencia terminal y acceso a opciones de educación media superior, que varían de manera significativa en el país en razón de factores como el origen social, la etnia y los contextos regionales de la educación media superior. La diversidad de los formatos escolares y los modelos institucionales de este nivel educativo requieren revisarse en sus dimensiones curriculares, pedagógicas, técnicas y organizacionales para enfrentar la crisis pandémica y mejorar las posibilidades de cumplimiento efectivo de su misión.
En el sexto capítulo, Eduardo Backhoff ofrece un análisis de cinco puntos principales: premisas de la evaluación en servicios públicos; premisas de la evaluación en la educación (ee); impacto del covid-19 en la educación; normatividad de la evaluación educativa; e importancia de la ee en el futuro inmediato. Señala que la buena gobernanza significa que el gobierno conduzca y cumpla eficazmente sus objetivos. Hay que evaluar la pertinencia, eficacia y eficiencia de los servicios públicos con el fin de mejorarlos. Por otra parte, el autor reconoce el alto valor público del papel de la evaluación, ya que la educación es una actividad compleja, por su objeto, por la multiplicidad de actores que intervienen, porque confluyen en ella múltiples factores. Eso hace necesario evaluar componentes, procesos y resultados. Asimismo, sobre el impacto de la pandemia en la educación, en este capítulo se ofrecen datos del estudio de la ocde donde participaron 31 países (México no lo hizo) y de la encuesta de inegi que arrojó datos preocupantes, como una alta tasa potencial de deserción y el uso socialmente desigual de los dispositivos digitales. Se puede suponer, en todo caso, que la pandemia y el confinamiento produjeron una merma considerable en los aprendizajes. El cuarto punto tiene que ver con la normatividad educativa, de modo que el autor presenta los objetivos asignados legalmente a la Comisión para la Mejora de la Educación (Mejoredu), que debe realizar estudios diagnósticos del sen, proponer mecanismos de coordinación interinstitucional y emitir sugerencias para la mejora educativa. Finalmente, Backhoff traza algunos rasgos de la evaluación educativa en el futuro, a partir de un diagnóstico puntual de los efectos devastadores de la pandemia en el sen.
El capítulo séptimo, firmado por Claudio Rama Vitale, aborda el proceso de cambio de los paradigmas educativos a partir de la diferenciación, expansión y difusión de las tecnologías digitales en los procesos de enseñanza-aprendizaje de los distintos niveles de los sistemas educativos nacionales. A partir de lo que denomina un “marco de hipótesis” sobre los nuevos paradigmas, el autor explora las transformaciones surgidas con fuerza en la gestión educativa durante el periodo del covid-19, en la que la educación en red, los modelos híbridos y la aparición de nuevos actores y fuerzas confluyen en la construcción de la nueva complejidad educativa nacional e internacional. Para Rama, la educación híbrida digital constituye el foco de nuevas experiencias que replantean políticas públicas y modos de gestión de la educación.
Por su parte, Adrián Acosta Silva se enfoca en el análisis de los desafíos de la educación superior, colocando en el centro el tema de la gobernanza estratégica de la educación terciaria. El argumento central de su colaboración es que en México existe un orden de la educación superior en las diversas escalas subnacionales, pero que no existe un verdadero sistema nacional de educación superior. Esta distinción entre orden y sistema es clave para comprender la débil influencia de las políticas públicas en la gobernanza educativa de este nivel, así como las incoherencias y contradicciones entre los instrumentos normativos y financieros dirigidos a gestionar la crisis de la educación superior en los últimos años.
María de Ibarrola, por su parte, concentra su atención en el tema de la reconversión de la educación antes y durante la crisis pandémica de 2020-2021, y lo enlaza con algunos ejes de reflexión sobre el futuro de las relaciones entre educación y trabajo. Para la autora es necesario identificar tres momentos clave del proceso: la construcción del sistema escolarizado y las estructuras del trabajo a lo largo del siglo xx; el impacto de la pandemia escolar y de la estructura laboral, que califica como la “debacle del sistema”; finalmente, el futuro de las relaciones entre educación y trabajo, colocando al mercado de trabajo como el referente estratégico del futuro de la escolarización mexicana.
El texto de Marco A. Fernández y Laura Noemí Herrera ayuda a dimensionar el tamaño y profundidad de la crisis financiera de la educación mexicana de los últimos años. Si bien es cierto que el presupuesto federal educativo comenzó a disminuir desde 2017, la crisis del covid-19 agudizó los problemas de acceso, equidad y eficiencia del sistema educativo nacional, cuyos efectos más graves se relacionan con los bajos desempeños escolares medidos en términos de logros educativos y aprendizajes significativos de los alumnos, y en el deterioro de las condiciones de infraestructura escolar, conectividad tecnológica y en la debilidad de las políticas de gestión de la crisis educativa.
Cierra el libro el texto de Germán Álvarez Mendiola, que explora las relaciones entre la investigación educativa y las decisiones de políticas en México. Afirma que amplios sectores de investigadores educativos tienen la percepción de que los resultados de la investigación están escasamente relacionados con las decisiones de política educativa. Sin embargo, una revisión de las interacciones entre los dos ámbitos revela una extensa y complicada trama de relaciones, no exenta de contradicciones y conflictos. En el diverso conjunto de campos que componen la investigación educativa suelen librarse importantes controversias académicas, políticas e intelectuales. El mundo decisional, por su parte, cambia al paso de las luchas políticas, la adopción de paradigmas y las correlaciones de fuerzas entre los actores internos y externos vinculados a la educación. En la actualidad, se observan realineamientos en esas redes, en un contexto permeado por el antiintelectualismo y la reducción de la financiación educativa.
Vistos en conjunto, los trabajos reunidos en este volumen ofrecen una visión panorámica pero estratégica sobre los déficits, los desafíos y las propuestas que pueden ayudar a recuperar el sentido profundo de la educación mexicana. Es un balance crítico, sin concesiones, de la nueva crisis educativa nacional, agudizada por la pandemia del covid-19 pero también por la errática gestión gubernamental de los problemas críticos del sector, tanto los acumulados como los emergentes. Son contribuciones pensadas para debatir y actuar sobre nuestro presente educativo.