Читать книгу Yo Soy - Aldivan Teixeira Torres, Daniele Giuffre' - Страница 13
Pesqueira
ОглавлениеEl nuevo día amanece intenso. El sol sale, inundando el ambiente con sus poderosos rayos. Como contraste, sopla una brisa suave y fresca que ayuda a despertarlos y relajarlos.
Pero no hay tiempo que perder. Los ángeles se levantan temprano y, con el permiso del dueño, van a llamar a los otros para desayunar.
Uno por uno, salen de sus habitaciones, se reúnen y se dirigen al comedor. Llegan rápidamente y, como en la noche anterior, se sirven ellos mismos. Cuando terminan, van a desayunar tranquilamente en una mesa cercana, en esa hermosa y prometedora mañana.
Se encuentran en una atmósfera de paz y guerra al mismo tiempo. Deja que te explique: paz por haber cumplido fielmente el calendario hasta ahora y guerra interna por no tener certezas concretas sobre los próximos acontecimientos del futuro. Aparte de estar ansiosos, tienen un deseo creciente de controlar su destino, lo que en la mayoría de los casos no es posible, causando frustración en ellos. Pero nada es para siempre.
La gran virtud que poseen es el optimismo y eso ayuda a enfrentar cualquier situación, incluyendo las discusiones entre ellos. Una de ellas ocurre a la hora del desayuno, pero Rafaela con su autoridad logra controlarla. Una discusión tonta entre mujeres sobre la importancia de cada una. Afortunadamente se resuelve.
Terminaron el desayuno precipitadamente y en una rápida asamblea, eligen un lugar al que ir, regresan a sus habitaciones, empacan las maletas, salen de nuevo, pagan la estadía, se despiden y abandonan el lugar. El "Yo soy" de cada uno, dentro de ellos, grita para ser escuchado y resuena en sus mentes.
Desde el centro, se dirigen en dirección este con destino a uno de los extremos de la ciudad. Por el camino se encuentran con conocidos y extraños y se enfrentan al caótico tráfico al cruzar las calles. Pero no se desaniman.
Poco a poco, pasan por puntos importantes, como la avenida que baja a la estación de autobuses o el convento de los franciscanos y llegan a la avenida de Recife, giran a la izquierda hacia la unidad de Pesqueira IFPE.
Ahora cada paso es decisivo porque se acercan al destino. Caminando unos doscientos metros se detienen frente a una casa abandonada. A la señal del vidente, todos se acercan, pasan la entrada, acceden a la zona exterior y en este punto habla el hijo de Dios:
–Hermanos míos, estoy frente a un símbolo de mi pasado. En 2002, estaba de paso por aquí y escuché de mis amigos una siniestra historia sobre este lugar, que incluía asesinatos, justicia, espiritualidad y miedo. El tiempo ha pasado, pero aun así no he olvidado la historia. Mi objetivo ahora es obtener una explicación de lo que sucedió ―finalizó el vidente.
Tan pronto como dice eso, todo parece cambiar. Misteriosamente, la puerta se cierra detrás de ellos. Nubes oscuras cubren parcialmente el sol y se oyen gritos dentro de la casa, asustando a los humanos. Rafael les habla:
–¡Cálmate, Guardián! Perdona a nuestro amigo por su curiosidad. Prometemos irnos inmediatamente y dejarte en paz.
Haciendo una señal, Rafael llama a Uriel y juntos agarran a los humanos y vuelan sobre las paredes. En unos segundos están afuera. Se alejan, y luego el ángel les explica:
–¡Aún no es el momento, hijo de Dios! Aún no estás listo. (Rafael)
–No lo entiendo. ¿Por qué no? (el hijo de Dios)
–No nos preguntes a nosotros. Es lo mejor que podemos hacer ahora ―intervino Uriel.
–Muy bien. (El hijo de Dios)
–¿Cuál es el siguiente paso, Rafael? (Renato)
–Continuemos el viaje ―responde.
–Está bien. (Renato)
–¡Espero que tengamos suerte! (Rafaela Ferreira)
–¡Ojalá! (El vidente)
–Estoy lista, Aldivan. ¿Podrías tocarme? (Bernadete Sousa)
–Lo estaba esperando, mi sierva. (El vidente)
Aldivan se acerca a su apóstol. Afectuosamente, estira su brazo y esta vez toca la punta de sus dedos. La suavidad de su piel lo hace vibrar y tener una visión de su futuro:
"Bernadete está tomando una taza de té en casa, reclinada en una silla del salón. A sus cincuenta años, recuerda los principales acontecimientos de su ajetreada vida: la crianza de sus padres, su crecimiento junto con sus amigos en el pueblo de Mimoso, el paso de la adolescencia, la violación, el aborto y la promesa de un joven de que todo podría cambiar. Animada por sus palabras, aceptó su invitación para viajar por el mundo y descubrió realmente un padre y un hijo dispuestos a hacer cualquier cosa por ella. Le demostraron mucho amor y como recompensa ella decidió dedicarse al prójimo en el asilo cercano. Además, difundía su mensaje a todos los que la conocían. A través de estas obras, ella descubrió la verdadera felicidad y está segura de su acogida en el reino de Dios cuando parta de la vida terrestre. Había encontrado su "Yo soy" interior y entendía el "Yo soy" del padre a través de su hijo llamado vidente, Divino, Aldivan Teixeira Torres, y un tipo excepcional además de otros adjetivos. El universo y las fuerzas benignas conspiraban para su éxito y era sólo eso lo que ella deseaba para aquel que cambió su vida. ¡Bendito sea él! Se repite internamente. Con una sonrisa en la cara, se levanta de la silla y va a hacer sus tareas domésticas y cuidar de su gato Tobit, el único compañero en su casa. Y la vida continuaría…"
El vidente retira la mano después de la visión. Abraza de nuevo a la apóstol y con una señal le pide a ella y a los demás que vayan con él. El silencio revela mucho más que si hubiera hablado y Bernadete lo entiende. No todo puede tener una respuesta y lo importante es comprometerse con la misión actual. ¡Siempre adelante!
El grupo, caminando a buena velocidad, baja del barrio del Prado hacia el centro. Gira en la avenida de Recife, sigue recto unos cientos de metros, giran en otra esquina y siguen la avenida principal del barrio.
Al mismo ritmo cubren el camino a la estación de autobuses en quince minutos. Avanzan un poco por el edificio de una sola planta y compran las entradas en la taquilla. Después se sientan en la sala de espera.
Esperan más de treinta minutos a que llegue el autobús. Uno por uno, entran y se sientan en los asientos vacíos. Cuando todos los pasajeros están dentro, el autobús sale.
En el corto viaje, lo único que hacen es descansar frente a tantas preocupaciones. Saben que, independientemente de lo que pase, ya merecen ser felicitados por su compromiso, dedicación y entusiasmo con sus causas. Sin embargo, quieren y sueñan con más.
De esta manera llegan a su siguiente parada en diez minutos: el pueblo de Sanharó. Cargando sus pesadas maletas, bajan del autobús a un lado de la carretera y siguen a pie hasta el centro de la ciudad.
Con su conocimiento de la ciudad, el vidente busca una posada que pueda alojarlos a todos. La encuentran en pocos minutos. Sanharó ha cambiado poco desde que trabajó allí durante dos meses como empleado de la administración, en la sede del municipio. Ha crecido, se nota, pero no ha cambiado la sensación de lugar tranquilo y acogedor.
Conocida como la ciudad del queso y la leche, el nombre deriva de una abeja negra que vive en esta zona, su nombre significa en lengua indígena enojada o alterada. Datos de 2014: superficie: 256 km²; población: 24 556 habitantes; IDH: 0,603.
Están frente a la pequeña posada, un modesto edificio, de estilo chalet, con una gran entrada asfaltada. Haciendo acopio de intrepidez, entran en el establecimiento, hablan con el propietario y resuelven lo básico. Después, van a relajarse un poco. Por la tarde les esperan nuevas emociones. Cada uno intenta disfrutar del descanso matutino en sus respectivas habitaciones, equipadas con aparatos de última generación: unos duermen, otros ven la televisión, otros escuchan música o leen libros. Estos raros momentos en un viaje agotador y exigente son como un bálsamo para sus cuerpos fatigados.
A la hora del almuerzo se encuentran de nuevo y comen juntos. Aprovechan para precisar los siguientes detalles del viaje. Treinta minutos después deciden salir. El objetivo del vidente es presentarles a alguien especial.
Desde el centro se dirigen en dirección sur, cruzando las calles del pequeño lugar, y dos cuadras después, llegan a una casa de mampostería de tamaño mediano, alrededor de 6x14 m, con jardín y piscina, amurallada por delante. Tocan en la puerta principal una sola vez e inmediatamente alguien viene a atenderlos. Es un hombre de unos cincuenta años de edad, bajo, barrigudo, de cuerpo redondo, ojos marrones, pelo negro y piel blanca. Con una expresión indignada, habla mientras se acerca:
–¿Qué quieren, caballeros?
–Soy yo, Osmar. ¿No te acuerdas? Trabajé contigo en la prefectura. (El hijo de Dios)
Osmar mira a Aldivan de arriba a abajo, y al final sonríe. ¿Cómo olvidar al soñador que en las horas de ocio del trabajo escribía su libro porque no tenía un ordenador? Numerosas veces sintió admiración por él, un muchacho entonces, allá por el 2007.
Avanza unos pasos hacia él y le da un gran abrazo. Aldivan hace lo mismo y ambos viven intensamente el momento del reencuentro. Son dos almas hermanas y compañeras que perdieron contacto debido a las circunstancias de la vida.
Después del abrazo, Osmar se aparta el pelo largo del hombro y comienza a hablar de nuevo:
–Y estos, ¿son tus amigos?
–Sí. (Aldivan)
–Los amigos de Aldivan también son mis amigos. Por favor, pasen. La casa es suya. (Osmar)
–Gracias. (Rafael, en nombre del grupo)
Osmar vuelve a entrar en la casa y los demás lo siguen. Pasan por un pequeño salón, un pasillo y llegan a la sala de estar, amueblada con estantes, sofá, sillas y mesa, alfombra de piel en el suelo, cuadros y otros adornos en las paredes y cortinas persas. Todo bien ordenado y de buen gusto.
Algunos se sientan en el sofá y otros en las sillas. Tocando una campana, llama a la criada que trae té, jugo, bebidas frías, cerveza, vino, frutas, pasteles y galletas para los visitantes. Una vez que ha servido la criada, ésta queda dispensada. Osmar y los demás tienen la oportunidad de iniciar una conversación que promete ser decisiva.
–¿Por qué tengo el honor de la visita a mi casa del soñador que aspira a ser escritor?
–Ya no aspiro más, Osmar. Me dedico a la escritura como trabajo y entretenimiento, ya no puedo vivir sin ella. (El vidente)
–¡Excelente! ¡Me alegro por ti! ¿Estás de paso? (Osmar)
–Estamos en un viaje a la playa. Buscando nuevas historias. (Rafael)
–También estás invitado a participar ―dice el vidente con voz firme.
–No sé…, estoy muy confundido. (Osmar tartamudeando)
–Lo sé. Puedo sentirlo. (El hijo de Dios)
–¿Tienes algo que contarnos? (Uriel)
Osmar se queda callado por un momento. ¿Podrá confiar en gente a la que apenas conoce? ¿Cómo podrían ayudarlo? Estas y otras preguntas pertinentes le rondan su mente inquieta. Repentinamente, decide arriesgarse.
–Sí, tengo algo que contaros. Pero antes díganme algo más sobre ustedes. ¿Cómo se llaman, hermosas muchachas? (Osmar)
–Mi nombre es Rafaela Ferreira. Soy de Arcoverde y en la actualidad estoy atravesando una grave depresión.
–Soy Bernadete Sousa. Tuve un aborto poco después de ser violada. El hijo de Dios me está ayudando a pasar por estos tiempos difíciles.
–Un placer. Mi nombre es Osmar Pontes. Estoy desempleado en este momento, viviendo de lo que ahorré de mi trabajo.
–Un placer también. (Las dos mujeres simultáneamente)
–¿Desempleado? ¿Has dejado la prefectura? (El hijo de Dios)
–Sí, tuve algunos problemas allí que me obligaron a marcharme. Pero estoy bien económicamente, no te preocupes. Cuando llegue a la edad de retirarme, pediré mi jubilación. (Osmar)
–Mejor así. (El hijo de Dios)
–¿Y cuáles son sus nombres, jóvenes amigos? (Osmar)
–Soy Uriel Ikiriri, el ángel guardián de Aldivan.
–Soy Rafael Potester, uno de los siete arcángeles de Dios al igual que mi hermano Uriel.
–Mi nombre es Renato y soy el principal compañero de aventura del vidente. Juntos formamos parte de la serie del mismo nombre, que ya tiene cuatro obras.
–¡Increíble! ¡Estoy sin palabras! Tus amigos son extraordinarios. Esta serie del vidente va a ser muy comentada. ¿Podrías hablarme un poco de tus obras, Aldivan? (Osmar)
–Son cuatro romances, una nouvelle, una colección de cuentos, un libro de sabiduría, dos poemarios y un guión basado en el primer romance. Los cuatro romances forman la serie del vidente. El primer título es Fuerzas Opuestas, el comienzo de la saga. En resumen, viajé a Mimoso en busca de realizar mis sueños en una montaña que prometía ser sagrada. Allí conocí a la señora guardiana, un ser lego y misterioso que me ayudó a superar los desafíos y obtener permiso para entrar en la cueva. Con determinación y coraje los cumplí todos, entré en la cueva, enfrenté más obstáculos, los vencí de nuevo y me convertí en el vidente, un ser omnisciente a través de sus visiones. Después, salí de la cueva, volví a encontrarme con la señora guardiana y junto con Renato fuimos enviados al viejo Mimoso con el objetivo de corregir injusticias, ayudar a alguien a encontrarse a sí mismo y unir las Fuerzas opuestas que estaban en desequilibrio. Durante treinta días hicimos un trabajo maravilloso, y volvimos de Mimoso más experimentados y triunfantes. Paramos por un tiempo debido a otros compromisos. El segundo título, La noche oscura del alma, trata de lo siguiente: la vida nos hace vivir días oscuros y miserias que desearíamos que no fuesen reales.
La noche oscura del alma es la continuación de "El vidente". Yo, que soy el protagonista, regresé a la montaña en busca de respuestas para un período perturbado de mi vida, momentos en los que me olvidé de Dios, de mis principios y me perdí en el pecado. En la Montaña entré en contacto con dos seres celestiales, que me condujeron al conocimiento. Sin embargo, estaba profundamente ligado a los siete pecados cardinales y, a pesar de la experiencia adquirida, mis problemas no se resolvieron, entonces tuvimos que hacer un viaje a la Isla Perdida, sede del reino de los ángeles.
El libro es un pasaje lleno de peligros, piratas, una gran aventura en el mar que plantea reflexiones y preguntas, como si es posible que un criminal se rehabilite después de haberse sumergido completamente en la oscuridad. Y una vez hecho esto, ¿podrá encontrar paz para sus crímenes? ¿Podrá perdonarse a sí mismo? ¿Podrá encontrar la felicidad? ¿O eso son sólo ilusiones, una pausa para una noche aún más oscura? Vale la pena comprobarlo.
En cuanto al tercero, el romance titulado El encuentro entre dos mundos, es una historia en forma de flashback. Es un gran viaje que nos involucra, una vez más, a Renato y a mí. Se divide en dos partes situadas en el pasado y en el presente respectivamente, tratando de mostrar la importancia de la batalla para la consecución de nuestros ideales, sean cuales sean.
En la primera parte viajamos al sitio de Fundão, en las afueras de Cimbres-Pesqueira, para tratar de encontrar a los responsables de una rebelión en el pasado. Con su ayuda, nos entrenamos hasta dominar la co-visión, clave para el desarrollo de la historia. Una vez preparados, nos sometimos a ella y viajamos al noreste de principios del siglo XX, tiempos de opresión, injusticias, prejuicios y hambruna. Por todas partes observamos ejemplos de los conflictos civiles de aquella época, especialmente por un grupo que participa activamente en la historia. Sin embargo, ¿podríamos conseguir un éxito absoluto en nuestros objetivos? ¿Desenmascaramos a las élites? ¿O fracasamos? ¿Y es posible llegar a la tan esperada confluencia entre mundos enfrentados, en relación a las clases sociales, las opiniones, los estereotipos y el amor? Merecía la pena averiguarlo.
En la segunda parte emprendimos un nuevo viaje con el objetivo de terminar nuestro trabajo y lograr el milagro que necesitábamos. Esta vez fuimos a Caraíbas en busca de un segundo personaje del pasado y cuando lo encontramos, nos sometimos a un nuevo entrenamiento. Una vez preparados, se reveló la segunda parte de la historia. En ella, el lector se enfrentaba a las siguientes preguntas: ¿Hasta qué punto la cuestión social interfiere con el éxito? ¿Es viable persistir incluso después de varios fracasos? ¿Vale la pena privarse del amor por prejuicios, sin siquiera intentarlo? ¿Alguien que tiene un don puede considerarse especial o está loco? Todo esto y mucho más se encuentra en la historia del Divino, alguien en busca del destino y del éxito que todos merecemos.
Finalmente, entre los romances, el código de Dios es el cuarto. La historia comienza cuando Phillipe Andrews, el auditor de una granja marcada por la tragedia, comienza a cuestionar la razón de su desgracia, enfadándose e indignándose. Por un golpe de suerte, encuentra un libro y un autor, y decide buscarlo. Al encontrarlo, decide hacer un viaje a un desierto lejano con él, su compañero de aventuras, donde supuestamente se encontrarían con Dios y resolverían sus problemas. En el comienzo del viaje encuentran dos guías por el camino que los llevan al lugar deseado, el desierto de Cabrobó. Pasan a través de diez pueblos en el desierto, teniendo interesantes charlas con los respectivos huéspedes, y de repente Dios comienza a hablar a través de los guías respondiendo a preguntas cruciales. Todo lo que se va revelando contribuye en la elaboración del "testamento", un código dado por Dios y nunca descifrado en la historia humana o angelical. ¿Y entonces? ¿Crees que Dios puede revelarse en situaciones extremas? ¿O es sólo un delirio de todos los involucrados? Lee el Código de Dios, un libro dirigido especialmente a aquellos que han perdido la fe en Dios y saca tus propias conclusiones.
El libro de la sabiduría recopila máximas de gran iluminación del padre, con cuentos que aluden a parábolas de base moral sobre el reino de Dios y su sabiduría. Los de poesía tratan sobre el amor y la región interior del noreste. En cambio, la nouvelle se remonta a los tiempos del cristianismo primitivo, tiempos de batalla, opresión y persecución ―finalizó el hijo de Dios.
–Genial. ¡Los compraré todos! Más tarde puedes contarme cómo hacerlo. (Osmar)
–Bien. Gracias. (El hijo de Dios)
–¿Y qué hay de tu problema? ¿Estás listo para revelarlo? (Rafael)
La pregunta directa hace que nuestro anfitrión se quede frío de nuevo. Estos amigos son realmente atrevidos. A pesar de ello, decide tender su mano, pues por ahora no tiene a nadie a quien recurrir. ¡Que sea la voluntad de Dios!
–Soy un hombre deplorable, amigos. Caí profundamente en la corrupción corporal y material. ¡No soy digno de compasión! (Osmar)
–¡Cálmate, debe haber una solución, amigo! (Renato)
–Lo que es imposible a los ojos de los hombres es posible para Dios. (Uriel)
–Yo también siento lo mismo. Cuando mi novio me dejó, me sentí la peor mujer del mundo. (Rafaela Ferreira)
–Cuanto mayor sea la derrota, mayor será la gracia. (Rafael)
–Yo también pensé que mi caso no tenía remedio ni perdón, cuando aborté. Sin embargo, poco a poco, estoy conociendo a un ser llamado Aldivan Teixeira Torres y él puede entenderme completamente. En él tengo un padre y un hermano. (Bernadete Sousa)
Osmar analiza todas las declaraciones de los amigos. ¿Podría ser el vidente la persona adecuada para confiarle su problema? ¿Podría ser que le diera alguna esperanza a pesar de ser un monstruo? No había descubierto este lado fraternal suyo cuando lo conoció, y como en este momento se siente desesperado, vale la pena intentarlo.
–¿Quién eres, vidente? (Osmar)
–Soy un profundo conocedor del alma humana y alguien que en este momento te quiere a su lado. Prometo dedicación a tu causa. (El vidente)
–No lo sé… No me aceptarías si supieras lo que…
Las palabras no salen de la boca de Osmar, tal es el miedo y la desconfianza que siente. Viendo a su amigo atormentado, el hijo de Dios habla:
–¿Si supiera que estafaste a la prefectura y que tenías preferencias sexuales por menores de edad? No me importa. Sólo sé que estás enfermo y que necesitas tratamiento urgente. Te ofrezco el medio de mi padre para mover tu alma de las tinieblas a la luz. Porque no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores aguerridos, esos sí necesitan mi ayuda. (Aldivan)
Osmar se emociona. ¿Cómo lo sabe? ¿Cómo puede entenderlo? En ningún momento de su vida, nadie se había acercado a él para consolarlo y apoyarlo, sólo las manos y los dedos acusadores señalándolo y juzgándolo constantemente. Realmente Aldivan no es un ser común.
–Gracias. (Osmar)
–¿Y entonces, Osmar? ¿Viajamos? (Rafael)
–Sí. Me has convencido. Espera un momento. (Osmar)
Osmar se levanta de la silla y va a su habitación. Allí, comienza a empacar rápidamente sus maletas. Quince minutos más tarde está listo, sale de la habitación, se reúne con sus amigos, deja la administración de la casa a sus empleados y finalmente se va con ellos. El mundo espera sus próximas acciones.
Afuera, después de haber caminado unos metros, el vidente vuelve a hablar.
–Te sugiero que nos muestres un poco de tu ciudad. ¿Te parece bien?
–Excelente. Seguidme… ―dijo.
El grupo atraviesa la zona sur y vuelve al centro de la ciudad. En este momento, están totalmente concentrados y decididos a divertirse en ese humilde y tranquilo pueblo. Bajo la guía del anfitrión, tres cuadras y varios cruces más tarde, llegan a la casa de cultura de la ciudad. Por casualidad, esta tarde hay un espectáculo público. Entran en el modesto edificio de mampostería, estrecho, en mal estado de conservación, pero muy bonito y el lugar exacto del evento.
Junto con otras personas, tienen la oportunidad de ver una actuación de los Bacamarteiros. El espectáculo consiste en movimientos rítmicos coordinados por un sargento. El sonido del xaxado está compuesto por el acordeón de ocho bajos, la zabumba de cuero curtido y el triángulo. En cuanto a los trajes, los miembros del espectáculo llevan ropa azul de algodón, bufanda en el cuello y estuche de balas de Flandes. Los comandantes llevan estrellas en los hombros y sombrero, además de bastones o paraguas.
Durante unos treinta minutos disfrutan la actuación, que termina con el disparo de las armas de fuego. Por suerte nadie resulta herido. Salen del centro cultural y vuelven al paseo por las calles de la ciudad.
A los pocos metros, Aldivan vuelve a hablar:
–¿Qué más nos puedes enseñar de tu ciudad, Osmar?
–Síganme, caballeros ―dice él.
–Vamos, chicos ―dice Rafael.
–Seguro ―estuvo de acuerdo Renato
Los miembros del grupo acompañan al anfitrión y después de cruzar unas cuantas calles por el centro, se encuentran con un gran pabellón. Al acercarse, como la puerta está entreabierta, se dan cuenta de que es un lugar de ensayo musical, porque el lugar está lleno de instrumentos musicales y artilugios relacionados con la música. Ante las miradas interrogantes de los visitantes, Osmar aclara:
–Esta es la sede de la sociedad Santa Cecilia, patrimonio cultural del pueblo. Por casualidad, es hora de su ensayo. Entremos, amigos.
Aceptando la invitación, los amigos de Osmar entran en la zona que para muchos es sagrada, debido a la música. Como es de esperar, cinco músicos están afinando sus instrumentos, saludan al público presente y comienzan a tocar una hermosa sinfonía. Inmersos en la serena melodía de la música, cada uno siente en su interior algo de la magia del momento. A través del sonido se pueden ver a ellos mismos, Rafaela siente el alivio de sus dolores, Bernadete Sousa se siente esperanzada, Renato piensa en un futuro prometedor, Rafael recuerda su adoración por el Todopoderoso, Uriel su devoción por su protector y, por último, el más soñador de todos ellos, recuerda los obstáculos, los fracasos, las victorias y los amores no correspondidos. Antes de ser "Yo soy" era un humano normal y la música que se interpretaba en ese momento era el "Yo sin ti". Incluso sin tener nada que ver con la presente actuación, le martilleaba la cabeza la esperanza creciente de un día encontrar a alguien que lo quiera y de hecho lo ame como se lo merece. ¡Está escrito!
La sinfonía termina. Esto causa una tormenta de aplausos de los siete amigos. Con humildad, los músicos bajan del escenario y saludan a cada uno de ellos. Se presentan y charlan un rato, comentando sus propósitos. Allí, todos merecen la felicidad completa, porque esto es lo que Yahvé ha creado para los humanos.
Después de un tiempo, los músicos vuelven a su trabajo y los demás deciden volver a la posada. Osmar incluido, un hombre desequilibrado y enfermo, que paga por sus pecados. ¿Realmente tiene alguna oportunidad de reiniciar su vida? ¿O es un caso perdido? No te pierdas las siguientes escenas.
El grupo llega a la posada. Después del papeleo para acomodar a Osmar, se dirigen a la cocina, y junto a otros huéspedes se sirven la comida disponible para la cena. Pasan veinte minutos comiendo, hablando y en silencio.
Una vez que terminan de cenar, comienzan otras actividades durante la noche: mirar la televisión, admirar el cielo estrellado y, finalmente, rezar. Exactamente a las diez en punto, deciden todos irse a dormir, porque están muy cansados del viaje. Y así lo hacen. Cada uno en su respectivo dormitorio trata de olvidar las preocupaciones y sumergirse en su propio mundo de sueños. En ese momento, el "Yo soy" de todos era muy activo. Buenas noches a todos, hasta el próximo capítulo.