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3. PARA QUÉ SE MANIPULA

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La manipulación responde, en general, a la voluntad de dominar a personas y grupos en algún aspecto de la vida y dirigir su conducta. La manipulación comercial quiere convertirnos en clientes, con el simple objetivo de que adquiramos un determinado producto, compremos entradas para ciertos espectáculos, nos afiliemos a tal o cual club… El manipulador ideólogo intenta modelar el espíritu de personas y pueblos a fin de adquirir dominio sobre ellos de forma rápida, contundente, masiva y fácil. ¿Cómo es posible dominar al pueblo de esta forma? Reduciéndolo de comunidad a masa[9].

Las personas, cuando tienen ideales valiosos, convicciones éticas sólidas, voluntad de desarrollar todas las posibilidades de su ser, tienden a unirse entre sí solidariamente y estructurarse en comunidades. Debido a su interna cohesión, una estructura comunitaria resulta inexpugnable. Puede ser destruida desde fuera con medios violentos, pero no dominada interiormente por vía de asedio espiritual. Si las personas que integran una comunidad pierden la capacidad creativa y no se unen entre sí con vínculos firmes y fecundos, dejan de integrarse en una auténtica comunidad; dan lugar a un montón amorfo de meros individuos: una masa. El concepto de masa es cualitativo, no cuantitativo. Un millón de personas que se manifiestan en una plaza con un sentido bien definido y sopesado no constituyen una masa, sino una comunidad, un pueblo. Dos personas —un hombre y una mujer— que comparten la vida en una casa pero no se hallan debidamente ensambladas forman una masa. La masa se compone de seres que actúan entre sí a modo de objetos, por vía de yuxtaposición o choque —nivel 1—. La comunidad es formada por personas que ensamblan sus ámbitos de vida para dar lugar a nuevos ámbitos y enriquecerse mutuamente —nivel 2—.

Al carecer de cohesión interna, la masa es fácilmente dominable y manipulable por los afanosos de poder. Ello explica que la primera preocupación de todo tirano —tanto en las dictaduras como en las democracias, ya que en ambos sistemas políticos existen personas deseosas de vencer sin necesidad de convencer— sea privar a las gentes de capacidad creativa en la mayor medida posible. Tal despojo se lleva a cabo mediante las tácticas de persuasión dolosa que moviliza la manipulación.


La palabra manipulada

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