Читать книгу Entrenamiento canino para personas con discapacidad - Alicia Fernández Foruny - Страница 9
ОглавлениеAdemás de la obediencia básica
Vamos a darte las claves y sugerirte muchos métodos para que tu perro tenga una buena obediencia básica, que será imprescindible para seguir adelante si has decidido entrenarlo, pero un perro además de atender al comando de llamada, o de sentarse cuando se lo pidas y permanecer tumbado cuando se lo ordenes, debe tener unos hábitos de conducta tanto en casa como fuera de ella.
Para ello, te daremos una idea de lo que se le exige a un perro de asistencia, además de las habilidades que posteriormente le enseñemos como perro de servicio.
Estos hábitos te los enumeramos a continuación. Lo ideal sería que desde el mismo momento en que llegue el perro a casa, elabores una lista de cosas que puede y no puede hacer tu perro.
Si estás dispuesto a seguir con su entrenamiento hasta el nivel de perro de asistencia, debes tener siempre presente los hábitos de un buen perro de servicio.
Manipulaciones
Has de habituar a tu perro a ser manipulado desde su período neonatal. Deberá estar tranquilo mientras le revisas ojos, oídos, encías, dientes y almohadillas, y tolerar bien el cepillado.
Con la práctica diaria, los perros se relajan y es una excelente forma de terminar el día después de una sesión de trabajo y antes de dormir.
Los perros adoran las rutinas, les proporcionan seguridad. Haz de esta práctica una de vuestras rutinas diarias.
Si está habituado a estas manipulaciones, se comportará de forma tranquila y correcta cuando lo lleves al veterinario y a la peluquería canina, y no se sentirá incómodo ni ansioso cuando lo revisen, lo manipulen o lo bañen y lo cepillen, porque estará acostumbrado a ello.
Exploración física
Es necesario hacerla todos los días, al igual que el cepillado. Es muy útil para identificar enfermedades (bultos, tumores, secreciones, cojeras) que pueden descubrirse a tiempo y ser tratadas con facilidad.
La trufa (nariz) debe estar limpia de secreciones, fresca y húmeda. Si estuviera reseca o descamada, podría ser debido a la fiebre, en cuyo caso debes llevar al perro al veterinario. En épocas de mucho calor, si se quema o se pela la trufa, tendrás que protegerla con cremas de protección alta e hidratarla a menudo.
Los ojos no deben estar irritados. Tienen que estar limpios y sin legañas, sobre todo si son de color verdoso o amarillento. Puede tener una úlcera corneal, algún problema en la conjuntiva del ojo o en el tercer párpado, en cuyo caso el veterinario prescribirá el antibiótico que debes administrar al perro.
Los oídos deben estar también limpios y sin cera. Límpialos a menudo con alguna toallita húmeda de esas que se utilizan para la higiene de los bebés. No introduzcas nunca palillos ni bastoncillos. Tampoco es aconsejable el uso de algodón debido a las fibras que podrían quedar dentro e infectar el oído. Los perros con orejas caídas son propensos a padecer otitis. Ten la precaución de secarle bien después de cada baño. Revisa que no le huelan mal los oídos. Acude al veterinario si ves que tu perro se sacude repetidamente o se rasca de forma continuada. Las espigas también son peligrosas y el veterinario debe sacárselas cuanto antes para evitar perforación de tímpano, otitis, infecciones, etc.
Revisa las mamas, que no estén inflamadas, no haya secreción, y revisa también que no haya bultos por ninguna parte de su cuerpo. Palpa todo su cuerpo mientras le das un masaje o le acaricias.
Revisa el estado de las almohadillas y las membranas interdigitales.
Revisa la boca y encías. Haz algo de presión con tus dedos en ellas y comprueba el tono rosado que aparecerá una vez liberada la presión. El color de las encías nos da una idea del estado de su piel. Ten en cuenta que, al estar el perro cubierto de pelo, la piel es una de las zonas en las que podemos comprobar si está en buen estado, oxigena bien o tiene algún problema cardíaco. El veterinario te ampliará información si se la pides.
Los dientes tienen que estar limpios y sin sarro. El pan duro ayuda a eliminar el sarro siempre y cuando éste no sea excesivo, en cuyo caso debes llevarlo al veterinario para que le realice una limpieza bucal.
Mantener al perro sano no es complicado si sigues estas instrucciones.
Administración de medicinas
En más de una ocasión seguro que tendrás que administrar gotas, pastillas o jarabes. Te indicamos la forma correcta de hacerlo.
Será sencillo si habitúas al perro a las manipulaciones que te proponemos en este libro. Existen perros a los que es imposible dar un medicamento, requiriéndose la ayuda de varias personas para inmovilizarlos.
Por tu condición y grado de discapacidad, es importante que esto no te suponga ningún problema ni un esfuerzo añadido.
Para la administración de pastillas, has de colocar al perro en posición de sentado. Esconde la pastilla en un trocito de salchicha o de queso en porciones. También puedes introducirla directamente al final de la boca del perro y sujetar el hocico del perro para evitar que la escupa. Es más agradable para el perro el primer método. Puedes partir las pastillas en varios trozos e introducirlas en queso o salchichas y ofrecérselas a tu perro una detrás de otra. Si quieres, dale un trocito de salchicha sin nada y a continuación el resto.
Para la administración de jarabes, utiliza una jeringuilla; introdúcela por el lateral de la comisura de los labios y presiona el émbolo de forma que el líquido salga poco a poco. Hazlo con el perro sentado y quieto para que esté bajo control.
Para la administración de líquido en los oídos, ten al perro en la posición de sentado. Introduce el líquido en el pabellón auditivo y dale un pequeño masaje en la base de la oreja por fuera, para que penetre bien en el oído. Evita que el perro se sacuda durante al menos medio minuto.
Recuerda que nunca debes medicar a tu perro por tu cuenta. Es competencia del veterinario. Lo que ha funcionado una vez puede no ser lo adecuado. El veterinario es el facultativo que debe siempre dictaminar y valorar a tu perro mediante las pruebas diagnósticas que necesite realizar y administrar el tratamiento adecuado.
Juguetes y ocio
Tu perro debe ser capaz de diferenciar entre sus juguetes y los demás objetos de la casa. Nunca se ha de permitir que juegue con otros objetos que no sean sus juguetes. Para ello, nada mejor que ponérselo fácil. No le compres juguetes del tipo de zapatillas para morder si no quieres que el perro se confunda con las tuyas.
Lo ideal serían juguetes tipo Kong, cuerdas de nudos (cuidado con las cuerdas de fibra) o juguetes interactivos en los que el perro pueda desarrollar habilidades específicas.
Los juguetes que utilices para interactuar con tu perro son tuyos y deben estar fuera del alcance de tu perro, ya que los vas a utilizar para motivarlo y premiarlo durante las sesiones de entrenamiento.
Han de tener un valor muy alto y, por consiguiente, no debe tener acceso libre a ellos.
En cuanto al ocio, como todo ser vivo, los perros necesitan disponer de tiempo para corretear, hacer ejercicio y relacionarse con otros animales. Siempre que esté en su tiempo de ocio y en un lugar donde no pueda sufrir ningún daño, dale el comando LIBRE y deja que corretee a sus anchas y juegue con otros perros.
Hábitos higiénicos
El perro no debe hacer sus necesidades dentro de casa y es necesario que pueda hacer sus necesidades con correa. Idealmente, debe también poder eliminar bajo comando (pis y haz) y sobre distintas superficies.
Si desde el principio, nada más sacarlo a la calle, que es cuando eliminan, dices “pis o haz”, y marcas y premias justo en el momento en el que el perro está evacuando, con el tiempo tendrás este comportamiento bajo comando.
Los machos suelen hacer pis más de una vez y lo hacen normalmente para marcar en sitios verticales (árboles, farolas, arbustos, setos), mientras que las hembras por lo general eliminan sólo una vez y suelen hacerlo nada más salir al exterior.
Si tienes un cachorro, sácalo muy a menudo. Recuerda que suelen eliminar después de comer, después de dormir y después de jugar. Los cachorros tienen una buena forma de avisarnos de que quieren evacuar. Huelen el suelo y hacen pequeños círculos antes de agacharse y eliminar.
Una buena idea es trabajar este tema sobre aciertos y mantener al cachorro en un transportín durante períodos muy cortos de tiempo (una hora máximo) y a continuación sacarlo al exterior donde le esté permitido eliminar, con el fin de poder confirmar y premiar.
Es importante que sepas que debes ignorar los accidentes que ocurran cuando no estés presente. Ten siempre la precaución de arreglar el estropicio cuando tu perro no esté presente para evitar que se pueda ver reforzado en un futuro y sea ésta una forma útil de llamar tu atención. Sácalo de la habitación a un lugar donde no pueda verte y friega el suelo con algún producto que no contenga amoniaco (les suele oler a sitio permitido). Una buena opción es el agua caliente con vinagre, el zotal rosa o incluso Kalia, que contiene un producto que rompe las proteínas de la orina.
Cuando elimine en el sitio adecuado, prémialo verbalmente de forma muy entusiasta en el mismo momento en el que esté eliminando (o no sabrá por qué lo premias). Ofrécele a continuación dos o tres trocitos de comida (por separado y de uno en uno) mientras dices ¡Muy bien, pis!
Saber estar
Debe saber estar solo sin que presente signo alguno de ansiedad y/o estrés, ni destroce objetos, cave hoyos ni realice vocalización alguna.
No debe presentar signos de agresividad ante personas, perros ni otros animales.
Ha de entrar, permanecer y salir gustoso de coches y transportines, siempre bajo comando (ENTRA/SAL) y debe esperar, aunque la puerta del coche esté abierta, a que se le dé permiso para salir del coche.
Cuando vaya en un vehículo, el perro se acomodará en el suelo y jamás sobre los asientos.
No se debe subir a sillones, camas u otros muebles.
Debe sentarse en los bordillos de bajada y esperar el comando para seguir y marcar con sus patas delanteras los bordillos de subida, mientras espera que su guía se encuentre completamente en el bordillo. Para ello, sólo has de acostumbrarlo a pararse en cada bordillo antes de bajar y a que espere tu orden para seguir adelante. Lo mismo sucede con los bordillos de subida. Párate en cuanto ponga las dos patas delanteras sobre el bordillo de subida, premia y di el comando para continuar adelante.
Debe comportarse de forma que pase totalmente desapercibido y colocarse bajo tu asiento si vas en transporte público y utilizas muletas o andadores, o debajo de la mesa (como en la foto) para evitar tropiezos con la gente, que moleste y también que lo molesten.
Tienes que proteger a tu perro para que no sufra una lesión si alguien sin querer lo pisa o tropieza con él.
No debe mendigar comida de la mesa o tomar comida que no sea de su kong, de su plato o de la mano de su guía. Esto es especialmente importante, ya que con seguridad llevarás al perro a sitios públicos, restaurantes, bares, etc. Es muy desagradable ver a un perro salivar porque espera que le den comida y más si te encuentras en un restaurante en el que la gente esté comiendo. Si lo haces en casa, con toda probabilidad el perro esperará comida cuando tú estés comiendo.
Por el contrario, si nunca recibe comida, el perro no presentará esta respuesta fisiológica (salivar). Ten siempre muy presente que ésta puede ser una razón por la cual descalifiquen a un perro que pretenda obtener la acreditación de perro de asistencia, así que tómatelo en serio y JAMÁS le des comida cuando estés en la mesa.
Debe colaborar en la colocación del collar, el peto y/o el halty. Te lo explicamos en el capítulo sobre material de adiestramiento.
Cuando estés entrenando en el exterior, no se debe permitir al perro saludar a otros perros a menos que esté bajo el comando de liberación LIBRE.
No debes permitir a las personas tocar al perro cuando estéis en sitios públicos a menos que le des el comando para que se siente antes de permitir que lo acaricien. Esto evita además que el perro salte sobre las personas en demanda de atención. Por norma general, aunque quieras que el perro sea amigable con las personas, debes evitar que otras personas lo acaricien de forma indiscriminada, ya que necesitas ser y seguir siendo el centro de atención de tu perro y mantener los vínculos afectivos. Por eso, no permitas que nadie dé un premio o una chuche a tu perro. Explícales que es un perro de trabajo y no le está permitido aceptar comida de nadie, excepto de tu mano.
Hay que negociar los pasos estrechos, esto es, el perro se debe colocar detrás de ti al pasar por un lugar en el que no sea posible el paso de ambos si utilizas silla de ruedas o un andador. Evita que tu perro pase primero, haciendo que se siente y espere a que pases tú. Luego, indícale que pase él para continuar con la marcha. Con las repeticiones propias de la vida diaria, adquirirá el hábito.
Esta práctica, además de ser un ejercicio de obediencia que te da control con el perro, evita accidentes que podrían ocurrir si el perro saliera antes que tú y sin control, y te reafirma como súper-alfa.
Además de la obediencia básica y de ejercicios concretos que entrenarás con tu perro, debes enseñarle unas normas básicas de convivencia. Los perros han de aprender las reglas. Casi todos los hábitos que nombramos en esta sección los asimila el perro en el día a día, formando parte de su rutina cotidiana.
Debes enseñarle a jugar con sus juguetes, a que se quede solo, a no pedir, a esperar frente a una puerta, a colaborar en la colocación del collar y la correa…
Todos los perros hacen lo que les funciona. Si antes de salir por una puerta pides a tu perro que se siente y mientras no lo haga la puerta no se abre, a la hora del paseo se sentará para que le coloques el collar y salgáis juntos. Sentarse tiene como consecuencia salir a la calle a dar un paseo y todos estos hábitos a largo plazo se interiorizan y quedan unidos a una consecuencia siempre agradable.