Читать книгу Cosas Peligrosas - Amy Blankenship, Amy Blankenship - Страница 4

Capítulo 3

Оглавление

Kriss entró en el apartamento que compartía con Tabatha y cerró la puerta con llave. Había buscado por todas partes a Dean y no había encontrado ni rastro de él ni del demonio que había estado persiguiendo.

Una de las cosas que caracterizaba a los de su especie era que si querían esconderse, sabían cómo desaparecer y no dejar rastro. Había sido capaz de sentir al demonio en todas partes aunque nunca lo había visto. Solo cuando fue liberado se dio cuenta de que siempre había sido capaz de sentir su presencia. Todavía podía sentir la maliciosa intención de aquella personalidad oscura, incluso dentro de su casa... y aquello le producía nauseas.

Caminando por el oscuro apartamento, Kriss regresó a la habitación de Tabatha y sonrió al inocente rostro dormido en la cama. Estaba acurrucada como un gatito alrededor de su peluche favorito.... un perro Yorkie al que le sobresalía la lengua. El peluche era el único recuerdo que le quedaba de su infancia. Algunos años atrás se había desmoronado y le había contado la historia de Scrappy y cómo el perro había desaparecido cuando se fue de vacaciones con sus padres por última vez.

Kriss suspiró y se acostó en la cama a su lado, enroscándose a su alrededor como una manta de seguridad. Tan pronto como lo hizo, Tabatha se acurrucó contra él.

—¿Encontraste a Dean? —preguntó en voz baja.

*****

Kane se las había arreglado para escabullirse; se alegró de que Warren hubiera captado la atención de Michael el tiempo suficiente para poder hacerlo. Lo que fuera que Michael y Dean hicieron para arreglar lo que Misery le había hecho, le había provocado una gran descarga de adrenalina. Ahora estaba ansioso y no se libraría de esta ansiedad sentado en la oficina de Warren recordando al demonio chupa-almas. Ello solo le provocaría nos cuantos retorcijones en sus pesadillas durante un tiempo.

Observando la abrumadora oscuridad del cielo, vislumbró las primeras señales del amanecer. Quiso alejarse del centro de la ciudad y se movió tan rápido por las calles que si alguien hubiera estado mirando, no se habría dado cuenta de que había estado allí. El lado negativo de eso es que ahora estaba muy lejos de la casa de Michael.

Quería ver a Scrappy y acurrucarse con el perro en el sofá con una buena botella de vino, un cuenco de palomitas de maíz de tamaño enorme y.... ¿una película de terror? Kane agitó la cabeza.... ¿en qué diablos estaba pensando? Scrappy probablemente escogería la película, lo que podría ser una buena idea en ese momento, o quizás no…. A ambos les gustaban las películas donde los animales podían hablar.

Kane se detuvo y miró a su alrededor cuando se dio cuenta de que algo lo había llevado allí. Al principio pensó que era Misery quien lo había traído hasta allí. Volvió a negar con la cabeza y descartó la idea cuando la imagen de Tabatha en la iglesia pasó por su mente. Podía sentir su presencia y, por primera vez en toda la noche, Kane se olvidó de los monstruos que fornicaban bajo la cama y en el armario.

Tabatha era su alma gemela y que él hubiera probado su sangre sólo aumentó la conexión entre ellos. La única razón por la que no la había sentido esta última semana era porque el caído... Kriss... la había llevado muy lejos de él, maldito bastardo. Empezaba a preguntarse si sufría de ansiedad por la separación.

Al moverse por esta parte de la ciudad, llegó a la casa de ella en cuestión de minutos. Aterrizando silenciosamente en el techo de la casa de un vecino, se colocó para observarla a través de la ventana del dormitorio. Su aguda vista se fijó en la forma en que su cabello caía sobre la almohada y en la forma en que sus labios se abrían ligeramente al respirar profundamente. Nunca había conocido tanta paz como ahora.... sólo mirándola dormir.

Kane se preguntó cómo le vería ella. ¿Se parecía a los otros monstruos con los que se había encontrado o con lo que soñaba? ¿Se daba cuenta de lo profundos que eran sus sentimientos por ella?

En cuclillas y listo para ir hacia ella, de repente y cuando casi estaba en pie, la oyó gritar en su mente. El sonido provenía de sus sueños, pero el sonido mental le hizo detenerse, ya que le recordaba la forma en que ella gritaba de niña, muchos años atrás. Hasta la fecha, todo lo que había hecho era causarle dolor... hacerla sufrir por él.

Kane se giró para irse cuando vio que la puerta de la habitación de Tabatha se abría. Sus músculos se tensaron en preparación para atacar al intruso cuando vio a Kriss, el caído, entrando en la habitación de Tabatha y metiéndose en la cama con ella.

Kane se dio cuenta de que el caído estaba molesto, y sintió rabia cuando Kriss rodeándola con un brazo, la estrechó contra si como si fuera su amante.

Sintió como su tranquilidad se hacía añicos y la rabia se apoderaba de él mientras los miraba. Concentrándose mucho, su extraordinaria audición comenzó a captar su conversación susurrada. Frunció el ceño por un momento al darse cuenta de que su poder era más fuerte que antes. Se sorprendió y su ceño se hizo más profundo cuando escuchó los latidos de sus corazones incluso desde esa distancia.

—Dean no quiere que yo lo encuentre.

Kriss suspiró preguntándose si Kane hablaba del demonio que Dean estaba persiguiendo o del caído que había estado allá abajo con el demonio.

Desearía que Dean hubiera esperado. Había algo en el aura del otro caído que hacía desconfiar a Kriss y esta tenía la esperanza de que Dean fracasara en la búsqueda de cualquiera de ellos.

—Me pregunto qué pasó—, susurró Tabby

—Por lo que dijeron Envy y Devon, Dean estuvo atrapado allí la mayor parte del día.

Ella no pudo evitar imaginar a Kane sabiendo que él también había estado allí abajo con el demonio y casi no lo cuenta.

—Me aseguraré de preguntárselo tan pronto como lo encuentre—, contestó Kriss, incapaz de no sonar preocupado.

—Dean te aprecia... volverá pronto. Tabatha cerró los ojos, confiando por el bien de Kriss en tener razón.

—Duérmete—, susurró Kriss esperando que ella tuviera razón con respecto a que Dean regresaría pronto. No había visto al otro caído porque se había estado moviendo demasiado rápido, pero lo había sentido por un momento antes de que el aura del demonio le hiciera sombra.

Aquel sentimiento fugaz lo perseguía, así que podía imaginarse por lo que estaba pasando Dean.

Los caídos eran tan raros que se quedaban maravillados cuando estaban cerca unos de los otros. La mayoría pensaba que eran los ángeles caídos de una leyenda en la que habían sido enviados a la tierra para ayudar a protegerla... pero las leyendas a menudo sólo son verdades a medias, moldeadas por las palabras de hombres que necesitan un héroe o a veces un enemigo.

Los caídos habían venido a la tierra desde otra dimensión... igual que los demonios. Las leyendas llamaban cielo a aquella dimensión pero se equivocaban.

Las leyendas también dijeron que los caídos destruían a los demonios... de nuevo aquello era solo una verdad a medias. La Biblia decía que los caídos se habían apareado con las mujeres más hermosas de la tierra y habían sido castigados por ello... y para los profetas eso era lo más parecido a la verdad.

La razón por la que el resto de los caídos se mantuvieron alejados de aparearse con las mujeres de la Tierra era que el producto de esos apareamientos resultaba en el nacimiento de un demonio. Fueron los caídos los que crearon los demonios.

Cuando aparecieron los primeros caídos, hubo muchos, pero cuando los demonios nacieron y comenzaron a destruir aquello que los caídos amaban, los caídos se volvieron contra sus propios hijos y lucharon. Así los números en ambos frentes disminuyeron y el sello entre dimensiones se fue cerrando lentamente.

Algunos de los caídos originales habían desaparecido, se creía que habían perdido la vida a manos de los demonios que habían engendrado. La mayoría de los supervivientes eligieron regresar a sus hogares para no sentirse tentados por la seducción de las mujeres humanas. Fueron ellos los que enviaron a los jóvenes guerreros de vuelta a este mundo para vigilarlo.... proteger a los humanos de los monstruos.

Sólo había una regla... no podían aparearse con las hembras de este mundo y mucho menos matarlas. Un niño de la auténtica raza habría sido colocado en cada punto energético de la tierra y sólo unos pocos habrían sobrevivido tanto tiempo. Las leyendas decían que eran inmortales... las leyendas estaban equivocadas.

Los caídos no eran inmortales, vivían durante largos períodos de tiempo.... a veces milenios. También podían ser asesinados por humanos o demonios... aunque para un humano esto sería extremadamente difícil.

Syn había conocido las verdaderas leyendas y se las había transmitido a sus niños.

Recordando esas lecciones, Kane entendió ahora cuánto amaba Kriss a Tabatha.... lo suficiente como para no tomarla como compañera... y lo suficiente como para no dejar que alguien que él creía que no era mucho más que un demonio la poseyera. Parecía que él no era el único con secretos ocultos.

Una sonrisa intencionada asomó por la comisura de sus labios de Kane mientras se daba la vuelta y se alejaba.

*****

Envy y Devon estaban esperando en el bar cuando la gente empezó a llegar a la reunión. Kat y ella estaban ocupadas hablando y tratando de terminar de ponerse al día con todo lo que sucedía mientras Devon y Quinn simplemente se paraban a mirarlas con una expresión extraña.

—¿Qué idioma están hablando ahora? —preguntó Devon.

—No hay un nombre para ello—, dijo Quinn. Es un ritual en el que las mujeres participan con bastante regularidad. Comienza siendo inocente y antes de que nos demos cuenta, ellas están de compras y nosotros estamos atrapados fuera de los probadores sosteniendo sus bolsos.

—También estás parado sosteniendo la bolsa mientras ella entra en las tiendas de ropa interior femenina y compra lencería que no te permite ver hasta el día de vuestro aniversario—dijo Nick con una sonrisa burlona.

Warren puso su mano en el hombro de Nick. —Confía en mí, hermanito, estarás feliz de sostener esas bolsas cuando llegue el momento.

Un par de brazos rodearon el cuello de Warren desde atrás y la cara de Michael apareció entre ellos. —¿Significa eso que me llevarás de compras?

—Por supuesto—dijo Warren con una sonrisa de satisfacción. —Te llevaré a esa tienda de artículos de esclavitud que tanto te gusta.

La expresión de Michael se volvió soñadora. —Oh sí, látigos, cadenas, estribos, fustas.... cuero.

—Qué diablos... Nick se levantó de repente y se alejó de ellos haciendo que Devon resoplara.

—Homófobo—, murmuró Devon.

—¡Cállate! —gruñó Nick —O son muy buenos mintiendo o es preocupantemente cierto.

La puerta se abrió y Steven entró con Alicia y Jewel. Alicia había revisado su armario y encontró un vestido morado para que Jewel se lo pusiera hasta que pudiera conseguir más ropa. Afortunadamente, eran aproximadamente de la misma talla y altura, por lo que Jewel podría arreglárselas por ahora. Alicia también le había dicho a Steven que hasta que no pudiera conseguir más ropa para Jewel, esta era bienvenida a revolver en su armario tanto como quisiera.

Steven se acercó inmediatamente al lugar donde Quinn y Devon estaban sentados con Nick, una mesa justo enfrente de la zona de trabajo de Kat.

— Veo que no llegamos tarde— dijo Steven sonriendo interiormente cuando vio que Jewel sonreía a Alicia. Se dio cuenta de que no la había visto sonreír hasta ahora.

Warren miró a su alrededor.

—En realidad creo que todo el mundo está aquí.

—No todos—, dijo Envy. —Todavía estamos esperando a Chad.

En ese mismo momento las puertas se abrieron y Chad entró con Trevor y Zachary detrás de él.

—¿Qué demonios está haciendo aquí? —preguntó Devon mientras se ponía de pie.

—Chad es policía—, le recordó Envy. —Ya sabe lo que está pasando y vio el final de lo que pasó en el cementerio. Está en esto lo quiera o no. Además, — continuó ella, —él podrá mantener a la policía alejada de ti por algún tiempo.

—No me refería a tu hermano—dijo Devon en un tono que sonaba peligroso.

Kat meneó la cabeza al ver que Envy, erróneamente también se estaba preparando para pelearse con Trevor. No quería que se produjese una batalla campal, así que se alejó del bar para interponerse en su camino.

—Trevor también puede quedarse—, dijo con firmeza y cruzó los brazos sobre el pecho.

—Después de todo.... es un jugador que interactúa bien con los demás— concluyó Kat con un guiño al hombre rubio que le dirigió un saludo un tanto fingido.

Quinn se levantó de su silla y caminó hacia Kat, poniendo su brazo alrededor de su cintura para acercarla a él. —Voy a tener que vigilarte... ¿no? — murmuró juguetonamente, pero la mirada de sus ojos contaba una historia diferente.

—¿Podemos seguir adelante? — preguntó Kane desde las sombras.

Todos, excepto Michael, se sobresaltaron al oír su voz. Había estado tan callado que nadie sabía que estaba allí.

—De acuerdo— dijo Warren. —Creo que todos sabemos por qué estamos aquí.

Miró a Chad, quien asintió una vez para indicar que comprendía, y luego dirigió su mirada a Trevor y Zachary.

—Antes de hablar de lo que pasó en el cementerio, tengo una pregunta para Trevor.

Trevor entrecerró los ojos: —¿Qué pregunta?

—¿Qué demonios eres? —preguntó Devon interrumpiendo a Warren.

—Soy un cambia formas, como la mayoría de los que estamos aquí—respondió Trevor.

Kane resopló entre las sombras haciendo que todos le miraran

—¿Sabes algo sobre él? — preguntó Envy.

No creía en la palabra de Trevor.... él ya había demostrado con anterioridad que era un gran mentiroso.

—Puede que sí, pero tendrás que ser muy amable conmigo si quieres que te lo cuente—, dijo Kane con entusiasmo en su voz.

Habría echado la culpa de su mal humor al hecho de haberse levantado con el pie izquierdo, pero diablos.... todavía no se había acostado.

Devon estaba de pie y levantó a Kane por las solapas de su chaqueta.

—Creo que hemos terminado de ser amables—, gruñó el jaguar.

Kane sonrió al cambia formas con satisfacción.

— ¡Oh, qué pena! Ya le dije a mi cachorro que eras un encanto y se alegró mucho de poder conocer a un nuevo compañero de juegos.

Ambos sabían quién sería el perdedor si decidían enredarse... y no sería el gatito.

—¿Tu cachorro? —preguntó Jewel, sus ojos brillaban ante la perspectiva de algo lindo y adorable. Su labio se tensó al imaginar un perro entre todos los gatos de la habitación.

—Es un conejo polvoriento de gran tamaño—, gruñó Michael.

Warren se pellizcó el puente de su nariz y Quinn tuvo que luchar para no reírse de su cuñado el jaguar.

—Devon, deja a Kane y pon tu trasero en una silla —dijo Warren. —Terminaremos la discusión sobre Trevor más tarde.

Nick, Devon y Kat miraron a Warren con los ojos muy abiertos. Si no conocieran a Warren, sabrían que estaba entusiasmado con la perspectiva de un nuevo cambia formas en la zona y el hecho de que le gustaría aprender más sobre aquella raza desconocida.

Devon soltó a Kane y volvió a la silla que estaba junto a Warren. Las puertas se abrieron y Kriss entró con Tabatha enganchada a su brazo. Devon dejó que una lenta sonrisa iluminara sus labios mientras miraba hacia el vampiro rubio. Puede que no fuera capaz de poner a Kane en su lugar, pero el hombre que acaba de entrar sí podía y sabía que Kriss no tenía ningún aprecio por aquel vampiro reformado.

—¿Llegamos tarde? —preguntó Tabatha feliz por haber ganado la discusión con Kriss para asistir a la reunión.

A veces Kriss podía ser un poquito sobreprotector.... un poquito de más.

—No, llegas justo a tiempo—, dijo Envy. —Todavía no hemos empezado.

Tabatha se unió a las mujeres en el bar y se sentó, mientras tanto Kriss se acercaba a donde estaba Chad.

El corazón de Kane dio un vuelco cuando entró Tabatha, tuvo que luchar contra el impulso de agarrarla en sus brazos y llevársela lejos de allí.

Dio un paso hacia atrás, hacia las sombras, de modo que apenas se podía ver su silueta. Sus ojos se dirigieron hacia los caídos y se estremeció ante la mirada que recibía del hombre.

—Necesitamos aprender más sobre el demonio que ha sido atrapado en el cementerio—, continuó Warren. —Necesitamos saber qué aspecto tiene, Dean no está aquí y Kane es el único que lo ha visto.

Kane había sacado un cigarrillo y encendió su mechero. La luz iluminó su rostro por un momento y se podía ver la angustia en su mirada.

Tabatha contuvo la respiración cuando su mirada se fijó en la pequeña llama y miró a Kane. Sus perfectos labios estaban ligeramente curvados mientras encendía el cigarrillo y sus ojos ensombrecidos por las oscuras pestañas. A pesar de aquella sombría mirada, podía sentir cómo si esta la tocara, como si fueran sus manos acariciando su piel.

Se distrajo con algo que le rozaba el brazo, miró a su alrededor y se encontró a Kriss de pie a su lado.

—Su nombre es Misery—, dijo Kane tras un momento. —El problema es que.... no estoy seguro de cómo es ella.

—¿Cómo es posible que no sepas cómo es? — preguntó Kriss frunciendo el ceño. —Estuviste ahí abajo con Dean durante quién sabe cuánto tiempo.

—¿Me dejas terminar, Plumas? —preguntó Kane en tono sarcástico.

Kriss entornó la mirada resentido por el insulto.

—Bien—, contestó Kane. —La razón por la que no sé cómo es, es porque cambiaba de aspecto. En un momento dado era una niña bonita con una personalidad escalofriante como el infierno, al siguiente era un cadáver podrido, una nube de humo negro, y al final era una mujer hermosa. Esas parecen ser sus formas favoritas. Es extremadamente poderosa cuando puede retener a dos caídos en esa cámara al mismo tiempo.

Kriss respiró hondo y asintió con la cabeza: —Se sabe que algunos demonios tienen ese tipo de poder.

—Tenemos una especialista en demonios que viene para aquí ahora mismo. — dijo finalmente Zachary. —Su vuelo debería llegar en un par de horas más o menos. Cuando llegue aquí, será mejor que todos le dejen ocuparse de Misery.

Kane ladeó una ceja: —¿Una?

—Sí—, dijo Trevor. —Se llama Angélica. Tiene información sobre casi todas las leyendas, mitos y cuentos de hadas del mundo entero. Si hay algún tipo de historia sobre Misery, la tendrá en su memoria USB.

Alicia suspiró con frustración: —Bien, que se quede con el demonio. Quiero saber qué vamos a hacer para encontrar a Micah.

—Micah puede cuidarse solo—, dijo Quinn.

La verdad es que durante esa última discusión entre él y Micah, le había ordenado a Micah que se retirara pero su hermano no había obedecido y eso sólo podía significar una cosa... ahora tenían dos machos alfa dentro del clan de pumas y eso nunca había sucedido. En el pasado habría supuesto una lucha a muerte.

Quinn quería a Micah y estaba orgulloso de él por su fuerte personalidad. Lo último que quería era que sus peleas se descontrolaran.

—Pero él no sabe nada de lo que ha pasado—, exclamó Alicia, buscando una razón que pudiera hacer que lo encontraran. —¿Y si se encuentra con Misery y se lastima.... o lo matan? Se haya ido o no, él es parte del clan.

—No puedes razonar con su lógica, amigo mío—, dijo Kane tras haber leído los pensamientos de Quinn.

Alicia lo miró desde las sombras y se sonrojó antes de mirar hacia otro lado. Se sintió bien al escuchar que por una vez alguien se ponía de su lado. Lo que Alicia no sabía es que toda su familia había estado pensando en Micah y en la última vez que lo vieron en persona; justo después de la pelea que tuvo con Anthony.

Kane le devolvió la sonrisa aunque ella no podía verlo. Aparentemente, ella era la única del grupo que tenía agallas.

—La última vez que vimos a Micah, se había metido en una gran pelea a gritos con Anthony Valachi y lo echó del club—, dijo Steven en voz baja. —Eso fue justo antes de desaparecer.

—¿El hombre lobo? —preguntó Trevor con la cabeza inclinada.

—Sí, y además, Steven se apareó con la prometida de Anthony. —dijo Quinn a él y a todos los que no se habían enterado todavía.

Jewel frunció el ceño al darse cuenta de que Steven le había estado diciendo la verdad sobre los lazos que tal vez vinculaban a su hermano desaparecido con Anthony. Se mordió el labio, preguntándose en silencio si esa era la única razón por la que Steven la había ayudado.

No, no podía ser eso. Cuando Steven se la llevó de la iglesia, ni siquiera sabía que Anthony era su prometido.

Escuchó la acusación tácita en la voz de Quinn y se puso de pie. Un instinto de protección se apoderó de ella y tuvo que reaccionar.

—Steven no sabía quién era mi prometido y yo no tenía ni idea de que Anthony era un hombre lobo—, dijo Jewel con voz firme. —No fue hasta que nos apareamos que le conté lo de Anthony. Así que, si vas a culpar a alguien por eso, cúlpame a mí.

Quinn se mostró reprendido y Kat le hizo una discreta señal de aprobación.

Jewel se recostó contra la barra y empezó a morderse el labio inferior de nuevo. Enfrentarse al hermano mayor de Steven, el alfa de la tribu de los pumas, la atemorizaba.

Miró a Steven y se relajó cuando vio el orgullo que se reflejaba en sus ojos por ella. Algo dentro de ella se debilitó y luchó como loca para construir un muro protector que la rodeara. Su corazón latía muy rápido y se preguntaba si se estaba enamorando de él.

—Anthony Valachi ha estado bajo sospecha desde hace tiempo—, dijo Chad. —La policía tiene razones para creer que no sólo está involucrado en el contrabando de personas, sino también en la esclavitud. Se rumorea que sus hombres han estado recogiendo prostitutas, secuestrándolas y también vendiéndolas como esclavas sexuales.

—¿Por qué la policía no ha hecho nada al respecto entonces? —preguntó Kat.

—Nos dijeron que nos mantuviéramos al margen porque el FBI había tomado el control de la investigación —contestó Chad. —Desafortunadamente, cuando el FBI aparece, no tenemos jurisdicción y no podemos hacer nada más que mantenernos apartados de su camino a menos que queramos terminar en la cárcel junto a los malos.

Steven asintió pensando que era hora de contarles todo. —El padre de Jewel fue investigado por el FBI hace un tiempo. Fue por ello por lo que Jewel se comprometió con Anthony—. Sonrió a Jewel antes de volver a dirigirse al grupo.

—Su padre era el gerente del Palm Springs Resort y Anthony no estaba contento con la orden de registro que tenían ni con que Arthur les permitiera moverse libremente por la propiedad. Al darse cuenta de su error, Arthur mató al agente y fue arrestado por asesinato. Para salvar su propio pellejo, Arthur entregó a Jewel a Anthony como pago por sacarlo del lío del asesinato.

—Él es el que mató a mi padre. Estoy seguro de ello—, dijo Jewel apretando el puño. —Entonces, ¿cuándo podremos ir tras él?

—No tenemos que ir tras él—, le dijo Chad. —Idearemos un plan, y luego le haremos saber que estás bajo la protección de los Wilder. Cuando haga un movimiento.... lo atraparemos.

—Creo que todo esto puede ser ilegal—, corrigió Trevor. —Mantén a Jewel oculta por un par de días más y deja que Zachary y yo nos aseguremos de que el FBI no se involucre y convierta todo en un desastre.

—¿Por qué iban a interferir? — preguntó Kat. —Tu eres parte de esa organización paranormal... ¿no están por encima del FBI?

—Sólo en ciertas áreas—, respondió Trevor. —La mayoría del FBI no tiene ni idea de que existimos. Maldita sea, ni siquiera el presidente de los Estados Unidos sabe quiénes somos, y para eso, necesitamos pruebas de que algo paranormal está pasando.

—¿Significa eso que al menos una parte del gobierno sabe algo sobre nosotros? —preguntó Nick a pesar de que la certeza le hacía sentir incómodo.

Trevor asintió: —No específicamente de cada uno de vosotros... pero son conscientes de lo más... inusual. Tú estás protegido de la misma manera que los humanos... tal vez aún más y con reglas más permisivas, y por un gobierno pequeño pero poderoso que está por encima del propio gobierno

Se rascó la cabeza esperando que todos pudieran entender aquella vaga versión de la verdad.

—Mi preocupación es que el FBI investigue más y descubra cuando ya sea demasiado tarde, que se trata de hombres lobo, no de seres humanos—, dijo Chad, frunciendo el ceño y sin que le gustara lo que Trevor acababa de decir. ¿Creía que lo paranormal estaba por encima de lo humano? Tal vez no estaba siendo imparcial, pero él era uno de esos seres humanos menores.

Trevor sacudió la cabeza.

—La mafia no se va a poner furiosa y a atacar al FBI. Además, si el mundo se enterara de la existencia de los hombres lobo, ellos serían los próximos en extinguirse y lo saben. La última vez que les descubrieron, fueron perseguidos casi hasta su extinción.

—Déjame hacer un par de llamadas y ver si tenemos plena jurisdicción sobre el caso Valachi dijo Zachary. —Si la tenemos, entonces tendremos rienda suelta y podremos reclutar a cualquiera que creamos cualificado.

Miró alrededor del grupo sabiendo que eso incluiría a casi todos en la sala y les daría inmunidad sin importar cómo resultaran las cosas.

—¿Alguien sabe qué conducía Micah el día que desapareció? —preguntó Chad. —Puedo hacer un seguimiento desde mi coche patrulla y poner una orden de búsqueda.

—Su motocicleta—, dijo Alicia, y acto seguido sus ojos se abrieron de par en par mientras recordaba haberle dicho a Warren que ella conducía la misma motocicleta la pasada noche durante la tormenta. Mirándole fijamente, suspiró aliviada cuando él simplemente le guiñó un ojo.

Nick añadió su opinión: —Estoy totalmente a favor de mantenerme alejado de Misery, pero los vampiros se están multiplicando por ella y no podemos permitirlo.

—Todos deben colaborar en el control de plagas—asintió Warren.

—Supongo que no todos—Trevor miró hacia Envy.

Zachary se interpuso discretamente frente a Trevor para bloquear la ferviente mirada que Devon le estaba dirigiendo a su amigo. —Creo que también es hora de que pidamos un par de favores y consigamos más ayuda del equipo en esta zona.

—¿Quieres decir que hay más como tú corriendo por ahí? —preguntó Steven.

Zachary metió las manos en los bolsillos e inclinó un poco la cabeza. El suave resplandor de las luces asomaba entre su cabello rubio y puntiagudo mientras sonreía. —Siento decepcionarte, pero sólo hay uno como yo. He estado queriendo clonarme a mí mismo, pero el temeroso líder aquí no me deja—terminó señalando a Trevor.

—Cállate y haz esas llamadas—, exclamó Trevor. —Si hubiera otro tú corriendo por ahí, Angelica lo mataría sólo para decir que finalmente tuvo éxito.

La expresión de Zachary adquirió una cualidad vidriosa. —Ah, y ser pisoteado por esos maravillosos Doc Martens que tiene escondidos en su armario.

Trevor se acercó nerviosamente a su compañero de equipo y Zachary inmediatamente corrió por el área del bar para esconderse detrás de Kane.

—¿Hay alguna razón por la que me estés usando como escudo? —preguntó Kane.

—Sí—, exclamó Zachary. —Dame un minuto y pensaré en una.

Kane sonrió. —Dame un minuto y me iré a casa el tiempo suficiente como para encontrar mis Doc Martens.

Zachary se alejó de Kane con las manos en alto. —Oye que yo soy heterosexual.

—¡Zachary! —gritó Trevor.

—Está bien, está bien—, dijo Zachary y sacó su teléfono móvil. —Cielos, estoy rodeado de gente sin sentido del humor.... A Angélica le va a encantar este grupo.

Cosas Peligrosas

Подняться наверх