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Capítulo 4

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Kane se apoyó en la cruz situada a varios metros detrás de Michael y miró hacia la ciudad preguntándose dónde se escondía Misery o si todavía estaba allí. Para ella existía todo un mundo que aterrorizar, pero también existía el karma, y su instinto que le decía que ella no podía haber ido muy lejos.

Se la imaginaba caminando por la acera como un cadáver en descomposición, y sacudiéndose un escalofrío ante la imagen de la extraña niña friqui, decidió que la visión del cadáver era menos espeluznante.

A lo largo de los siglos había sido testigo de momentos en los que vampiros adultos habían transformado en vampiros a los niños. Lo que muchos vampiros nunca comprendieron fue que los niños a menudo eran más viciosos que sus ‘padres' y por esto a veces terminaban muertos de la mano de un adulto o, a veces era el niño el que mataba al que los convertía en vampiro. Tuvo que admitir que la mujer que escribía libros de vampiros tenía ideas muy acertadas.

Esperaba que el experto en demonios que Trevor había mencionado supiera lo que estaba haciendo.... aunque lo dudaba.

El recuerdo del demonio fue lo que lo llevó a cuidar de Michael... eso también le impediría perseguir a Tabatha, ahora que ella estaba de vuelta en la ciudad. Se requería una gran fuerza de voluntad para no hacerlo. El solo hecho de estar en la misma habitación que ella implicaba dolor físico.... dolor que él sabía que no podría haber aguantado por mucho más tiempo si ambos se hubieran quedado allí. Su mirada se desviaba hacia su amigo y se apoyó con mayor fuerza en la cruz.

Tenía que admitir que si querías estar solo y rodeado de humanos, entonces el tejado de la iglesia más grande de la ciudad era un lugar fascinante para ello.

Curiosamente, sabía que Michael no venía hasta allí en busca de paz y serenidad. Allí fue donde el vampiro venía a preocuparse y a meditar. No importaba que estuvieran al descubierto porque Kane tenía la sensación de que si Misery quería encontrarlos, cuatro paredes no los salvarían. Nunca se había escondido de un enemigo y no iba a empezar ahora. Obviamente, Michael pensaba igual.

Hizo una mueca cuando un extraño pensamiento cruzó por su mente. Tan pronto como volviera a encontrarse con Dean, iba a pedirle un favor al caído. Quería un puñado de esas plumas con el hechizo que Dean había usado con la pluma de las catacumbas. A Misery no le había gustado demasiado. Puso la palma de su mano sobre su hombro recordando toda la carne perdida que de alguna manera había reaparecido mientras él estaba inconsciente. Michael le había dicho que Dean lo había curado.

Kane no podía recordar mucho de aquellos momentos al salir de la cueva. Recordó haber escuchado la voz de Michael llamándolo desde la oscuridad, pero no mucho más. Lo siguiente que recordaba era el despertarse en una iglesia llena de gente y a Michael revoloteando sobre él como una mamá gallina.

La cara de Tabatha pasó fugazmente por su mente. Había pasado las últimas dos horas tratando desesperadamente de no pensar en ella, pero la mayor parte de esas dos horas no se había escuchado a sí mismo.

Michael podía sentir la presencia de Kane muy cerca, pero en lugar de enfadarse por la involuntaria distracción, se sintió aliviado por los cuidados de su amigo. Al menos si Kane estaba preocupado por él, entonces se tomaría un descanso de sus propios problemas. Además, quería a Kane como a un hermano... la palabra hermano resonaba en su mente mientras sus pensamientos se ensombrecían y se centraban en Damon. ¿Cómo pueden los verdaderos hermanos estar tan equivocados el uno con el otro?

Tratando de vaciar su mente de los perturbadores recuerdos, Michael se echó hacia atrás y dejó que el cansancio se apoderara de él. Sabía que era seguro dormir.... Kane lo estaba cuidando.

Kane se sorprendió ante los pensamientos de Michael. No sabía que Michael tenía problemas para dormir. ¿Qué pasaba para que su amigo se sintiera tan amenazado que tenía miedo de cerrar los ojos? Sabía que la falta de sueño le volvería loco poco a poco... sin embargo, también se había dado cuenta de que dormir demasiado era aún más dañino.

Miró al otro lado de la calle, el edificio de Michael estaba situado entre otros edificios de la ciudad. Por el aspecto de la habitación circular en la parte superior, era de un diseño victoriano. Había aceptado mudarse con Michael, pero parecía que ahora tendría que convencerle para que se mudara con él, en lugar de dormir en el tejado de enfrente.

Alzó una ceja ante su extraño amigo. La casa tenía todas las comodidades modernas que alguien tan viejo como ellos podría necesitar, incluyendo salas para mantener a los demonios alejados, así que ¿por qué la repentina necesidad de aire fresco con olor a lluvia?

Sabía que Michael todavía se sentía culpable por no estar cerca cuando él se marchó y consiguió que le enterraran. Aunque Kane había intentado mantenerse alejado de su cabeza, aún no le había dicho a Michael que si lo intentaba, podía leer su mente. Era algo que en realidad, como amigo era mejor que no lo supiera... además, tenía la sensación de que él era el único con ese poder.

El haberlo abandonado no era lo único en el pensamiento de Michael esta noche... la razón por la que Damon, hermano de Michael, había dejado el país en primer lugar, fue lo que llamó su atención.... Kane no había visto a Damon desde que recuperó la cordura... lo que quedaba de ella, pero los recuerdos que tenía eran en su mayoría buenos. Damon tenía una vena muy salvaje y ambos hermanos le habían provocado a Michael, que trataba de mantener el ritmo, un fuerte dolor de cabeza.

Kane miró hacia abajo y vio a Michael jugando con el anillo de su dedo mientras pensaba en Damon. No pasó mucho tiempo antes de que Michael se dejara vencer por el sueño y sus sueños se intensificaran. Cuanto más duraban los sueños, más lograba enterarse Kane de lo que escondía Michael. Cerró los ojos, aislando la ciudad por un momento y concentrándose por primera vez en el dolor de otra persona.

Se sorprendió al ver que no sólo escuchaba los sueños, sino que también captaba recuerdos visuales de hacía cuarenta años. Lo vio todo desde la perspectiva de un extraño mientras se ello se desarrollaba como si fuera una película dramática.

Michael había sentido la necesidad de ir a ver a Damon por primera vez en más de un siglo. Cuando encontró a su hermano, todo parecía estar bien. Damon había estado viviendo en el candelero social de Londres y Michael se había unido a él durante algún tiempo. Se lo pasaron de maravilla hasta que conocieron a una chica... Katie.

Los solteros más codiciados habían sido invitados a su dieciocho cumpleaños, incluyendo a los hermanos. Ella era la auténtica belleza del baile. Lo que había empezado como una simple competición fraternal se convirtió en un peligroso juego de celos. Todo lo que había entre ellos parecía convertirse en una competición. Habían pasado semanas librando una guerra silenciosa entre ellos para ganarse su afecto.

Damon le había dicho que se fuera... para volver a cruzar el océano, pero Michael no pudo hacerlo. No dejaría que Damon ganara echándolo de allí. A medida que la rivalidad entre hermanos aumentaba, lo hacían las peleas por la misma chica. Ella no era su alma gemela ni nada de eso, pero ambos habían quedado cautivados con ella. Parecía que Katie tenía el mismo problema.... se había enamorado de los dos y no quería elegir.

Lo que era aún más retorcido acerca de aquel triángulo amoroso era que Katie pensaba que los hermanos eran humanos... nunca le habían dado una razón para pensar lo contrario.

Habían llevado a Katie a bailar aquella noche, pero ello había constituido un fatal error. La tensión entre los hombres se podía cortar. Después de una hora de sentirse morir lentamente por dentro mientras el otro bailaba con ella, los hermanos finalmente llegaron a las manos. No se habían dado cuenta de cómo habían perdido el control hasta que sus ojos cambiaron de color mientras sus manos se agarraban a la garganta del otro y sus pies se levantaban del suelo.

Ni siquiera la habían visto correr. Michael y Damon ya habían sofocado su rabia cuando escucharon el chillido de las llantas y el crujido del metal fuera del salón de baile. Cuando llegaron hasta ella... ya estaba muerta.

Cuando Damon corrió hacia ella con la intención de tratar de revivirla con su sangre de vampiro, Michael lo había detenido porque allí se había congregado una multitud. Damon se había vuelto contra él, culpando a Michael de no haberse marchado cuando le había dicho que lo hiciera.

Después de aquello se pelearon durante meses.... pidiendo tregua por momentos, apelando al dialogo y los sentimientos, pero ello siempre les conducía a otra pelea. Michael sabía que Damon estaba cada vez más mal y que quería matarlo. Si lo intentaba, entonces Michael se defendería y uno de ellos moriría.

Fue entonces cuando Michael hizo algo que juró que no haría... fue a ver a Syn. Syn fue el primer vampiro. Se había dormido y no se había despertado durante siglos, pero Syn no estaba muerto porque no podía morir.... al menos es lo que se creía. No estaban seguros de por qué había elegido dormir durante los dos últimos siglos, pero parecía que Syn estaba esperando por algo que todavía no había ocurrido.

Michael paseaba alrededor de la estatua que marcaba el lugar de descanso de Syn dentro del mausoleo. Sabía que Syn estaba allí, justo debajo de él. Le hablaba a la tumba vacía, escuchando el eco de sus palabras que a veces resonaban en forma de susurro y otras parecían un grito ensordecedor.

Pelearse con Damon lo estaba volviendo loco, nunca quiso que esto llegara tan lejos. Ni siquiera estaba seguro de si realmente amaban a la chica. Sintió que su corazón se retorcía por el dolor que le había causado a su hermano.... y a Katie. No sabía si Syn estaba escuchando, pero al menos compartiría la verdad con alguien más.

Los ojos de la estatua se movieron mirándolo. Esta se parecía a Syn pero no tenía color. Las velas encendidas a su alrededor resplandecían, se apagaban y encendían cuando la estatua se movía. Susurraban palabras que parecían desprenderse del suelo en un idioma hoy ya olvidado.

El silencio que siguió fue como un calmante, Michael sabía que Syn le había perdonado aunque Damon no lo hubiera hecho. Se frotó los brazos con las palmas de las manos tratando de calmar los escalofríos que sentía. Syn era un hombre algo mágico y Michael se preguntaba qué hechizo se había apoderado ahora de él.

Se levantó y salió de las catacumbas. Entró en el mausoleo sólo para descubrir que Damon estaba allí de pie esperándolo. Una vez más, se intercambiaron simples emotivas palabras, pero no pasó mucho tiempo antes de que volvieran a enfadarse. Michael sólo quería que todo terminara... quería abrazar a su hermano y empezar de nuevo.

Damon se había tomado la primera parte de su declaración al pie de la letra y, antes de que Michael pudiera detenerlo, sacó una lanza de madera de su chaqueta. Michael sintió que la madera penetraba en su corazón y cayó de rodillas. Mirando a Damon, abrió la boca para decir algo, pero todo lo que pudo emitir fue un gorgojeo.

Michael cayó de costado, sintiendo como la sangre se detenía en sus venas y se convertía en cenizas mientras su visión se desvanecía lentamente y todo se volvía de color negro.

Con lágrimas en los ojos, Damon se alejó sabiendo que ahora si estaba maldito. La voz de Syn empezó a resonar en su mente volviéndolo loco. Se agarró la cabeza y se agachó tratando de silenciar la voz, pero no se podía silenciar a Syn.

En ese momento, Michael volvió a la vida con mucha fuerza. Sintiendo que le mataba el dolor insoportable de la estaca en el pecho, cogió la madera y la sacó de su corazón. Le dolió tanto al salir como al entrar.

—¡Damon! — gritaba Michael mientras luchaba por ponerse en pie y salía en busca de su hermano. Valió la pena cada ápice de dolor al ver la cara de Damon cuando este se dio cuenta de que Michael estaba vivo.

En cuestión de segundos y sacándose el maldito palo de la manga, Michael apuñaló a Damon. — ¡Toma esto hermano! —, gritó mientras le devolvía el favor. Le dolió hacerlo, pero esto tenía que parar de alguna manera.

Cuando Damon resucitó, Michael se había sentado en el suelo para tratar de recuperar el aliento. Michael entendió lo que Syn había hecho... lo que significaban las palabras flotando en el aire de las catacumbas. Eran un hechizo que sólo Syn podía realizar y que haría imposible que Michael y Damon se mataran el uno al otro.... tal vez haría que no pudieran morir nunca. Podrían matarse entre ellos.... pero sólo les dolería.

Después de esa noche murieron varias veces, siempre a manos del otro. Finamente Michael se había rendido y había regresado a casa, dejando a su hermano al otro lado del planeta. Sabía que era inútil contactar con su hermano y aunque su corazón le gritaba que no todo estaba perdido, no estaba del todo seguro.

Kane mantuvo sabiamente la boca cerrada mientras Michael se recuperaba de su pesadilla. Parpadeó preguntándose si el ahondar tan profundamente en la mente de Michael había hecho que este recordara todo de una manera tan clara. Si era así... entonces se arrepintió al instante y desapareció antes de que Michael se volviera para mirar a la cruz justo cuando empezaba a amanecer.

*****

Alicia se pintó los labios tratando de borrar la inocencia de aquella cara que la miraba fijamente en el espejo. No estaba enfadada con Kane por quitarle el libro de hechizos... después de todo, era el libro de Kane. Pero estaba enfadada con los demás porque la trataban como a un bebé. Vivía en un club nocturno, por el amor de Dios.

Puede que hubiera estado en un internado, pero nunca fue un jardín de infancia. Después de todo ella era un puma y podía cuidar muy bien de sí misma. Debido a las reglas estrictas y a los ojos vigilantes de los maestros, Alicia había dominado el arte de escabullirse para ser libre. A su lado animal nunca le había gustado estar en una jaula.

Ahora que estaba en casa y su familia necesitaba protección, no era justo que todo el mundo se uniera y la dejara de lado. Si Micah hubiera estado aquí, habría comprendido sus necesidades y, por muy protector que fuera, nunca habría tratado de quitarle su libertad. Eso fue definitivamente algo que ella apreciaba de Kane.... él la había aceptado como si supiera por lo que estaba pasando.

Ahí estaba el problema principal. Micah había desaparecido y ella lo iba a encontrar aunque tuviera que enfrentarse a todos los seres paranormales de la ciudad para hacerlo.... empezando por los vampiros y hombres lobo.

Sabiendo que había arruinado todo tratando de usar un hechizo en el cementerio, se miró al espejo y frunció el ceño. Hasta ese momento, no se había dado cuenta de que había dos tipos de vampiros completamente diferentes.

Durante sus cortas visitas a casa nunca conoció a Michael ni a ningún otro vampiro, y el único que había venido a visitarla regularmente a la escuela había sido Micah. Solía venir a la escuela y firmar su salida para el fin de semana y las vacaciones. Fue entonces cuando se iban al bosque donde él le enseñó a luchar con y sin armas.

Cuando no estaban entrenando, se transformaban y corrían disfrutando de la libertad. Gracias a Micah, ella era más inteligente, más rápida y fuerte que la mayoría de las cambia formas femeninas. Micah siempre había sido su héroe y él era el único en la familia que no creía que ser una niña fuera una desventaja.

Todavía recordaba la primera vez que Micah la sacó de la escuela para pasar juntos el fin de semana. Habían ido a los bosques a acampar cuando Micah le dijo que iban a correr. Alicia nunca había tenido tal oportunidad y estaba tan emocionada que cuando se transformó, despegó corriendo a toda velocidad y dio tres vueltas completas al campamento.

Cuando paró, miró a Micah, que se reía a carcajadas. Al principio pensó que se estaba riendo de ella, pero él solo se reía de lo estúpidos que eran en su familia. Ninguno de ellos se había molestado en enseñarle todo lo referente a su herencia de puma y tampoco le habían permitido correr demasiado. El solo hecho de verla así en libertad le había hecho pensar en un gatito que salía por primera vez a la calle.

Ella había crecido pensando que todos los vampiros eran monstruos porque eso era lo que Nathaniel les había enseñado a sus hijos pero Nathaniel estaba equivocado. Si Kane no hubiera sido liberado de la tumba a la que su padre lo había condenado, entonces seguramente habría sido asesinado en el cementerio la otra noche.

Se sentía agradecida de que Kane hubiera estado allí para salvarla, pero no iba a dejar de buscar a su amado hermano. Esta vez tendría más cuidado. Podía agradecerle a Kane una cosa más... gracias a él, Michael la había besado. Se preguntaba si Michael sólo veía a una niña cuando la miraba pero de alguna manera lo dudaba. Sonrió ante el espejo. Había sido un beso increíble.

Se dio una vuelta delante del espejo para asegurarse de que no se parecía a la niña que todos creían que era. La falda de cuero negro tenía una cremallera que iba desde el dobladillo en la mitad del muslo hasta arriba, y ella la llevaba medio abierta a propósito. La camisa negra estaba hecha en su mayor parte de un material ligero, con una pequeña camisa de seda debajo.

Se metió un par de mechones de cabello rubio debajo de la peluca de Cleopatra que había encontrado en un baúl de disfraces de Halloween almacenados en el ático. Incluso ella tuvo que admitir que aquel atuendo elegante la hacía parecer muy sexy.

Apostaría dinero a que si Quinn o alguien que ella conociese la viera ahora, no tendrían ni idea de que era ella. Quinn estaba tan ocupado persiguiendo a Kat y tratando de actuar como si nada, que de todos modos no le había prestado atención. Ahora que él y Kat estaban juntos... había puesto toda su atención en su pareja. Todo lo que había hecho era poner dos cambia formas vigilando a Alicia y le ordenó a esta que se mantuviera quieta hasta que ellos decidieran que era lo suficientemente seguro para que ella saliera a jugar afuera.

Sus guardaespaldas eran tontos perdidos, musculosos y sin cerebro. No se necesitaría mucho para ser más listo que ellos y escapar de su pequeña prisión. Iba a buscar a Micah esta noche con o sin su aprobación.

Quinn le dijo que Micah los había dejado solos y que conocía el camino de regreso si quería volver a casa, pero ella sabía que Micah no se marcharía... no sin llevarla con él. Micah tenía problemas.... podía sentirlo. Alicia alzó los hombros e inclinó su barbilla hacia arriba desafiante.

Con aquella vestimenta, parecería una prostituta para los hombres lobo que pretendieran secuestrarla o una especie de merienda a los ojos de un vampiro ingenuo. Estaba segura de que si podía luchar contra cualquiera de ellos, podría hacerles hablar antes de matarlos.

Había hecho el suficiente espionaje para darse cuenta de lo que realmente estaba pasando y no culpó a Kane en absoluto. Mientras el vampiro no fuera Michael o Kane, entonces era mortal. En cuanto a los hombres lobo... si se dedicaban a la trata de esclavos o tenían a Micah, entonces no eran mucho mejores que los vampiros sin alma.

Deslizó el pequeño cristal en forma de corazón alrededor de su cuello. Era más que una simple baratija. Había estado estudiando magia desde muy joven y este cristal haría imposible someterla a la esclavitud de los vampiros... incluso de un vampiro poderoso como Kane o Michael. Y también recordaba algunos de los hechizos más simples del libro que Kane le había quitado.

Esta noche iba a descubrir lo que era ser parte de esta familia... iba a luchar en esta guerra, les gustara o no a sus hermanos y a los jaguares.

*****

Damon se reclinó en la silla y miró fijamente a la chimenea, observando cómo las llamas se entremezclaban con las sombras que se proyectaban en el interior del recinto de ladrillos. Levantando la copa de vino tinto, lo vio arremolinarse en el vaso y sintió cómo se desvanecía su tranquilidad. Podía oír a Syn susurrándole de nuevo.

Cuando el vaso se rompió contra el ladrillo, apretó los dedos contra la sien izquierda sabiendo que su acababa de despertar a su snack de medianoche.

La seductora chica morena se sentó en el lado izquierdo de la cama y se puso a hacer pucheros al ver que se encontraba sola entre las sábanas. Moviéndose entre las cubiertas, le ofreció un espectáculo de sensualidad arrastrándose hacia él a lo largo y ancho del colchón, pero aquello no iba a funcionar con él. A la velocidad del rayo, Damon se posicionó a un lado de la cama mientras sus dedos se aferraban con firmeza a la garganta de ella. No pretendía herirla ni estropear su belleza, sino mantenerla quieta mientras sus pupilas se dilataban y la sometía completamente a su esclavitud.

Hasta este punto, no había tenido necesidad de hacerlo. Había sido una compañera muy dispuesta, pero ahora era el momento de poner fin a su amistad. Abriendo la boca, lentamente reveló sus afilados colmillos. No sabía por qué lo hacía, las chicas siempre reaccionaban igual.

Sus ojos se abrieron de par en par horrorizados y rápidamente ahogó el grito que se abría paso a través de su mente ahora nublada. Las chicas mortales eran inútiles.... al igual que Katie lo había sido. Todavía podía oír el crujido del metal y ello le puso de mal humor.

—Te voy a hacer un favor, pequeña. Su labio hizo una mueca que derivó en una sonrisa sarcástica: —Viniste a Los Ángeles para ser modelo, pero esta ciudad está llena de otras chicas que quieren lo mismo que tú, así que esto es lo que vas a hacer. Confía en mí.... es lo mejor.

La estrechó contra él mientras la miraba profundamente a los ojos. —Odias estar aquí. Odias Los Ángeles y quieres volver a cualquier pueblo pequeño del que hayas salido. Si te quedas aquí, los monstruos te usarán como yo lo hice. Vete a casa y encuentra al chico cuyo corazón rompiste cuando te fuiste a la ciudad, y pídele perdón porque nadie te querrá nunca aquí.

Le soltó el cuello mientras veía cómo se le salían las lágrimas al golpearse contra el colchón. No estaba de humor para escucharla llorar. —Tienes que irte... ahora. Le dio la espalda y cruzó la habitación para mirar por la ventana. Por lo que a él respecta, acababa de hacer su buena acción del día. De todos modos esta ciudad era un desastre.

Por el rabillo del ojo, vio a unos cuantos vampiros jóvenes revolotear por la esquina de un edificio y entrar en un callejón. Se preguntó de dónde habían venido todas las criaturas desalmadas, parecía que Los Ángeles estaba repleta de ellas.

Se había olvidado de la chica en su cama hasta que oyó la puerta del ático cerrarse de golpe... sí, le había hecho un favor. Tuvo suerte de que la hubiera encontrado él en lugar de los monstruos que se arrastraban ahora mismo por las calles de Los Ángeles.... y no sólo hablaba de lo paranormal. Abrió las puertas del balcón y respirando profundamente se adentró en la atmósfera de la noche.

Había dejado atrás las suaves colinas de su tranquila ciudad cuando sintió que Syn empezaba a revolverse dentro de su tumba. Al estar tan cerca del vampiro, durante meses había intuido que Syn despertaría y no había querido quedarse para la ocasión. Syn tenía poca tolerancia con los desalmados y ahora mismo Damon era muy consciente de que su alma era débil. Recordó lo mal que se veía el alma de Kane en la iglesia y se preguntó si su propia alma estaba en tan mal estado.

Cosas Peligrosas

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