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Las teorías clásicas de localización de actividades económicas

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Las teorías clásicas de localización han desarrollado su investigación especialmente para la actividad industrial, reflejadas en la búsqueda de soluciones óptimas que dan mayor peso a variables, como: el costo de transporte del producto final, el precio y la cercanía de los insumos y las relaciones con los productores y el mercado; en otras palabras, minimizar costos de producción, todo sobre la base de la competencia perfecta, de la racionalidad económica del individuo metodológico.

Algunos autores han distinguido los principales aportes de esta teoría en tres grupos, lo cual permite entender mejor el alcance y los límites que tiene cada una (tabla 1.1):

1. Los aportes del modelo de Von Thünen (1820), pionero en este campo teórico para la economía, relaciona la localización de los usos agrarios de acuerdo con la distancia del mercado urbano, de modo que es la renta de suelo uno de los factores que ayudaría a explicar el emplazamiento de las actividades económicas, dado que aquellas que requieren estar más cerca de la ciudad estarán dispuestas a pagar un precio más alto.

Al reconocer los limitantes de esta teoría, por estar fundada en la competencia perfecta, esta ayuda a comprender la instalación de los establecimientos manufactureros en la corona metropolitana, puesto que, al tener una ocupación de carácter extensivo, no estarían dispuestos a pagar los elevados precios del suelo de los espacios centrales si no se hace necesario.

2. La teoría del mínimo coste, cuyo principal representante es Alfred Weber (1905), quien basa su análisis en la minimización de los costos de transporte tanto para acceder a los insumos como al mercado (demanda), es decir, esta teoría permitiría inferir que aquellas industrias cuyas materias primas tengan un peso importante en sus costos se orientarán hacia esta fuente, como es el caso de las actividades extractivistas.

Al igual que con el modelo de Von Thünen, es claro lo limitado de esta teoría por los supuestos que maneja, pero da luces para entender la desconcentración industrial en la búsqueda de reducir los costos de producción de acuerdo con su sensibilidad a las economías de aglomeración.

3. El tercer grupo analiza la localización industrial desde las áreas de mercado, pues defienden que el lugar óptimo de una empresa es aquel en el que pueda acceder a un mayor número de consumidores. Los principales representantes de este pensamiento son August Lösch, y otros autores que contribuyen a estos temas, tal como lo señalan Precedo y Villarino, (1992). En otras palabras, estos autores trataron de explicar el alcance del mercado para cada una de las empresas, ya que estas se encontraban protegidas por los accidentes geográficos.

Estos modelos se basan en el supuesto de la distribución de la demanda, a diferencia de Weber que establece un solo mercado, los representantes de esta corriente defienden la existencia de varios consumidores concentrados en el espacio, por lo que la localización óptima será aquella en la que el productor se acerque más a esta demanda (Precedo y Villarino, 1992).

Precedo y Villarino (1992) reconocen otros análisis, como la teoría de coste-beneficio de Smith, y los aportes de Walter Isard, que centran su análisis en la variación en el tiempo y en el espacio de los costos y de los ingresos, en busca de la maximización del beneficio a través de la sustitución de los factores para obtener la mejor combinación.

Tabla 1.1. Modelos económicos en las teorías de la localización



Fuente: Elaboración propia según Camagni (2005), Krugman (1994), Méndez (1997), Polese (1998) y Precedo y Villarino (1992).

Esquema gráfico. Localización de actividades agrarias de Von Thünen


Esquema gráfico. La teoría del mínimo coste de Weber


Esquema gráfico. Las áreas de mercado de Lösch y Christaller


Como se puede observar en la tabla 1.1, muchas de las limitaciones de los modelos clásicos de localización están dadas por los supuestos de competencia perfecta en los que se fundamentan, pero aun así siguen teniendo validez interpretativa para analizar la geografía económica. Ejemplo de ello es la importancia de los costos de transporte en la localización de actividades económicas, pero ya no asumidos como estáticos, sino desde los costos de transbordo y centros intermodales que permiten reducir los costos de transporte de las mercancías, por lo cual se consolidan en muchas regiones grandes corredores industriales y de logística (figura 1.1).

Figura 1.1. Coste de transporte como factor de localización en la actualidad.


Fuente: Elaboración propia según Méndez (1997, pp. 279-280).

Miradas territoriales a los estudios urbano-regionales

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