Читать книгу ¿Cómo programar un curso? Guía para evaluar y autoevaluar el programa del curso - Andrei Fëdorov - Страница 8
ОглавлениеUna frase filosófica que encierra una verdad casi absoluta abre las puertas del futuro para los estudiantes de una Universidad del siglo XXI: “La constante es el cambio”. Evolucionará exitosamente quien se adapte mejor a la transformación y desempeñe un papel proactivo en esta dinámica renovación. La economía, la ciencia, la tecnología, la cultura, la religión y la ética, la sociedad en general, evolucionan. Como encarnación de estas sucesivas transformaciones avanza vertiginosamente la información.
La educación superior está íntimamente vinculada con la información. Por lo tanto, ya no podemos enseñar y aprender de memoria toda la teoría que se ha generado alrededor de las amplias áreas del saber y las específicas de cada carrera. Si lo continuáramos haciendo, los futuros profesionales se desactualizarían antes de graduarse.
La universidad moderna se encamina hacia la educación totalizadora y en sus políticas, da prioridad al desarrollo de las habilidades y actitudes para la comunicación, el razonamiento y pensamiento crítico, la investigación, la resolución de problemas y toma de decisiones, la inteligencia interpersonal, el espíritu emprendedor, el trabajo en equipos y el aprendizaje cooperativo, la ética y los valores, la responsabilidad personal y cívica y la sensibilidad intercultural.
Cumpliendo su Misión, la Universidad debe ser consciente de su obligación de brindar una formación que prepare a los estudiantes, no solamente para las exigencias de hoy, sino para las próximas siete u ocho décadas de su vida: enseñándoles a aprender por sí mismos, y logrando el desarrollo de personas y especialistas integrales.
Ser profesor en un ámbito universitario del siglo XXI exige la reflexión acerca de educación superior y de las prácticas, retos y responsabilidades del proceso educativo, incluidos aspectos tales como la planificación, el diseño, el desarrollo y la evaluación de los cursos frente a las exigencias de las nuevas realidades y perspectivas.
La elaboración de un programa de curso es un proceso científico que se construye con base en un paradigma educativo. Por lo tanto, cualquier proceso de planificación didáctica exige una previa reflexión sobre los aspectos más inclusivos de la educación superior y sus procesos. ¿Cómo construir un curso para fomentar en los estudiantes la capacidad de construir conocimiento por cuenta propia, pero en forma cooperativa ¿Cómo lograr que el aprendiz ponga en práctica sus conocimientos, que interactúe efectivamente en ámbitos pluriculturales, que se adapte en forma natural y continua al incesante cambio de su entorno y se encargue de realizar a plenitud su potencial de ser humano?
Entre estos aspectos fundamentales, la presente guía se orienta al proceso de planificación y de diseño, con la intención de proporcionar a los profesores criterios para la elaboración o revisión de los programas de cursos presenciales o virtuales, seminarios, laboratorios o talleres de las carreras de las instituciones universitarias sumergidas en un continuo proceso de autoevaluación y automejoramiento.
El trabajo de elaboración del programa es un proceso útil, cualquiera que sea nuestro nivel de experiencia docente y preparación académica. Para un profesor nuevo es muy difícil programar su curso coherentemente con el diseño curricular de la carrera o programa.
El docente que comienza su camino enfrenta varios obstáculos: en el caso de los profesores de las universidades, en su gran mayoría no fueron formados formalmente para desempeñar un papel de educador y, por lo tanto, en muchos casos no poseen conocimientos básicos en el área curricular. Además, en sus inicios aún no poseen una visión íntegra de la carrera como un todo y del papel que en ella desempeña su curso específico. Con el tiempo, esa carencia se supera por medio de la formación permanente en la docencia y con las vivencias en la cátedra. Para quien imparte un curso por primera vez, dedicar algún tiempo para hacer o rehacer el programa permite una mayor seguridad y organización de su trabajo en el salón de clases.
Para los profesores con amplia experiencia docente, la elaboración del programa constituye un ejercicio insustituible para someter a revisión y mejorar su manera de enfocar o abordar los cursos que dictan.
La presente guía no pretende ser un recetario o conjunto de reglas infalibles para el diseño de un programa. Nuestro mayor interés es que el diseño de programas sea, para quienes ejercemos la docencia universitaria, una práctica continua y valiosa, en la medida en que la sintamos como un alto en el camino, un tiempo que nos tomamos para incorporar nuevas ideas y resolver aquello que no nos satisface en nuestros cursos.
Mahatma Gandhi dijo: “La regla de oro es hacer, sin miedo, lo que uno cree que es correcto”. Afirmemos y confiemos en el espíritu autocrítico, reflexivo, colaborativo y constructivo de los profesionales que trabajan en educación y formación todos quienes ejercemos la docencia frente a los retos del tercer milenio.