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PRIMEROS AÑOS Y PERIODO DE FORMACIÓN (1907-1935)

Según su partida de nacimiento, Teresa Andrés Zamora nació a las siete de la mañana del 27 de febrero de 1907, en la calle Procesión, de Villalba de los Alcores,1 provincia de Valladolid. Sus padres fueron Diógenes Andrés Rueda, nacido en Santovenia de Pisuerga en 1878 y asesinado el 2 de septiembre de 1936 en Villamuriel de Cerrato, médico titular del pueblo, y Pilar Zamora García, nacida en Renedo de Esgueva en 1881 y muerta en Madrid en 1967, maestra. De su madre se dice, en la partida de nacimiento, que «se dedicaba a las ocupaciones propias de su sexo», lo que no era cierto, porque, como se verá más adelante, ejercía de maestra en Villablino de los Aires, en la provincia de Salamanca. Son testigos de la partida de nacimiento Juan Muerentes y Mariano de Vega, labradores y vecinos de la villa.2 Fue bautizada el 10 del mes siguiente, en la iglesia de Santiago Apóstol de la misma localidad, siendo padrinos Lorenzo Sinova, de Piña de Esgueva y Victorina Zamora –tía de la madre–, de Cevico de la Torre, y como testigos, Valentín Álvarez y Bibiano del Campo, ambos vecinos de Villalba.3

Diógenes Andrés Rueda era hijo de Dionisio Andrés Villar, «labrador propietario», natural y vecino de Santovenia de Pisuerga, domiciliado en el número 5 de la calle «negra». Este, a su vez, era hijo de Ildefonso Andrés Masa y nieto de Agustina Masa Álvarez. Estaba casado con Manuela Rueda Cañas, natural de Renedo. Un hermano de Dionisio, Pedro Andrés Villar, vivía, pared por medio, en su misma calle. Dionisio Andrés falleció sin testar a los 49 años el 24 de octubre de 1888. Dejaba los hijos siguientes: Miguel, mayor de edad y casado, Agliberta, Erundina, Diógenes y Troadio Arístides, que en 1891 tenían 30, 18, 15, 13 y 8 años, respectivamente. A su muerte deja como bienes la mencionada casa, que tiene lagar, corral, pajar, etc., y una serie de tierras en el término de Santovenia, valorado todo en 25.349,25 pesetas.4

En una copia de su testamento, fechada en Valladolid el 6 de mayo de 1929, se menciona que Diógenes Andrés es natural de Santovenia de Pisuerga e hijo de Dionisio y Manuela. Son sus hijos Teresa, Troadio, Dionisio, Isabel, Mariano y Victoriano, «todos menores de edad». Nombra albacea a Eustasio García Quinta, «su convecino», y no hace mención de los bienes que posee, aunque refiere custodiar un premio de seis mil pesetas que ha ganado a la lotería su hijo Troadio, para entregárselo cuando sea mayor de edad.5

En 1946, su viuda Pilar Zamora García hizo una declaración de los bienes pertenecientes a su marido, con objeto de pagar los derechos reales, y en ella enumera una serie de tierras en el término de Santovenia, con una valoración estimada de 13.500 pesetas.6

La vida profesional de los padres de Teresa Andrés, antes de la Guerra Civil, se desarrolló primordialmente en Cevico de la Torre, en la provincia de Palencia. Antes, Diógenes, que había terminado la carrera de Medicina en junio de 1901, inició su ejercicio profesional en el pueblo de San Pelayo, probablemente el de este nombre situado en los Montes Torozos, en la provincia de Valladolid. En 1903 quedó vacante la plaza de médico cirujano de Villalba de los Alcores y la solicitó. La obtuvo por unanimidad, entre ocho postulantes, en enero de 1904. Durante estos años, en los que Diógenes estuvo en Villalba, se creó, en concreto en 1906, la Sociedad de Socorros Mutuos de San Roque para la atención de los enfermos menesterosos. Como el nombramiento era por cuatro años, en 1908 solicitó la renovación, pero antes de que el Ayuntamiento resolviese renunció a esta para trasladarse a Cevico de la Torre, adonde se mudaron a renglón seguido, porque su segundo hijo, Troadio, ya nació en Cevico en 1908. En la ficha de colegiado del Colegio Oficial de Médicos de la provincia de Palencia, sin fecha (probablemente fue 1926), se indica que ingresó en el mencionado colegio el 20 de diciembre de 1912 y que llevaba ejerciendo 23 años, siendo titular médico e inspector municipal de Sanidad en Cevico de la Torre, desde el 1 de julio de 1915, con domicilio en la calle de San Pedro Monedero.7

En la copia del testamento de Pilar Zamora García, fechado en Toro el 19 de enero de 1954,8 afirma tener 72 años y ser natural de Renedo de Esgueva. Sus padres fueron Claudio Zamora Trejo y María Antonia García Rojo, el primero natural de Cevico de la Torre y la segunda de Valladolid, ambos residentes en Renedo de Esgueva. Posteriormente nació su único hermano, Julio Andrés Zamora. Claudio Zamora era empleado de la familia Power en Renedo, en la finca y fábrica de harina que allí tenían. Pilar obtuvo, en 1899, el título de maestra superior con el título de sobresaliente. Su primer destino fue la escuela de párvulos de Gumiel de Izán (Burgos), desde 1900 a 1906. De allí pasó a la escuela de párvulos de Villablino de los Aires (Salamanca), desde 1906 a 1908. En este año obtuvo la titularidad de la escuela de párvulos de Cevico de la Torre (Palencia), donde permaneció hasta la Guerra Civil.9

Es verosímil que el motivo de la renuncia de Diógenes a su plaza en Villalba, aunque, a pesar de lo que expone en su escrito, no parece que tuviese la titularidad en Cevico, fuese el haber obtenido Pilar Zamora una escuela en este pueblo, de donde procedía su padre y donde tenía familiares y algunas posesiones, con el fin de que el matrimonio pudiera reunirse.

Teresa Andrés fue la mayor de seis hermanos. La seguían Troadio (1908), perito industrial, que durante la Guerra Civil fue teniente en el Estado Mayor del general Miaja, sufrió prisión en Ocaña tras la guerra y murió en Madrid en 1998; Dionisio (1910), médico, asesinado junto a su padre en 1936; Isabel (1911), maestra nacional, murió en Toro (Zamora) probablemente en 1952; Mariano (1913), abogado, soldado en el ejército de la República y muerto en el Frente del Ebro en 1938, y Victoriano (1916), farmacéutico, que murió en Madrid en 2001. Todos, salvo Teresa, nacieron en Cevico de la Torre, en el primer domicilio de la familia, en la calle de las Damas. De allí se trasladaron a la calle de San Pedro Monedero, y posteriormente a la plaza de la Olma, donde vivían cuando se produjo la sublevación militar de 1936. Esta casa es, ahora, un solar.10

Recibió la primera enseñanza y la preparación para ingresar en el instituto en la escuela de su madre, en Cevico de la Torre, y estudió el bachillerato en el Instituto de Palencia, donde se trasladó con su abuela materna, alquilando allí un piso. Obtuvo sobresaliente y el premio extraordinario en la reválida de grado, en la Sección de Letras, con un trabajo con el tema «Horacio y Fray Luis de León. Estudio comparativo».11 En agosto de 1927, concluida la licenciatura, solicitó una plaza de auxiliar o ayudante en la Sección de Letras de ese mismo instituto, que le fue concedida pero que no llegó a desempeñar, pese a haber tomado posesión del cargo en octubre de ese mismo año.12

Estudió en Valladolid de 1923 a 1927 la Licenciatura en Filosofía y Letras, Sección Historia, en la que obtuvo sobresaliente y el premio extraordinario de la licenciatura. En los dos cursos siguientes (de 1928 a 1930) se examinó de las asignaturas del doctorado en Madrid,13 donde coincidió con el que después sería su marido, Emilio Gómez Nadal, desplazado desde Valencia con el mismo objeto, completar las cuatro asignaturas durante el curso 1928-1929.14 Al mismo tiempo que estudiaba la licenciatura en Valladolid, en la Escuela de Magisterio de Palencia, como alumna «no oficial», completaba las asignaturas necesarias para obtener el título de Magisterio.15

Un documento curioso de esta etapa de la vida de Teresa Andrés es una página de la publicación «Los Previsores del Porvenir», de la mutualidad del mismo nombre, que sería el germen del que nacería el Banco Popular. Parece presumible que fue en un acto público de la mutualidad, celebrado en Cevico, donde Teresa leyó el extenso texto titulado «A la bandera», que firma en Cevico de la Torre, el 24 de junio de 1925; está ilustrado con una fotografía suya, ataviada con mantilla, y al pie de la fotografía se lee: «Srta. Teresita Andrés, que pronunció el discurso inserto en esta plana».

Al acabar la licenciatura se trasladó a Madrid para hacer el doctorado, se instaló en la Residencia de Señoritas, donde vivió entre los años 1928 y 1932,16 alojándose en el pabellón de Fortuny número 53, domicilio madrileño que figura en su ficha de la Universidad de Madrid y en los documentos previos a su viaje a Alemania. A la vuelta de este país, se trasladó al número 7 de calle de Espronceda, con su hermano Mariano, que estaba en Madrid estudiando Derecho y Magisterio.

La residencia había sido creada en 1915 por María de Maeztu. Su objeto, según Isabel Pérez-Villanueva,17 era, siguiendo las directrices de la Institución Libre de Enseñanza y la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, combinar la tradición y la innovación, facilitando la existencia de mujeres intelectuales y, al mismo tiempo, refinar, no sólo en el terreno cultural e intelectual, a mujeres procedentes de ciertos sectores de las clases medias. En opinión de la autora, esta línea contribuyó, muy notablemente, a configurar un tipo de mujer original, de cuyo valor no parece posible dudar.

Durante su existencia colaboró con otras instituciones españolas, como el Comité de Cooperación Intelectual de Madrid, el Lyceum Club Femenino, el Comité Hispano-Eslavo, la FUE y el Instituto de Filosofía Sanz del Río, y algunas extranjeras, como el Instituto Internacional.

El régimen interior de la residencia era muy severo y controlado, en todos los aspectos, por María de Maeztu y sus colaboradoras más directas. El tiempo se repartía entre las clases, las horas de estudio y actividades como conferencias, lecturas y recitales en los que la asistencia era, habitualmente, obligatoria. Se trataba de evitar que hubiera momentos de inactividad, para que las residentes no perdieran el tiempo. También había un control estricto sobre las horas de entrada y salida.

Además de las españolas a quienes estaba dirigida, se alojaban en ella estudiantes extranjeras, principalmente norteamericanas. A partir de octubre de 1930, el Smith College formalizó la estancia de un grupo de estudiantes americanas, que cumplían en España el Junior Year Abroad. Albergaba, también, a gran parte de las alumnas que seguían la enseñanza para extranjeros del Centro de Estudios Históricos, no sólo en verano, sino a lo largo del curso escolar. En 1934 se creó la Asociación de Alumnas. El coste mensual de la estancia era, en 1929-1930, de 153 a 173 pesetas, y en 1932-1933, de 165 a 185 pesetas, existiendo residentes becadas.

En los años en los que residió allí Teresa se impartieron cursos sobre temas diversos (filosofía, mineralogía, anatomía, química, derecho, matemáticas, etc.) para las españolas, más otros específicos para las extranjeras, sobre literatura, lengua, arte, etc.18 Además se dieron cursos de idiomas. Teresa Andrés se matriculó en inglés durante dos cursos (1929-1931);19 completó su conocimiento del inglés con un viaje como au pair a Inglaterra, en las vacaciones del verano de 1930, a la casa de los Scholl, propietarios de una cadena de tiendas de artículos para podología.20 Junto con el inglés llegó a hablar, también, francés y alemán.

Otro aspecto notable de la residencia eran los ciclos de conferencias. Entre 1928 y 1932 disertaron, entre otros, Clara Campoamor, Madariaga, Sainz Rodríguez, d’Ors, Américo Castro, Salinas, Bergamín, Gómez de la Serna, Ossorio y Gallardo, Zulueta, María y Ramiro de Maeztu, y leyeron textos propios Unamuno, Alberti y García Lorca. Además tuvieron lugar recitales de música y de danza.

En las conferencias, el tema de la mujer fue muy frecuente, y abarcaba temas específicos, como el feminismo, para el que contaron con Ramiro de Maeztu y su «Feminidad y Feminismo», o con Jeanne Beeckman de Vanderbelde y su «Féminisme»; la condición de la mujer, con Sánchez Albornoz y su «La Mujer en España hace mil años», con García Berenguer y su «La vida de la mujer en Marruecos», o con María de Maeztu y «Sobre las mujer en la novela y el teatro de Galdós». En esta línea, otras conferencias destacables fueron «Psicología femenina», de María de Maeztu, «La mujer ante el derecho», de Clara Campoamor, o «Sobre las necesidades alimenticias de la mujer», de Enrique García Carrasco.21

Al crearse el Instituto Escuela en 1918, su Sección Preparatoria sirvió a María de Maeztu como medio para juzgar la vocación pedagógica de las residentes, y acogió entre su profesorado a estudiantes de la licenciatura.22 Desde el curso 1927-1928,23 Teresa fue profesora de la sección preparatoria de este,24 y en 1930 pasó al magisterio secundario, para encargarse de la asignatura de Geografía e Historia.

Conservo un álbum fotográfico, entre los documentos que fueron de Teresa Andrés, que corresponde al curso 1928-1929 del doctorado. Es un cuaderno pequeño, con cubiertas de cartulina gris y doce hojas del mismo material. En la primera, en el recto, pone manuscrito: «Teresa Andrés (una rúbrica), Madrid 1-7-29». Le siguen catorce fotografías, que son retratos individuales de otras tantas personas (de 9 x 6 cm), y trece fotografías más pequeñas de grupos, en los que participan todos o algunos de los anteriores. De estas últimas, unas tienen como escenario un parque, tal vez el Retiro, en Madrid, y otras corresponden a una excursión a Sigüenza en mayo de 1929, según una leyenda escrita al dorso de cada una de ellas.

Al pie de los retratos individuales está escrito el nombre del personaje fotografiado y, en varios casos, su domicilio. Son, por este orden:

Carmen Guerra. Benavente; Sebastián González García-Paz. Sagasta 12-1.°, Pontevedra (Galicia);25 Julia Herraez Sánchez-Escariche. Cardenal Spínola, 3, Sevilla;26 Ernesto Taldes. Don Benito (Badajoz); Pilar Escofet. Alberto Llanas, 2 – La Salud, Barcelona;27 Joan Noguera. Paseo de Gracia 54, 3.°, 2.a, Barcelona.28 La foto siguiente es de una mujer sin identificar. Emilio G.a Chinchilla Rz. Teruel, José Zorrilla 13 y 15, 2.°, Segovia; Ursicina Martínez Gallego. Sta. Cristina de la Polvorosa, Zamora;29 Rafael Lafora, Carrera de San Gerónimo, 40, Madrid; Rosario Fuentes. Madrid, Cervantes, 30;30 E. Gómez Nadal. Valencia;31 Dagny Stabel-Hausen (no figura domicilio);32 Abel Romeo Castillo. Federación Hispanoamericana, Magdalena, 12, Madrid;33 Teresa (sin domicilio); José Bueno. Martínez Anido, 2, Tetuán de Madrid (sic).

Por último, en las fotografías de pequeño tamaño, correspondientes a la excursión a Sigüenza, aparecen diversos miembros del grupo, junto al profesor Elías Tormo.

Teresa Andrés figura en una lista de profesores del Instituto Escuela, del curso 1929-1930, como uno de los que están preparando oposiciones.34 Se trata de las oposiciones al Cuerpo Facultativo de Archivos, Bibliotecas y Museos, que acabaron convocándose el 24 de noviembre de 1930. Con fecha del 22 de diciembre de este año, Teresa eleva una instancia solicitando su admisión en dicha prueba.35

El 8 de agosto de 1931 se resuelve la oposición y Teresa Andrés obtiene la puntuación más alta, el número uno. De los 28 aspirantes siete fueron mujeres, que obtuvieron los siete primeros puestos.36

Teresa fue destinada al Museo Arqueológico de León, con un estipendio de 5.000 pesetas al año, según una orden ministerial del 8 de agosto de 1931, aparecida en la Gaceta el 16 del mismo mes, a petición propia, según lo manifiesta en una carta dirigida al director general de Bellas Artes, Ricardo de Orueta, desde Cevico de la Torre, el 9 de agosto,37 y en la que menciona que ya en una reunión anterior le había expuesto este deseo. Tomó posesión como directora del Museo Arqueológico el 25 de agosto, y dos días después solicitó, mediante una instancia, un permiso de veinte días para descansar, ya que su salud se había resentido por los esfuerzos realizados para aprobar la oposición. El 31 de agosto, un oficio de la Dirección General de Bellas Artes al gobernador civil le concede el permiso, que empieza a disfrutar el 7 de septiembre; pero antes, el día 2 de este mes, Ricardo de Orueta le escribe a Cevico: «Mi distinguida amiga. No me parece bien iniciar la vida administrativa disfrutando de una licencia; pero ha estado Vd. tan bien en las Oposiciones que no tengo más remedio que complacerla, aunque advirtiéndole de que pienso cobrarle esta concesión, exigiéndole un intenso trabajo cuando Vd. se reponga, con objeto de que quede admirablemente arreglado como yo espero el museo de León»;38 se reincorporó a su puesto el 27 de septiembre de 1931. Durante este periodo de descanso, Teresa escribe en dos ocasiones a Orueta; la primera, para agradecerle el permiso y, la segunda, con fecha del 16 de septiembre, para darle las gracias por su nombramiento de jefa del Archivo de Palacio, nombramiento que recibió en Cevico.

En efecto, un oficio con fecha del 9 de septiembre de 1931, del ministro de Instrucción Pública, Domingo Barnés, a Ricardo de Orueta, director general de Bellas Artes, adscribe a Palacio («el que fue Palacio Real») a diferentes facultativos del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. A la biblioteca, a Leonardo Jesús Domínguez y Sánchez-Bordona como jefe, con Matilde López Serrano y José Moreno Villa,39 y al Archivo, a Teresa Andrés como jefa, con Victoria González Mateos y Pilar Plaza Arroyo, estas dos últimas compañeras de oposición de Teresa40.

Un recorte del diario Ahora,41 rotulado con letra de Teresa («Otoño 1931»), muestra una fotografía en la que se identifica a Teresa Andrés, López Serrano y Moreno Villa, junto a dos mujeres y un hombre, que deben ser Sánchez-Bordona, González Mateos y Plaza Arroyo, con el siguiente pie: «Al hacerse cargo la República del archivo y biblioteca del ex real palacio, personal femenino y masculino del cuerpo correspondiente se ha encargado del servicio de los mismos».

Otra fotografía42 tomada en abril de 1935 la muestra entre los asistentes al Congreso Internacional de Bibliotecas y Bibliografía, del que se hace eco una noticia del ABC del 25 de abril de 1935, que la menciona junto a Navarro Tomás, Vicens, López Serrano, Miquel y Planas, etc.

Desde 1932 hay constancia publicada43 de su colaboración con el Centro de Estudios Históricos (CEH) de la Junta de Ampliación de Estudios e Investigación Científica (JAE), donde trabajó con los profesores Elías Tormo y Manuel Gómez Moreno. A comienzos de este año participó en las Misiones de Arte, como atestiguan las memorias de la JAE y fuentes periodísticas; intervino en un cursillo sobre «El Arte español en tiempos del descubrimiento de América», organizado por la Unión Iberoamericana, en febrero de 1932, donde disertó sobre cerámica.44 En marzo de 1934 dirigió una visita al museo de Arte Moderno de Madrid, en una serie de visitas guiadas a museos, que las Misiones de Arte destinaban a la Asociación de Maestros Nacionales de Madrid.45 En febrero de 1935, en el seno de las Conferencias de Arte e Historia que organizaba el CEH, Teresa Andrés, «discípula del Profesor Manuel Gómez-Moreno», intervino en las conferencias sobre «El Arte Románico Español», junto con otros participantes.46 Además, participó en cursillos sobre arte español celebrados en Madrid y en Santa María de Nieva, Cuellar, Segovia y Alcalá de Henares, dirigidos fundamentalmente a maestros, con motivo de los cursillos de Magisterio sobre arte español,47 y dio un ciclo de cuatro conferencias sobre rejería, en el Ateneo de Bilbao, durante el curso 1933-1934.48

Pero el fruto principal de esta colaboración fue su tesis, que versaba sobre rejería española y que dirigía el profesor Gómez Moreno. Conservo en mi archivo notas manuscritas de Teresa sobre el tema, que siguió redactando durante su exilio, y correspondencia sobre esta, anterior y posterior a la Guerra Civil.

No llegó a leer la tesis, al sobrevenir la contienda, y se la daba por perdida. Ya he contado cómo, a través de la publicación en Archivo Español de Arte en 1956 de un artículo, «El Rejero Juan Francés», trascripción de un fragmento de la tesis, llegamos a encontrarla en los archivos del CEH en el CSIC.

La tesis doctoral consta de seis carpetas de documentos, con signatura correlativa, AT 916/1 a AT 916/6. Las tres primeras contienen sendos cuadernillos formados por cuartillas cosidas con hilo; la cuarta y la quinta contienen notas sueltas, fichas, apuntes biográficos, «notas de campo», etc.; la sexta contiene correspondencia sobre temas de la tesis. La mayoría de las hojas están manuscritas y algunas mecanografiadas. Contienen numerosas correcciones, tanto manuscritas como mediante papeles recortados, en blanco o escritos, pegados sobre los párrafos que se quiere suprimir. En la carpeta número 2 y con el título «Las Escuelas Españolas: Juan Francés», está el original del artículo publicado, fiel a lo escrito por Teresa, salvo por alguna pequeña corrección de estilo.

Las características de todos estos documentos creo que permiten sacar la conclusión de que no se trataba de una primera versión de la tesis, porque sólo está mecanografiada en algunos de sus capítulos y en estos hay numerosas correcciones, además de una extensa redacción manuscrita y abundantes notas sin ordenar. Parece más verosímil que, o bien trabajaba en la tesis en el local del CEH, o bien que, al iniciarse la guerra y llamada a responsabilidades políticas, la depositó allí a la espera de, una vez se resolviera el conflicto, seguir trabajando en ella. O tal vez ambas cosas. De que se proponía concluirla dan muestra las notas y cartas que, sobre ella, guardo en mi archivo, correspondientes a la etapa de su exilio.49 Como se verá más adelante, de su correspondencia se puede deducir que, como tantos otros exiliados, debió de creer que una vez acabada la Guerra Mundial las potencias vencedoras acabarían con la dictadura española y podría regresar a su patria.

Durante estos años, Teresa realizó numerosos viajes por España para recoger, sobre el terreno, los materiales de su tesis.50 Para estos viajes utilizaba las vacaciones, pues en el expediente conservado en el Archivo General de la Administración figuran los permisos de viaje que solicitó en su trabajo de la Biblioteca de Palacio. Igualmente aprovechó el mes de agosto para viajar a Londres en 1934, como lo indica un recibo del Victoria and Albert Museum que se conserva, solicitando la consulta, en su biblioteca, de unos libros sobre rejería.

Aunque ya era bibliotecaria, seguía viviendo en Fortuny, y en el mes de marzo de 1932, coincidiendo con las vacaciones de Pascua, setenta residentes de la Residencia de Señoritas, entre ellas Teresa, hicieron una excursión por Andalucía, y visitaron Córdoba y Sevilla, bajo la dirección de María de Maeztu.51

Ramón Menéndez-Pidal, vicepresidente de la JAE, solicitó a la Dirección General de Bellas Artes (DGBA), el 9 de enero de 1935, a Teresa Andrés «por sus conocimientos de arte y del idioma inglés», para que acompañara a un grupo de estudiantes de arte, de la Universidad Sudafricana de Durban, en viaje de estudios por España. El 10 de enero se le concedió un permiso de quince días, a partir del 22 de enero, con este objeto.52

El 14 de abril del mismo año, Teresa elevó una instancia a la DGBA pidiendo permiso para un viaje de estudios de quince días, «comisionada por la Dirección de Arqueología del CEH de la JAE, para hacer investigación artística en las catedrales de Cuenca, Valencia, Barcelona y Zaragoza». Acompaña la instancia de una certificación del CEH confirmando la comisión. El director de la Biblioteca de Palacio, Domínguez y Sánchez Bordona informó oponiéndose a su concesión, aduciendo el reciente permiso a comienzos del mismo año, la precariedad de medios de la biblioteca y que el objeto del permiso no era de interés para esta. Sin embargo, la DGBA lo concedió el 29 de abril y Teresa empezó a disfrutarlo el 6 de mayo. Quizá en este viaje se reunió con Emilio Gómez Nadal, al que había conocido durante los cursos del doctorado y con el que se casaría al año siguiente, como parece indicarlo una anotación del diario de este último: «Miércoles 18 (de agosto de 1982): Y por fin el retorno en 1935 a Segorbe y a Toledo con T. Pero entonces la nueva etapa ya había iniciado el vuelo».53 Pero no debió de ser este su primer encuentro tras los cursos del doctorado. La relación sentimental debía de haberse iniciado antes. En las cartas de una anterior pareja de Emilio, en su estancia en París entre 1933 y 1934, que se conservan en el legado de su hermano Nicolau Primitiu, en la Biblioteca Valenciana del mismo nombre, en una, fechada en enero de 1935, la autora dice que lo ve muy enamorado de su camarada de estudios, «militante como él». Puesto que Emilio había regresado de París, adonde había viajado en octubre de 1933, en el verano de 1934,54 y Teresa, como se verá a continuación, había estado en Alemania desde octubre de 1932 hasta septiembre de 1933, es muy probable que el reencuentro de ambos se produjera en la segunda mitad de 1934, fecha en la que, como se dirá después, Teresa ya debía de haber ingresado en el Partido Comunista; no así Emilio que, aunque simpatizante desde su estancia en París con el comunismo, desde donde envió a El Camí un artículo con estas ideas, que motivaron una polémica con el director de la revista, Joaquim Reig, no ingresó en el PCE hasta después de las elecciones de febrero de 1936.55

Pero el viaje más importante, que incluso pudo tener una influencia en su evolución política posterior, es el que desde octubre de 1932 a septiembre de 1933 hizo a Alemania, pensionada por la Junta de Ampliación de Estudios, según Orden Ministerial del 27 de julio de 1932,56 para profundizar en sus conocimientos en arqueología y arte.57 En el periódico La Vanguardia, con fecha del 4 de agosto de1932, aparece una reseña de pensionados para el extranjero en la que figura Teresa Andrés, con el texto siguiente: «A Doña Teresa Andrés Zamora, por once meses para hacer estudios arqueológicos en Alemania, con la asignación de 800 pesetas mensuales y 600 para viajes».58

En Alemania coincidió con Pilar Escofet Benítez, compañera en el doctorado y en la residencia, Juan Noguera Casajuana, también compañero del doctorado, los filólogos Ramón Aramon i Serra y Alfonso Serra Baldó,59 y el periodista «Augusto Assia»,60 corresponsal de La Vanguardia y amigo de Pilar, a cuyo padre le debía aquel la corresponsalía61 (ambos aparecen con ella en algunas de las fotografías que envió a su familia).62 Durante su estancia, Teresa fue testigo de un acontecimiento político de importancia. El 30 de enero de 1933, Hitler fue nombrado canciller, el 28 de febrero ardió el Reichstag y en marzo una ley permitía a aquel gobernar por decreto. El nazismo había empezado. A este respecto, el autor recuerda haber oído de niño que, a su vuelta de Alemania, Teresa contó a su familia que su amiga Pilar Escofet, que tenía un aspecto físico mediterráneo, había sido molestada más de una vez, en la calle, porque la suponían judía. Se puede especular, como hace Romà Seguí,63 que esta experiencia la condujo a ingresar en el Partido Comunista, en su vuelta a España. Según una información que me ha proporcionado Alejandra Soler, cuando ella ingresó en el PCE, en 1934, Teresa Andrés ya era conocida como militante del partido.64

En el citado archivo figura también un resumen mensual de las actividades que debían enviar todos los pensionados. Además, en la «Memoria Bienal» de la JAE65 aparece publicado el resumen de sus actividades en Alemania, que entregó a la vuelta del viaje.66 Teresa enviaba a su familia fotografías desde Alemania, a veces con breves comentarios al dorso, sobre el clima, quiénes aparecían con ella, el lugar donde estaban tomadas o sobre la ropa que llevaba.

La última anotación en la Ficha de Teresa refiere que, en la convocatoria de 1935, ha pedido una beca para ir a los Estados Unidos. En la sesión del 9 de abril se acuerda abonarle los gastos «si la aceptan en el College respectivo».

Notes

1 Villalba de los Alcores se llamó Villalba del Alcor hasta 1916, cuando cambió su nombre por el actual, para evitar la confusión con un pueblo de la provincia de Huelva del mismo nombre.

2 Partida de nacimiento de Teresa Andrés, expedida el 4 de diciembre de 1930, que se conserva en el expediente de Teresa Andrés en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares. A partir de ahora, este archivo será referenciado como AGA.

3 Estas noticias, como las que siguen sobre la etapa profesional de Diógenes Andrés en Villalba, las debo a la amabilidad de don Adolfo Margüello Frontela.

4 Documento notarial fechado en Valladolid el 30 de noviembre de 1891, creando una «hijuela» para Diógenes Andrés Rueda. Archivo del autor.

5 Archivo del autor.

6 Archivo del autor.

7 Por tanto, como indica su ficha en el Colegio de Médicos de Palencia, y me confirma el médico e historiador Albano de Juan, durante unos años debió de ejercer como médico libre.

8 Archivo del autor.

9 AGA. Hoja de Servicios de Pilar Zamora García, dentro de su Expediente de Depuración. Expediente n°: 32/12865. Sin embargo, en 1936 no daba clase a párvulos, sino a niñas de 10 a 14 años, como ella misma declara en su escrito de descargo, conservado en el mismo expediente.

10 B. Calvo: «Viaje en busca de un tesoro: Teresa Andrés Zamora», Educación y Biblioteca, n.° 145, 2005, pp. 72-78.

11 Memoria para el Curso 1923-1924, del IES de Palencia. Documento que debo a la amabilidad de don Albano de Juan.

12 Debo este dato, que figura en el expediente que de Teresa se guarda en el IES Jorge Manrique de Palencia, a la amabilidad de don Jesús Coria Colino, director de dicho instituto.

13 AGA. Expediente de Teresa Andrés Zamora, n.° 223. Certificado oficial de estudios expedido el 20 de diciembre de 1930. Su ficha en la Universidad de Madrid lleva fecha del 11 de noviembre de 1928.

14 Emili Gómez Nadal: Diaris i records, A. Gómez Andrés y F. Pérez i Moragón (eds.), Universitat de València. Valencia, 2008, p. 377.

15 AGA. Ídem. Certificado de la Escuela de Magisterio de Palencia.

16 Raquel Vázquez Ramil: La Institución Libre de Enseñanza y la educación de la mujer en España. La Residencia de Señoritas (1915-136), tesis doctoral leída en 1989, Universidad de Vigo, capítulo V. «Actividades, organización interna y contactos de la Residencia de Señoritas», Betanzos. s.e., 2001, pp. 215-261.

17 Isabel Pérez-Villanueva Tovar: La Residencia de Estudiantes. 1910-1936. Grupo Universitario y Residencia de Señoritas, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, Madrid, 2011, pp. 601 y ss.

18 Todos estos datos sobre la Residencia de Señoritas, en la obra citada de Isabel Pérez-Villanueva Tovar.

19 Romà Seguí, obra citada, 1.

20 Conozco este viaje por tradición familiar y guardo dos fotografías sobre él, en mi archivo.

21 Isabel Pérez-Villanueva, op. cit., pp. 740-743.

22 Ídem.

23 En los documentos que he podido consultar hay una cierta confusión sobre las fechas en las que Teresa Andrés fue profesora del Instituto Escuela. Por una parte, un escrito de María Maeztu, adjunto a su solicitud de la pensión para viajar a Alemania, certifica que ha sido profesora de la Sección de Letras en la Sección Preparatoria, en los cursos 1926-1927, 1927-1928 y la mitad del 1928-1929. Residencia de Estudiantes, Archivo de la JAE (disponible en: <http://archivojae.edaddeplata.org/jae_app>). Pero es difícil que fuera así, porque Teresa había acabado la carrera en 1927 y en agosto del mismo año solicitó una plaza en el IES de Palencia, para trasladarse a Madrid, probablemente, en el último trimestre de 1927, puesto que no llegó a ocupar la plaza en Palencia. En la ficha que figura en el mismo archivo se indica que se la admite, con fecha del 1 de enero de 1930, al magisterio secundario del I.E. en Historia y Geografía. Esta nota debe de corresponder a su paso a la enseñanza secundaria. Por eso creo que debe de haber un error en el certificado de María de Maeztu, y de acuerdo con Romà Seguí, en el artículo citado, creo que las fechas más verosímiles deben de ser estas.

24 Romà Seguí, op. cit., 1.

25 Encargado de la Cátedra de Historia del Arte de la Universidad de Santiago de Compostela, director del Servicio de Excavaciones del Instituto de Estudios Regionales, excavó el castro de Borneiro. Tras la Guerra Civil se exilió a Puerto Rico, donde fue decano de la Facultad de Humanidades. Solicitó pensiones para estudiar arqueología en Alemania en 1929, mientras hacía el doctorado, y en 1934 en Grecia, con el mismo objeto. Archivo de la JAE (disponible en: <http://archivojae.edaddeplata.org/jae_app>).

26 Publicó en 1946 Don Pedro Zapata de Mendoza gobernador de Cartagena de Indias, su tesis doctoral, y en 1993, junto a Julia Ysasi-Ysasmendi, Guía del Archivo Histórico Universitario, ambas en Sevilla.

27 Profesora del Instituto-Escuela de Barcelona y del Instituto Pi i Margall, compañera en la Residencia de Señoritas de Teresa Andrés y posteriormente en el viaje a Alemania, con sendas becas de la JAE; era hija del director de La Vanguardia José Escofet y falleció durante la Guerra Civil en noviembre de 1937.

28 En su ficha en el archivo de la JAE figura la solicitud de una pensión para estudiar, en Alemania, Arqueología Cristiana Medieval, en 1929, pero no consta que, entonces, le fuera concedida ni hay más anotaciones. Archivo de la JAE.

29 Fallecida en 2004, fue en 1930 directora del Museo de León, donde debió de preceder a Teresa Andrés, que lo fue en 1931. En 1940 era directora de la Biblioteca Pública de Zamora y fue, también, profesora en el Instituto Claudio Moyano de la misma ciudad.

30 Rosario Fuentes Pérez, catedrática del Instituto de Valladolid, solicitó en julio de 1933 una pensión para viajar a Alemania, aunque no consta que llegara a disfrutarla. Autora de La Expresión de las relaciones locales en la Lengua Francesa. Estudio Histórico comparado. Archivo de la JAE.

31 Profesor de Historia en la Universidad de Valencia, escritor y nacionalista valenciano. Posteriormente fue su esposo.

32 Dagny Stabel-Hansen Spolander, residente en el número 4 de la calle de Mejía Lequerica. Licenciada en Filosofía y Letras, profesora de Literatura y Lengua Francesa en el Instituto Nebrija de Chamartín. En junio de 1935 solicitó una pensión para estudiar, en Inglaterra y Alemania, la metodología de enseñanza de idiomas. En 1937, residiendo en Valencia, vuelve a solicitar una pensión con el mismo objeto, en Suecia, que se acepta el mes siguiente. Archivo de la JAE.

33 Escritor ecuatoriano, historiador, periodista, diplomático y político.

34 Romà Seguí, op. cit., 1. No era la única. Según I. Pérez-Villamil (op. cit., p. 608), en el curso iniciado en 1930 había veinte opositoras en la misma situación, número que se fue incrementando en los cursos siguientes.

35 AGA. Expediente de Teresa Andrés Zamora.

36 Romà Seguí, op. cit., 1. Una coincidencia notable es que el tribunal lo presidió Miguel Gómez del Campillo, el mismo que, acabada la Guerra Civil, fue encargado de la depuración del Cuerpo Facultativo de Archiveros. Expediente de Teresa Andrés en el Archivo de la JAE (disponible en: <http://archivojae.edaddeplata.org/jae_app>). E Inmaculada de la Fuente: El exilio interior. La vida de María Moliner, Turner, Madrid, 2011, p. 176.

37 Estas cartas cruzadas entre Ricardo de Orueta y Teresa Andrés se conservan en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales y debo sus conocimiento a la amabilidad de Rosa M.a Villalón Herrera y M.a Jesús Morillo Calero.

38 Ver nota anterior. Los subrayados en el original.

39 Sin embargo, Moreno Villa dice, en su autobiografía, que fue pasado de la Biblioteca de Farmacia a la Dirección del Archivo del Palacio Nacional, antes Real. José Moreno Villa: Vida en claro. Autobiografía, Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1976, p. 173.

40 Romà Seguí, op. cit., 1.

41 Archivo del autor.

42 Archivo del autor.

43 Es probable que esta comenzara antes, en 1929. En el expediente que se conserva en el Archivo de la JAE antes mencionado hay una carta del historiador Francisco Antón Casaseca, autor de la obra Los Monasterios medievales de la provincia de Valladolid, publicada en esta ciudad en 1923, a propósito de una solicitud de información sobre el arte románico en dicha provincia, que le había enviado Teresa. Y en el mismo expediente figura un listado de monumentos románicos en Castilla y León y, aproximadamente, 86 fotografías sobre el mismo tema. Tal vez este fue el primer tema que escogió para escribir su tesis, que luego cambió por la rejería.

44 Hemeroteca de ABC. Números del 16 de febrero de 1932 y del 27 de marzo de 1932, pp. 38 y 52.

45 Ídem., 30 de marzo de 1934, p. 23.

46 Ídem., 3 de febrero de 1935, p. 49.

47 Memoria de la JAE para 1933-1934, pag. 226.

48 Ídem, p. 225.

49 Conservo abundantes notas de Teresa Andrés para la preparación de su tesis, en la que siguió trabajando durante el exilio en París y hasta pocos meses antes de su muerte. Son fichas sobre monumentos, fotografías, fichas bibliográficas y cuatro cartas. Dos de ellas están guardadas en el archivo de Nicolau Primitiu. También se guardan en este archivo algunas de las notas referidas. El grueso de esta documentación y dos cartas más están en mi archivo. Las dos cartas conservadas en el archivo de Nicolau Primitiu son las siguientes: una es una carta en francés, del 24 de mayo de 1936, dirigida a Teresa Andrés, firmada como E. Lambert, con el membrete «Université de Caen. Faculté des Lettres,» donde el corresponsal le da información de obras y museos sobre rejería, y concluye con un saludo para Manuel Gómez- Moreno, de quien se declara discípulo, y «para mis amigos del Centro de Estudios Históricos». La segunda es el borrador manuscrito de una carta de Teresa Andrés, junto al sobre, en cuyo membrete figura: «Junta para la Ampliación de Estudios. Centro de Estudios Históricos. Madrid», dirigida a D. Josep Gudiol i Cunill, Museo de Arqueología de Montjuich, Barcelona, pidiendo datos sobre el mismo tema, en la que afirma que es don Manuel-Gómez Moreno quien le está dirigiendo el trabajo. No está fechada, pero el destinatario falleció en 1931, lo que permite suponer que Teresa inició antes de esa fecha la recogida de materiales para su tesis.

50 Según las «notas de campo» que se conservan, visitó Burgos, Segovia, Zamora, Salamanca, Ávila (con Mombeltrán y Barco de Ávila), Palencia, Valladolid, León, Toledo, Albacete, Chinchilla, Orihuela, Valencia, Castellón, Segorbe, Barcelona, Lérida, Tarragona, Gerona, Vich, Cervera, Zaragoza, Teruel, Pamplona, Ujué, Tudela, Murcia, Córdoba, Andorra, Guadalupe, Oñate y Oviedo.

51 Raquel Vázquez Ramil, op. cit.. De este viaje el autor conserva varias fotografías en su archivo, incluido el original de una aparecida en una portada del periódico Ahora, con el siguíente pie: «Un viaje de estudios de las alumnas de la Residencia de Estudiantes de Madrid. Grupo de señoritas alumnas, que se encuentran actualmente en Córdoba, durante su visita a los Jardines del Alcázar, donde merendaron». Al dorso del original, una nota manuscrita con letra de Teresa dice: «Córdoba. Jardines del Alcázar. Excursión de la Residencia de Señoritas de Marzo de 1932». En la ficha de Teresa Andrés que se conserva en el Archivo de la JAE, hay un escrito de María de Maeztu del 24 de junio de 1932, que acompaña a su solicitud de la pensión para el viaje a Alemania, en que esta certifica que Teresa Andrés ha dirigido en su aspecto artístico esta excursión y que, además, ha dado una conferencia preparatoria con el mismo objeto. En la obra de Isabel Pérez-Villanueva, ya citada, en la página 695 hay una fotografía de grupo de este viaje en la que se ve a Teresa.

52 Disponible en: <http://archivojae.edaddeplata.org/jae_app> y AGA, Expediente de Teresa Andrés.

53 Emili Gómez Nadal; «Diaris i Records», p. 288. Original en valenciano, que traduzco.

54 En el expediente de Emilio Gómez Nadal en el mencionado Archivo de la JAE figura su situación en la Universidad de Valencia como profesor auxiliar y encargado de la Cátedra de Lengua y Literatura Españolas y la solicitud de una pensión para estudiar, en París, «Etnografía de los pueblos primitivos de América», pues la «Historia de la colonización de América» era su especialidad como historiador. En junio de 1934, cuando concluye el tiempo de su estancia en París, solicita una ampliación de la pensión para continuar sus estudios en Alemania, que le es denegada, por lo que debe regresar a Valencia. En una última carta se lamenta de la «aparente censura encubierta» que cree advertir en la negativa, ¿tal vez en relación con cartas anteriores en las que reclamaba, en nombre suyo y de otros compañeros pensionados, el dinero de la beca, que siempre se retrasaba?

55 Emili Gómez Nadal, op. cit., pp. 374 y 384.

56 La instancia solicitando la pensión es del 21 de febrero de 1932 y la acompaña un plan de estudios detallado con las actividades que hay que realizar y los profesores que debían tutelarla. Expediente de Teresa Andrés en el Archivo de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas -Residencia de Estudiantes, Archivo de la JAE. Disponible en: <http://archivojae.edaddeplata.org/jae_app>.

57 En su ficha del Archivo de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas -Residencia de Estudiantes, Archivo de la JAE, aparece la siguiente anotación: «19-7-1932. Por acuerdo sesión 24 de junio, propuesta para pensión de once meses desde 1° de Septiembre con 600 pts. mensuales y 600 para viajes, en Alemania.– Concedido por O. 27 julio.- Gac. 29-7—BO. 88». Y a continuación: «4-1-1933. O.M. concedida rehabilitación por 8 meses y 13 días con 600 pts. mensuales y 330 viajes. (Acuerdo sesión 9-12-32. Propuesta 2-1-33. Gac. 10-1-33. BO. 12). Además OM 9-2—BO-24». En el Expediente del AGA figura el permiso para efectuar la segunda parte del viaje, orden ministerial del 4 de enero de 1933 y notificación de que se ha reincorporado a su trabajo el 15 de septiembre de 1933. En las fotografías que se conservan del viaje (archivo del autor), existen dos fechadas en Copenhage, en diciembre de 1932.

58 Hemeroteca de La Vanguardia, número del 4 de agosto de 1932, aunque con un error en la dotación económica. La noticia aparece también, sin estos detalles, en ABC, de 31 de julio de 1932.

59 Ramón Aramon i Serra, filólogo, secretario del Instituto de Estudios Catalanes, con una labor muy activa en el mantenimiento de la cultura catalana durante la dictadura franquista. Alfonso Serra Baldó, filólogo, traductor al catalán de los trovadores provenzales y fallecido en Toulouse, en 1993, en el exilio.

60 Felipe Fernández Armesto, periodista bajo el seudónimo de «Augusto Assia», que fue corresponsal de La Vanguardia en Alemania, Inglaterra y Estados Unidos.

61 Hemeroteca de La Vanguardia, número del 13 de abril de 1973. Augusto Assia: «Una asociación feliz. 1».

62 Archivo del autor.

63 Romà Seguí, op. cit., 1.

64 Alejandra Soler en una carta al autor.

65 Junta para la Ampliación de Estudio e Investigaciones Científicas. Memoria correspondiente a los cursos 1933 y 1934. Madrid, 1935, p. 29.

66 Durante el semestre de invierno, trabajó en los museos de Berlín, Antiguo, Nuevo, del Kaiser Federico, Alemán, de Pérgamo y de Palacio. Además, realizó trabajos bibliográficos en la Biblioteca del Museo Estatal de Arte, del Estado Prusiano y del Instituto de Historia del Arte de la Universidad de Berlín. En este mismo instituto recibió clases de los profesores Giese, Brinckman, Fischer y Haufman. Durante el semestre de verano asistió a los seminarios de los Profesores Clemen y Neuss y siguió en Bonn los cursos de estos dos profesores y el del profesor Lüttgen, realizó un viaje de estudios dirigido por el profesor Clemen del Instituto de Historia del Arte, visitando Aquisgrán, Maastrich, la abadía de Süsteren en Roermond, Münster, Nimega y Cléveris. Y durante las vacaciones hizo un viaje de estudios por las siguientes ciudades: Dresde, Nuremberg y Bamberg.

Teresa Andrés. Biografía

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