Читать книгу Antonio Machado: Poesías Completas - Антонио Мачадо - Страница 40
Sonaba el reloj la una,
Оглавлениеdentro de mi cuarto. Era
triste la noche. La luna,
reluciente calavera,
ya del cenit declinado,
iba del ciprés del huerto
fríamente iluminado
el alto ramaje yerto.
Por la entreabierta ventana
llegaban a mis oídos
metálicos alaridos
de una música lejana.
Una música tristona,
una mazurca olvidada,
entre inocente y burlona,
mal tañida y mal soplada.
Y yo sentí el estupor
del alma cuando bosteza
el corazón, la cabeza,
y... morirse es lo mejor.
LVII