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CAPÍTULO II LOS ALBORES DEL SIGLO XX
ОглавлениеAl cerrar el siglo XIX, en Chile destacaba una prensa que se había comprometido con la facción congresista, triunfante luego de la guerra civil de 1891. Diarios como La Época, clausurada durante los tiempos de Balmaceda, reabrió sus páginas en septiembre de 1891 pero tuvo poca energía para mantenerse y cerró en enero de 1892. No así El Chileno, nacido en 1883 y editado hasta 1924, que fuera conocido como el diario de las cocineras. Diario popular, fundado por el presbítero Esteban Muñoz Donoso y administrado posteriormente por Enrique Delpiano, quien el 1 de mayo de 1900, asumió como miembro de la sociedad propietaria, integrada además por Joaquín Echenique Gandarillas, Juan Enrique Tocornal y Juan de Dios Vergara.
El presbítero lo había vendido a esta sociedad de jóvenes católicos con intenciones de independizarse del Partido Conservador (Prensa y periodismo en Chile, Raúl Silva Castro). Este grupo era seguidor de la encíclica Rerum Novarum del papa León XIII, centrada en el tema social de esos años, lo que la historia conoce como “la cuestión social”.
El diario era centro de prolongadas y alegres tertulias propias a las que Carlos Silva Vildósola llamaba practical jokes, en el sentido más británico de las bromas escolares.
La importancia del diario El Chileno fue aumentando y, en 1908, Eduardo Poirier en su enciclopedia de Chile lo definía como un “diario conservador de la mañana, de grandísima circulación y extenso servicio de informaciones. Se publica en Santiago, Valparaíso, La Serena e Iquique” (Chile en 1908. Eduardo Poirier). El Chileno va a cerrar sus páginas el 11 de diciembre de 1924.
Otro de los diarios que había sorteado la barrera del fin de siglo había sido La Libertad Electoral, nacido en 1886 para levantar las banderas de la libertad electoral, lo que dio origen a su nombre. Fundado por los capitalistas Eduardo y Augusto Matte Pérez, tuvo una decidida postura contra el presidente Domingo Santa María y apostó a la candidatura de José Francisco Vergara, sin embargo, Balmaceda ganó ampliamente las elecciones presidenciales de 1886.
Augusto Orrego Luco fue una de sus plumas más destacadas. Según decían en aquellos años, Eduardo Matte Pérez habría señalado: “Los dueños de Chile somos nosotros, los dueños del capital y del suelo; lo demás es masa influenciable y vendible; ella no pesa ni como opinión ni como prestigio”.
La Época y La Libertad Electoral fueron los diarios más significativos de ese período de transición.
La guerra civil de 1891 cambió profundamente el sistema político chileno, tan marcadamente presidencialista desde la Constitución de 1833. El enfrentamiento entre la autoridad del presidente y del Congreso desembocó en un conflicto que dejó más de ٤ ٠٠٠ muertos. Con el triunfo congresista, Chile inició lo que se llamó la República Parlamentaria, que solo terminaría con Arturo Alessandri y la Constitución de 1925.
Bajo este régimen nació el siglo veinte y la prensa fue el reflejo de esa época.