Читать книгу Poesía para gente sencilla - Antonio Pérez Gil - Страница 13

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Sombras plateadas, por la luz de los siglos.

Paisaje de austeros campos.

Tierra fuerte, de gente noble.

Huellas de surco en los rostros,

vidas de azada y de carro,

tiempo de calma y sin prisa.

Nada duerme en la noche.

Una tenue y mística luz,

todo lo invade.

En la oscuridad, las sombras.

Cubre el llano

una luz plateada sin fin.

Aquí en la recta del camino,

allá ya llega.

Allí con el mismo polvo cósmico

divina emanación de claridad.

Levemente ensombrecido,

paisaje de ensueño.

Todo tan cerca, y tan lejos…

todo unido por la misma energía

sin apenas ruido.

Con la paz y el descanso

de una vida alegre y triste.

Con la paz y el silencio

de un patio bordeado

de oscuros, de austeros

y altivos cipreses.

Con la paz y el descanso

de la muerte.


Para ir desde Valencia, mi residencia habitual, a mi pueblo, Sacañet (Castellón), tenía que viajar en un autobús de línea hasta Alcublas (Valencia), que era el último pueblo hasta donde llegaba el autobús.

A partir de aquí y para llegar a mi destino, tenía que recorrer una distancia de unos diez kilómetros, por un camino de tierra y entonces de carro.

Por la hora de llegada del autobús, este trayecto había que hacerlo normalmente al anochecer.

Hay una llanura entre las dos poblaciones, que se llama «la Palacia».

Una noche hice yo solo este recorrido, tenía 17 años, la noche era ventosa, el paraje totalmente solitario, muy montañoso, había llovido la noche anterior…

Poesía para gente sencilla

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