Читать книгу Poesía para gente sencilla - Antonio Pérez Gil - Страница 17

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Llega mi savia hasta el suelo

como sangre que derramo

por esta tierra quemada

y este nuevo cementerio.

Veo a mi padre encendido

y en hoguera violenta

mi madre se ha convertido.

Mis hermanos abrasados

del mismo humo prendidos.

Vuela la leve ceniza

en un turbio torbellino.

Truena la sucia venganza

de un triste peón

del destino

que a traición

nos ha vendido.

Gime el bosque masacrado

llora el bosque ennegrecido.

Vuela un mensaje de peste

cruel presagio de lo inerte

que no tenía sentido.

Huele a quemado y pillaje,

y hasta mí llegan crujidos

del que muere en este infierno

que ha brotado enloquecido.

Indefensos solitarios

los que juegan con el viento,

recios troncos de madera

recia casta, recios leños.

Os ha tocado la suerte

de tener la misma muerte

del que expira

en estos montes,

para pagar desficacias

de innobles resentimientos

de audacias

que son quimeras,

y de ingratos violentos.

Y ahora traigo este lamento

de un maldito juramento

que ha destruido…

la vida.


Una de las veces que ardió la Dehesa del Saler (Valencia), hice esta poesía, que publicaron los diarios de la provincia.

Poesía para gente sencilla

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