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TODOS LOS HOMBRES SON FILÓSOFOS CUADERNO 10, ENTRADA 52 Introducción al estudio de la filosofía.
ОглавлениеEstablecido el principio de que todos los hombres son «filósofos», es decir, que entre los filósofos profesionales o «técnicos» y los demás hombres no hay diferencia «cualitativa» sino solo «cuantitativa» (y en este caso «cantidad» tiene un significado particular que no se puede confundir con suma aritmética, pues lo que se quiere indicar es la mayor o menor «homogeneidad», «coherencia», «lógica», es decir cantidad de elementos cualitativos), está sin embargo por ver en que consiste propiamente la diferencia entre unos y otros. No será apropiado llamar «filosofía» a cada tendencia de pensamiento, a cada orientación general, ni tampoco a cualquier «concepción del mundo y de la vida». Podremos llamar filósofo a «un trabajador cualificado» comparado con el manual, aunque esto no sea exacto. En la industria, además del trabajador manual y del trabajador cualificado, está el ingeniero, el cual no sólo conoce el trabajo en su faceta práctica, sino que también lo conoce teórica e históricamente. El filósofo profesional o técnico «piensa» no solo con mayor rigor lógico, con mayor coherencia, con mayor espíritu de sistema que los demás hombres, además conoce toda la historia del pensamiento, es decir, sabe dar razones y explicar el proceso del desarrollo del pensamiento hasta el momento actual. Tiene la capacidad de retomar los problemas desde el punto en el que se encuentran, después de que se hayan planteado todas las soluciones históricamente posibles. Los filósofos tienen en el campo del pensamiento la misma función que los especialistas en los campos científicos. Sin embargo hay una diferencia entre el filósofo especialista y los otros especialistas: el filósofo especialista se acerca más a los demás hombres de lo que lo hacen los demás. Haber hecho del filósofo especialista una figura similar a los especialistas del campo científico es precisamente lo que ha determinado la caricatura del filósofo. De hecho podemos imaginarnos a un entomólogo especialista, sin que los demás hombres sean «entomólogos» empíricos, un especialista en trigonometría sin que la mayor parte de los hombres se ocupen de trigonometría, etcétera (se podría seguir enumerando ciencias sutilísimas, especialísimas, necesarias, pero no por ello «comunes»), pero no se puede pensar en ningún hombre que no sea también filósofo, que no piense, justo porque el pensar es propio del hombre como tal (a menos que sea patológicamente idiota).