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ОглавлениеPalabras Preliminares
¿Quién soy?
¡Hola! Yo soy Beatriz Concha, autora de este libro y de otros que podrás leer cuando seas un poco más grande.
Voy a contarte algunas cosas de mi vida para que me conozcas mejor. Nací en Santiago el 14 de mayo de 1942. Soy hija de Esther Cosani quien, tal como yo, era escritora e ilustradora. Seguramente en un tiempo más vas a leer los Cuentos a Beatriz. Esos cuentos los escribió mi mamá cuando yo era pequeña, como tú, y me los dedicó. De ella heredé la vocación por el dibujo y la literatura.
Desde los dos años viví en el campo, con mi padre y mis hermanos, en un hermoso lugar, cerca de Talagante, llamado “Rinconada de Requínoa”. Allí aprendí a descubrir la naturaleza y fue mi papá -Ruperto Concha Varas- quien nos enseñó, a mis dos hermanos mayores y a mí, a amarla y respetarla.
A los once años regresé a Santiago para ir a un buen colegio. Este cambio no fue fácil. La ciudad no me gustaba y me sentía diferente a las otras niñas, tan señoritas y bien educadas, que se horrorizaban cuando me veían trepar a un inmenso pino que había en el colegio. Esta costumbre me costó varios castigos y suspensiones. Tampoco fui una alumna aventajada y mis notas, si no del todo malas, eran mediocres, excepto en Castellano, Historia y Geografía y... ¡dibujo! En dibujo tenía un eterno siete.
A los dieciséis años ingresé a estudiar Licenciatura en Artes Plásticas en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Allí aprendí lo suficiente como para desarrollar el oficio de ilustradora. Con esta habilidad recorrí varios países de Sudamérica trabajando como dibujante, hasta que regresé a Chile, donde me instalé nuevamente.
Cuando en 1969 contraje matrimonio con quien es hoy mi marido, me dediqué a cuidar mi hogar y mis hijos mientras fueron pequeñitos. Una vez que ya todos ellos iban al colegio, decidí retomar mi trabajo de ilustradora. Tuve entonces la gran suerte de que un escritor –al que seguramente conoces o conocerás–, Saúl Schkolnik, descubrió mis dibujos y me pidió que ilustrara sus primeros libros. Después trabajé para Icarito, del diario La Tercera, para Pocas Pecas, de El Mercurio, y así, poco a poco, se me fueron abriendo las puertas de distintas editoriales. En veintitrés años de trabajo he ilustrado la bonita cantidad de más de seiscientos libros y tengo una Medalla de Honor del Concurso de Ilustración Norma, de Japón, ganada en 1994.
¿Y cómo es que ahora escribo? Yo te diría que siempre, desde chiquita, escribí cuentos y me imaginé historias (era bastante mentirosa), lo que me ayudó en mi oficio de ilustradora. Pero todo tiene su tiempo. Hay que vivir mucho y aprender mucho para poder contar historias interesantes, y contarlas bien.
Un día, en 1980, se me ocurrió escribir un largo cuento, y una vez que lo terminé... ¡lo guardé! Pasaron trece años antes de que lo sacara de mis cajones y lo llevara a la Empresa Editora Zig-Zag. Allí lo leyeron, les gustó, y lo publicaron con el título de El País de las Ausencias, el libro que ahora tienes en tus manos. Después escribí otro libro, Rosita Sombrero, aún con mayor suerte, porque ganó, en 1997, el segundo premio de novela del Consejo Nacional del Libro y la Lectura.
En 1998 obtuve otro premio en el concurso nacional del Ministerio de Educación “Un remolino de Cuentos” y, en 1999, gané una vez más el segundo premio del Consejo Nacional del Libro. En 2002 mi libro Cuatro milagros de Nochebuena fue puesto en la Lista de Honor del IBBY (International Board on Book for Young People). Debo decirte que esto de sacar tantos premios en tan poco tiempo como escritora y apenas una medalla en veinte años como ilustradora, me hace pensar que quizás escribo mejor de lo que ilustro.
Al comienzo de estás líneas decía que yo había publicado otros libros que podrás leer cuando seas un poco más grande. Bueno, te doy sus títulos para que sepas cuales son desde ahora. El primero de ellos es Inocente paraíso, que publiqué en el año 2006, y el segundo El lobero y otros cuentos de Chiloé, publicado en 2007. Luego publiqué también Sucedió en Paso al Monte (2009), Memorias del Viejo Diciembre (2011) y El desafío de don Pantaleón (2013).
Actualmente vivo en Francia, donde me dedico a escribir y a ilustrar libros para diversas editoriales europeas. ¿En qué quedamos? ¿Seré más escritora que ilustradora? ¿O ambas cosas a la vez? Contesten ustedes estas preguntas.
Beatriz Concha