La araña negra, t. 7

La araña negra, t. 7
Авторы книги: id книги: 742494     Оценка: 0.0     Голосов: 0     Отзывы, комментарии: 0 0 руб.     (0$) Читать книгу Скачать бесплатно Купить бумажную книгу Электронная книга Жанр: Зарубежная классика Правообладатель и/или издательство: Public Domain Дата добавления в каталог КнигаЛит: Скачать фрагмент в формате   fb2   fb2.zip Возрастное ограничение: 0+ Оглавление Отрывок из книги

Реклама. ООО «ЛитРес», ИНН: 7719571260.

Оглавление

Blasco Ibáñez Vicente. La araña negra, t. 7

SEPTIMA PARTE. MARUJITA QUIROS (CONTINUACIÓN)

III. Alvarez después de la revolución

IV. Un revolucionario y una beata

V. La resolución de la baronesa

VI. El Colegio de Nuestra Señora de la Saletta

VII. La primera época de colegiala

VIII. Sinfonía de colores

IX. Se oye un violín

X. Amor en torno de un violín

XI. Dúo de amor en el tejado

XII. Mecidos por la brisa

XIII. Una carta

OCTAVA PARTE. JUVENTUD A LA SOMBRA DE LA VEJEZ

I. La viuda de López

II. El sobrino en la calle y el tío en la casa

III. Lo que fué de María al salir del colegio

IV. Reanúdanse los amores

V. En el despacho del padre Tomás

Отрывок из книги

Al triunfar la revolución de septiembre de 1868, Alvarez vino a España, entrando por Cataluña con algunos generales emigrados. En Barcelona se reunió con Prim, que hacía su viaje insurreccional por las costas del Mediterráneo, y entró en Madrid formando parte del Estado Mayor del célebre general, que fué acogido en la capital de España con la ovación más delirante que se recuerda.

Alvarez no olvidó a su asistente, quien a los pocos días entró también en Madrid, completamente convertido, pues a pesar de su sencillez, no dejaba de darse alguna importancia en vista de las atenciones recibidas en el camino.

.....

La baronesa, a pesar de que estaba preparada y sabía que el visitante expondría tal demanda, no pudo evitar un movimiento que mostraba su intranquilidad.

– ¡Oh! No se asuste usted, señora – se apresuró a decir el comandante con extremada dulzura – . No pretendo arrebatarla a usted esa niña, a la que, según tengo entendido, cuida usted como una madre. Nunca he tenido tal intención; además me sería imposible encargarme de ella, pues mi profesión y mi modo de vivir me imposibilitan de tener niños a mi cuidado. Usted la tendrá siempre, señora; usted la conservará a su lado; yo únicamente le pido un favor pequeño, insignificante. Sólo quiero tener libre la entrada aquí, para venir de vez en cuando a dar un beso a mi hija.

.....

Добавление нового отзыва

Комментарий Поле, отмеченное звёздочкой  — обязательно к заполнению

Отзывы и комментарии читателей

Нет рецензий. Будьте первым, кто напишет рецензию на книгу La araña negra, t. 7
Подняться наверх