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Introducción.

Cambiando nuestro enfoque

No hay tema que haya dividido más al cristianismo de occidente en la última década que el tema de la inclusión plena de las minorías sexuales y de género (también conocidas como la comunidad LGBT+)1 a la vida eclesial de las denominaciones cristianas de todo el mundo. Si bien el movimiento de derechos LGBT+ ganó un tremendo impulso durante la década de 1960 culminando, en muchos sentidos, el 26 de junio de 2015 con la legalización nacional del matrimonio entre personas del mismo sexo por parte de la Corte Suprema de los Estados Unidos, gran parte del cristianismo ha tenido problemas en mantenerse al día con los rápidos cambios culturales, sociales y legales, poco seguros de cómo reconciliar sus creencias doctrinales con los datos psicológicos modernos y la aceptación social generalizada del espectro de sexualidades queer2 e identidades de género.

Esto ha resultado en dos respuestas predominantes desde dentro de las denominaciones cristianas. O bien algunas denominaciones han clavado sus talones en la tierra y declararon que no están abiertas a reconsiderar sus creencias en este asunto, sugiriendo que ha sido agotado por las enseñanzas de la Escritura y la tradición de la iglesia; o bien han adoptado ampliamente lo que despectivamente ha sido llamado el abordaje “revisionista”3 a las enseñanzas bíblicas sobre la homosexualidad, buscando reinterpretar el significado de los pasajes que se refieren a las relaciones entre personas del mismo sexo, sugiriendo que o no se aplican a los cristianos en la era del nuevo pacto o que hemos entendido mal el significado original del idioma y contexto griego y hebreo.

Mientras que ambos abordajes tienen legitimidad en el discurso teológico sobre la inclusión LGBT+, también han fallado en buena medida para convencer a alguien de cambiar su perspectiva. El abordaje conservador (o “tradicionalista”) funciona para evangélicos y otros cristianos conservadores que sostienen la doctrina de la inerrancia de la Escritura, y allí pone fin a la conversación.4 La aproximación revisionista funciona para aquellos que buscan continuar trabajando dentro de los límites puestos por los argumentos tradicionalistas, centrados en los seis textos bíblicos referidos a la homosexualidad,5 e intenta dirimir la conversación con la afirmación de que hemos entendido mal lo que estaba sucediendo en la mente y el contexto del autor bíblico, o que los textos bíblicos ofrecen poca perspectiva sobre la comprensión moderna de la sexualidad y la identidad de género.6

Cuando mantenemos enraizado en nuestro debate LGBT+ la interpretación personal que tenemos de los seis versículos relacionados con la homosexualidad, el árbol nos impide ver el bosque. Hay poco movimiento en ambos lados del debate porque estamos muy enfocados en cuál es la interpretación más histórica y teológicamente correcta de estos versículos, la cual es una pregunta que nunca puede llevar a una respuesta firme y conclusiva, pues nadie puede acceder a la mente de los autores bíblicos. En vez de centrarnos en estos versículos como el punto principal de nuestra discusión, creo que debemos dar un paso atrás y observar la metanarrativa de la escritura y la teología cristiana, y preguntarnos si el panorama más amplio de la enseñanza cristiana tiene algo para decirnos sobre la inclusión de minorías sexuales y de género en la vida de la iglesia. Esta aproximación ha sido abrazada por muchos movimientos teológicos a través de la historia del cristianismo, y ha propiciado el nacimiento de la teología de la liberación, la teología feminista, la ecoteología y, en años recientes, se ha reconvertido y vuelto a aplicar al contexto queer.

Como una persona LGBT+ que ha crecido y sido entrenada en contextos evangélicos conservadores, he pasado la última década de mi vida luchando por reconciliar mi fe con mi identidad sexual. Me he sometido a programas de terapia de conversión, he consultado con teólogos líderes en estos asuntos y he viajado por el mundo buscando respuestas a preguntas teológicas de si se puede adoptar o no un posicionamiento para la afirmación e inclusión total de minorías sexuales y de género al cristianismo y en la sociedad. Conforme mi viaje se fue desenrollando, me he convencido de que la trayectoria ética de la Biblia debería guiar a los cristianos hacia la posición de una inclusión y aceptación más grande de aquellos que previamente han sido considerados “impuros”, y que el imperativo de Jesús en el Nuevo Testamento es escuchar y depender de la revelación continua del Espíritu Santo para guiar nuestra fe y práctica. También me he vuelto cada vez más consciente del gran daño psicológico y espiritual que produce la teología no inclusiva en las vidas de los individuos LGBT+ que se encuentran en contextos religiosas conservadores, y creo que el “fruto” que se manifiesta de la no inclusión es la imputación contra su validez como una buena teología y práctica.

Si bien mi propia fe y paradigma teológico se ha sometido a grandes cantidades de evolución y reformas en la última década, todavía siento un llamado especial a moverme dentro del paradigma teológico del cristianismo evangélico para realizar una argumentación bíblica y teológica de cómo el trabajo moderno del Espíritu Santo expande los límites del “reino de Dios” para incluir del todo a las minorías sexuales y de género. En este libro, exploraré los efectos de la teología y práctica no inclusiva y la trayectoria redentora de la Escritura hacia una mayor inclusión. Luego de explorar el contexto de los denominados “versículos garrote”, subrayando una muestra de textos bíblicos que demuestran la necesidad de una reforma dirigida por el Espíritu hacia la inclusión, concluiré con evidencia sociológica moderna que sugiere que el Espíritu Santo está, de hecho, provocando un avivamiento entre las minorías sexuales y de género en las comunidades cristianas de todo el mundo.

Desde el comienzo, quiero postular que este libro no busca proveer de una teología exhaustiva de la sexualidad y el género desde una perspectiva cristiana progresista, sino brindar un punto de entrada para aquellos que buscan entender cómo la Biblia y la tradición cristiana proveen un camino para la inclusión y recepción de las personas LGBT+. Mi intención es que este libro sirva como complemento de mi libro previamente publicado, Our Witness: The Unheard Stories of LGBT+ Christians [Nuestros testigos: Las historias no escuchadas de los cristianos LGBT+]. Ese volumen incluye unos muestreos de argumentos contenidos en este libro pero no era el proyecto apropiado para que diera cuerpo a aquellos postulados en profundidad. Mi meta en este libro es revisar algunos de los argumentos que toqué en Our Witness, y luego crear una guía teológicamente robusta y aun así accesible para los cristianos LGBT+ y nuestros aliados, para articular una argumentación teológica cristiana tendiente a la inclusión y afirmación LGBT+ en la iglesia. Es mi oración que todo aquel que acceda a este material sea provocado y alentado a cavar más hondo en la vasta tradición cristiana de la inclusión y sea fortalecido en la lucha contra las teologías no inclusivas que por mucho han clamado ser la única posición legítima cristiana sobre la inclusión LGBT+. Nuestras tradiciones nos dieron un terreno sólido donde pararnos en nuestra lucha por darles un lugar en la mesa de la gracia a los cristianos LGBT+, y debemos pararnos con confianza y convicciones al proclamar el evangelio radicalmente inclusivo de Jesucristo en nuestros días y época.

1 “LGBT+” es una jerga común que refiere a lesbianas, gay, bisexuales, transgénero y otras sexualidades queer o identidades de género.

El Evangelio de la inclusión

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