Читать книгу Futbolera - Brenda J. Elsey - Страница 7
ОглавлениеAgradecimientos
Este libro, que estuvo durante largo tiempo en gestación, no solo recoge la experiencia de distintos lugares, también abarca varias décadas. Su creación, además de demandar mucho tiempo, llevó a los autores a distintas partes del mundo, desde lugares aparentemente lógicos como México, Costa Rica, Brasil, Chile y Argentina, hasta lugares menos probables como Atenas. Si bien escribir en este estado de constante movimiento ha sido desafiante y complejo, también ha sido muy entretenido. Hay muchas personas a las que nos gustaría agradecer. En primer lugar, Kerry Webb, de la Universidad de Texas Press, quien se unió al proyecto desde el comienzo y nos alentó en todo el camino. También nos gustaría agradecer al Instituto Lozano Long de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Texas, al equipo de la Colección Latinoamericana Nettie Lee Benson, y Daniela Alfonsi, directora del Museu do Futebol, quien nos ayudó enormemente con los archivos del museo. También queremos agradecerle a la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, uno de los lugares más tranquilos para investigar en Ciudad de México, con un equipo humano muy atento y simpático. No podemos dejar de agradecer a Mónica de la Vega, no solo por su ayuda durante la investigación, sino también por su sentido del humor y su gusto por la buena comida. También queremos agradecerle a Dominik Petermann, del archivo de la FIFA, quien ha trabajado con nosotros en dos proyectos y, por alguna razón, sigue respondiendo todos los correos electrónicos que le enviamos.
La red de futboleras también ayudó a que nuestra investigación fuera mucho más rica y cálida. Le enviamos muchos abrazos a Fabiola Vargas, Andrea Rodebaugh, Elvira Aracén, Mercedes Rodríguez y Ruby Campos. Mónica González nos dio información y nos orientó cuando lo necesitamos. Lucía Mijares y Mariana Bernárdez nos ayudaron a comprender el funcionamiento de la Federación Mexicana de Fútbol y sus cambios con respecto al juego femenino. Gaby Gartón, Ruth Bravo, “Marina” y Las Pioneras, en Argentina; Sisleide do Amor Lima y Márcia Taffarel, de Brasil; Camila García, Fernanda Pinilla e Iona Rothfeld, en Chile, compartieron sus historias con nosotros.
Muchos amigos nos ayudaron a convertir los borradores del manuscrito en un libro mucho más pulido, tanto directa como indirectamente. Jean Williams y Shireen Ahmed, hermanas en armas, su apoyo y aliento fueron muy importantes para nosotros. Matthew Brown y James Green nos enseñaron a ampliar nuestros argumentos. Los lectores anónimos del manuscrito nos sugirieron fuentes importantes y nos ayudaron a desarrollar nuestro enfoque. Peter Alegi, Matt Andrews, Amy Bass, Claire Brewster, Keith Brewster, Bernardo Buarque, Laurent Dubois, Alex Galarza, Roger Kittleson, Lindsay Krasnoff, Belinda Monkhouse, Jaime Shultz, Shawn Stein, Diego Vilches, Jonathan Weiler y David Wood, todos nos hicieron comentarios precisos.
También queremos agradecer de manera individual.
Palabras de Josh: Me gustaría agradecerle a Brenda. Es muy raro encontrar a alguien que sea capaz de mantenerte más o menos concentrado en lo que haces y que comprenda también que las vicisitudes de la vida a veces crean otras prioridades. Tengo la suerte de contarte entre mis amigos y como colega siempre haces que mi trabajo sea mejor. También me gustaría agradecer a mis colegas de la Universidad Central de Carolina del Norte, tanto dentro como fuera del departamento de Historia, pero especialmente a Lydia Lindsey, Baiyina Muhammad y la fallecida Sylvia Jacobs. En el Triángulo de Investigación, tanto real como psíquico, gracias a Matt y Lisa, Gustavo y Gracie, Todd y Erika, Ethan y Blain, Matthew y Leah, Layla y Josh, Claire y Jonathan, Mariola, Susan, Laura Wagner, la multitud de CSL, especialmente Marc y Drew (¿o Drew y Marc?) y Ascary Arias, Randall, Lisa, Molly, Charlie, Jeff y Stephanie, Sam Amago, William Thomas, Sophie Adamson, Alchemy y la fiambrería de Neal. Todos ustedes juegan un papel importante en mi cordura. La academia de Sporting Clube Portugal en Chalandri, Grecia, me dio un lugar para trabajar mientras mis hijos practicaban un deporte que aman y aprendían a maldecir en griego. A la administración y entrenadores, muchas gracias. Un agradecimiento especial a Mario Gavalas y Stavros Raptis. Ευχαριστω Tzeni por esos deliciosos cappuccinos freddo. El patriarcado es fuerte en Grecia, donde es más común que sean los padres y no las madres quienes llevan a los niños a las prácticas de fútbol.
Gracias a todos los padres y amigos griegos (demasiados para nombrarlos individualmente) por escucharme destruir su idioma y tener tanta paciencia. Muchos hicieron lo posible por ayudar: Antonis, Dino y Penny, Thanos y Ntina, Ariti, Giannis y Ntina, Elias y Roma, y Giannis. Gracias a Victoria Kalonarou por proporcionarme un excelente lugar donde vivir, pensar y trabajar.
A los gatos de Kalisperi Sevastis, especialmente a Isaiah, Steph y Berry. La familia de Eva en Grecia (los Drellas, Zaxaropoulos y Tiggelis) ευχαριστουμε πολυ por cuidarnos tan bien. Y, por supuesto, Evanthia, Sofía Ariadne y Rafael Nikolaos: me mantuvieron concentrado y me ayudaron de descansar cuando era necesario; sin ustedes todo esto hubiera sido mucho menos divertido, los quiero. Finalmente, a Ginger y Helen, las amo… ojalá, Bill estuviera aquí para esto.
Palabras de Brenda: Nunca hubiera escrito este libro sin Josh, en los últimos años solía recordarme las implicancias contemporáneas que tenía nuestro trabajo, lo que me ayudó a continuar. Estoy eternamente agradecida por su inteligencia, buena naturaleza y amistad. En Hofstra, me gustaría agradecer a todos mis colegas en el departamento de historia, quienes me han alentado de una manera increíble. También quiero agradecer especialmente a Benita Sampedro y Vimala Pasupathi.
También a Simon Doubleday y Susan Yohn, quienes, siempre que podían, me aconsejaban con la redacción de este libro y me ayudaban a equilibrar la enseñanza y la investigación. Hay tantos amigos en los que me he apoyado a lo largo de los años, Ernie Capello, Chandler Carter Melissa Connolly, Enrique Garguín, Paul Gootenberg, Alberto Harambour, Jorge Iturriaga, Zilkia Janer, Ana Julia Ramírez y Angie Thompson. Para los chicos del “shark crew”, saben quiénes son, sigan haciendo lo suyo. J. Edward Durrett, gracias por hacerme reír, casi a diario, durante tantos años. Jessica Stites, por varias razones ha sido una hermana del alma. Los Bardfield-Mañons, los Kramers y los Rose-Cortinas han hecho del Valle del Hudson un hermoso lugar para vivir. Todas las semanas, Shireen Ahmed, Lindsay Gibbs, Jessica Luther y Amira Rose Davis me ayudan a mantener mi ánimo y mi cerebro trabajando como parte del podcast “Burn It All Down” sobre el deporte y el feminismo. Chicas, las amo.
Gracias a mi familia, los Browns, los Steeles, los Elseys y sus respectivas familias, especialmente a mi madre, Joan y mis hermanos.
Si bien mis hijos no me ayudaron a escribir este libro, me llenaron de alegría y risas durante el proceso. Todo mi amor para Julieta, Luna y Maya, tres realmente es un número mágico. Y a su padre, Enrique, estoy eternamente agradecida por su apoyo. Nos vemos en la canoa, de una u otra forma.