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3. RESULTADOS EMPÍRICOS
ОглавлениеCuando se realiza el estudio de la evolución de las relaciones interindustriales en Colombia se identifican tres fases evolutivas de este proceso, en las cuales cada momento tiene características propias y diferenciables de los demás. El primer momento es el comprendido entre los años 1969 y 1990, el segundo momento cubre los años 1991 a 2000 y, por último, el tercero inicia en 2001 y se mantiene hasta la fecha observada en el estudio (2010).
El comportamiento del comercio intersectorial de finales de siglo XX está asociado o es explicado por cuatro fenómenos que de forma simultánea afectan la economía colombiana, creando condiciones propicias para cambios estructurales en la producción y las relaciones industriales entre sectores. Estos factores, aunque fueron simultáneos, no son concluyentes y no permiten deducir alguna relación o causalidad entre ellos.
El primer factor es determinado por la apertura económica que empieza en 1986 y el segundo es la revolución de la informática y las telecomuniciones; en ambos casos, estos son factores de cambio que van acentuando y modificando las relaciones sectoriales a lo largo de la década de los noventa. Los otros dos factores que generan cambios estructurales en las relaciones intersectoriales fueron: la crisis de fin del siglo XX (1998-1999) y el auge del sector minero-energético, que tiene su punto de inflexión con el descubrimiento y explotación de los pozos petroleros Cupiagua y Cusiana.
El análisis de hallazgos indica que el periodo comprendido entre 1969 a 1980 se conecta con la última fase de la política de sustitución de importaciones; política que empieza su desmonte a finales de la década de los ochenta y concluye con la apertura económica de 1990. Durante este periodo se observa procesos de integración entre los sectores económicos con incidencia importante de encadenamientos. En el período comprendido entre el año 1991-1999, los procesos anteriores se abortan a medida que se empieza a liberalizar la economía, se profundiza con la apertura económica y, posteriormente, con la crisis de fin de siglo. Por último y a partir de 2000, se observa la reacción a la crisis de fin de siglo y una vez que las empresas se adaptan a las nuevas reglas de juego, la economía recupera sus encadenamientos; desde 2000 y hasta 2010, año final observado, la economía Colombia sufrió una recomposición en el mercado interindustrial.
Como se puede evidenciar en la tabla 1, la proporción de coeficientes técnicos de gran relevancia relativa de los periodos 1969-1980 y 2000-2010 son similares. Esto implica que una buena cantidad de relaciones comerciales muestran variaciones menores o iguales al 1 % de la demanda, y que la variación del sistema sea mayor que la variación esperada.
Estos resultados están mostrando el proceso de transición y recomposición de la economía que tuvo su origen en la última década del siglo XX y se afianzó a lo largo de la primera década del siglo XXI.
Como lo muestra la tabla 1, la proporción de coeficientes técnicos de gran relevancia relativa de los periodos 1969-1980 y 2000-2010 son similares; esto implica que una buena cantidad de relaciones comerciales muestran variaciones menores o iguales al 1 % de la demanda, y la variación del sistema es mayor que la variación esperada.
TABLA 1 EVOLUCIÓN DE LOS COEFICIENTES RELEVANTES (1969-2010)
Fuente: Cálculos del autor y datos del Dane base 75.
En detalle, esta cantidad de relaciones no se observa que sean los mismos encadenamientos o relaciones sectoriales. Por ejemplo, para 1975, los sectores con la mayor cantidad de coeficientes relevantes por el lado de la demanda fueron: químicos y cauchos, servicios personales, servicios de gobierno, agropecuario (incluye trilla de café) y textiles, y confecciones; mientras que, por el lado de la oferta, los sectores con coeficientes relevantes fueron: comunicaciones, silvicultura, café elaborado, madera y muebles de madera, papel e imprenta, electricidad, gas y agua. Todos ellos descritos en orden de importancia, respectivamente.
A su vez, para 2005 y siguientes, los sectores dinámicos por el lado de la demanda fueron: comercio, construcción y obras públicas, químicos y cauchos, servicios de gobierno, y bancos y seguros; mientras que por el lado de la oferta eran: madera y muebles de madera, papel e imprenta, maquinaria y equipo, y manufacturas diversas; finalmente, se evidencia una gran variación en 2010, en tanto que para este año los sectores de refinados de petróleo y minería adquieren coeficientes muy relevantes tanto por la demanda como por la oferta.
TABLA 2
MULTIPLICADORES PRINCIPALES SECTORES (1969-1985)
Las celdas resaltadas denotan que en ese año el sector perdió relevancia sectorial de forma relativa frente el resto de los sectores de la economía.
Fuente: Cálculos del autor y datos del Dane base 75.
De igual forma que en el análisis de la oferta, las principales industrias encadenadas vía demanda son: papel e imprenta, metálicos de base y elaborados, y químicos y cauchos, al ser las grandes demandantes de la producción de consumo intermedio de Colombia en el periodo 1969-1985. Es importante notar que el sector textil empieza un proceso de dislocamiento del resto de la economía a partir de 1980, lo que sugiere que, como en esa época este sector no tuvo un retroceso en la producción o generación de valor, tuvo que sustituir sus insumos por importaciones.
Para estos años se observa que, por su parte, la construcción y los servicios del gobierno aparecen como uno de los sectores que mayor impulso genera vía demanda, lo que era previsible según la premisa del modelo económico propuesto por el gobierno del momento.
Siguiendo el trabajo de Hernández (2012), se observa que la vocación de producción de la economía colombiana (figura 3) en el primer periodo 1969-1985, los hallazgos resaltan que para 1969 la mayoría de los sectores estaban orientados a la producción de bienes finales, mientras que para 1985 la mayoría de los sectores tenían una dedicación de consumo intermedio.
FIGURA 3 COMPOSICIÓN SECTORIAL CHERNEY-WATANABE (PERIODO I)
Fuente: Cálculos del autor.
Adicionalmente, siguiendo la clasificación de Cherney-Watanabe, la mayoría de los sectores en 1969 tienen procesos no manufactureros, aunque se aclara que esto no implica que no correspondan a sectores industriales, como es el caso del sector de maquinaria y equipo, sino que poseen un encadenamiento hacia atrás menor que la media económica y, por consiguiente, según la literatura, no se comportan como sectores industriales.
Para el año 1985, la estructura fundamental de la economía no tuvo cambios desde el punto de vista de sectores manufactureros, en tanto continúan siendo los principales dinamizadores aquellos sectores industriales dedicados a ofrecer insumos al resto de la economía desde 1969, a saber: metálicos de base y elaborados, papel e imprenta, productos de la transformación de cereales, bebidas, químicos y caucho, y refinación de petróleo; mientras que los sectores no industriales que caen en esta clasificación son comercio, agropecuario y servicios de transporte.
En el caso del sector comercio, dicha dinamización se entiende por las estrechas relaciones que este tiene con todos los sectores casi sin excepción; el sector agropecuario es eje dinamizador, puesto que por las características de Colombia en ese momento era una nación agrícola y este sector, un proveedor natural de insumos, tenía una gran importancia en la economía tal que se ve reflejada en sus encadenamientos.
El cambio principal para 1985 lo constituyen el sector de bebidas, que se vuelve oferente de bienes finales y es sustituido por el sector de madera y muebles de madera. Es pertinente anotar que en este periodo el sistema clasifica a los servicios de gobierno y a los servicios personales como sectores manufactureros, aunque para efectos de este estudio no lo son; la razón es exactamente la misma que la enunciada sobre el sector comercio: la gran cantidad de encadenamientos hacia atrás que ambos sectores poseen.
Más allá de las relaciones directas que los diferentes sectores muestran, está toda la red que cada sector tiene como encadenamientos de segundo orden. La identificación de estas nuevas relaciones se puede apreciar en la figura 4, en la cual se hace evidente la pérdida de sectores impulsores de la economía, ya que para 1985 solo quedan dos sectores, que son el de papel e imprenta, y el de químicos y caucho, de los siete sectores que existían en 1969, los cuales eran: agropecuarias, comercio, metálicos de base y elaborados, papel e imprenta, productos de la transformación de cereales, químicos y caucho, y transporte. El cambio más dramático es el vivido por el sector de productos de la transformación de cereales, que se convierte en un sector receptor de efectos; el resto pierden sus encadenamientos por el lado de la demanda, pero conservan su importancia por el lado de la oferta.
FIGURA 4 COMPOSICIÓN A LA RASMUSSEN (PERIODO I)
Igual evidencia se observa para el caso del sector de servicios de gobierno, que para 1969 era un sector impulsor clave de la economía al estimular la demanda del resto de sectores y que para 1985 es un sector receptor, lo cual implica que la política de gasto del gobierno, excepto la inversión en construcción, es ineficiente o incapaz de dinamizar la economía generando demanda.
Cuando analizamos el periodo 1990-2000, lo primero que resalta es la gran variación que tienen los multiplicadores en todos los sectores y que, por ser tan profunda, dificulta definir los sectores relevantes de la economía colombiana en este periodo de tiempo. Como se puede ver en la tabla 3, la mayoría de los sectores relevantes a comienzo de la década de los noventa no son los sectores que terminan siendo los sectores con mayores encadenamientos salvo, claro, algunas excepciones.
La varianza de los multiplicadores se explica principalmente por la variación de los coeficientes técnicos en dos hechos: el primero, un cambio de metodología de construcción de la matriz insumo producto y un segundo, la década de los noventa fue un proceso de transición de la economía, producto a su vez de la apertura económica la consecuente modernización de la industria y la llegada de la revolución de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).
El cambio de metodología no solo hace aparecer nuevos sectores, también divide sectores de forma desagregada, lo cual afecta la relevancia de los coeficientes técnicos. Para ilustración, un buen ejemplo es el del sector textil, tejidos y cueros, que se subdivide en tres sectores distintos: hilado e hilos, artículos textiles, y tejidos de puntos y prendas de vestir. Este proceso afecta el multiplicador de estos sectores ya que es un proceso de desagregación que se realizó principalmente en la industria y servicios; pero también permite ver de forma más precisa las relaciones que cada actividad industrial tiene.
Este período también se ve afectado por el proceso de transición económica desde una economía cerrada a una abierta, lo que significó una abrupta irrupción de las importaciones en el mercado de bienes intermedios, presiones por competencia en un mercado que anteriormente no tenía y el rompimiento o reducción algunos encadenamientos industriales al sustituir productos nacionales por importaciones.
La apertura económica obligó a todo el aparato industrial de Colombia a modernizarse para poder competir en el mundo, no solo para no perder el mercado interno, sino para poder conquistar los mercados externos. Esta necesidad de modernización se tradujo en adquisición de maquinaria y nuevas tecnologías que, adicionada al surgimiento de la informática, transformó por completo el proceso productivo colombiano y explica la gran variación de los coeficientes técnicos en este periodo de tiempo.
La transformación del proceso productivo es un subproceso normal del gran proceso de adaptación de la economía colombiana, que se refleja en cambios en los coeficientes técnicos y a la vez en los multiplicadores, y hace la diferencia del periodo 1990-2000 frente al resto de momentos de la historia económica de Colombia.
Otro gran suceso que perturbó la economía colombiana fue la crisis de finales del siglo XX, que empieza a finales de 1997 y se prolonga hasta mediados de 1999. Esta crisis permite explicar el comportamiento del sector comercio y construcción, para los cuales la caída de sus encadenamientos, tanto por demanda como por oferta, se explica fundamentalmente por el golpe de la recesión.
Es importante notar que el sector de productos de petróleo crudo y gas, y el sector de producto de petróleo refinado, por el lado de la oferta, se imponen frente los otros sectores y logran encadenarse de forma relevante con el resto de la economía, igualmente y sobre todo por el lado de la oferta.
Por último, se resalta el rol de los sectores de papel e imprenta, y de caucho y plásticos, junto con el sector de químicos básicos, al ser los que mejor desempeño muestran, pues son los que pierden menos encadenamientos durante todo el periodo de tiempo estudiado.
Cuando analizamos la estructura de producción para 1990, esta era idéntica a las décadas anteriores; es decir, una economía dedicada principalmente a la producción de bienes finales, pero que desde 1994 empieza un proceso de transición, en el cual una cantidad mayor de sectores dedican su actividad a la producción de insumos y, en especial, de manufacturas, que se consolida en 2000, según se interpreta del análisis que propone Cherney-Watanabe.
No obstante, es importante notar que, aunque durante la década de los noventa se desarrolla un proceso de transición muy marcado, este no logra revertir la tendencia de la economía, donde la mayoría de sectores dedican su producción a ofrecer bienes finales. Esto se debe interpretar como que la producción sea consumida de forma final, que no es equivalente a afirmar que el bien en cuestión sea un bien de consumo final, porque para el sistema no hay subdivisión ni diferencia entre la exportación y el consumo de los hogares, y ambos entran en el agregado de demanda final.
TABLA 3 MULTIPLICADORES PRINCIPALES SECTORES (1990-2000)
Las celdas resaltadas denotan que en ese año el sector perdió relevancia sectorial de forma relativa frente el resto de los sectores de la economía.
Fuente: Cálculos del autor y datos del Dane Base 94.
La paradoja de la transición de los años noventa se constituye en que el número de relaciones entre sectores y los encadenamientos también crecen, pero la significancia o el peso de los relativos de estos caen. En términos prácticos, esto implica que las relaciones comerciales entre sectores crecieron, pero los volúmenes de estas interacciones decrecieron.
La figura 5 brinda una imagen comparativa necesaria entre los años 1990 y 2000. En ella se observa que para 1990, los sectores que proveían bienes de consumo intermedios y que se consideran manufacturas en el sentido propuesto por Cherney-Watanabe eran: comercio, hilados y tejidos de fibras textiles, metales comunes y productos metálicos elaborados, pasta, papel y cartón, productos de petróleo refinado y productos de horno de coque, productos químicos básicos y elaborados, y servicios de intermediación financiera y servicios conexos.
FIGURA 5 COMPOSICIÓN SECTORIAL CHERNEY-WATANABE (PERIODO II)
Exceptuando el caso del comercio previamente explicado, el sector de servicios financieros responde con respecto a sus relacionamientos en proporción a la participación y peso que su sector –financiero– tiene dentro de la economía; por tamaño, en tanto está dotado de grandes multiplicadores por los altos volúmenes de servicios que maneja para los demás sectores, pero queda claro que esto no implica en ningún momento que sea un sector industrial, aunque sí vital para él.
Para 2000, los sectores que se encontraban en este grupo eran: café sin tostar no descafeinado, productos de cuero y calzado, equipo de transporte, impresos y artículos análogos, minerales metálicos, pasta de papel, papel y cartón, productos de caucho y productos plásticos, productos lácteos, productos químicos básicos y elaborados, servicios a las empresas (excepto servicios financieros e inmobiliarios), servicios de hotelería y restaurante, servicios de transporte aéreo, tejidos de punto y prendas de vestir, y servicios de enseñanza de mercado.
El año 2000 muestra una imagen más cercana de la moderna economía colombiana y su transición después de la adaptación de la apertura y la crisis de fin de siglo, pues se está reflejando el inicio de una ponderada importancia del sector servicios dentro de la economía colombiana, importancia que sigue vigente hasta la fecha umbral de este estudio (2010).
En 2000 es cuando se observa el cambio más drástico porque los sectores de servicios, que se suelen ubicar o clasificar en bienes no manufactureros, de consumo final o intermedio dependiendo de la característica del servicio que prestan, empiezan a ser clasificados por el indicador Cherney-Watanabe como bienes manufactureros. Estos sectores se caracterizan por tener pocas interacciones con el resto de los sectores, pero la reclasificación de estos subsectores se debe al volumen mismo de su producción y a que incrementan el peso relativo de los coeficientes y son multiplicadores, especialmente por el lado de la demanda.
Se evidencia que en 2000 los sectores que se clasifican como manufactureros de bienes finales son: aceites, grasas animales y vegetales, comercio, hilados e hilos, tejidos de fibras textiles, servicios de Administración pública y otros servicios para la comunidad, servicios de reparación de automotores y motocicletas, y servicios sociales y de salud de mercado.
Esta transición y fenómeno, que empieza en 1994 y transforma industrias en manufacturas, se consolida en 2000, lo que coincide y es efecto de la grave crisis del sector industrial durante este periodo de tiempo, junto con la consecuente pérdida de participación e importancia en el mercado interindustrial frente el sector servicios. También en este momento es importante anotar que la incidencia por adopción de un proceso acelerado de tercerización en el interior de las firmas industriales ayuda a que se registre estos resultados, pues ella en si involucra innumerables encadenamientos con estas nuevas actividades del sector servicios.
La figura 6 nos permite una visión del cambio severo sufrido por la economía colombiana en la capacidad de sectores globalizados para impulsar la economía, por su incidencia ya sea en su situación de receptores o como claves, y por el resultado de sus encadenamientos.
FIGURA 6 COMPOSICIÓN A LA RASMUSSEN (PERIODO II)
En ella observamos, para los años analizados, un panorama esperable como causa efecto de cualquier crisis y cuya evidencia ratifica que:
1. Se dan efectos de notable reducción en el número de sectores impulsores y claves, a ser sectores receptores.
2. Muchos de los sectores que hacen el tránsito a ser receptores son los que sufren con mayor rigor los efectos de la crisis de 1997-1999. Ellos fueron: servicios inmobiliarios y alquiler de vivienda, trabajos y obras de ingeniería civil, trabajos de construcción y construcciones, y servicios de intermediación financiera.
Después de la recesión de fin del siglo XX, la primera década del nuevo milenio se evidencia como de recuperación económica, lo cual se refleja en los encadenamientos sectoriales y la estabilización de ellos en esta década, en comparación con la década que la precedió.
Es así como vemos la principal recuperación en los encadenamientos de la construcción, perdidos como consecuencia de la crisis de fin de siglo, y mejores logros en la importancia que este sector tiene para dinamizar la economía; el mismo fenómeno se ve con el sector comercio.
El proceso de transformación productiva y adaptación a la apertura generó el fortalecimiento del sector servicios y los integró con la economía, en especial lo que son servicios de reparación de automotores y servicios para las empresas por el lado de la oferta, mientras que por el lado de la demanda se encuentra hotelería y restaurante, y transporte terrestre.
Una clara muestra de la recuperación económica durante el periodo 2000-2010 es el encadenamiento que tiene la electricidad por el lado de la oferta y su relevancia dentro del sistema, hecho que está directamente relacionado con ser un bien energético, uno esencial e indispensable para la maquinaria moderna y los sistemas de cómputo.
Tal y como se puede observar en la tabla 4, en el sector industrial y para los años 2005 a 2010, vuelven a resaltar los sectores de: paspa de papel, papel y cartón; productos de caucho y productos plásticos; y productos de madera, por el lado de la oferta; mientras que por el lado de la demanda se encuentran: café transformado, y tejido y prendas de vestir, y en menor medida químicos básicos y elaborados, y el sector metalúrgico.
TABLA 4 MULTIPLICADORES PRINCIPALES SECTORES (2005-2010)
Las celdas resaltadas denotan que en ese año el sector perdió relevancia sectorial de forma relativa frente el resto de los sectores de la economía.
Fuente: Cálculos del autor y datos del Dane base 2005.
En comparación con la década previa, la primera década del siglo XXI muestra que la economía se logró adaptar y pudo recomponer los encadenamientos, pero de una forma diferente a la estructura productiva que existía en el periodo de 1970-1985; se ve también que empieza a tener más relevancia en el mercado interindustrial el sector servicios, y que incluso es mayor su preponderancia frente a las industrias tradicionales.
La vocación de producción de bienes que muestra la tendencia histórica económica del país al inicio de este último periodo de estudio es idéntica y sin cambios considerables durante el período 2005-2010, en cuanto a la cantidad de sectores dedicados a la producción de bienes de consumo intermedios y bienes finales; es a partir de 2005 que se observa y se puede inferir que la economía colombiana no tiene una clara vocación de producción de bienes finales, lo que es un claro cambio en comparación a toda la historia económica de Colombia.
Para 2005, vemos cómo la economía y el mercado interindustrial se terminan de estabilizar después de los grandes cambios de la década anterior, ya que los sectores quedan definidos como manufactureros y de consumo intermedio. Ellos son: electricidad y gas de ciudad, metales comunes y productos metálicos elaborados, productos de molinería y almidones, productos de petróleo refinado y productos de horno de coque, productos químicos básicos y elaborados, servicios a las empresas (excepto servicios financieros e inmobiliarios), servicios de transporte terrestre, y productos de vidrio y otros productos no metálicos. El único cambio en 2010 es para el servicio de transporte terrestre, que pasa a ser un servicio manufacturero de consumo intermedio, y a este lo remplaza el sector de pasta de papel, papel y cartón, que pasa a ser clasificado como un sector manufacturero.
Por otro lado, el auge del sector servicios y las dificultades de crecimiento del sector industrial, que se traducen en un crecimiento menor que la media de la economía al cierre del siglo XX, empiezan a consolidar a un grupo del sector servicios como relevantes en el mercado interindustrial. De otra parte y como muestra la evidencia, en este periodo de tiempo los sectores que se clasifican como sectores manufactureros de consumo final son: café transformado, carne y pescado, comercio, muebles y otros bienes transportables, servicios de Administración pública, servicios de correos y telecomunicaciones, servicios de hotelería y restaurante, servicios sociales y de salud de mercado, tejidos de punto y prendas de vestir, trabajos de construcción y construcciones, y trabajos y obras de ingeniería civil.
Salta a la vista la gran cantidad de sectores servicios que claramente no son industriales y que empiezan a dar un indicio de las dificultades que el sector industrial afronta y de las dificultades de crecimiento que tienen en comparación con otros sectores.
Por otro lado, en términos de capacidad de dispersión de efectos, en el periodo 2005-2010 sigue la tendencia que empezó a medidos de los noventa, pues la economía sigue perdiendo sectores impulsores de forma constante, lo cual indica un debilitamiento de los encadenamientos por el lado de la oferta, especialmente en la primera década del siglo XXI.
FIGURA 7
COMPOSICIÓN SECTORIAL CHERNEY-WATANABE (PERIODO III)
Para 2010, los sectores que se registran como impulsores son: animales vivos y productos animales, electricidad y gas de ciudad, metales comunes y productos metálicos elaborados, pasta de papel, papel y cartón, productos de molinería y almidones, productos químicos básicos y elaborados, servicios a las empresas (excepto servicios financieros e inmobiliarios), productos de vidrio y otros productos no metálicos. En el mismo periodo de tiempo se presenta un incremento de sectores claves que reciben influencia de la recuperación del sector de construcción, tanto de edificaciones como de obras civiles, y del sector financiero, sumado al gasto público por medio de los servicios que presta la Administración pública. Estos sectores recuperan sus encadenamientos hacia atrás y su capacidad dinamizadora de la economía vía demanda.
Es importante notar que uno de los sectores que se encuentra catalogado como independiente es el del petróleo crudo y petróleo refinado; esto obedece al gran encadenamiento que tiene por la oferta, pero que muestra un encadenamiento mínimo por el lado de la demanda.
FIGURA 8
COMPOSICIÓN A LA RASMUSSEN (PERIODO III)
Esto implica que, aunque el sector de los hidrocarburos es un insumo crucial para el resto de los sectores de la economía al ser un insumo esencial en sus actividades, lamentablemente no está interconectado vía demanda de insumos con el resto de la economía. Ante esta circunstancia, la falta de encadenamientos hacia atrás del sector petrolero, a pesar de sus crecimientos o mayor demanda de bienes, y de su buen desempeño, no impacta el grueso de la economía, salvo aquellos sectores estrechamente relacionados. Los grandes incrementos de demanda de este sector no se traducen en significantes crecimientos de la producción de otros sectores y, a la inversa, la reducción de la demanda de este tampoco genera reducciones significativas en la producción del resto de sectores.
El efecto real del sector petrolero y refinamiento de petróleo está en sus encadenamientos hacia adelante, es decir, si la oferta de combustibles se incrementa, el resto de los sectores sí reciben este efecto, en tanto en cuanto se constituye en insumo esencial para toda la actividad económica. El impacto de este sector, entonces, tiene la capacidad de incentivar o desincentivar la producción de otros sectores en su relación con los impactos que hace en los costos de producción que tiene para los demás sectores de la economía colombiana.