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4. CONCLUSIONES

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Al observar la serie completa se tipifican tres periodos de tiempo en los que las relaciones interindustriales tienen comportamientos que las caracterizan, los cuales son 1969-1985, 1990-2000 y 2005-2010.

En el periodo 1969-1985 se observa un proceso de integración y, simultáneamente, un desarrollo económico estrechamente ligado a la industria y al sector agrícola. En este periodo resalta la relevancia de los sectores: agropecuario, metálicos de base y elaborados, papel e imprenta, textil y confecciones, y químicos y caucho. Su relevancia responde a que son los sectores de mayor encadenamiento y mayor capacidad dinamizadora de la economía colombiana, tanto por demanda como por oferta.

De otra parte y por sus encadenamientos en el lado de la demanda, resaltan los sectores de la construcción, en el sentido más amplio, y de los servicios de gobierno. Por el lado de la oferta se encuentran los sectores de bancos, seguros y servicios a las empresas; electricidad, gas y agua; minería; y refinación de petróleo.

Este periodo de tiempo muestra un mercado interindustrial en integración y estable, donde se observa un país con tendencia de vocación a la producción de bienes finales y una lenta transición hacia la producción de bienes intermedios, especialmente en la industria en proceso inicial de encadenamiento con la misma industria y el sector primario.

Con la apertura económica empieza un proceso de transformación del aparato productivo de Colombia que afecta las relaciones intersectoriales y parte su historia económica en dos. Este se sitúa en el periodo de 1990 a 2000, que, a su vez, culmina con la crisis económica de fin de siglo.

El periodo de 1990 a 2000 es de transición en sí; es un momento de grandes cambios y procesos de adaptación de las empresas a la nueva realidad de una economía abierta y menos regulada.

A diferencia de los años previos y posteriores, este periodo de tiempo, por su característica de grandes cambios, dificulta definir sectores claves o determinantes para la economía colombiana. Las relaciones entre los sectores cambian drásticamente de un año a otro del análisis, cuyos cambios que se deben principalmente a la llegada de importaciones que compiten por el mercado nacional, pero también y al mismo tiempo, por un proceso de cambio técnico que impacta modificando las funciones de producción de las firmas y cambiando sus demandas de insumos de forma acelerada.

De igual forma, este periodo 1990-2000 se caracteriza por el crecimiento notable del sector servicios y la perdida de la importancia relativa del sector industrial en el mercado intersectorial; es decir, modifica la capacidad de cada uno de ellos para ser un sector dinamizador de la economía. No obstante, a pesar de lo explicado, los sectores industriales logran finalmente adaptarse y reconvertirse recuperando sus encadenamientos.

En el escenario de grandes cambios de la última década del siglo xx, los sectores industriales que logran mantener sus encadenamientos o integrase más a la economía son: pasta de papel, papel y cartón; productos de molinería y almidones; productos químicos básicos y elaborados; refinados de petróleo; y metálicos de base y elaborados. Igualmente, otros sectores logran integrase de una forma que no tenían previamente, y por ello ganan nueva importancia como actor económico, como es el caso del sector de las comunicaciones.

El tercer periodo de estudio es para años más cercanos y abarca desde 2005 a 2010. Se caracteriza por la recuperación posterior a la crisis de finales del siglo XX, en un proceso que estabiliza la economía y hace menos necesarios grandes cambios en la matriz de requerimientos. Este periodo tiene la característica particular de que Colombia, por primera vez, no tiene una clara vocación de producción de bienes finales, pero tampoco tiene una producción dedicada estrictamente a la generación de bienes intermedios.

También se caracteriza por el auge del sector servicios y la consolidación de la importancia de este en las relaciones intersectoriales, desplazando a sectores industriales tradicionales, por ser el subsector de la banca y los servicios de intermediación financiera el que adquiere de mayor relevancia dentro del sector de servicios.

Para 2010, los sectores impulsores eran: electricidad y gas de ciudad; metales comunes y productos metálicos elaborados; pasta de papel, papel y cartón; productos de molinería y almidones; productos químicos básicos y elaborados; servicios a las empresas; y productos de vidrio y otros productos no metálicos. Dichos sectores tienen gran incidencia tanto por la oferta como por la demanda. Mientras, por el lado de la demanda están: trabajos de construcción y edificaciones; trabajos y obras de ingeniería civil; servicios de hotelería y restaurante; y café transformado. Por el lado de la oferta: aceites, grasas animales y vegetales; café sin tostar no descafeinado; hilados e hilos; tejidos de fibras textiles; petróleo crudo y gas natural; productos de caucho y productos plásticos; productos de madera; y productos de petróleo refinado. Estos, en su orden, son los principales sectores de cada grupo.

Este periodo de tiempo también se caracteriza por el inicio de la tendencia a la pérdida de sectores impulsores de forma constante y muestra que en 2000 empieza un incremento paulatino de sectores receptores. De continuar este fenómeno en el mediano plazo y largo plazo, se prende una alarma muy preocupante en la medida en que Colombia estaría perdiendo los motores naturales de la economía.

Adicionalmente, el hecho que el sistema tienda a tener sectores que generan solo efectos en la demanda o en la oferta tiene el inconveniente de encarecer la política pública de fomento sectorial y dificultar su aplicación, además de reducir la capacidad de crecimiento de la economía, en la medida en que se requiere mayores impactos para que el sistema genere crecimientos.

Por último, vale la pena resaltar que el análisis registrado se realiza únicamente del mercado interindustrial colombiano, sin que se esté teniendo en cuenta sus relaciones e interconexiones con el comercio mundial. Esto es relevante porque, en términos de importaciones, Colombia compra principalmente insumos y bienes de capital (figuras 9 y 10). Por ende, estos mismos afectan las relaciones interindustriales en el interior de Colombia de forma sensible.

FIGURA 9 VALOR DE LAS IMPORTACIONES POR USOS


Fuente: Dane.

FIGURA 10 PARTICIPACIÓN DE LOS USOS DE LAS IMPORTACIONES


Es importante notar que la dinámica de las importaciones, principalmente por temas de requerimientos de la producción, en teoría, debería guardar una correlación con estos sectores y más desde comienzo del nuevo milenio, donde se logra apreciar un crecimiento casi que exponencial hasta 2014 (figura 9), donde se ve reflejada el impacto de la desaceleración de la economía.

En el caso colombiano, se guarda una estrecha relación con la dinámica de las empresas locales; y aunque no fue parte del presente estudio, sí se logra apreciar la importancia y correlación que existe, algo que puede ser profundizado y abordado de una forma más idónea en posteriores estudios, porque –como se puede ver en la figura 10– el mercado interindustrial representa entre el 70 % y el 80 % del total de las importaciones. Y aunque se logra apreciar una caída parcial de las participaciones dándole campo a los bienes de consumo, esto no implica una reducción de la importancia de los importados en el aparato de producción colombiano porque su volumen ha incrementado sustancialmente; y más para el sector industrial, que es el principal demándate de estos bienes.

De igual forma, a manera de hipótesis –que sale como resultado de este trabajo y que deberá ser ahondado en otros documentos– se tiene que la relación de las importaciones en el mercado interindustrial podrían explicar por qué se ve la pérdida de efectos multiplicadores de la economía y podría ser una pieza clave para entender por qué ha resultado tan difícil el ajuste de la cuenta corriente, dado que todo incremento de la demanda se podría estar traduciendo en un incremento de importaciones vía demanda de insumos o bienes de capital requeridos para satisfacer esta demanda dificulta el equilibrio de esta.

Por último, los resultados no muestran un proceso de desindustrialización de la economía de forma contundente; lo que revelan es un proceso de transformación de las relaciones intersectoriales y un crecimiento de la importancia del sector servicios frente los demás sectores de la economía.

Este resultado va en la misma línea que los trabajos de Ramírez (1997), Carranza y Moreno (2013) y Carranza, Arias y Bejarano (2018), que identifican dinámicas similares en los periodos de tiempo que cada uno está analizando, utilizando una metodología diferente, dando mayor certeza a que efectivamente el periodo 1990-2000 es de transición y acople, y de que entre el 2005-2010 fue un periodo de fortalecimiento de la industria, con un muy fuerte sector servicios heredado de la transición del fin de siglo.

Por ello es relevante denotar que si el proceso de pérdida de importancia relativa del sector industrial frente el sector servicios y la perdida de sectores impulsores por falta de encadenamientos intersectoriales se prolongan en el mediano plazo, sería prueba contundente de un proceso de desindustrialización, lo que implicaría una pérdida absoluta de participación del sector industrial en el mercado interindustrial, repitiendo un fenómeno similar a lo que le ocurrió al sector agrícola en la última ventana del siglo pasado, donde cedió su preponderancia y su capacidad dinamizadora frente otros sectores económicos; pero este no es el caso de la industria hasta la fecha estudiada.

Proceso de industrialización en Colombia

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