Читать книгу Los zapatos de Bianciotti - Carlos Calderón Fajardo - Страница 10

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El buitre


El buitre resplandecía iluminado por el fuerte sol del mediodía que parecía de oro. Su muerte causó estupor. Nadie quiso tocarlo ni enterrarlo. Quedó en el lugar donde había muerto. El buitre se fue secando. Al final quedaron solo los huesos y los huesos se hicieron polvo. El polvo en el que se convirtió el buitre creció hasta convertirse en una enorme nube, una polvareda. El pueblo se llenó de polvo. El pueblo llamado El Buitre quedó tapado por el polvo.

Los zapatos de Bianciotti

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