Читать книгу Los zapatos de Bianciotti - Carlos Calderón Fajardo - Страница 8

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Testificar


«Testificar» viene de testículos. Para los antiguos romanos testificar significaba apretarse los testículos en el momento de decir la verdad: ¡Juro por mis testículos que digo la verdad! Los tiempos han cambiado, pero en algunos casos se necesita huevos para testificar. Maruja dijo: «¿Y con las mujeres qué pasaba en la Antigua Roma?». A lo que yo respondí: No sé, flaca, quizá se apretaban los senos diciendo: ¡Juro por mis tetas que digo la verdad! Después de decir eso levanté la cabeza y clavé los ojos en los senos de Maruja. Mis testículos dan testimonio de la verdad de esos senos maravillosos.

Los zapatos de Bianciotti

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