Читать книгу Lejos de todas partes - Carlos López Degregori - Страница 10
ОглавлениеUna casa en la sombra
(1986)
Este reino inferior
LA NODRIZA
I
Este es mi cuento
Este es el único que podría ser mi cuento
Y comienza vacío entre los árboles
aguardando cada tarde a quien se deja atravesar
ciego
para contarse en el follaje
Hubo una vez un bosque ennegrecido
Sin hombres tierra
mito
animales
Yo era el guardabosques
aguador
y a cada árbol debía conducir
a tientas
hasta el más negro entendimiento
Cocer la luz
Construir una cabra de madera
¿Y qué luz da un bosque
sino una nodriza?
Este es mi cuento de vinagre
mi preñez
la cabra y aguador que se aniquilan
II
Me decía a mí mismo
¿Cómo puede alguien
acostarse con los árboles?
No pondré un huevo
No frotaré dos trozos de madera
Y si un árbol es bueno
así tendrá que ser
si uno es malo elegiré
entre el guardabosques o la cabra
Cocer la luz
hacer tu nacimiento más sencillo
guardar bosques por milenios
Y una tarde vacía
incendié tu leche de madera
UNA CABAÑA INACCESIBLE
I
Nunca guardé bosques
pero crecí errante
sosteniéndome en los árboles
Pasión del que sobrevive en el error
y crea espléndido su ruina
Viudo
hijo afligido
madre de la barba inmóvil de mi padre
me encerré en una cabaña inaccesible
para recuperar estas imágenes
este reino inferior
Y no aguardes consuelo
Nada existe vivido de contar
Desentiérrate
Yérguete soberbio en esta hoja
tal vez para caer
Y recuerda que no existe cerradura
la puerta da al bosque
y la puerta
siempre regresa a la cabaña
II
Vino el invierno
Una ciénaga creció
hasta cubrirme anónimo de signos
Y ahora escribo con vinagre en la pared
trazos vertiginosos
contendientes
la canción de mi nodriza
Años para endurecer una visión
para confabular con estos seres inferiores
y que una cabra al fin me hablase desde el muro
No te asombres
no mientas
no confíes
una cabra imperfecta te fuerza a responder
reniega de la luz
llena de cieno
tus entrañas
ESTE REINO INFERIOR
I
Y le pregunté al guardabosques
idéntico
a mí mismo
¿Cómo puede alguien acostarse con los árboles?
Todo bosque es brutal
Basta el recuerdo intolerable que nos deja
llenamos con ciénagas su ausencia
y a la ciénaga con cabras
Vaciamos los árboles de cuerpos
tornamos a contar
Y así nos vamos llenando o vaciando
Este es mi cuento
Este es el único que podría ser mi cuento
Aguardando cada tarde a quien se deja atravesar
ciego
para destruirse en el follaje
II
No eres árbol
cieno
Dejas pasar el tiempo
y obtienes lo negro
aguador
Y aún crear tinieblas es inútil
Y aún quemar madera
Y no eres la historia que he contado
ni el guardabosques cruel
amamantado por cabras
Y no eres cieno
ni prodigios
El talento y el poeta
EL OFICIO EL DESEO EL MALEFICIO
Tener derecho a escribir
uno de sí
o para sí.
Creo que no lo tengo.
Derecho a esconder
y quede aquí escondido lo importante
a fabular.
Un escarabajo me enseñó a escribir sencillo este poema
dejar atrás la oscuridad
vencer
porque no se devuelve la palabra.
Un escarabajo rebela revela rebela
nada busca decir
reúne la pasión con el estiércol.
Hoy domingo
en que al fin me encuentras remendando
aprendo lo esencial
profano
la palabra justa es barro fresco.
VENGANZA DE LA POESÍA
Véngate del honor
del hombre que construye inservibles monumentos
revienta lagartijas
y tortura insomne a un caballo.
Véngate de cada uno de tus días
en especial de los que fuiste infeliz.
Del amor que te fijaba
como un árbol ciego a la tierra.
Has terminado.
Envejeciste
y ahora cojeas para siempre,
ahora repites y repites
no creas en tu país.
Véngate del surrealismo.
Te han llamado del mar
y has acudido
porque la poesía se define en el agua.
Ahógate. Anuncia. Vigila.
VISITAS AL HOTEL PASCAL
Algún día seré otra vez el carnicero
resucitarán mis cuentos y poemas
y como un personaje ejemplar
que tuvo convicciones a pesar de su autor
deberé reconciliarme con ustedes
Entonces volveré al hotel Pascal
donde dos borrachines juran y se niegan
y aún intentan su viaje las bolas de billar
se quiebran los cristales
y un mozo huye despavorido
o se desmorona para siempre
Decir menos la verdad
concentrar lo que fue el único misterio
porque hoy vuelve la palabra a la esterilidad de este hotel
al tigre agazapado en la sombra
al retrete que por un día me hizo indestructible
Quien regresa al hotel Pascal invade
contradice
se puebla de seres y de voces
y es de nuevo uno con los gallos
que cantan
que a pesar de todo cantarán.
CEMENTERIO DE PERROS
Una tarde encontré siete perros muertos en la carretera.
Canté aspirando el aire, las moscas, la violencia
y supe que sería definitivo mi verano.
Cómo llegaron aquí.
No sé.
La sabiduría es siempre de los huesos.
Pero pronto cumpliré los 33,
me casaré y tal vez tenga siete hijos.
Y cuando llegue la tarde en que confluyan veranos, carreteras
y una mosca perfecta me recuerde
este cementerio de sol
cantaré de nuevo el triunfo de los perros.
EL TALENTO Y EL POETA
un poema parco incidental
me cueste como tres
y atónito inútil imperfecto
nunca termine de costarme
y acudan rostros lenguas animales
acudan
en una sola sombra
un solo viento verdadero
reine el desorden
sueñe antes de soñar
coma antes de comer
viva un terrible simulacro
hable
y nunca derrote a la palabra
desventurado
hoy 14 de septiembre
nazca por tres veces
tenga tres padres nombres acertijos
crezca torcido
llegue a este punto estéril
y lo llame
talento inferior
reguero anónimo de pasos
tres años vi a la cierva
nadie la conoció así
pero arrastraba ese nombre memorable
dama parca mezquina
me arrancaba un cabello
lo enhebraba
y cosía hasta sangrar
horas y horas
mientras sus quejidos ahogaban
el ruido de la aguja
cierva
hazme unos guantes
una venda
el vestido sacrificado del amor
entender es difícil
tornarse vulnerable transgredir
cose ya mi ano
mis párpados mi boca
encierre todo murmullo para siempre
aísle cualquier rescoldo de verdad
y exiliado
fue mi primera muerte
y nacimiento
reine el desorden
tres venzan los años
y me canse de contar
pierda mi sombra
un alacrán me recuerde a los dragones
monje fui
exterminador
mercader en estas calles desoladas
y errante ofrecía
a cada quien lo necesario
te vendo aquello que imaginas
esta gubia esta soga
y las vendí a c l d
un 14 de septiembre
tres meses antes de nacer
págame sino te pesará
no hallarás sosiego
conjuro capaz de derrotarme
nunca quiso entender
una tarde lo colgué
y debí deshacerlo con la gubia
entonces nací para el poema
nada que temer
que esperar
una vida confabulando con despojos
mezcles destinos
hállese un centro de aflicción
te maravilles ante una bóveda inútil
tres los abismos
el talento
las razones ocultas del poema
tres mis santos tutelares
san jorge
san gil con una cierva
san blas
antes de que se pudra mi garganta
Campo de estacas
Soñé que guardabas cuerpos en un patio.
Planto rosa aquí, dijiste
mientras me amenazabas con tu pala
Tuve que ofrecerte una moneda
Desenterrador, grité
búscame una joya
Una joya vacía, repetí
una joya marchita
una joya que gira
* * * * *
Soñé que mi abuela me enseñaba a leer
Era de noche
y acuchillaban a mi hermano
Crecía
Mi abuela aún me enseñaba
* * * * *
Soñé que era una anciana
un violinista ciego
un muchacho
Bailábamos en una feria
con los pies atados
* * * * *
Regreso de Troya
de los montes
del vientre de María Magdalena
Soñé que atravesaba ranas con un palo
mi país
enterraba una pelota de oro
bebía ron de una escudilla
* * * * *
Campo de estacas
aquí me ordenaron vivir
Ya es hora de extender este desierto
de pisotear héroes
Y no soy oscuro
insensato
Te ofrezco una mitología cotidiana
* * * * *
Soñé que me ofrecías una venda
Yo temblaba de amor
Plagiaba poemas destinados a quien aún debe vivir
* * * * *
Antes mucho antes de la diestra
negro cld
soñé que te volvías mentiroso
* * * * *
Y quién me mandó a rodear
este campo de estacas
Me muerdes
Me extiendes Me silbas Me atraviesas
Me toses
Me escupes Me ciegas
Me anuncias
En tu sien descargo mi pistola
Los lugares prohibidos
EL ASOMBRADO
I
Vengo de correr mulos,
de clavarme entero al mediodía.
Vengo cansado de correr
o no vengo
porque aquí nunca amanece.
La abuela dice que es mejor dormir:
encadenar la furia
con el vértigo:
No te hago caso
abuela
tienes muchos años de estar muerta
pero tu sombra aún remuerde con las moscas,
con el aguardiente,
con el pan.
II
La abuela hervía coles en la noche
y soñaba que eran cabezas de gentiles.
Prueba esta sopa
me decía
conócela
pero jamás toques la col.
Y fui tu padre abuela
y me pasé años probándola
probándome
porque también era tu nieto.
La abuela hacía dulces
y tardaba tres noches en lograrlos,
arrastraba su trenza
y el mundo se iniciaba:
por los mil nietos
las coles
y los mulos
por la llaga incurable de la luna
castrar al sol.
III
Por eso me llaman asombrado.
Tengo dieciséis años
y mis manos y ojos
extienden sombra sin saberlo.
El asombrado por el mulo
por la abuela
canturreando me degüella:
la venganza de este sol.
LOS LUGARES PROHIBIDOS
El horno
porque allí guardan los zapatos de mi padre.
La cama
porque hay duendes debajo
y han cavado una mina
sólo para extraer respiración.
Con el sol hallaba sus restos sus guijarros
y aprendí que el placer
y la arena son metáforas.
Un guisado de coles que mi hermana envenenó.
El caballo devastado
sus relinchos y galope
bajando con furia por la acequia.
Todo un año no escuché
leía El tesoro de la juventud
me masturbaba
como se riega la curiosidad
o lo invisible.
Siniestra
una caja de cristal
que todavía conservo.
Una impecable educación.
El cabello de mi prima Lucía
tres noches durmiendo una manzana
para hechizar a quién.
Las ciento ochenta perlas del collar de mi madre.
Las tijeras de Ramiro el peluquero.
El pozo.
El siervo.
El sapo.
Demasiado tiempo para escribir pocos poemas
para ser esencial
La poesía abusa del más fuerte.
LOS IRRACIONALES
I
Recorro viejos rostros
reinos
una vida adelante desbordando otro modo de conciencia
En diciembre
hoy resucitado
mes que para mí es una ciénaga
irreal o triste o certero
no sabiendo decir
pero diciendo
te convoco aquí
Y me gustaría una historia personal
un resplandor
que disipe los actos las palabras
Toda biografía es impura
humilla esa intocable adolescencia
y no finjo
no estoy contrito
Ceno temblando
apago el huerto iluminado
Cumplo años
me esfuerzo en cumplir
II
Le faltará fuerza a mi poema
El don del genio A ti lector te faltará
Delinquiremos y siempre quedará pendiente la pregunta:
en qué lugar encerré mi adolescencia
El amor fue blanco
picado de viruela
El amor fue un diente que perdí
y desde entonces
cuando estoy en el corral
o el huerto
contando mis innúmeras hermanas
le ofrezco la mejor
Y no lo hallé entre los mulos
aunque toda la noche vigilé
ni en el huerto
ni en el tizne nupcial de la cocina
y tampoco en la colmena
Ceno temblando
Entierro un diente en el huerto
una hermana
III
Desterrado seas
del huerto del corral
Te multipliques en anónimos testigos
Se te pudra el diente de morder
de succionar
Te remontes al horno
te rechacen
para ti no existe permanencia
nunca te esmeraste en sostenerla
para ti el puro incendio
Pero quise una historia personal
debía cumplir los 32
y me debía el triunfo de un poema
Alumbro muerta la obstinación
la intemperie
y todo destino se disipa
Derrumba esta casa
Lo que no vale la pena es hablar
ESTE REINO INFERIOR
Era sombra lo que había en tu mano cuando me señalaste la cruz pintada en la puerta. Apreté los dientes y pensé que ya no tenía trece años. Ingresaba abruptamente en el reino de los hombres.
Me horroriza escribirte. No cuentan las justificaciones ni el tiempo. Tampoco los años de Emma para mí, un mundo que trabajosamente construimos ajeno a la crueldad y la virtud, un espacio donde todo era cercanía. Emma era hermosa. Poseía un olor que sólo puede hallarse en el centro de los bosques. Pero Emma también era mi madre y hasta he llegado a pensar que nunca tuve padre ni origen.
Fue cuando nos mudamos a tu quinta: una casa azul de tres habitaciones con baldosas amarillas desgastadas. No pasabas de ser un inquilino más pero los vecinos te temían. Te paseabas como un gallo entre las brasas controlándolo todo. Tenías un gato y una armónica que soplabas con tristeza algunas noches.
Nos observaste inmóvil cuando entramos. Sentí tus ojos grises clavados en los de Emma y por un instante me pareció que la volvías transparente y robabas su sangre y su linfa. Hay mucho en esta historia que tendrás que adivinar. El tiempo me confunde. Creo que me estoy volviendo imperfecto. Poco después apareció una cruz pintada en la puerta y alguien arrojó un gato muerto en la casa. Era sombra lo que crecía en mi mano, demasiada tal vez.
Emma cambió. Me condenó a una impecable inexistencia, deambulando siempre del cuarto a la cocina, fingiendo inútiles palabras. Yo temblaba pensando que una esencia vital se me escapaba, un equilibrio en el espacio y el tiempo irrecobrable para siempre. Así nací para el poema. Así nació, también, mi pasión por las navajas. He reunido treinta de diversas formas y colores, algunas con grabados e inscripciones, pero todas de una frialdad infinita.
Tiendo a poetizar, a creer en lo que no existe. Nunca necesité verlos juntos, tampoco leer las notas que se enviaban. Y me pasé años escuchando sus gemidos, las uñas clavándose con furia. El amor es blanco, escribía, picado de viruela, el amor es un diente que perdí. Y desde entonces cada perro en la calle, el zumbar de una mosca, cada acto mínimo, cotidiano, me devuelve a ustedes.
Todo debe sucedernos. Un día desapareciste. Emma ni siquiera te buscó. Me acostumbré a su mutismo, a su sueño intranquilo. Comenzó a roncar y fue arrastrada por una pasión de limpieza. Despertaba canturreando, limpiaba mil veces la tina, el bidet, lavaba los platos hasta que aparecían grietas sangrantes en sus manos. Años después murió. La artritis y una dulce arterioesclerosis le concedieron el perdón.
Todo, absolutamente todo, debe sucedernos. La poesía me hizo sucio con los años. Mucho olvidé, pero siempre me acompañó la sombra en la mano. Por eso, cuando te vi por casualidad la otra tarde, te seguí hasta tu casa. No has cambiado. Tú no tienes edad. Estás más pobre, abandonado a los reinos inferiores.
Desnúdate
Ha llegado tu hora
Haz que de alguna manera me conmueva
Acabo de grabar una cruz en la puerta y te estoy esperando con la mejor de mis navajas.
LA PIEDRA EN LA CABEZA
Lo primero es la pasión. Repetir el amor hasta destrozarnos en el cuarto y después dejar que la oscuridad nos adormezca. Tú apagarás la lámpara y por un momento pensarás en la araña que no quisiste matar y por un momento en los ojos vacíos de los peces y la ceguera que ensucia nuestros actos.
Cuando llegué pensaba en unas vacaciones: ron, el mar y un libro de poemas, en ese orden estricto. Me agradó el hotel a pesar del baño pestilente, sus alfombras raídas, los cuartos abiertos a un gran patio que mezclaba el mar con el tumulto de la brisa.
Dicen que el mar transforma a las personas: las hace sabias o las oscurece para siempre. Puede ser.
No conseguía dormir. El insomnio se parece a los zapatos, debes caminar y caminar como si alguien fuera a alcanzarte. Salí. Me llamaban el calor y el triunfo de las aguas. Entonces creo que te vi.
No hizo falta hablar. Partimos hasta que nuestros pasos se estrellaron con la dársena. El mar estaba limpio, casi blanco. Toqué tu rostro y mis manos comenzaron a sangrar.
Lo primero es la pasión, repetí. Porque llega un día en que el mar exige un sacrificio. Tienes que afrontarlo. Tenderte en un hotel y esperar que la marea llegue hasta la cama. Cerrar definitivamente la mano en el cuello amoroso. Extraer la piedra que brilla en la cabeza.
MATRIMONIO EN EL POLVO
Me acababa de casar y dormitaba con mi gordísima mujer batallando contra el calor y los insectos, cuando una fuerza incontenible me empujó a la ventana.
Una novia con un vestido blanco y raído, usado probablemente por su madre, usado probablemente por su abuela, resplandecía como una afrenta entre el polvo y piedras de la plaza. La acompañaba una turba silenciosa.
No había novio.
No había flores ni música.
No había iglesia.
Un hombre, el padre seguramente, acercó un remedo de cuerpo. Eran apenas unos palos vestidos con jirones de ropa.
La ceremonia fue breve. Se marcharon los invitados y quedó la novia sentada en el polvo de la plaza. Entonces tuve la certeza de que nadie la movería. Podría diluviar, congregarse todos los perros del mundo, disiparse las galaxias.
Me di vuelta y contemplé a mi mujer. Resoplaba de calor, era la hora más terrible de la siesta. En la plaza revoloteaba un gallinazo.
CONTRA LA AUTOBIOGRAFÍA / HOMENAJE A FERNANDO PESSOA
Mis pasos
resonando
por el camino de la fuente
cada vez más cerca
del mediodía
y de las cosas
pero más lejos de mí.
Y caminan regando cuerpos como frutos.
Insensato.
Decidí plantar un bosque hasta morirme
para amar.
Y no es justa esta fuente
ni real
pero discurre
como un acertijo
en el poema.
Ningún hombre
enterrador
ni sabiduría sutil
ni ceremonia
o pasos contados al revés
siguiendo un orden secreto
ningún mapa
cómico errante
o hechicero
podrán descifrar su exacta permanencia.
Esta fuente nos enseña la cautela
deja todo al azar
debe uno no creer
y convertirse en el único remero.
Y es el testimonio
de estos años
la fuente
de la eterna vejez
o juventud
la historia que un romero me contó
y quise esconder en esta casa.
Pero el poeta no debe ser confesional.
De las cisternas
imperios en guerra
con el barro
del hombre que fatiga cañerías
y se sienta una tarde
a beber
de todo lo cotidiano que omití
de las palabras
más reales
que los túneles
mis pasos resonando
por el camino de la fuente
cada vez más lejos
del mediodía
y de las cosas
pero más cerca de mí.
Errores
anteojos que solo leen polvo
tinas repletas de formol
retretes
asnos
y la hora marcando el camino
al mediodía.
Vivo hace años aquí
guardo el agua
y los cuerpos
desenterrador
cirujano
fontanero
me jugué el todo
por el todo:
el camino que conducía a la fuente.
Desvarío
Grabo mensajes
inconclusos
en los árboles
¿en qué falló tu poesía?
un exceso de confianza
y crueldad
omisiones
omisiones
omisiones
el poeta no es confesional
Y no era agua
sino respiración
y era agua
lo que enterraba
y enterraba.
Una casa en la sombra
UNA CASA EN LA SOMBRA
Riesgo de regresar a un jardín
donde no acuden ya los parientes
ni los perros
Hace años que solo el viento recomienza
diseminando insectos
árboles
palabras
como todos mis días enterrados
como el suicidio que recomienda una torre
o la resurrección
Riesgo de extraviarme en el jardín
pasada la medianoche
Quedarme
Convertir esta fiesta en unos dedos
Y no es mañana ni hoy
pero me gustaría
carlos
que de una última manera me leyeras
Eres el bendito
el tragafuego
el jardinero que desalmado me inventa
Aquí nació el amor
muerto de tanto estrujarlo
Aquí desollabas animales
A la respiración le oponías la crueldad
Cubriste con vendas tu rostro
Colgabas a tu familia de los árboles
Riesgo de hospicios
senderos
madrigueras
tener treinta años menos
o más
Quise caer
Maté a una reina por el amor de un caballo
acabé con el agua
la razón
Traicioné mi cuerpo
y lo escondí en una tinaja
las lagartijas corrían por el piso
robaban la pasión
Y desde entonces regreso al jardín
una mujer descansa siempre en la glorieta
pero cuando me acerco es una niña
imposiblemente blanca
torpe
me dice
mira mis labios transparentes
con ellos tumbo árboles
Fluye el jardín
fijeza del amor
devasto
quedo solo con el barro
Miedo a los almuerzos del domingo
antes del asilo
la silla
el monje
el traje
La carne es la memoria que nunca comeré
El sol esta casa de rehenes
Riesgo de encerrarme cuarenta días
mi madre pasa leche por debajo de la puerta
mi padre escribe en las paredes
Pero debo continuar porque está convenido desde siempre
hasta que sea olvidado
y mis huesos se reúnan
sabios inútiles vanos
Lima, 1984-1985