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Una casa en la sombra

(1986)


Este reino inferior

LA NODRIZA

I

Este es mi cuento

Este es el único que podría ser mi cuento

Y comienza vacío entre los árboles

aguardando cada tarde a quien se deja atravesar

ciego

para contarse en el follaje

Hubo una vez un bosque ennegrecido

Sin hombres tierra

mito

animales

Yo era el guardabosques

aguador

y a cada árbol debía conducir

a tientas

hasta el más negro entendimiento

Cocer la luz

Construir una cabra de madera

¿Y qué luz da un bosque

sino una nodriza?

Este es mi cuento de vinagre

mi preñez

la cabra y aguador que se aniquilan

II

Me decía a mí mismo

¿Cómo puede alguien

acostarse con los árboles?

No pondré un huevo

No frotaré dos trozos de madera

Y si un árbol es bueno

así tendrá que ser

si uno es malo elegiré

entre el guardabosques o la cabra

Cocer la luz

hacer tu nacimiento más sencillo

guardar bosques por milenios

Y una tarde vacía

incendié tu leche de madera

UNA CABAÑA INACCESIBLE

I

Nunca guardé bosques

pero crecí errante

sosteniéndome en los árboles

Pasión del que sobrevive en el error

y crea espléndido su ruina

Viudo

hijo afligido

madre de la barba inmóvil de mi padre

me encerré en una cabaña inaccesible

para recuperar estas imágenes

este reino inferior

Y no aguardes consuelo

Nada existe vivido de contar

Desentiérrate

Yérguete soberbio en esta hoja

tal vez para caer

Y recuerda que no existe cerradura

la puerta da al bosque

y la puerta

siempre regresa a la cabaña

II

Vino el invierno

Una ciénaga creció

hasta cubrirme anónimo de signos

Y ahora escribo con vinagre en la pared

trazos vertiginosos

contendientes

la canción de mi nodriza

Años para endurecer una visión

para confabular con estos seres inferiores

y que una cabra al fin me hablase desde el muro

No te asombres

no mientas

no confíes

una cabra imperfecta te fuerza a responder

reniega de la luz

llena de cieno

tus entrañas

ESTE REINO INFERIOR

I

Y le pregunté al guardabosques

idéntico

a mí mismo

¿Cómo puede alguien acostarse con los árboles?

Todo bosque es brutal

Basta el recuerdo intolerable que nos deja

llenamos con ciénagas su ausencia

y a la ciénaga con cabras

Vaciamos los árboles de cuerpos

tornamos a contar

Y así nos vamos llenando o vaciando

Este es mi cuento

Este es el único que podría ser mi cuento

Aguardando cada tarde a quien se deja atravesar

ciego

para destruirse en el follaje

II

No eres árbol

cieno

Dejas pasar el tiempo

y obtienes lo negro

aguador

Y aún crear tinieblas es inútil

Y aún quemar madera

Y no eres la historia que he contado

ni el guardabosques cruel

amamantado por cabras

Y no eres cieno

ni prodigios

El talento y el poeta

EL OFICIO EL DESEO EL MALEFICIO

Tener derecho a escribir

uno de sí

o para sí.

Creo que no lo tengo.

Derecho a esconder

y quede aquí escondido lo importante

a fabular.

Un escarabajo me enseñó a escribir sencillo este poema

dejar atrás la oscuridad

vencer

porque no se devuelve la palabra.

Un escarabajo rebela revela rebela

nada busca decir

reúne la pasión con el estiércol.

Hoy domingo

en que al fin me encuentras remendando

aprendo lo esencial

profano

la palabra justa es barro fresco.

VENGANZA DE LA POESÍA

Véngate del honor

del hombre que construye inservibles monumentos

revienta lagartijas

y tortura insomne a un caballo.

Véngate de cada uno de tus días

en especial de los que fuiste infeliz.

Del amor que te fijaba

como un árbol ciego a la tierra.

Has terminado.

Envejeciste

y ahora cojeas para siempre,

ahora repites y repites

no creas en tu país.

Véngate del surrealismo.

Te han llamado del mar

y has acudido

porque la poesía se define en el agua.

Ahógate. Anuncia. Vigila.

VISITAS AL HOTEL PASCAL

Algún día seré otra vez el carnicero

resucitarán mis cuentos y poemas

y como un personaje ejemplar

que tuvo convicciones a pesar de su autor

deberé reconciliarme con ustedes

Entonces volveré al hotel Pascal

donde dos borrachines juran y se niegan

y aún intentan su viaje las bolas de billar

se quiebran los cristales

y un mozo huye despavorido

o se desmorona para siempre

Decir menos la verdad

concentrar lo que fue el único misterio

porque hoy vuelve la palabra a la esterilidad de este hotel

al tigre agazapado en la sombra

al retrete que por un día me hizo indestructible

Quien regresa al hotel Pascal invade

contradice

se puebla de seres y de voces

y es de nuevo uno con los gallos

que cantan

que a pesar de todo cantarán.

CEMENTERIO DE PERROS

Una tarde encontré siete perros muertos en la carretera.

Canté aspirando el aire, las moscas, la violencia

y supe que sería definitivo mi verano.

Cómo llegaron aquí.

No sé.

La sabiduría es siempre de los huesos.

Pero pronto cumpliré los 33,

me casaré y tal vez tenga siete hijos.

Y cuando llegue la tarde en que confluyan veranos, carreteras

y una mosca perfecta me recuerde

este cementerio de sol

cantaré de nuevo el triunfo de los perros.

EL TALENTO Y EL POETA

un poema parco incidental

me cueste como tres

y atónito inútil imperfecto

nunca termine de costarme

y acudan rostros lenguas animales

acudan

en una sola sombra

un solo viento verdadero

reine el desorden

sueñe antes de soñar

coma antes de comer

viva un terrible simulacro

hable

y nunca derrote a la palabra

desventurado

hoy 14 de septiembre

nazca por tres veces

tenga tres padres nombres acertijos

crezca torcido

llegue a este punto estéril

y lo llame

talento inferior

reguero anónimo de pasos

tres años vi a la cierva

nadie la conoció así

pero arrastraba ese nombre memorable

dama parca mezquina

me arrancaba un cabello

lo enhebraba

y cosía hasta sangrar

horas y horas

mientras sus quejidos ahogaban

el ruido de la aguja

cierva

hazme unos guantes

una venda

el vestido sacrificado del amor

entender es difícil

tornarse vulnerable transgredir

cose ya mi ano

mis párpados mi boca

encierre todo murmullo para siempre

aísle cualquier rescoldo de verdad

y exiliado

fue mi primera muerte

y nacimiento

reine el desorden

tres venzan los años

y me canse de contar

pierda mi sombra

un alacrán me recuerde a los dragones

monje fui

exterminador

mercader en estas calles desoladas

y errante ofrecía

a cada quien lo necesario

te vendo aquello que imaginas

esta gubia esta soga

y las vendí a c l d

un 14 de septiembre

tres meses antes de nacer

págame sino te pesará

no hallarás sosiego

conjuro capaz de derrotarme

nunca quiso entender

una tarde lo colgué

y debí deshacerlo con la gubia

entonces nací para el poema

nada que temer

que esperar

una vida confabulando con despojos

mezcles destinos

hállese un centro de aflicción

te maravilles ante una bóveda inútil

tres los abismos

el talento

las razones ocultas del poema

tres mis santos tutelares

san jorge

san gil con una cierva

san blas

antes de que se pudra mi garganta

Campo de estacas

Soñé que guardabas cuerpos en un patio.

Planto rosa aquí, dijiste

mientras me amenazabas con tu pala

Tuve que ofrecerte una moneda

Desenterrador, grité

búscame una joya

Una joya vacía, repetí

una joya marchita

una joya que gira

* * * * *

Soñé que mi abuela me enseñaba a leer

Era de noche

y acuchillaban a mi hermano

Crecía

Mi abuela aún me enseñaba

* * * * *

Soñé que era una anciana

un violinista ciego

un muchacho

Bailábamos en una feria

con los pies atados

* * * * *

Regreso de Troya

de los montes

del vientre de María Magdalena

Soñé que atravesaba ranas con un palo

mi país

enterraba una pelota de oro

bebía ron de una escudilla

* * * * *

Campo de estacas

aquí me ordenaron vivir

Ya es hora de extender este desierto

de pisotear héroes

Y no soy oscuro

insensato

Te ofrezco una mitología cotidiana

* * * * *

Soñé que me ofrecías una venda

Yo temblaba de amor

Plagiaba poemas destinados a quien aún debe vivir

* * * * *

Antes mucho antes de la diestra

negro cld

soñé que te volvías mentiroso

* * * * *

Y quién me mandó a rodear

este campo de estacas

Me muerdes

Me extiendes Me silbas Me atraviesas

Me toses

Me escupes Me ciegas

Me anuncias

En tu sien descargo mi pistola

Los lugares prohibidos

EL ASOMBRADO

I

Vengo de correr mulos,

de clavarme entero al mediodía.

Vengo cansado de correr

o no vengo

porque aquí nunca amanece.

La abuela dice que es mejor dormir:

encadenar la furia

con el vértigo:

No te hago caso

abuela

tienes muchos años de estar muerta

pero tu sombra aún remuerde con las moscas,

con el aguardiente,

con el pan.

II

La abuela hervía coles en la noche

y soñaba que eran cabezas de gentiles.

Prueba esta sopa

me decía

conócela

pero jamás toques la col.

Y fui tu padre abuela

y me pasé años probándola

probándome

porque también era tu nieto.

La abuela hacía dulces

y tardaba tres noches en lograrlos,

arrastraba su trenza

y el mundo se iniciaba:

por los mil nietos

las coles

y los mulos

por la llaga incurable de la luna

castrar al sol.

III

Por eso me llaman asombrado.

Tengo dieciséis años

y mis manos y ojos

extienden sombra sin saberlo.

El asombrado por el mulo

por la abuela

canturreando me degüella:

la venganza de este sol.

LOS LUGARES PROHIBIDOS

El horno

porque allí guardan los zapatos de mi padre.

La cama

porque hay duendes debajo

y han cavado una mina

sólo para extraer respiración.

Con el sol hallaba sus restos sus guijarros

y aprendí que el placer

y la arena son metáforas.

Un guisado de coles que mi hermana envenenó.

El caballo devastado

sus relinchos y galope

bajando con furia por la acequia.

Todo un año no escuché

leía El tesoro de la juventud

me masturbaba

como se riega la curiosidad

o lo invisible.

Siniestra

una caja de cristal

que todavía conservo.

Una impecable educación.

El cabello de mi prima Lucía

tres noches durmiendo una manzana

para hechizar a quién.

Las ciento ochenta perlas del collar de mi madre.

Las tijeras de Ramiro el peluquero.

El pozo.

El siervo.

El sapo.

Demasiado tiempo para escribir pocos poemas

para ser esencial

La poesía abusa del más fuerte.

LOS IRRACIONALES

I

Recorro viejos rostros

reinos

una vida adelante desbordando otro modo de conciencia

En diciembre

hoy resucitado

mes que para mí es una ciénaga

irreal o triste o certero

no sabiendo decir

pero diciendo

te convoco aquí

Y me gustaría una historia personal

un resplandor

que disipe los actos las palabras

Toda biografía es impura

humilla esa intocable adolescencia

y no finjo

no estoy contrito

Ceno temblando

apago el huerto iluminado

Cumplo años

me esfuerzo en cumplir

II

Le faltará fuerza a mi poema

El don del genio A ti lector te faltará

Delinquiremos y siempre quedará pendiente la pregunta:

en qué lugar encerré mi adolescencia

El amor fue blanco

picado de viruela

El amor fue un diente que perdí

y desde entonces

cuando estoy en el corral

o el huerto

contando mis innúmeras hermanas

le ofrezco la mejor

Y no lo hallé entre los mulos

aunque toda la noche vigilé

ni en el huerto

ni en el tizne nupcial de la cocina

y tampoco en la colmena

Ceno temblando

Entierro un diente en el huerto

una hermana

III

Desterrado seas

del huerto del corral

Te multipliques en anónimos testigos

Se te pudra el diente de morder

de succionar

Te remontes al horno

te rechacen

para ti no existe permanencia

nunca te esmeraste en sostenerla

para ti el puro incendio

Pero quise una historia personal

debía cumplir los 32

y me debía el triunfo de un poema

Alumbro muerta la obstinación

la intemperie

y todo destino se disipa

Derrumba esta casa

Lo que no vale la pena es hablar

ESTE REINO INFERIOR

Era sombra lo que había en tu mano cuando me señalaste la cruz pintada en la puerta. Apreté los dientes y pensé que ya no tenía trece años. Ingresaba abruptamente en el reino de los hombres.

Me horroriza escribirte. No cuentan las justificaciones ni el tiempo. Tampoco los años de Emma para mí, un mundo que trabajosamente construimos ajeno a la crueldad y la virtud, un espacio donde todo era cercanía. Emma era hermosa. Poseía un olor que sólo puede hallarse en el centro de los bosques. Pero Emma también era mi madre y hasta he llegado a pensar que nunca tuve padre ni origen.

Fue cuando nos mudamos a tu quinta: una casa azul de tres habitaciones con baldosas amarillas desgastadas. No pasabas de ser un inquilino más pero los vecinos te temían. Te paseabas como un gallo entre las brasas controlándolo todo. Tenías un gato y una armónica que soplabas con tristeza algunas noches.

Nos observaste inmóvil cuando entramos. Sentí tus ojos grises clavados en los de Emma y por un instante me pareció que la volvías transparente y robabas su sangre y su linfa. Hay mucho en esta historia que tendrás que adivinar. El tiempo me confunde. Creo que me estoy volviendo imperfecto. Poco después apareció una cruz pintada en la puerta y alguien arrojó un gato muerto en la casa. Era sombra lo que crecía en mi mano, demasiada tal vez.

Emma cambió. Me condenó a una impecable inexistencia, deambulando siempre del cuarto a la cocina, fingiendo inútiles palabras. Yo temblaba pensando que una esencia vital se me escapaba, un equilibrio en el espacio y el tiempo irrecobrable para siempre. Así nací para el poema. Así nació, también, mi pasión por las navajas. He reunido treinta de diversas formas y colores, algunas con grabados e inscripciones, pero todas de una frialdad infinita.

Tiendo a poetizar, a creer en lo que no existe. Nunca necesité verlos juntos, tampoco leer las notas que se enviaban. Y me pasé años escuchando sus gemidos, las uñas clavándose con furia. El amor es blanco, escribía, picado de viruela, el amor es un diente que perdí. Y desde entonces cada perro en la calle, el zumbar de una mosca, cada acto mínimo, cotidiano, me devuelve a ustedes.

Todo debe sucedernos. Un día desapareciste. Emma ni siquiera te buscó. Me acostumbré a su mutismo, a su sueño intranquilo. Comenzó a roncar y fue arrastrada por una pasión de limpieza. Despertaba canturreando, limpiaba mil veces la tina, el bidet, lavaba los platos hasta que aparecían grietas sangrantes en sus manos. Años después murió. La artritis y una dulce arterioesclerosis le concedieron el perdón.

Todo, absolutamente todo, debe sucedernos. La poesía me hizo sucio con los años. Mucho olvidé, pero siempre me acompañó la sombra en la mano. Por eso, cuando te vi por casualidad la otra tarde, te seguí hasta tu casa. No has cambiado. Tú no tienes edad. Estás más pobre, abandonado a los reinos inferiores.

Desnúdate

Ha llegado tu hora

Haz que de alguna manera me conmueva

Acabo de grabar una cruz en la puerta y te estoy esperando con la mejor de mis navajas.

LA PIEDRA EN LA CABEZA

Lo primero es la pasión. Repetir el amor hasta destrozarnos en el cuarto y después dejar que la oscuridad nos adormezca. Tú apagarás la lámpara y por un momento pensarás en la araña que no quisiste matar y por un momento en los ojos vacíos de los peces y la ceguera que ensucia nuestros actos.

Cuando llegué pensaba en unas vacaciones: ron, el mar y un libro de poemas, en ese orden estricto. Me agradó el hotel a pesar del baño pestilente, sus alfombras raídas, los cuartos abiertos a un gran patio que mezclaba el mar con el tumulto de la brisa.

Dicen que el mar transforma a las personas: las hace sabias o las oscurece para siempre. Puede ser.

No conseguía dormir. El insomnio se parece a los zapatos, debes caminar y caminar como si alguien fuera a alcanzarte. Salí. Me llamaban el calor y el triunfo de las aguas. Entonces creo que te vi.

No hizo falta hablar. Partimos hasta que nuestros pasos se estrellaron con la dársena. El mar estaba limpio, casi blanco. Toqué tu rostro y mis manos comenzaron a sangrar.

Lo primero es la pasión, repetí. Porque llega un día en que el mar exige un sacrificio. Tienes que afrontarlo. Tenderte en un hotel y esperar que la marea llegue hasta la cama. Cerrar definitivamente la mano en el cuello amoroso. Extraer la piedra que brilla en la cabeza.

MATRIMONIO EN EL POLVO

Me acababa de casar y dormitaba con mi gordísima mujer batallando contra el calor y los insectos, cuando una fuerza incontenible me empujó a la ventana.

Una novia con un vestido blanco y raído, usado probablemente por su madre, usado probablemente por su abuela, resplandecía como una afrenta entre el polvo y piedras de la plaza. La acompañaba una turba silenciosa.

No había novio.

No había flores ni música.

No había iglesia.

Un hombre, el padre seguramente, acercó un remedo de cuerpo. Eran apenas unos palos vestidos con jirones de ropa.

La ceremonia fue breve. Se marcharon los invitados y quedó la novia sentada en el polvo de la plaza. Entonces tuve la certeza de que nadie la movería. Podría diluviar, congregarse todos los perros del mundo, disiparse las galaxias.

Me di vuelta y contemplé a mi mujer. Resoplaba de calor, era la hora más terrible de la siesta. En la plaza revoloteaba un gallinazo.

CONTRA LA AUTOBIOGRAFÍA / HOMENAJE A FERNANDO PESSOA

Mis pasos

resonando

por el camino de la fuente

cada vez más cerca

del mediodía

y de las cosas

pero más lejos de mí.

Y caminan regando cuerpos como frutos.

Insensato.

Decidí plantar un bosque hasta morirme

para amar.

Y no es justa esta fuente

ni real

pero discurre

como un acertijo

en el poema.

Ningún hombre

enterrador

ni sabiduría sutil

ni ceremonia

o pasos contados al revés

siguiendo un orden secreto

ningún mapa

cómico errante

o hechicero

podrán descifrar su exacta permanencia.

Esta fuente nos enseña la cautela

deja todo al azar

debe uno no creer

y convertirse en el único remero.

Y es el testimonio

de estos años

la fuente

de la eterna vejez

o juventud

la historia que un romero me contó

y quise esconder en esta casa.

Pero el poeta no debe ser confesional.

De las cisternas

imperios en guerra

con el barro

del hombre que fatiga cañerías

y se sienta una tarde

a beber

de todo lo cotidiano que omití

de las palabras

más reales

que los túneles

mis pasos resonando

por el camino de la fuente

cada vez más lejos

del mediodía

y de las cosas

pero más cerca de mí.

Errores

anteojos que solo leen polvo

tinas repletas de formol

retretes

asnos

y la hora marcando el camino

al mediodía.

Vivo hace años aquí

guardo el agua

y los cuerpos

desenterrador

cirujano

fontanero

me jugué el todo

por el todo:

el camino que conducía a la fuente.

Desvarío

Grabo mensajes

inconclusos

en los árboles

¿en qué falló tu poesía?

un exceso de confianza

y crueldad

omisiones

omisiones

omisiones

el poeta no es confesional

Y no era agua

sino respiración

y era agua

lo que enterraba

y enterraba.

Una casa en la sombra

UNA CASA EN LA SOMBRA

Riesgo de regresar a un jardín

donde no acuden ya los parientes

ni los perros

Hace años que solo el viento recomienza

diseminando insectos

árboles

palabras

como todos mis días enterrados

como el suicidio que recomienda una torre

o la resurrección

Riesgo de extraviarme en el jardín

pasada la medianoche

Quedarme

Convertir esta fiesta en unos dedos

Y no es mañana ni hoy

pero me gustaría

carlos

que de una última manera me leyeras

Eres el bendito

el tragafuego

el jardinero que desalmado me inventa

Aquí nació el amor

muerto de tanto estrujarlo

Aquí desollabas animales

A la respiración le oponías la crueldad

Cubriste con vendas tu rostro

Colgabas a tu familia de los árboles

Riesgo de hospicios

senderos

madrigueras

tener treinta años menos

o más

Quise caer

Maté a una reina por el amor de un caballo

acabé con el agua

la razón

Traicioné mi cuerpo

y lo escondí en una tinaja

las lagartijas corrían por el piso

robaban la pasión

Y desde entonces regreso al jardín

una mujer descansa siempre en la glorieta

pero cuando me acerco es una niña

imposiblemente blanca

torpe

me dice

mira mis labios transparentes

con ellos tumbo árboles

Fluye el jardín

fijeza del amor

devasto

quedo solo con el barro

Miedo a los almuerzos del domingo

antes del asilo

la silla

el monje

el traje

La carne es la memoria que nunca comeré

El sol esta casa de rehenes

Riesgo de encerrarme cuarenta días

mi madre pasa leche por debajo de la puerta

mi padre escribe en las paredes

Pero debo continuar porque está convenido desde siempre

hasta que sea olvidado

y mis huesos se reúnan

sabios inútiles vanos

Lima, 1984-1985

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