Читать книгу Cuida tus ojos - Carmela París - Страница 7
ОглавлениеPresentación
La vista, uno de los cinco sentidos, es también uno de los medios más importantes de comunicación y de adaptación al mundo exterior, ya que la mayor parte de la información que recibimos nos llega a través de los ojos.
Desde el inicio de su historia hasta nuestros días, el ser humano ha evolucionado muy deprisa socioculturalmente, y ha cambiado por completo su forma de vivir. Sin embargo, en términos de evolución no han pasado suficientes años para que su organismo haya podido modificarse y adaptarse al tipo de vida actual tan diferente de la primitiva. Nuestro sistema de visión todavía es el indicado para vivir en grandes espacios abiertos y para detener la vista en un objeto próximo en contadas ocasiones; pero, cada vez más, la visión próxima que era secundaria ha pasado a ser prioritaria. De mover los ojos continuamente, siempre alerta, se ha pasado a mantenerlos casi siempre mirando a la misma distancia, leyendo, estudiando, o realizando un trabajo rutinario durante horas y horas. El esfuerzo que los órganos de la visión deben realizar para efectuar continuamente una función para la cual no están preparados causa unas tensiones cuyas consecuencias se hacen sentir desde los primeros años de la vida del niño, ya que cada vez se comienza antes a leer y a jugar con objetos que obligan a mantener la vista enfocando siempre a distancias cortas.
Las consecuencias de ese esfuerzo continuo variarán de unas personas a otras, como ocurre en otros tipos de trastornos, según sea la constitución genética, las características psicológicas, las circunstancias socioambientales y la capacidad de adaptación de cada uno. El proceso de la visión culmina en el cerebro, y la expresión de la función de este órgano —la mente— también interviene directamente en la formación de las imágenes, por lo que ninguno de estos factores debería ser olvidado a la hora de aplicar un tratamiento; la interacción de todos los factores que intervienen en la visión determinará el que unas personas gocen de buena visión y otras sufran algún trastorno como puede ser, entre otros, miopía, visión desdoblada o dolores oculares.
En esta época eminentemente visual, los trastornos en la visión acarrean multitud de problemas a las personas que los sufren y es el inicio de un círculo vicioso: esfuerzo excesivo-trastorno-más esfuerzo para superarlo-trastorno más grave. La medicina, para corregir estos problemas y fiel al principio de eficacia que la caracteriza, inventó las gafas y, después, las lentillas, las cuales, evidentemente, solucionan los síntomas pero, al no curar el origen o causa de ellos, no siempre evitan que el trastorno siga evolucionando y que, por tanto, los problemas continúen.
A principios del siglo XX un oftalmólogo norteamericano, el doctor Bates, desarrolló un método con el que pretendía mejorar efectivamente la visión y no solo corregir sus defectos con unas lentes más o menos sofisticadas. Su método consistía en fortalecer los ojos por medio de una gimnasia ocular, y en restablecer la coordinación mente cuerpo imprescindible para que todo órgano funcione correctamente; pero, sobre todo, insistía en la necesidad de aprender hábitos visuales correctos para eliminar la tensión excesiva a la que estaban sometidos, causa, según afirmaba, de la mayor parte de los trastornos de la visión.
El doctor Bates siempre consideró las gafas como «muletas» muy útiles, pero que, como tales, solo debían ser utilizadas durante el tiempo necesario hasta que los ojos recuperaran su capacidad de ver y ejercieran su función normalmente. Sus teorías sobre las causas de la mala visión eran muy diferentes a las corrientes de opinión de la época, por lo que fueron rechazadas en los círculos oficiales, y si consiguieron difundirse fue gracias a la llamada medicina naturista, la cual siempre ha preferido sistemas de curación que ayuden al organismo a recuperar por sí mismo la salud por medio de tratamientos dirigidos al origen del trastorno, más que los dirigidos a terminar con el síntoma. Con ello se consigue que los resultados sean más duraderos, aunque la mejoría se aprecie más lentamente y aunque para llevarlos a la práctica se necesite la participación activa del paciente, algo a lo que no se está acostumbrado. También los colaboradores del doctor Bates y sus alumnos ayudaron a difundir sus trabajos, y hoy podemos considerar a todos ellos pioneros de las terapias visuales que se practican en la actualidad.
Este libro pretende divulgar técnicas y cuidados basados en estos principios, de forma eminentemente práctica, para ayudar a mantener y a mejorar la visión, y para que cualquier persona pueda practicarlos por sí misma. Pero su objetivo principal es, ante todo, animar a todo el mundo a participar activamente en el cuidado de sus ojos y a fomentar su bienestar general desarrollando hábitos saludables de vida y, sobre todo, a evitar comportamientos y actitudes que puedan perjudicarle.
Convendría que estas recomendaciones formasen parte de un método de higiene de vida, o de higiene ocular si se prefiere, y que se practicasen los ejercicios y demás cuidados con regularidad y constancia similar a la de otras prácticas de higiene cotidiana, ya que podrían ser la inesperada solución, o una inestimable ayuda, tanto para las personas que disfrutan de una buena visión y desean mantenerla como para quienes sufren algún trastorno en la vista. Sería mucho mejor establecer un contacto más directo con nuestro organismo, cuidar los ojos, la visión, y la salud en general, sin esperar a que los hábitos incorrectos de vida causen problemas, los cuales, una vez instaurados, siempre son más laboriosos de solucionar.
Cualquier persona podrá beneficiarse con los consejos que le indicamos aquí, pero nunca hay que olvidar la necesidad de consultar al médico oftalmólogo cuando se aprecie una irregularidad en la visión. Así se dará con la mejor solución al problema, ya que, en algunos casos, la mala visión puede ser también la manifestación de un trastorno cuyo origen puede estar en otra zona del organismo.
Confío en que el lector podrá disfrutar de los innumerables beneficios que logrará siguiendo estos consejos generales y locales, fáciles de aplicar, completamente naturales y sin contraindicación alguna. La solución definitiva, así como el tiempo que deberá practicar los ejercicios y demás cuidados aconsejados para lograrla, estará en función de la importancia del trastorno en su interacción con otros factores, principalmente los hábitos generales de vida y el estado emocional. Todo ello unido a su deseo de participar activamente en su salud y en mejorar de forma general su vida.
Este libro consta de varias partes. En ellas de recogen las diversas teorías que intentan explicar lo que casi podríamos denominar «el milagro de la visión», ya que todavía no se ha podido descifrar por completo cómo ocurre. También se ofrece al lector la posibilidad de participar activamente en mantener una buena visión, o en solucionar los problemas que la dificultan.
Asimismo, se expondrán los fundamentos teóricos en que se basan los cuidados naturales que proponemos, e indicaremos cómo evitar las tensiones oculares en situaciones de la vida cotidiana. Intentaremos dar respuesta a preguntas frecuentes que se plantean las personas con dificultades en su visión y ofreceremos soluciones de urgencia para el cuidado y la belleza de sus ojos, así como indicaciones y consejos que pueden ser practicados por todo el mundo como sistema para fomentar la salud general, y para mantener y mejorar la visión.
También se incluyen en estas páginas indicaciones específicas para los trastornos y las enfermedades visuales más frecuentes, junto con los ejercicios de gimnasia ocular más adecuados en cada caso; así como consejos de índole general referentes a gimnasia, relajación, o alimentación, ya que en nuestro concepto de la medicina consideramos al ser humano como un ser unitario que no puede tener un trastorno en uno de sus órganos sin que el problema afecte a la totalidad del organismo, aunque se manifieste a través de un órgano determinado.
Y, para el lector no familiarizado con el tema, también explicaremos cómo funcionan nuestros ojos, su anatomía y los mecanismos fisiológicos y psicológicos que participan en la visión, resaltando especialmente los factores psicológicos, ya que son los más olvidados cuando se habla de la visión y de cómo mejorarla, y sin embargo desempeñan un papel muy importante en el resultado. Todo ello se expone de forma sencilla y resumida, pero rigurosa.
No puedo terminar esta presentación sin dedicar un cariñoso recuerdo a los yoguis Jordi Colomer y André Van Lysebeth, cuyas enseñanzas han sido decisivas tanto en mi vida profesional como personal.
También a mis familiares y amigos más próximos, con quienes siempre he podido contar cuando los he necesitado; entre ellos, a la doctora Ana Jaén, que ha supervisado la parte médica de este libro; a Oriol Vergés, Fernando Fernández y a Jesús París, cuya colaboración personal ha sido de inapreciable valor para mí.
Y muy especialmente, deseo testimoniar mi agradecimiento a todas las personas que con sus palabras y manifiesto interés sobre el tema me decidieron a escribir este libro.
Carmela París