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Introducción

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En el periodo virreinal, para clérigos y religiosos, la posibilidad de una promoción en la estructura eclesiástica fue un asunto de vital importancia, en la medida en que con esto se acrecentaba su honor y prestigio dentro de la sociedad, y se fortalecía su cursus honorum. El paso por una parroquia, los estudios realizados en una universidad y la posesión de una prebenda en un cabildo catedral fueron solo unas cuantas opciones que permitieron a los eclesiásticos edificar una carrera en la Iglesia católica y, por ende, transitar en distintas posiciones en las catedrales, las universidades, los tribunales y las parroquias del mundo hispánico. Circulación, movilidad y ascenso dan cuenta, por tanto, de una práctica de poder en la que participaban los grupos clericales y civiles, ya que la promoción eclesiástica involucraba al Consejo de Indias y al rey, y en el intermedio hacían presencia variadas voces que podían llegar a oídos del monarca. Entre estas es posible encontrar a aquellos a quienes se consultaba oficialmente por un candidato como el valido, o autoridades y personajes de otra intensidad como la reina, los integrantes de otros consejos o cortesanos cercanos. Por último, pero no menos importante, se destacan gestores, agentes, procuradores y familiares del candidato que podían incidir en un nombramiento.

Así, el estudio de los procesos de promoción eclesiástica permite comprender la lógica y tendencia de la circulación presente en los obispados y arzobispados del mundo hispánico, y, a la vez, acercarse al análisis del movimiento de los individuos, de las ideas, de las devociones y de los objetos que estos llevaban consigo, y de quienes participaban e influenciaban la selección y elección de candidatos para estos cargos. Como señala Gänger, si bien el término circulación proviene de los estudios relacionados con la biología humana, desde hace unas décadas es utilizado por los historiadores dedicados al estudio de la historia global y de la globalización para dar cuenta de múltiples significados referidos a la diseminación, transmisión y extensión en tiempos y espacios históricos de ideas, artefactos o personas.1 La circulación, por tanto, habla de una historia en permanente movimiento que es evidencia de los vínculos existentes entre los individuos y territorios que constituían la monarquía de los Austria,2 de modo que, como plantea Serge Gruzinski, es labor del historiador develar el universo de conexiones históricas que entrecruzan historias múltiples.3 En este sentido, el interés está en el estudio de la circulación a partir del movimiento y paso de capitulares y obispos de Popayán en un entorno inmediato como el obispado de Popayán; este movimiento podía ser regional, es decir, por las catedrales y los episcopados indianos, o global, espacio que comprendía las áreas de control e influencia de la monarquía hispánica.

Como plantea Mark Burkholder, el ascenso en las corporaciones de poder hispánico imperó tanto para las audiencias como para aquellas corporaciones eclesiásticas como las universidades y los cabildos catedrales,4 a partir de un proceso que apelaba a servicios y méritos,5 y a la vez a recomendaciones y validaciones de cualidades, actitudes y calidades, recomendaciones que son una muestra a pequeña escala de las clientelas, relaciones o redes a que pertenecían aquellos que buscaban una promoción. Esta movilidad eclesiástica estuvo regida por la figura del patronato regio concedido por el papado al rey Fernando el Católico, el 28 de julio de 1508, y consignada en la Recopilación de las leyes de Indias; así, el soberano obtenía el deber de patrono y vicario de la Iglesia católica en los territorios de la monarquía, con el poder para erigir o perpetuar beneficios eclesiásticos, ordenar la recolección y distribución decimal, establecer los límites de las diócesis y elegir prelados y prebendados para Indias.6

Pensar, por tanto, en el problema de la presentación obliga a examinar el patronato regio como marco jurídico que reguló los nombramientos eclesiásticos de la monarquía hispánica por tres siglos, y que es, además, elemento clave de interpretación y entendimiento de los enfrentamientos entre corporaciones eclesiásticas y civiles, y factor detonante de buena parte de las tensiones jurisdiccionales indianas, como se enfatizará. Hay que destacar que su espacio de aplicación no fue exclusivo de Indias, sino, en general, de la monarquía portuguesa, algunas ciudades italianas y los reinos que conformaron el Imperio hispánico, diferenciándose sus facultades según los usos y las costumbres de cada territorio. Ejemplo de esto es el Padroado portugués o el patronato siciliano ambos parecidos y cercanos al patronato indiano, o el patronato de los reinos de Castilla o Cerdeña en que se limitaba el derecho de presentación y elección de prelados determinado por el rey.7

De acuerdo con Alberto de la Hera, abordar el patronato hispánico, es hacerlo desde dos frentes: uno que se encarga del análisis del sustento legislativo y otro que se centre en la praxis.8 Respecto de este último, es necesario pensar que el patronazgo del rey sirvió como mecanismo de vinculación entre las élites indianas y la monarquía, con lo cual se reguló el acceso a cargos y la posibilidad de recibir una merced de parte del rey. Ya John H. Elliot ha demostrado cómo las relaciones de España e Indias en los siglos XVI y XVII se caracterizaron por el equilibrio y la tensión expresados tanto en los sistemas de representación política, social y religiosa que posibilitaron el fortalecimiento de las élites criollas americanas como en el poder patronal, elemento decisivo en el impulso de las carreras y cursus honorum de muchos oficiales reales y clérigos. Elliot asegura que este equilibrio fue la clave de la supervivencia de la monarquía hispánica en el mundo, al lograr, independiente de sus problemas internos, ser una potencia a la que se mantenían leales múltiples pueblos y sociedades alrededor del mundo.

A las posibilidades de promoción y ascenso regidas por el patronato hay que adicionar que la articulación de personas, amistades, compadrazgos y autoridades en la carrera de un eclesiástico va configurando una red amplia de personas, que, según el nivel de reciprocidad y cercanía, apoya y valida las aspiraciones de ascenso, pero también cumple roles determinantes en las confrontaciones y negociaciones surgidas en las cotidianidades episcopales, coyunturas que podrían tener una vinculación con corporaciones y agentes de poder hispánico de mayor trascendencia, como el virrey del Perú, el Consejo de Indias, el embajador de España ante la Santa Sede y los propios monarcas. A la vez, en estas redes eclesiásticas, se van articulando integrantes de las élites locales, con lo que podría plantearse que es este uno de los dispositivos que utilizan las familias prestantes de obispados y provincias para vincularse de manera paulatina durante los siglos XVI y XVII a las corporaciones eclesiásticas, y así ampliar su dominio sobre las esferas del poder y del gobierno indiano.

Tomando como punto de partida el patronato regio, se abordará el estudio de la promoción eclesiástica para identificar las características del proceso de ascenso, tránsito y circulación de prebendados y prelados del obispado de Popayán, para determinar las redes y tramas de movimiento de los capitulares y prelados en un obispado de bajo perfil en la red de catedrales indianas,9 comprender sus aspiraciones, conexiones con otras corporaciones indianas y trasatlánticas de poder, relaciones y clientelas, así como las posibilidades de movilidad eclesiástica que existieron durante la monarquía de los Austria,10 y los conflictos y negociaciones en que fueron protagonistas. No sobra decir que la importancia de estudiar las relaciones de poder construidas por los obispos y los cabildos catedrales en el periodo virreinal remite a observar las conexiones tanto locales como trasatlánticas, conexiones y redes que muestran que las élites eclesiásticas estaban en permanente contacto, conflicto y diálogo con una variedad de sujetos históricos, como los oficiales de las audiencias, los ayuntamientos y las gobernaciones, y con los comerciantes, las familias y las élites locales de otras ciudades en Indias y en la península.

Esta propuesta estructura y estudia las redes complejas de los obispos y prebendados del obispado de Popayán a partir del seguimiento de sus movilidades, en la medida en que sus cursus honorum revelan las complejas relaciones que se entretejen a lo largo de la carrera eclesiástica para acceder a una promoción en las corporaciones de poder hispánico y para administrar un episcopado. A partir de este problema de análisis, se ha podido redefinir el proceso de elección establecido por el patronato regio al identificarse la participación de otros agentes vinculados a las redes de capitulares y obispos, con lo que puede establecer otro tipo de explicaciones sobre esta figura jurídica, y el lugar del obispado de Popayán en el escenario hispánico. Con esto, se asume que los capitulares y obispos y sus vínculos son los que permiten rastrear conexiones de diversa índole desde Popayán con otras entidades y corporaciones en Quito, Lima, Madrid y Roma.

Establecer estos vínculos entre redes-sujetos-conflictos-circulaciones en un obispado como el de Popayán permitirá, por tanto, comprender la conexión de la red de catedrales indianas entre 1546 y 1714, así como la mediación del patronato regio en los ascensos eclesiásticos y en las tensiones entre poderes, y demostrar cómo la circulación de un obispo o un prebendado conectaba actitudes, clientelas, devociones, intereses, proyectos, gestiones y amistades.

Así, la movilidad y la promoción están constituidas por una perspectiva de ascenso/descenso, que parece no estar vinculada solo a las redes de poder locales, y a las virtudes y cualidades de los sujetos de estudio, sino también a los intereses particulares de la política imperial hispánica en los obispados indianos. ¿Cuál es el lugar del obispado de Popayán en esta lógica política de la Corona? ¿Cuál es el papel de este obispado en la red de catedrales indianas? ¿Es posible vincular los problemas internos del obispado en un espectro de poder más amplio como la corte en Madrid o en Roma? ¿Es posible determinar la existencia de distintos niveles o patrones de circulación de obispos y prebendados? ¿Existe una circulación diferencial? ¿Se visibilizan estas circulaciones en la larga duración? ¿Cuál es la dinámica relacional entre el cabildo catedral y los obispos, y entre estos con otras corporaciones locales e imperiales? ¿Cuáles son las tramas de movimiento que evidencian las redes de capitulares y obispos? ¿Qué tipo de conexiones y relaciones complejas establecen estos con otros agentes de la monarquía? ¿Existe alguna relación entre las redes de los obispos y el proceso de promoción eclesiástica regulado por el patronato regio?

El objetivo general es analizar las redes complejas de los obispos y prebendados del obispado de Popayán a partir del estudio de sus movilidades y de las confrontaciones jurisdiccionales y negociaciones sostenidas entre sí y con otras corporaciones, para entender la naturaleza de la política eclesiástica del Imperio hispánico y establecer vínculos y conexiones atlánticas entre 1546 y 1714. Este gran propósito está acompañado de cinco objetivos particulares que determinaron la interpretación, la explicación y las conclusiones a las que se llegaron.

El primer objetivo particular se centra en la realización de la prosopografía de los prebendados que hicieron parte del cabildo catedral payanés y de los obispos de Popayán, y así identificar las características más significativas de sus trayectorias eclesiásticas y el protagonismo ejercido en los conflictos de poder gestados durante sus periodos de gestión y administración capitular y episcopal. Esto obligó a identificar procedencias familiares, lugares y tipos de estudios, cargos ocupados, es decir, los aspectos más relevantes de sus carreras eclesiásticas. Esta información llevó a la realización del segundo objetivo particular que tiene como propósito estudiar los cursus honorum de obispos y prebendados para establecer una geografía eclesiástica que vincule a estos agentes con la red de catedrales indianas y con otras corporaciones de la monarquía hispánica. Establecer conexiones permitió sobrepasar los límites geográficos y, por ende, de jurisdicción del obispado para proponer áreas de influencia corporativa en Indias meridionales.

El tercer objetivo identifica los conflictos y las negociaciones de mayor recurrencia en el obispado payanés, en que cumplieron un papel de importancia prelados y capitulares, así es como se logró establecer la catedral como primer escenario de confrontación eclesiástica con otras corporaciones de poder tanto en Popayán como en Quito, y de esta manera revelar la debilidad económica del obispado. A este siguieron otros escenarios de tensión como los pleitos por la defensa de los indios que enfrentaron a capitulares, pero, en su mayoría, a los prelados payaneses contra los excesos de los encomenderos y las autoridades civiles, como el gobernador de la provincia; el conflicto entre el obispado de Popayán con el obispado de Quito por la agregación de la provincia de Pasto, enfrentamiento que llevó a los estamentos civiles y eclesiásticos de mayor prestancia en ambas capitales episcopales a presentar ante el virrey del Perú, la corte en Madrid y la corte papal sus argumentos a favor o en contra de la anexión, y las tensiones creadas por el carácter del obispo fray Juan González de Mendoza. Si bien en todos estos choques se destacan ciertos mecanismos de diálogo y resolución, fue posible identificar en la figura del cabildo abierto un mecanismo de negociación y creación de pactos estamentales para la época de estudio. El último objetivo se concentra en el análisis de los tipos de redes, lazos sociales, parentescos, amistades o clientelas a las que pertenecieron o que establecieron los obispos y prebendados del obispado de Popayán, así como sus cortes temporales, movimientos internos y escenarios de actuación como conflictos y negociaciones de poder.

Metodología, conceptos y fuentes

Llevar a buen término este libro propició la consulta de una gran variedad de fuentes históricas que se encuentran en el Archivo General de Indias, el Archivo Histórico Nacional de España, la Real Academia de la Historia, la Biblioteca Nacional de España, el Archivo General de la Nación en Colombia, el Archivo Histórico de Quito, el Archivo Nacional del Ecuador y el Archivo Central del Cauca, como se podrá comprobar. No obstante, para lograr la identificación de las carreras eclesiásticas de capitulares y prelados, entender sus acciones en el contexto ampliado de Indias meridionales, rastrear sus relaciones históricas y diseñar sus redes, fue necesario apelar a un conjunto variado de métodos y a la definición de cierto tipo de documentos cruciales.

La fuente histórica que sirvió como punto de partida para comprender las carreras eclesiásticas de obispos y prebendados fueron las Relaciones de méritos y servicios, documentos, que, como afirma Murdo Macleod,11 revelan las pertenencias familiares, los estudios, los cargos y los servicios prestados a la Corona para adquirir del rey una merced, un cargo o una promoción. Sin embargo, no son suficientes los datos que brindan, pues, para componer las biografías colectivas de los sujetos de estudio, fue necesario analizar un amplio grupo de documentos que brindaron información a veces fragmentada pero suficiente para definir desde dos perspectivas, la primera individual casi biográfica y la segunda colectiva, los perfiles de una corporación y de sus integrantes. Estos documentos de trabajo, aparte de las Relaciones de méritos y servicios, fueron las Informaciones de oficio y parte, las Consultas del Consejo de Indias, las reales cédulas de nombramiento y confirmación de cargos, los expedientes de nombramiento, las correspondencias, los expedientes de información y licencias de pasajeros, y los memoriales, que, junto con la revisión del Registro eclesiástico del Perú, el Registro eclesiástico general, los diccionarios genealógicos y las diversas fuentes impresas de la época estudiada, permitieron conocer los lugares de procedencia, la información genealógica, los méritos literarios y eclesiásticos, los servicios prestados a la Corona, los puestos eclesiásticos y civiles ocupados, y los argumentos que llevaron a los que fueron integrantes del cabildo catedral u obispos de Popayán a pedir una promoción o a ser ascendidos en la estructura de la Iglesia católica.

Para lograr que esta información tuviera relevancia desde la doble perspectiva propuesta (individual y colectiva), se apeló a la realización de prosopografías, método definido por Lawrence Stone como “la investigación retrospectiva de las características comunes a un grupo de protagonistas históricos, mediante un estudio colectivo de sus vidas”.12 El trabajo con el método prosopográfico obliga al investigador a no perder de vista la relación de los sujetos de estudio con su contexto, que es uno de los riesgos que se deben enfrentar al estudiar rasgos y características individuales; para equilibrar esta dificultad dentro del análisis histórico, se optó por, primero, trabajar desde el enfoque relacional,13 que evidencia las relaciones de los sujetos de estudio con su medio, y segundo, con las redes complejas, que posibilitan el estudio de estos vínculos en contextos y problemas históricos amplios.

Para el primer capítulo en que se trabaja el cursus honorum de los capitulares del cabildo catedral de Popayán, la información y los datos personales que brindaron las fuentes históricas fueron organizadas para dar cuenta tanto de los acontecimientos personales de estos sujetos como de su actuar como parte de una corporación. Para lograrlo, fue indispensable recurrir al método prosopográfico, cuya definición se presentó con antelación, que brindó la guía para sistematizar las fuentes históricas y redactar perfiles individuales de los capitulares payaneses. Además, fue posible identificar recurrencias en algunos datos, ligadas más a las procedencias familiares, a los argumentos para pedir una promoción y a ciertas características de la planta catedralicia, pero también exponer algunos acontecimientos únicos de la vida de los capitulares que son resaltados. ¿Cómo lograr que la suma de sesenta y cuatro historias individuales adquiera una perspectiva colectiva?

La solución a este problema, en el caso de los capitulares, se dio vinculándolos con el ejercicio de su prebenda, es decir, estudiando otra fuente histórica, en este caso, las actas capitulares del cabildo eclesiástico de Popayán que evidencian la cotidianidad de la corporación, las responsabilidades asumidas por los prebendados, los conflictos en que fueron protagonistas, su cohesión como élite y grupo de poder. Se manejó una doble perspectiva que destaca las características particulares de cada cursus honorum, pero también los roles y las interacciones corporativas entre los capitulares del cabildo catedral de Popayán. Así, los vínculos colegiados de los capitulares y su movilidad, y la de sus familiares permitieron, entonces, la redacción de una prosopografía relacional en que se ponen en evidencia las múltiples relaciones que establecen los individuos,14 con la que fue posible caracterizar un tipo de élite regional e indiana.

Este acercamiento a la prosopografía y las biografías colectivas obligó a determinar variables de análisis que están en correspondencia con los datos ofrecidos por las fuentes históricas consultadas. Estas variables fueron origen geográfico, origen familiar o social; estudios y formación; cargos anteriores a su llegada a Popayán; memorias familiares; promociones eclesiásticas, y cargos ocupados.15 Sin embargo, el tipo de fuentes estudiadas no permitió identificar rangos de edades, ni tener una información más amplia sobre los estudios realizados por prebendados y obispos, por lo que fue muy parcializado el análisis de estos datos; caso contrario se presentó con el estudio de las carreras episcopales, las cuales se pudieron definir en su gran mayoría. No sobra decir que la revisión de distintos trabajos dedicados a la presentación de biografías colectivas de grupos eclesiásticos permitió reconocer que estos se centran en las variables de análisis aquí propuestas, circunstancia que demuestra el alcance del método prosopográfico para caracterizar la identidad de un grupo de poder.16

El segundo capítulo dedicado a las biografías de los obispos Del Valle, González de Mendoza y Bernaldo de Quirós, la biografía colectiva, se construyó en dos perspectivas referidas al abordaje de las fuentes históricas: la primera retomó dos unidades documentales, la Relación de méritos y servicios y el testamento, que permitió la ubicación del sujeto en los espacios público y privado, con lo cual se desentrañó el universo de las actitudes y prácticas eclesiásticas; la segunda, dado que no se hallaron los dos documentos mencionados, rastreó de manera residual las descripciones y percepciones formadas alrededor de los sujetos de estudio, así como los rastros de su carácter en la palabra escrita en cartas, informes y correspondencias. Ambas perspectivas fueron conjugadas con los datos biográficos, que fue posible encontrar en memoriales, genealogías e historias del obispado de Popayán. Así, la riqueza de rasgos biográficos de cada obispo estudiado estuvo determinada por los documentos que permitieron, en mayor o menor medida, identificar cada personalidad e impronta histórica.

Macleod17 menciona que el estudio del ascenso en la monarquía hispánica es posible a partir de un tipo documental ya mencionado: las Relaciones de méritos y servicios. En estas, a partir de la información personal, genealógica y religiosa que era validada de manera escrita por algunos testigos que debía el postulante presentar y comprobada por las audiencias, es posible dar cuenta, en el caso de los eclesiásticos, de sus grados, su aprendizaje, su posición institucional, su presencia en redes y o clientelas que consolidaban ciertos favoritismos que podían tener resonancia en audiencias y cortes, su participación en diversos proyectos de índole religiosa, en fin, de su cursus honorum. Servicios y méritos debían ir junto con otro tipo de testimonios referidos a:

• La limpieza de sangre que probaba la pertenencia a familias de cristianos viejos, primer requisito para lograr una promoción.

• Los méritos literarios que incluían los estudios realizados, la institución y el grado obtenido.

• Una conducta arreglada referida al comportamiento ejemplar alejado de rumores y escándalos, y al trato dado a pares y feligreses.18

• Méritos eclesiásticos basados en el buen cumplimiento de sus responsabilidades religiosas.

La probanza de los méritos de un postulante pasaba inicialmente por la comprobación de su genealogía y el honor de su linaje, lo que se traduce en la limpieza de su estirpe familiar de cualquier tipo de presencia mora, judía, negra o conversa. Así es como clérigos y prebendados interesados en el ascenso van probando su pertenencia a familias de cristianos viejos, primer requisito que los hacía aptos para lograr una promoción en la estructura eclesiástica indiana. Exhiben, entonces, las relaciones de méritos y servicios un espectro autobiográfico que demostraba calidades, virtudes, pertenencias y el proceso evolutivo de una carrera fuera esta civil, militar o eclesiástica.

Desde el punto de vista de la organización diplomática, las relaciones de méritos y servicios contienen diversas formas de enunciación que dependen de a quién era dirigido el documento (un gobernador, una audiencia, el Consejo de Indias), seguido de un breve o prolongado recuento del linaje familiar en que se acudía a ciertas fórmulas de legitimidad y procedencia parental que demostraban la no relación o parentesco con judíos, moros y no cristianos. Hay que adicionar que, en muchas de las relaciones, no se hace mención completa de los parientes del peticionario por desconocimiento de estos, por no poseer méritos o por tener una vida menor y poco ejemplar; no obstante, la información que se aporta sobre los linajes permite establecer redes familiares extendidas en las geografías del Imperio hispánico. El siguiente tipo de información que brindan estos documentos es la referida a la carrera personal del solicitante que contiene sus estudios, cargos ejercidos, puestos ocupados y la selección de ciertos sucesos personales que demuestran los servicios ofrecidos a la Corona, el cursus honorum, los sacrificios realizados y la labor cumplida y observada por el peticionario. Llama la atención que los servicios referidos pasan por la selección de acontecimientos personales relevantes, lo cual trae consigo la exclusión de acciones dudosas que no se pudieran comprobar o que no llevaran a la exaltación del personaje.

Finalmente, si bien el estudio de una o unas cuantas relaciones de méritos y servicios posibilita el acercamiento minucioso a un personaje, seleccionar, como sugiere Macleod, un grupo consistente de estos documentos en una escala de tiempo amplio podría revelar cambios graduales19 de hechos históricos precisos, además de servir en la realización de grupos biográficos específicos, y lo más interesante, de redes de poder en las principales corporaciones de gobierno.

Existe también en el amplio espectro documental indiano una fuente que ofrece información autobiográfica relevante para la elaboración de perfiles eclesiásticos: los testamentos. Estos, si bien surgen bajo una motivación distinta de las relaciones de méritos y servicios, contienen otro tipo de datos personales y privados con los que es posible hacer una definición pormenorizada de la vida, de los bienes, de la carrera, del linaje familiar, de las amistades, de los secretos, de los miedos y de las devociones del personaje estudiado. Como se mencionó, las relaciones se escriben para mostrar ante las autoridades reales los servicios y méritos de un candidato que busca un ascenso y promoción en las instituciones hispánicas, pero los testamentos son escritos por la cercanía de la muerte, por el miedo al más allá que obliga a la organización de las cosas terrenales y espirituales,20 por el presentimiento de que peligra la vida o por un sentimiento de sinceridad funesta que lleva a hacer públicos los sentires, las culpas y las deudas.

El testamento surge, entonces, por un espectro de riesgo vinculado a la proximidad de la muerte, al peligro que advierte la realización de un viaje o al ocultamiento de las fortunas personales a partir del cambio de residencia. La relación testamento-muerte revela una historia de la muerte, que es, de hecho, en palabras de Michel Vovelle, “la historia de toda una serie de estratagemas, de enmascaramientos definitivos, pero también de producciones de lo imaginario colectivo con respecto a un pasaje obligado en toda aventura humana”.21 Al respecto, Philippe Ariès22 afirma que la muerte es en sí un hecho social y público que se conjuga con la sensibilidad privada, ilustrada por el moribundo en el documento testamental que termina involucrando íntimamente a la familia, a la sociedad, a las corporaciones a las que se pertenece, a los intercesores en que se cree y al cercano más allá.23

En los testamentos se encuentran evidenciados elementos como el corpus material de bienes del testador, las asignaciones piadosas, los gustos devocionales, y desde una lectura más estructural, una sucesión de sustratos temporales o solidaridades mentales, en palabras de Pavón y García de la Borbolla, en que se interconectan los antepasados y las almas que estaban a cargo del testador (pasado), sus descendientes, albaceas, deudores y herederos (presente), y los intercesores celestiales y encargados de dar cumplimiento a la memoria testamental (futuro).24 El acercamiento a cada uno de estos personajes permite la identificación, al igual que las relaciones de méritos y servicios, de pertenencias familiares, sociales, religiosas y políticas del testador, y en un grado más íntimo, de filiaciones sentimentales, de emotividades en que se denota el lado más humano de quien está próximo a morir y tiene la necesidad de destacar y gratificar amistades, familiares y compadrazgos.

Un testamento, en términos diplomáticos, está compuesto de los siguientes elementos: a) cláusula devocional en que se encuentran la confirmación de fe del testador y las invocaciones celestiales y encomendaciones devocionales; b) la disposición final en que el testador determina cómo debe ser su entierro, sepultura, mortaja y servicio fúnebre, así como dispone el capital para misas, limosnas y obras pías, y c) las disposiciones materiales en que se señalan los herederos y albaceas, las deudas y los deudores, la legación de los bienes materiales y la pertenencia a algún tipo de corporación, como las cofradías.25

Presentados, en general, las Relaciones de méritos y servicios y los testamentos, hay que decir que, con ambos tipos documentales, es posible ofrecer un perfil muy completo y complejo de personajes históricos precisos, en este caso de prebendados y obispos, para estudiar su procedencia familiar; sus descendencias en el caso de que las tuvieran; los elementos vitales de su carrera eclesiástica, como los cargos ocupados, los títulos obtenidos y los servicios prestados; la pertenencia a corporaciones o instituciones que vislumbran el universo de sus redes y sociabilidades; los bienes poseídos, como bibliotecas, ajuares, mobiliarios, solares, esclavos, tierras y estancias, y sus deudas y deudores. El ejercicio documental de cruzar y conjugar la información brindada por estos dos tipos de fuentes permite el acercamiento a elementos históricos que rondan los universos públicos y privados de los personajes, universos que están, además, inscritos en el terreno de la materialidad, de la espiritualidad, de la mentalidad y de los escenarios sociopolíticos propios del contexto indiano.

Las cartas y correspondencias fueron el otro grupo de fuentes históricas utilizadas con amplia recurrencia, porque revelan la dimensión de los sucesos y de sus protagonistas; las cartas muestran, además, las entonaciones y emociones con que se entendían y adjetivaban los acontecimientos, las simpatías y las antipatías que generaban los otros en disputa. En muchos casos, y más en atención a que son tensiones las que se exponen, develan un mal común entre las autoridades y oficiales reales: la pasión y las conductas apasionadas que eran vistas como peligrosas para el cumplimiento del deber. Bien ha sabido Guillaume Gaudin darle importancia a esa inmensa masa documental constituida a partir de las correspondencias oficiales y privadas en tiempos de la monarquía, al definirlas como “la prolongación de aquellas conversaciones o la respuesta escrita a una petición oral”,26 como el mecanismo que comunicó, informó y conectó a un imperio de extensiones mundiales y como “expresión de las jerarquías sociales”.27 De hecho, Gaudin ha logrado tipificar las correspondencias según las siguientes categorías: a) la carta noticia que es, en general, un texto breve en que el destinatario informa sobre su persona; b) la carta petición que era breve y solicitaba una merced; c) la carta informe que es “una carta anual larga que da cuenta del estado de la Audiencia”,28 y d) los memoriales y pareceres.29

Toda esta cultura del derecho escrito, según Mazín, permite comprender la circulación de ideas, proyectos y personas,30 pero, a la vez, de pasiones, emociones, enemistades y lealtades, con lo cual demuestra ser el lienzo donde se entremezclaban las particularidades locales con las regularidades imperiales, las responsabilidades ligadas al servicio que se prestaba a la Corona y los sentires personales devenidos de los choques cotidianos con otras fuerzas de poder.

Los conceptos de colegialidad, carreras eclesiásticas, red y red compleja permitieron establecer el marco de análisis e interpretación. Así, definir la cohesión del cabildo eclesiástico y sus integrantes en el periodo mencionado obliga a tener presente una categoría de análisis propuesta por Mazín, la colegialidad, que, sin duda, fue muchas veces puesta a prueba en los procesos de gestión de la corporación payanesa referida al “sentido de cohesión dentro del cabildo”,31 el cual, como se observará, va a estar mediado por el servicio de la prebenda, la pobreza de las rentas decimales, las vacancias, las licencias, las ausencias, las promociones y los nombramientos de los capitulares. Esta categoría, aplicada a la gestión del capítulo eclesiástico payanés, evidencia cómo la cohesión capitular no estuvo determinada por un número máximo o mínimo de personas pertenecientes al cabildo, sino por la identidad corporativa implícita en el ejercicio de un cargo que ejercía una élite, cuyo perfil de circulación se ajustó mayoritariamente más a la catedral payanesa que a otra catedral indiana. Así fue como la identificación de largas permanencias en las prebendas de Popayán aseguraron no solo el consenso y la cohesión corporativa del cabildo eclesiástico, sino el mantenimiento de la administración de la catedral y de las otras obligaciones inherentes al servicio capitular.

La segunda categoría conceptual de importancia fue la de carrera eclesiástica, la cual, al ser aplicada a los capitulares y obispos de Popayán, muestra que buena parte de los cursus honorum fueron la mejor expresión de los esfuerzos de clérigos y eclesiásticos en general por ascender socialmente en el mundo hispánico. Como refiere Aguirre, hacer una carrera eclesiástica implicaba poseer medios económicos para asumir el pago de estudios superiores en ciudades alejadas del hogar, cosechar virtudes en diversas empresas doctrinales, devocionales y religiosas, probar la limpieza de sangre y la idoneidad del linaje, tener vínculos con personajes destacados del mundo político y social indiano que atestiguaran a favor de los servicios y méritos, ser parte de una red, una clientela que certificara la trayectoria adquirida y virtudes profesadas,32 así “la carrera no era una trayectoria lineal hacia los altos cargos, sino un proceso gradual, sinuoso, en el que los méritos individuales surtían mejor efecto si estaban respaldados por una recomendación acertada en tiempo y forma”.33

Con respecto a las redes, Lucrecia Enríquez propone que la red es “una estructura construida por la existencia de lazos o relaciones entre individuos”34 y un sistema de intercambios en que hay un permanente flujo y circulación de “bienes o servicios”.35 La realización de las redes que aquí se presentan parte de una premisa: reconocer la importancia de las interacciones que tienen los sujetos de estudio y el tipo de relaciones que edificaron a lo largo de su vida, con lo que, como señala Michel Bertrand, no es solo vital identificar conexiones, amistades y tipos relacionales, sino también estudiar los intercambios que mantienen los individuos; “en este sentido, la red sería también un sistema de intercambios en el seno del cual los vínculos o las relaciones permiten la circulación de bienes o de servicios”.36 A partir de estas definiciones, es posible comprender que no todas las relaciones conducen a vínculos; por ende, no todos los personajes que están relacionados con un sujeto en específico poseen un tipo de vinculación histórica con este. Un ejemplo desde la historia se da con quienes firman como testigos en los protocolos notariales, quienes, si bien dan fe de los testimonios consignados en estos documentos, no necesariamente tienen un tipo de vínculo con los individuos de estudio. Para Bertrand, esto conlleva identificar relaciones efectivas con relaciones potenciales,37 determinadas ambas por la información que proveen las fuentes históricas.

Otra característica más se une a las presentadas: la complejidad. Ricard Solé define el término como “el comportamiento de sistemas formados por múltiples elementos en interacción”;38 indagar la complejidad conlleva el análisis de las interacciones, de la información que por ellas circula y de la manera en que estas pueden generar procesos y fenómenos. Desde esta perspectiva, las redes construidas exponen el tipo de relaciones, interacciones e intercambios que tuvieron los obispos de Popayán antes y durante su gobierno episcopal en el obispado payanés, para entender los contextos múltiples en que se desarrollaba su vida, que están constituidos por lo local, el mundo virreinal y el Imperio hispánico.

Además de los elementos mencionados, hay que entender que las redes son diacrónicas porque permiten estudiar un fenómeno de manera permanente en el tiempo. En términos prácticos, esto quiere decir que, a pesar de que los grafos que ilustran la red aparecen de manera estática, las relaciones y los vínculos que la componen se mantienen, por lo general, de manera permanente a lo largo de la vida del individuo.39 Eric van Young resume mejor las características mencionadas sintetizándolas en los siguientes criterios: durabilidad, es decir, con una persistencia en el tiempo; reciprocidad, en la medida en que los vínculos son más horizontales que verticales; horizontalidad, y ligadas a la voluntad de las partes por mantener algún tipo de vínculo.40

El ejercicio de elaboración de redes permitió, como menciona en múltiples de sus trabajos José María Imízcoz,41 superar la delimitación geográfica impuesta por el espacio de estudio, en este caso el obispado de Popayán, y ubicar de manera simultánea las relaciones y conexiones familiares, afectivas, políticas y comerciales, entre otros, de varios de los obispos y prebendados residentes en Popayán. Así, mientras moraban en la capital del obispado payanés, mantenían relación permanente con amigos, apoderados y conocidos en Santa Fe, Quito, Lima, Sevilla, Madrid y Roma; la mayor parte de estas conexiones demuestran que, a pesar de sus funciones, los obispos y algunos prebendados mantenían vínculos y amistades con los que vigilaban de manera permanente sus deudas, pleitos, negocios e intereses de promoción en otras geografías. A este universo de múltiples y diferenciados vínculos lo denomina Imízcoz análisis relacional, definido en palabras de este autor como:

Un análisis de tipo inductivo que parte de la observación de las acciones e interacciones de los individuos como actores efectivos de la vida económica, política, social y cultural, con el objeto de hallar sus configuraciones o agrupaciones reales, de percibir sus relaciones con el contexto (con las instituciones, normas, ideas y estructuras del sistema), de seguir en el tiempo las dinámicas que constituyen con su acción y, a término, de explicar los procesos de cambio desde la agencia de los actores que los producen efectivamente.42

No sobra decir, como señala José María Imízcoz, que el análisis inductivo se refiere a la composición de argumentos y explicaciones a partir de la información que brindan las fuentes históricas, lo cual no implica reducir la complejidad del sistema que se estudia.43

La metodología que se usó para diseñar las redes complejas de los obispos de Popayán pasó por determinar, en primera medida, el tipo de relaciones que tenían obispos y capitulares, y así ir identificando los cargos, los lugares geográficos y el tipo de vínculos establecidos con esos otros, y si estos intervenían o no en el proceso de promoción, ya sea con una recomendación, o como testigos de los méritos y servicios, o como agentes en la corte. Para determinar esta red, fue necesario comprender que hacer una implica establecer el tipo de vínculos construidos por los sujetos de estudio; como menciona María Isabel Sánchez Balmaceda, existe una tipología de relaciones propuesta por Koke y Kuklinski,44 con la que es posible reconocer diversas formas relacionales: a) de transacción referidas a “intercambios comerciales”45 y mercantiles de todo tipo; b) de comunicación, definida por “la transmisión de mensajes”46 entre los sujetos de estudio; c) instrumentales, establecidas para buscar alguna merced, recompensa o beneficio; d) afectivas, definidas por conexiones de amistad y paisanaje; e) de poder, representativa de sujetos pertenecientes a corporaciones e instituciones; f) de parentesco, constituida por lazos familiares.47

Así, en el proceso de identificación de relaciones y conexiones de los obispos de Popayán, fue necesario evaluar la calidad y cantidad de la información para establecer sus redes. Para esto, se cruzaron los datos presentes en documentos notariales, cartas, relaciones de méritos y servicios, diccionarios biobibliográficos y poderes especiales, con los que fue posible establecer las redes de siete obispos: Juan de la Roca, fray Juan González de Mendoza, fray Ambrosio de Vallejo, Diego Montoya y Mendoza, fray Francisco de la Serna, Vasco Jacinto de Contreras y Cristóbal Bernaldo de Quirós. De los otros siete obispos, la información encontrada no fue profusa o consistente por los siguientes aspectos: a) no tener documentos notariales para los tres primeros obispos de Popayán (Juan del Valle, fray Agustín de la Coruña y fray Domingo de Ulloa), b) el estado de deterioro en que se encuentran algunos documentos de archivo y c) no identificar en los documentos relaciones consistentes, como se denota en los casos de Melchor de Liñán y Cisneros, Feliciano de Vega y Padilla, fray Matheo de Villafañe y Panduro y Pedro Díaz de Cienfuegos.

Se apeló, además, a la llamada teoría de grafos, comprendiendo el grafo como “una representación abstracta de un sistema cualquiera, en el que los elementos del sistema o ‘nodos’ se relacionan entre sí mediante conexiones que indican la presencia de una interacción”.48 En términos técnicos, los cuales no pueden dejarse de lado en vista de las redes que se presentarán a continuación, un nodo es definido como “las personas o grupos de personas que se encuentran en torno a un objetivo común”,49 un vínculo “son los lazos que existen entre dos o más nodos”50 y un flujo como la línea que “indica la dirección del vínculo”.51 En este sentido, en Ucinet, un programa especializado en el diseño de redes, se estableció un tipo de grafo centralizado, con un ego determinado, que, en este caso, son varios de los obispos de Popayán, de quienes se desprenden los nodos, vínculos y flujos. Esto quiere decir que el tipo de redes que se presentan son egocentradas o personales, constituidas por “relaciones a partir de una persona”,52 distinta de una red sociocentrada, que “mide las relaciones entre todos los actores de un grupo determinado”.53 Para diferenciar tipos de vínculos, se presentan nodos representados en diversas formas geométricas, que se van diferenciando según su funcionalidad en cada red.

No sobra decir que complementan este marco metodológico e interpretativo dos obras que brindan elementos de tipo analítico para comprender y, sobre todo, enunciar el conflicto y la negociación, ambos procesos estructurales con los que se clarifican las tensiones jurisdiccionales que este proyecto pretende abordar. Por un lado, Jonathan I. Israel y su trabajo Razas, clases y sociales y vida política en el México colonial, 1610-1670,54 en que expone, específicamente en la segunda parte, la posibilidad de estudiar la vida política desde el conflicto poniendo en escena y en el orden de lo narrativo hechos, ideas, individuos y movimiento colectivo, conectando actores, intereses y jurisdicciones desde una perspectiva atlántica amplia. La otra obra es la de Arrigo Amadori,55 quien, estudiando la gestión de los virreinatos americanos desde la política del conde duque de Olivares, valido del rey y del Consejo de Indias en la primera mitad del siglo XVII, va dando cuenta de las diversas escalas de negociación que estos entes tuvieron que establecer con las élites locales americanas como muestra de la vinculación y conexión de los territorios hispánicos con la Corona, con lo cual se demuestra que “la negociación y la búsqueda del consenso no solo tenían lugar en el seno de las cortes; también estaban presentes en la relación del poder central con varias instancias del ámbito local, e incluso con individuos determinados”.56 Ambas visiones, la del conflicto y la de la negociación, son las que posibilitan que redes de poder, sistema de patronazgo y movilidades eclesiásticas encuentren los escenarios propicios de acción y, por ende, de estudio.

Finalmente, respecto de la elección temporal, es 1546 el punto de partida al ser el año de erección del obispado, extendiéndose el periodo de estudio a 1714, momento en que muere el último obispo payanés del siglo XVII, años que muestran una importante circulación de clérigos y religiosos peninsulares e indianos en Popayán, proceso que no se denota con intensidad en el siglo XVIII al fortalecerse la presencia de integrantes de las élites regionales payanesas en las instituciones religiosas del obispado.

Se pensó el espacio desde dos perspectivas definidas por el ámbito jurisdiccional y territorial, así como por el ejercicio del poder y la mentalidad de la época. Así, un tipo de características encierra la capital obispal como centro ordenador de las realidades eclesiásticas del obispado y otras son el tipo de lógicas territoriales gestadas con la comprobada circulación y movimiento de capitulares y prebendados. Respecto del primer asunto, se considera la capital del obispado como una ciudad episcopal; en cuanto al segundo, el obispado como espacio jurisdiccional se convirtió en punto de partida para comprender las realidades vinculantes que envuelven el problema de la promoción en Indias, lo cual significa que Popayán como unidad obispal fue solo una excusa para estudiar el mundo de la élite eclesiástica de Indias meridionales y su relación con las catedrales, el virrey del Perú, la corte real en Madrid y la corte papal en Roma.

Como propone Óscar Mazín, en Indias, “la ciudad es, inexorablemente, compañera del imperio”,57 de modo que es el espacio donde se personificaba de manera simbólica y material la diversidad de poderes que en ella habitaban, lo cual le brinda una importante complejidad al convertirse en teatro de fricciones, conflictos, pactos y negociaciones entre corporaciones, estamentos e indistintos grupos sociales. La ciudad fue aparato de representación del poder del rey y, por ende, de la monarquía, hogar de los intereses económicos y políticos de las élites locales, eje de intermediación de las relaciones entre quienes la habitaban de manera permanente y pasajera. Además, las ciudades en Indias tuvieron un tipo de vocación definida por la predominancia de un rasgo social, político o cultural, con lo cual aparecen las ciudades capitales virreinales, las ciudades de letras, las ciudades mineras, las ciudades frontera, y la que más nos interesa, las ciudades episcopales.

El obispado de Popayán, que ocuparía una gran porción del territorio neogranadino en términos jurisdiccionales, estaría vinculado a la Audiencia de Quito y, por evidente cercanía, a la Audiencia de Santa Fe. No obstante, como menciona Joanne Rappaport, y bien se comprobará, indiferente de la distancia y de las necesidades locales, en general, ciudades como Santa Fe y Quito estaban vinculadas en términos políticos y eclesiásticos a Lima y España, gracias al poder articulador del virrey en Lima como por la autoridad religiosa.58 Para profundizar en esta consideración, el estudio de las carreras y de las relaciones y redes de los obispos y prebendados del obispado de Popayán en el periodo de estudio ha permitido constatar que la llamada cultura colonial aislada o separada59 con la que se definió al obispado y gobernación de Popayán es inexistente, en la medida en que si bien la distancia complicaba la celeridad en las comunicaciones, los vínculos entre sujetos y corporaciones de poder se mantenían y fortalecían, con lo cual se creaban conexiones políticas y trasatlánticas que demuestran la posibilidad que tenía un obispo o un capitular de mantener nexos en distintos lugares de la monarquía hispánica, con lo cual vencían la distancia y ampliaban el rango de influencia de élites y grupos de poder en Indias.

La propuesta inicial consideraba la espacialidad desde la jurisdicción territorial del obispado de Popayán, pero, a medida que se fueron descubriendo las relaciones de los obispos y prebendados payaneses, se establecieron evidentes nexos con Quito, Santa Fe, Cartagena de Indias, Cuzco, Guamanga y la Ciudad de los Reyes, ciudades establecidas en el área que comprende las ya mencionadas Indias meridionales, así como con Sevilla, Madrid y Roma, lo cual demuestra que las barreras geográficas, reales para la época, fueron superadas con la existencia y con el mantenimiento de relaciones a partir de cartas y epístolas escritas. Esto hace que se considere hablar de una geografía de estudio más amplia, tomando como punto de partida a prelados y capitulares payaneses, y sus relaciones en el mundo hispánico.

Acercamientos historiográficos

No son muy profusos en la historiografía colombiana los trabajos y las investigaciones dedicados a la reflexión sobre arzobispos, obispos, cabildos catedrales, prebendados y canónigos, citándose a menudo de manera sintética o a pie de página algunos hechos relevantes que vinculan la historia eclesiástica con problemas históricos más específicos, como el de la conquista del Nuevo Reino de Granada, las primeras décadas de poblamiento español, las reformas borbónicas, la independencia y los conflictos Iglesia-Estado en el siglo XIX. Esta situación se genera inicialmente en un problema vinculado a los archivos episcopales y de las órdenes religiosas, pues o son inexistentes o tienen accesos restringidos a los investigadores, o los investigadores les han prestado poca importancia a los roles culturales y sociopolíticos cumplidos por la Iglesia y sus mediadores a lo largo de la historia. Los trabajos que existen sobre este tipo de relaciones y roles se circunscriben a los siguientes aspectos: a) los manuscritos de los cronistas de Indias y las relaciones histórico-geográficas propias de los siglos XVI y XVII, que hacen parte de la denominada historiografía indiana; b) las historias institucionales editadas o promovidas desde la Iglesia católica; c) los trabajos de los historiógrafos del siglo XIX quienes escribían la historia tal y como aparecía en los documentos, y d) las reflexiones propias de la producción universitaria de las escuelas de historia nacional y regional, y a las llamadas academias de historia conformadas, en su mayoría, por historiadores aficionados. Tales limitantes en el ejercicio historiográfico nacional son una de las mayores motivaciones para realizar este libro. A continuación, se referirán los trabajos, las investigaciones y los autores, que, privilegiando los siglos XVI y XVIII, hacen mención en sus reflexiones de uno o varios de estos aspectos.

De la historiografía temprana denominada indiana, conformada por crónicas, genealogías y relaciones histórico-geográficas que hacen mención de diversos datos biográficos de los obispos de Popayán entre los siglos XVI y XVII, se encuentran, principalmente, referencias sobre el estado del obispado, el cobro de los diezmos, de la cantidad de indios y doctrinas existentes, y del gobierno de los prebendados y de los obispos Del Valle y De la Coruña.60 Del grupo de los historiógrafos del siglo XIX, se presenta inicialmente la Historia eclesiástica y civil de Nueva Granada,61 de José Manuel Groot, obra en tres volúmenes publicada en 1856, que narra de manera episódica los principales acontecimientos civiles y eclesiásticos neogranadinos, e integra bajo una perspectiva nacional los procesos regionales. Este trabajo, reconocido como parte de la historiografía conservadora colombiana del siglo XIX,62 nació dentro de la agudización del enfrentamiento entre la Iglesia y el Estado. Groot describe de manera muy general a algunos obispos payaneses y su labor en el proceso de adoctrinamiento y evangelización de los indios, el proceso de construcción de la catedral, la promoción de algunos prebendados del cabildo catedral payanés al cabildo eclesiástico santafereño y las labores misioneras y educativas de órdenes como la franciscana y la jesuita. En este mismo tono apologético y decimonónico, están, desde el ámbito regional, Gustavo Arboleda63 y Jaime Arroyo,64 quienes, respectivamente, a partir de la lectura de las actas del cabildo de Cali y Popayán, se dedicaron a escribir o transcribir la información y los datos de los documentos capitulares que presentan varias menciones de prelados y capitulares payaneses.

Cuatro trabajos auspiciados y promovidos desde el arzobispado de Popayán en años distintos, 1875, 1892, 2014 y 2018, narran la historia de esta sede en lo que se puede considerar como los referentes de su historia institucional. El primero, titulado Historia de la diócesis de Popayán,65 contiene dos textos, uno de Manuel Antonio Bueno y Quijano, canónigo y vicario capitular payanés, quien escribió la historia del obispado desde 1546 hasta la última mitad del siglo XIX, en que dio cuenta de manera particular de los obispos, las órdenes religiosas, los conventos y las corporaciones católicas que hicieron parte de la vida religiosa payanesa. De manera lineal, y utilizando documentos del archivo del arzobispado, Bueno cuenta cómo evolucionó y progresó la institucionalidad católica hasta bien entrado el siglo XIX, para demostrar cuáles habían sido los aportes que prelados, prebendados, religiosas y misioneros habían brindado a la región. El segundo texto, de tono apologético, fue obra de Juan Buenaventura Ortiz, obispo de Popayán. Lo escribió en 1892 a partir de la lectura de las actas del cabildo eclesiástico de Popayán. Presenta transcripciones documentales que exponen los acontecimientos que considera más relevantes para presentar una “verdadera historia eclesiástica de la Diócesis de Popayán”.66 El año de impresión de esta Historia de la diócesis de Popayán, compuesta por los manuscritos inéditos de Bueno y Quijano y Ortiz, fue 1942, gracias al auspicio de la Academia Colombiana de Historia y de su presidente, Tulio Enrique Tascón.67 Este determinó que, ante la necesidad de que se adicionara un trabajo de historia eclesiástica a la colección Biblioteca de Historia Nacional, se editaría un libro dedicado a la historia institucional de la Iglesia católica en Popayán y el Cauca, región de la que era oriundo.

La segunda obra, titulada Popayán. Religión, arte y cultura,68 fue publicada en 2014, y si bien está también dedicada a narrar la historia del obispado desde 1546 hasta el inicio del siglo XXI, exalta la labor eclesiástica liderada por la Iglesia católica en Popayán desde el arte religioso. Así, con una propuesta llamada dos realidades y un espíritu este trabajo recopila, desde los documentos históricos y las obras de arte religioso, la importancia de la presencia de la Iglesia católica y el catolicismo en toda la región payanesa y caucana, pues, explicativamente, no se concibe la historia de esta región si no se entiende desde el espejo de la religión católica. De manera novedosa, su editor, el presbítero Raúl Ortiz Toro, no solo consulta y trabaja los documentos del archivo del arzobispado, sino que logra identificar otras fuentes históricas y de interpretación en el Archivo General de Indias y el Archivo Central del Cauca, además de apelar a algunas obras de historiografía regional para complementar los datos referidos al protagonismo de obispos y del cabildo eclesiástico en diversos acontecimientos payaneses. Cabe decir que el capitulado no está estructurado por periodos históricos lineales, sino por el arte, el mobiliario y la arquitectura religiosa, así como por las órdenes religiosas, el cabildo catedral, los obispos y las cofradías. Se destaca, además, su impresión en gran formato, en que las principales obras artísticas que constituyen las colecciones del Museo Arquidiocesano de Popayán muestran la riqueza en custodias, mobiliarios y pinturas de arte quiteño colonial.

El último trabajo, Popayán y sus obispos,69 es de fecha reciente (2018); su autor, Raúl Ortiz Toro, es integrante de la curia payanesa y es el mismo compilador de la obra referenciada con antelación, quien se dedica a presentar la biografía de los obispos de Popayán entre 1546 y 1714, apelando más al comentario de las fuentes primarias e históricas que se hallan en el Archivo Histórico Arquidiocesano de Popayán, que se encuentra cerrado al público, que a realizar un ejercicio de interpretación y explicación de la importancia de estos integrantes de la alta clerecía para comprender problemas sustantivos de la historia política indiana. Con esto se presentan las biografías de los catorce obispos que gobiernan y administran el obispado payanés en este periodo, sin relacionarlos con su contexto, sin evidenciar de manera sustantiva sus relaciones, obviando, además, un conjunto amplio de documentos del Archivo General de Indias, vitales para comprender el sentido de las carreras eclesiásticas de estos prelados en el mundo hispánico. En conclusión, ambos libros ofrecen importantes datos biográficos sobre obispos y prebendados que posibilitan la fácil identificación de fuentes históricas, además que apoyan la elaboración de un marco general contextual del obispado.

Hay que destacar la labor de divulgación y publicación que a mediados del siglo pasado hizo la Academia Colombiana de Historia de varios textos y trabajos inscritos en la Biblioteca de Historia Eclesiástica Fernando Caycedo y Flórez, los cuales atesoran datos biográficos de prelados, religiosos y dignidades catedralicias de Popayán. Entre las obras de esta colección, sobresale el tomo dedicado al Cabildo Eclesiástico de la Arquidiócesis de Bogotá escrito por José Restrepo Posada,70 publicado en 1971, que presenta las biografías de la totalidad de dignidades y prebendados de esta corporación, algunos provenientes del cabildo payanés, entre los siglos XVI y XX. En la colección Biblioteca Eduardo Santos, también dirigida por la Academia, se encuentra la obra Popayán, ciudad procera,71 de Luis Martínez Delgado, que contiene un capítulo dedicado a la iglesia en Popayán en que se listan los obispos de esta diócesis desde 1546 hasta el siglo XIX con algunos datos biográficos y de sus nombramientos, además de relacionar las “antigüedades y reliquias históricas”72 conservadas en la ciudad.

Referente a las publicaciones periódicas, es necesario resaltar el Boletín de Historia y Antigüedades, revista seriada de la Academia, que publica desde 1902 artículos y colaboraciones de académicos e investigadores nacionales e internacionales; en una relación hecha en 2011 por Luis Carlos Mantilla Ruiz73 sobre los artículos de historia de la Iglesia en Colombia publicados en el Boletín, el autor propone los siguientes ejes y temas de lo que denomina la “historiografía eclesiástica colombiana”: a) arzobispos y obispos, b) Arquidiócesis de Bogotá, c) órdenes religiosas y religiosos prominentes, d) obras y lugares, e) relaciones con el Vaticano y f) Iglesia e independencia. Siguiendo estos ejes, y en un trabajo de revisión intensiva de los casi mil ejemplares que conforman el Boletín, se identificaron sobre el obispado de Popayán referencias a prebendados,74 a las doctrinas franciscanas,75 al cariz indigenista del obispo Juan del Valle,76 a los pleitos que llevaron al destierro del segundo obispo de Popayán fray Agustín de la Coruña77 y al sínodo convocado por el primer arzobispo de Santa Fe, fray Juan de los Barrios, al cual no asistiría el obispo Del Valle.78

Desde la historiografía regional del suroccidente colombiano que tiene dos epicentros importantes de investigación en los departamentos de Historia de la Universidad del Valle y de la Universidad del Cauca, la alusión a temas relacionados con la Iglesia católica en la Colonia se ha remitido a la mención de personajes eclesiásticos, sin ahondar en mayores problemas religiosos y sin profundizar en el protagonismo de la Iglesia católica en los procesos históricos payaneses.79

Situado entre esta historia académica y la historia científica, se encuentra la obra de Juan Friede, historiador nacionalizado colombiano de origen ucraniano, quien es considerado uno de los padres de la historia social, la nueva historia y la etnohistoria en Colombia. Friede, desde que inició su trabajo histórico en la década de 1940, denotó su interés por estudiar el pasado indígena alejándose de las definiciones tradicionales presentes en las obras de historia oficial colombiana. Así es como nacen dos de las compilaciones documentales más importantes para la historia del Nuevo Reino de Granada en el siglo XVI: Fuentes documentales para el estudio de la historia del Nuevo Reino de Granada desde la instalación de la Real Audiencia de Santa Fe80 y Documentos inéditos para la historia de Colombia (1509-1550),81 en que es posible encontrar el acta de erección del obispado de Popayán; cartas y relaciones del primer obispo, Juan del Valle; documentos sobre el tratamiento de los indios en las encomiendas; documentos sobre el sínodo de Popayán de 1555; cartas al rey comentando el estado del obispado entre 1549 y 1560, entre otros.

Además de estas compilaciones documentales y sus trabajos sobre los indios del Nuevo Reino de Granada en el siglo XVI, destaca la biografía que escribe sobre el primer obispo de Popayán, con lo cual demuestra la importancia de trabajar a prelados y eclesiásticos, al ser protagonistas permanentes de los sucesos indianos. El impacto de esta obra en la historiografía colombiana fue importante en la medida en que a lo largo del tiempo se ha reproducido la idea de que el primer obispo de Popayán, Juan del Valle, fue abierta y expresamente indigenista,82 es decir, como una de las figuras preclaras del indigenismo indiano. Más allá de la visión presentada por Friede, hay que resaltar que es el texto que más explicaciones brinda sobre el proceso inicial de constitución del obispado payanés y sobre las formas en que el obispo y su cabildo enfrentaron la realidad religiosa payanesa.

Otro panorama historiográfico se presenta en España y México con respecto al estudio de prelados, cabildos catedrales y prebendados vinculados a problemas como los de la administración obispal y decimal, los conflictos de jurisdicción y las redes, clientelas y movilidades eclesiásticas. Existe un gran recorrido por parte de ambas historiografías en la indagación sobre los cabildos catedrales, lo cual se permite gracias a la accesibilidad a los archivos catedralicios que son los que contienen los documentos referidos a las acciones y decisiones de esta corporación. Se deben destacar los trabajos de Óscar Mazín,83 Leticia Pérez Puente84 y José Gabino Castillo,85 los cuales demuestran cómo el estudio de esta corporación no pasa solo por las lógicas de poder interno, sino por todo un eje de colegialidades, circulaciones y relaciones políticas y sociales que enriquecen el panorama de estudio sobre el poder eclesiástico.

Para el caso de la historiografía española, es posible encontrar libros y artículos que trabajan desde perspectivas muy diversas la importancia del cabildo catedral y sus fuentes de ingreso, así como los vínculos capitulares se muestran mediados y normados a partir del poder y el prestigio, categorías que, en suma, determinan los grados de reciprocidad capitular y de ascenso eclesiástico, y las convivencias y los conflictos que se desatan con otros agentes, instituciones y corporaciones;86 o la procedencia y la movilidad de prebendados y canónigos, las relaciones que el cabildo catedral tiene con los obispos y las estrategias utilizadas por diversas familias para mantener sus prebendas.87

Sobre este tema existen trabajos que demuestran cómo el estudio de un obispado y de su cabildo catedral pasan no solo por los análisis institucionales, pues se vinculan asuntos del ámbito político, social y familiar, sin dejar de lado las implicaciones mismas del poder y de la autoridad eclesiástica en la generación de tensiones y conflictos jurisdiccionales con otras esferas. Hay que resaltar los trabajos centrados en el estudio de los cabildos catedrales a partir del análisis de las movilidades de los prebendados, pues identifican los estudios realizados, las procedencias geográficas, el tiempo de permanencia en los cabildos, las vicisitudes de los procesos de selección de canónigos y prebendados,88 las trayectorias y cursus honorum, los servicios y méritos eclesiásticos y los linajes familiares, elementos determinantes para aspirar a una promoción en la carrera eclesiástica.89 Estas reflexiones presentan las formas en que los integrantes de las élites catedralicias hispanas idearon estrategias familiares, políticas y sociales para conseguir una promoción eclesiástica.90

Necesario es también pensar en el proyecto sociocultural que los prebendados ponían en ejecución durante su estancia catedralicia, pues se puede comprender la apropiación que hizo el capitular de su prebenda en la capital episcopal,91 así como establecer las redes y clientelas que conformaban y de las que hacían parte.92 No sobra decir que, incluso, a partir de la figura de un prebendado es posible estudiar el acontecer cotidiano, eclesiástico y político de una diócesis,93 los asuntos de administración religiosa, financiera y decimal de los obispados,94 de construcción de la iglesia catedral,95 las actitudes ante la muerte96 y los conflictos y las tensiones que los enfrentaban con otros poderes, como el obispal, el virreinal o el civil en general.97

Haciendo un balance preliminar, todas las anteriores líneas y características de investigación y reflexión historiográfica entienden los cabildos catedrales como una de las élites y corporaciones de relevancia de la clerecía y de los episcopados católicos,98 de ahí la importancia de estudiar sus vínculos. Como bien señala Rodolfo Aguirre en la presentación del libro colectivo Carrera, linaje y patronazgo. Clérigos y juristas en Nueva España, Chile y Perú (siglos XVI-XVIII),99 apelar a la realización de biografías colectivas y, en suma, de prosopografías independiente de la crítica como método permite, en el caso del estudio de eclesiásticos y juristas, acercarse a las relaciones que establecían con otros individuos, grupos de poder y clientelas, pero también al estudio de la personalidad y los aspectos privados y públicos de estas élites que conformaron el grueso de la burocracia hispánica en Indias.

Mención aparte hay que hacer de los trabajos dedicados al estudio de perfiles o biografías de arzobispos y obispos en que se elaboran descripciones de la personalidad y el carácter de estos personajes, sus administraciones y proyectos episcopales, y los obstáculos diversos que enfrentaban en sus sedes. Estos estudios son profusos en la historiografía hispanoamericana en la medida en que fueron figuras más prominentes y de mayor exaltación histórica en la burocracia religiosa imperial. Así, son varios los análisis escritos sobre los arzobispos peruanos y novohispanos, mientras en el caso del Nuevo Reino de Granada hay un particular interés por los dos primeros arzobispos de Santa Fe (fray Juan de los Barrios100 y fray Luis Zapata de Cárdenas101) y por Antonio Caballero y Góngora, arzobispo virrey.102

Los problemas de estudio de las figuras episcopales en general se centran en las relaciones que estos establecieron con su entorno político y social, es decir, con otras corporaciones de poder civil, lo cual muestra la capacidad de gestión y actuación que, como figuras destacadas, tenían en virreinatos, audiencias y gobernaciones;103 en las formas en que los prelados administraban justicia y se comportaban en los tribunales eclesiásticos que dirigían;104 en las relaciones cordiales o de conflicto que podían existir con sus prebendados y cabildos catedrales;105 en las administraciones eclesiásticas vistas desde la larga duración como el proyecto mismo de consolidación de un obispado,106 y en los procesos de selección de obispos y arzobispos para la provisión de las sedes indianas.107

Ahora bien, estudiar la estructura de la Iglesia católica en Indias debe pasar por comprender que esta contenía divisiones según el cuerpo o estamento al que se pertenecía, pues así se determinan tanto los esquemas de pertenencia como el tipo de proyectos y deberes que cumplía cada agente eclesiástico. Este elemento es importante en la medida en que así se establecen tanto los esquemas de promoción como los tipos de conflictos y competencias que se gestaron entre seculares y regulares, o entre obispos y cabildos catedrales. Refiere al respecto Elliot que la “clase dirigente eclesiástica estaba dividida en cuerpos que competían, con sus prioridades, intereses y espacios de autonomía propios”.108 Un elemento adicional entra a jugar en las disputas internas de la Iglesia católica, y es el constante posicionamiento de las autoridades civiles en estos conflictos, lo cual muestra, no solo la mixtura de intereses locales que podrían haber en obispados y audiencias, sino también una de las consecuencias expresas del patronato regio que obligaba a las corporaciones indianas y a sus oficiales reales a discernir y resolver los conflictos que se gestaban cotidianamente entre los diversos cuerpos y representantes de la Iglesia en Indias.

La obra de Mazín es uno de los mejores exponentes de la posibilidad de conectar los conflictos, las redes y las figuras catedralicias y episcopales entre sí a partir de la propuesta de la presencia de una red de catedrales indianas. En Gestores de la real justicia. Procuradores y agentes de las catedrales hispanas nuevas en la corte de Madrid, 1568-1640,109 desde una perspectiva trasatlántica, da seguimiento a las trayectorias de cuatro procuradores enviados a Madrid en representación de la catedral de Ciudad de México para dar solución a los problemas de doctrinas y diezmos que se presentaban en territorio novohispano; así el autor realiza un análisis comparativo entre las principales sedes episcopales novohispanas e indianas, para demostrar esta red de alianzas y de asuntos comunes entre catedrales, con lo cual muestra la necesidad de vincular a Indias con España, de tener presente la posibilidad de representación de las catedrales indianas en un espacio de poder como las cortes y el funcionamiento de las clientelas como mecanismos de negociación y resolución de conflictos entre diversas jurisdicciones.

Existe una preponderancia metodológica e interpretativa a estudiar el acontecer eclesiástico de las catedrales indianas desde la perspectiva de los arzobispos y obispos. Esto vincula al personaje con su contexto, pero, además, permite identificar cómo los conflictos jurisdiccionales traían consigo intereses y proyectos colectivos, y también las miradas individuales de quienes eran sus protagonistas, sus motivaciones e ideas, y sus actos existenciales, en la medida en que asocia y relaciona a los protagonistas del poder con otros actores, ideas y corporaciones de su contexto.110

Estructura del trabajo

El ejercicio histórico e historiográfico que se realizó junto con las indagaciones y descubrimientos resultó en cinco capítulos divididos en tres partes, que intentan dar cuenta de las preguntas y de los objetivos de investigación presentados. La primera parte, titulada “Biografías y trayectorias colectivas”, está conformada por dos capítulos: el primero “Que corresponda el mérito al servicio. Carreras eclesiásticas, colegialidad y promoción capitular de los prebendados del cabildo catedral de Popayán”, dedicado al estudio de las trayectorias de los cincuenta prebendados que hicieron parte del cabildo catedral payanés, así como al tipo de relaciones que establecieron entre ellos y así conocer por qué no pudo consolidarse la planta del cabildo catedral. El segundo capítulo, llamado “‘El obispo indigenista, el obispo hechicero y el obispo indigno’. Trayectorias individuales y biografías de tres obispos de Popayán”, presenta las biografías de tres obispos de Popayán, para demostrar que, a pesar de la información documental reducida, dispersa o residual, es posible analizar las trayectorias eclesiásticas de estos personajes retomando aspectos públicos y privados de sus vidas en las fuentes históricas.

La segunda parte, denominada “Contextos, conflictos y negociaciones”, está compuesta por dos capítulos. El capítulo tres, titulado “Gestión y vinculación de un espacio divino. Los problemas de construcción de la catedral de Popayán”, está dedicado, como su nombre lo indica, al estudio de los problemas de edificación de la catedral, en que se demuestran las tensiones económicas y políticas que entorpecieron la gestión constructiva de este espacio sagrado y los diversos obstáculos que dificultaron la vinculación de estamentos y corporaciones para lograr una exitosa edificación del edificio catedralicio. Y en “Parece esta tierra más tierra de Babilonia que de don Carlos. Discordias, conflictos y negociaciones en un territorio episcopal”, que corresponde al capítulo cuatro, se analizan tres procesos de conflicto y tensión, y una propuesta de negociación, en que estuvieron vinculados obispos de Popayán, con lo que fue posible determinar cuál fue el contexto, el escenario en que se desenvolvieron los sujetos de estudio, así como la resonancia que tuvieron estas dinámicas en la corte en Madrid.

La tercera parte del trabajo, titulada “Redes y conexiones episcopales”, contiene el último capítulo centrado en la elaboración y en el análisis de las redes complejas de los obispos de Popayán, para lo cual fue necesario establecer los aspectos más característicos de sus cursus honorum y los argumentos que llevaron a ciertos candidatos a esta sede episcopal a no aceptarla. Por cuestiones de riqueza documental, fue posible componer siete grafos de obispos de Popayán, que muestran un amplio universo de relaciones económicas, clientelares, patronales, de amistad y, por supuesto, de promoción; incluso, se pudo identificar un grupo creciente de agentes y procuradores en corte que se dedicaban a fomentar las candidaturas de los obispos a sedes episcopales de mayor prestancia que la payanesa.

1 Stefanie Gänger, “Circulation: Reflections on Circularity, Entity, and Liquidity in the Language of Global History”, Journal of Global History 12 (2017): 304-305.

2 Véase Sanjay Subrahmanyam, “Holding the World in Balance: The Connected Histories of the Iberian Overseas Empires, 1500-1640”, The American Historical Review 112, núm. 5 (diciembre de 2007): 1369-1385.

3 Serge Gruzinski, “Les mondes mêlés de la Monarchie catholique et autres ‘connected histories’”, Annales. Histoire, Sciences Sociales 56e Année, núm. 1 (febrero de 2000): 87.

4 Mark A. Burkholder y D. S. Chandler, De la impotencia a la autoridad: La corona española y las audiencias en América 1687-1808, Primera (México: Fondo de Cultura Económica, 1984), 16.

5 Véase Murdo J. Macleod, “Self-Promotion: The Relaciones de Méritos y Servicios and Their Historical and Political Interpretation”, Colonial Latin American Historical Review 7, núm. 1 (Winter de 1998): 25-42.

6 León Lopetegui y Félix Zubillaga, Historia de la Iglesia en la América española: Desde el descubrimiento hasta comienzos del siglo XIX. México. América Central. Antillas, Biblioteca de Autores Cristianos 248 (Madrid: La Editorial Católica, 1965), 127.

7 Véase Ricardo Nuno de Jesus Ventura, “A Companhia de Jesus na Índia (1542-1622): Actividades religiosas, poderes e contactos culturais” (Lisboa, Universidade de Lisboa, 2011); Maria d Deus Beites Manso, A Companhia de Jesus na Índia (1542-1622): Actividades religiosas, poderes e contactos culturais (Macau-Évora: Universidade de Évora-Universidade de Macau, 2009); Celio Juvenal Costa, “Os jesuitas no Brasil: Servos do papa e súditos do rei”, Diálogos 10, núm. 2 (2006): 37-61; Pius Malekandathil, “Cross, Sword and Conflicts: A Study of the Political Meanings of the Struggle between the Padroado Real and the Propaganda Fide”, Studies in History 27, núm. 2 (2011): 251-67, https://doi.org/10.1177/0257643012459418.

8 Alberto de La Hera, “La legislación del siglo XVIII sobre el Patronato Indiano”, Revista Chilena de Historia del Derecho 6 (1970): 98.

9 Paulino Castañeda Delgado y Juan Marchena Fernández, La jerarquía de la Iglesia en Indias: El episcopado americano, 1500-1850 (Madrid: Mapfre, 1992), 221.

10 John H. Elliot, Imperios del mundo Atlántico: España y Gran Bretaña en América (1492-1830) (Madrid: Taurus, 2006), 270-271.

11 Véase Macleod, “Self-Promotion”.

12 Lawrence Stone, El pasado y el presente (México: Fondo de Cultura Económica, 1986), 61-62.

13 Véase José María Imízcoz, “El paradigma relacional: Actores, redes, procesos para una historia global”, en Gobernar y reformar la monarquía: Los agentes políticos y administrativos en España y América. Siglos XVI-XIX, ed. Michel Bertrand, Francisco Andújar y Thomas Glesener, Colección Historia de España y su proyección internacional, XII (Valencia: Albatros, 2017), 65-80; Michel Bertrand, Grandeza y miseria de un oficio: Los oficiales de la Real Hacienda de la Nueva España, siglos XVII y XVIII, trad. Mario Zamudio, Sección de obras de Historia (México: Fondo de Cultura Económica-El Colegio de Michoacán-Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos-Embajada de Francia-Instituto Mora-CIDE, 2011).

14 Surge esta propuesta metodológica del “Análisis relacional”, el cual “parte de un seguimiento nominal de una serie de individuos, a través de una explotación intensiva de la documentación notarial, judicial y parroquial; reconstruye sus interacciones y configuraciones, en José María Imízcoz, “Actores y redes sociales en Historia”, en Redes sociales y económicas en el mundo bajomedieval, ed. David Carvajal de la Vega, Javier Añibarro Rodríguez y Vítores Casado (Valladolid: Castilla Ediciones, 2011), 23.

15 Sobre la definición, alcances y características de la prosopografía como método para la historia ver: Stone, El pasado y el presente, 61-62.

16 Véase Fernando de Arvizu y Galarraga, “Criterios para la provisión de sedes episcopales en Indias (1601-1650)”, Anuario de Historia del Derecho Español, núm. 68 (1998): 151-70; José Manuel Latorre Ciria, “Perfiles de un grupo eclesiástico: Los canónigos aragoneses del último tercio del siglo XVIII”, Hispania Sacra 61, núm. 124 (diciembre de 2009): 545-569; Fernanda Olival y Gonçalo Nuno Monteiro, “Mobilidade social nas carreiras eclesiásticas em Portugal (1500-1820)”, Análise Social 37, núm. 165 (inverno de 2003): 1213-1239; Fernando Negredo del Cerro, “Clientelas y estrategias eclesiásticas en palacio: La capilla real como plataforma de ascenso social en el barroco”, en Iglesia, poder y fortuna: Clero y movilidad social en la España moderna, ed. Enrique Soria Mesa y Antonio J. Díaz Rodríguez (Granada: Editorial Comares, 2012), 7-28; Antonio Irigoyen López, “Del campo a la ciudad: Los racioneros Guerrero y la promoción social de su familia”, Historia y Genealogía, núm. 4 (2014): 75-90; Maximiliano Barrio Gozalo, El Real Patronato y los obispos españoles del Antiguo Régimen (1556-1834) (Madrid: Centro de Estudios Políticos Constitucionales, 2004).

17 Macleod, “Self-Promotion”, 26.

18 Víctor Hugo Medina Suárez, “La consolidación secular en el obispado de Yucatán, siglo XVIII” (Tesis para optar al grado de Doctor en Historia, Zamora-Michoacán, Centro de Estudios Históricos-El Colegio de Michoacán A. C., 2014), 186.

19 Macleod, “Self-Promotion”, 37.

20 Sobre la relación entre el miedo y la muerte plantea Delumeau: “el miedo es ambiguo. Inherente a nuestra naturaleza, es una muralla esencial, una garantía contra los peligros, un reflejo indispensable que permite al organismo escapar provisionalmente a la muerte”, en Jean Delumeau, El miedo en Occidente (siglos XVI-XVIII): Una ciudad sitiada (Madrid: Taurus, 2002), 98.

21 Michel Vovelle, Ideologías y mentalidades (Madrid: Alianza, 1999), 45.

22 Philippe Ariès, El hombre ante la muerte (Madrid: Taurus, 1983), 500.

23 Carolina Abadía Quintero, De cómo salvar el alma: Estudio de la religiosidad popular, devocional y testamental de Santiago de Cali (1700-1750) (Cali: Unidad de Artes Gráficas de la Facultad de Humanidades Universidad del Valle, 2014), 84.

24 Julia Pavón Benito y Ángeles García de la Borbolla Paredes, Morir en la Edad Media: La muerte en la Navarra medieval (Valencia: Universitat de Valencia, 2007), 15.

25 Sobre este tipo de estructura diplomática testamental ver el estudio preliminar realizado por Kordik y Goic en un grupo considerable de testamentos chilenos del siglo XVI y XVIII, en Raisa Kordik Riquelme y Cedomil Goic, Testamentos coloniales chilenos (Madrid: Universidad de Navarra-Editorial Iberoamericana, 2005), 4-5.

26 Guillaume Gaudin, El imperio de papel de Juan Díez de la Calle: Pensar y gobernar el Nuevo Mundo en el siglo XVII, sección de obras de Historia (Madrid: Fondo de Cultura Económica-El Colegio de Michoacán, 2017), 92.

27 Ibid., 92.

28 Guillaume Gaudin, “Las cartas de la primera audiencia de Manila (1584-1590): Comunicación, ‘fricción’ y retos de poder en los confines del imperio español”, en Gobernar y reformar la monarquía: Los agentes políticos y administrativos en España y América (siglos XVI-XIX), ed. Michel Bertrand, Francisco Andújar y Thomas Glesener, Colección Historia de España y su Proyección Internacional 12 (Madrid: Albatros, 2017), 141.

29 Ibid., 140-141.

30 Óscar Mazín, “IX. La incorporación de las Indias en la monarquía hispánica: Una lectura comparada”, en El gobierno de la virtud: Política y moral en la monarquía hispánica (siglos XVI-XVIII), ed. Juan Francisco Pardo Molero, Sección de Obras de Historia (Madrid: Fondo de Cultura Económica-Red Columnaria, 2017), 279.

31 Óscar Mazín, El cabildo catedral de Valladolid de Michoacán (México: El Colegio de Michoacán, A. C., 1996), 35.

32 Rodolfo Aguirre Salvador, ed., Carrera, linaje y patronazgo: Clérigos y juristas en Nueva España, Chile y Perú (siglos XVI-XVIII) (México: Centro de Estudios sobre la Universidad, UNAM-Plaza y Valdés, 2004), 10-11.

33 Ibid., 11.

34 Lucrecia Enríquez, “Carrera eclesiástica, Real Patronato y redes de poder en las consultas de la Cámara de Indias del clero secular chileno en el siglo XVIII”, en Carrera, linaje y patronazgo: Clérigos y juristas en Nueva España, Chile y Perú (siglos XVI-XVIII), ed. Rodolfo Aguirre Salvador (México: CESU, UNAM-Plaza y Valdés, 2004), XXII.

35 Ibid., XXII.

36 Michel Bertrand, “De la familia a la red de sociabilidad”, Revista Mexicana de Sociología 61, núm. 2 (junio de 1999): 119.

37 Ibid., 120.

38 Ricard Solé, Redes complejas: Del genoma a Internet (Barcelona: Tusquets, 2009), 19.

39 Nikolaus Bottcher, Bernd Hausberger y Antonio Ibarra, “Introducción”, en Redes y negocios globales en el mundo ibérico, siglos XVI-XVIII, ed. Nikolaus Bottcher, Bernd Hausberger y Antonio Ibarra, Bibliotheca Ibero-Americana 137 (México: El Colegio de México-Iberoamericana-Vervuert, 2011), 14.

40 Eric Van Young, “Social Networks: A Final Comment”, en Redes y negocios globales en el mundo ibérico, siglos XVI-XVIII, ed. Nikolaus Bottcher, Bernd Hausberger y Antonio Ibarra, Bibliotheca Ibero-Americana 137 (México: El Colegio de México-Iberoamericana-Vervuert, 2011), 306-307.

41 Véase José María Imízcoz, ed., Redes familiares y patronazgo: Aproximación al entramado social del País Vasco y Navarra en el Antiguo Régimen (siglos XV-XIX) (Bilbao: Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco, 2001); José María Imízcoz, “Actores, redes, procesos: Reflexiones para una historia más global”, Historia. Revista da Facultade de Letras 5 (2004): 115-140; Imízcoz, “El paradigma relacional”.

42 Imízcoz, “El paradigma relacional”, 67.

43 Ibid., 68.

44 María Isabel Sánchez Balmaceda, “Análisis de redes sociales e Historia: Una metodología para el estudio de redes clientelares” (Madrid: Universidad Complutense de Madrid-Facultad de Filosofía-Departamento de Lógica y Filosofía de la Ciencia, 1995), 19, http://biblioteca.ucm.es/tesis/19911996/H/2/AH2011901.pdf

45 Ibid., 19.

46 Ibid., 20.

47 Ibid., 20.

48 Solé, Redes complejas, 33.

49 Alejandro O. Velázquez Álvarez y Norman Aguilar Gallegos, “Manual introductorio al análisis de redes sociales: Medidas de centralidad. Ejemplos prácticos con UCINET 6.85 y NETDRAW 1.48” (Revista REDES, s. f.), 3, http://revista-redes.rediris.es/webredes/

50 Ibid., 3.

51 Ibid., 3.

52 Agueda Quiroga, Introducción al análisis de datos reticulares. prácticas con UCINET6 y NetDraw1. Versión 2 (Barcelona: Universidad Pompeu Fabra, Departamento de Ciencias Políticas, 2003), 20.

53 Ibid., 20.

54 Jonathan I. Israel, Razas, clases sociales y vida política en el México colonial, 1610-1670 (México: Fondo de Cultura Económica, 1980).

55 Arrigo Amadori, “Política americana y dinámicas de poder durante el valimiento del conde-duque de Olivares (1621-1643)” (Madrid, Tesis doctoral Facultad de Geografía e Historia, Departamento de Historia de América-Universidad Complutense de Madrid, 2011).

56 Ibid., 14.

57 Óscar Mazín, Iberoamérica: Del descubrimiento a la independencia, trad. Óscar Mazín y Víctor Romo de Vivar Gayol, Seminario de Textos Universitarios (México: El Colegio de México, 2007), 43.

58 Joanne Rappaport y Tom Cummins, Más allá de la ciudad letrada: Letramientos indígenas en los Andes, trad. Mercedes López Rodríguez, Colección Textos de Ciencias Humanas (Bogotá: Universidad del Rosario-Universidad Nacional de Colombia, 2016), 11.

59 Ibid., 11.

60 En Hermes Tovar Pinzón, Relaciones y visitas a los Andes: Siglo XVI, Colección de Historia de la Biblioteca Nacional (Bogotá: Colcultura-Instituto de Cultura Hispánica, 1992), 387-427. Véase “Descripción y relación del estado eclesiástico del obispado de San Francisco de Quito”, en Pilar Ponce Leiva, Relaciones histórico-geográficas de la Audiencia de Quito (siglos XVI-XIX), tomo ii: S. XVII-XIX, Fuentes para la historia andina (Quito: Marka. Instituto de Historia y Antropología Andina-abya-yala, 1994), 207-322, o Juan Flórez de Ocariz, Libro primero de las genealogías del Nuevo Reino de Granada (Madrid: Impreso de la Real Capital de su Majestad, 1674).

61 José Manuel Groot, Historia eclesiástica y civil de Nueva Granada, Biblioteca de Autores Colombianos, I (Bogotá: Ministerio de Educación Nacional-Ediciones de la Revista Bolívar, 1953).

62 Esta categorización es brindada por Bernardo Tovar Zambrano, La Colonia en la historiografía colombiana (Bogotá: Ecoe, 1990), 93-97.

63 Gustavo Arboleda, Historia de Cali desde los orígenes de la ciudad hasta la expiración del periodo colonial, vol. III, Biblioteca de la Universidad del Valle (Cali: Talleres Carvajal & Cía., 1956).

64 Jaime Arroyo, Historia de la gobernación de Popayán: Seguida de la cronología de los gobernadores durante la dominación española. Parte primera, conquista y colonización, vol. ii (Popayán: Imprenta del Departamento, 1907).

65 Juan Buenaventura Ortiz y Manuel Antonio Bueno y Quijano, Historia de la diócesis de Popayán: Dos estudios (Bogotá: abc, 1945), 430.

66 Ibid., 241.

67 Originario de la ciudad de Guadalajara de Buga, Tascón fue abogado, político, periodista, escritor e historiador de tendencia liberal; se le reconoce como especialista en derecho constitucional y administrativo. Fue senador y representante a la Cámara, además de gobernador del Valle del Cauca, presidente del Consejo de Estado, ministro de Educación, Minas y Petróleos, así como de Correos y Telégrafos.

68 Popayán. Religión, Arte y Cultura (Popayán: Arquidiócesis de Popayán-Talleres Feriva, 2014), 208.

69 Raúl Ortiz Toro, Popayán y sus obispos: La iglesia colonial en la antigua gobernación de Popayán. Serie biográfica de sus obispos (1546-1714) (Popayán: Arquidiócesis de Popayán, 2018).

70 José Restrepo Posada, Arquidiócesis de Bogotá-Cabildo Eclesiástico, vol. vi, Biblioteca de Historia Eclesiástica “Fernando Caycedo y Flórez”, IV (Bogotá: Kelly, 1971).

71 Luis Martínez Delgado, Popayán: Ciudad procera, vol. XVI, Biblioteca Eduardo Santos (Bogotá: Kelly, 1959).

72 Ibid., vol. XVI, 20.

73 Luis Carlos Mantilla Ruiz, Compartir los hallazgos: Colección de documentos inéditos publicados en el Boletín de Historia y Antigüedades (2001-2010) (Bogotá: s. e., 2011).

74 Enrique Otero D´Acosta, “Informe sobre la lápida mortuoria de la familia Guiral”, Boletín de Historia y Antigüedades (febrero de 1930).

75 Gregorio Fray Arcila Robledo, “Doctrinas franciscanas en el Nuevo Reino de Granada”, Boletín de Historia y Antigüedades (diciembre de 1938).

76 Juan Friede, “Juan del Valle, primer obispo de Popayán y su formación indigenista”, Boletín de Historia y Antigüedades (1961).

77 István Szászdi León Borja, “Un obispo de Popayán frente a la monarquía absoluta: Fray Agustín de la Coruña y el problema de las jurisdicciones episcopales”, Boletín de Historia y Antigüedades (diciembre de 2008).

78 José Restrepo Posada, “El sínodo diocesano de 1556”, Boletín de Historia y Antigüedades (septiembre de 1956).

79 Véase Nelly Vallecilla de Illera y Edinsón Granja, “La iglesia en la Gobernación de Popayán”, en Historia del Gran Cauca: Historia regional del suroccidente colombiano, ed. Alonso Valencia Llano (Cali: Rectoría Universidad del Valle-Instituto de Estudios del Pacífico-Centro de Estudios Regionales 1996), 79-83; y Peter Marzahl, Una ciudad en el imperio: El gobierno, la política y la sociedad de Popayán en el siglo XVII (Popayán: Universidad del Cauca, 2013).

80 Juan Friede, Fuentes documentales para la historia del Nuevo Reino de Granada desde la instalación de la Real Audiencia en Santafé, 10 tomos, Biblioteca Banco Popular 89 (Bogotá: Editorial Andes, 1975).

81 Juan Friede, Documentos inéditos para la historia de Colombia (1509-1550), vol. v (1538-1540) (Bogotá: Kelly, 1957).

82 Véase Albeiro Valencia Llano, “Don Juan del Valle y el movimiento indigenista en el territorio del Antiguo Caldas”, Revista de la Academia Colombiana de Historia Eclesiástica (2004); Nancy Cristina Constaín de Estrada, “La proclama institucional-humanista de Juan del Valle, primero obispo de Popayán y sus connotaciones en el contexto encomendero”, en Antropología y derechos humanos: Memorias del VI Congreso de Antropología de Colombia, ed. Carlos Vladimir Zambrano (Bogotá: Universidad de los Andes, 1994), 97-114; Antonio J. Echeverry Pérez, Teología de la liberación en Colombia: Un problema de continuidades en la tradición evangélica de opción por los pobres (Cali: Programa Editorial Universidad del Valle, 2007); Alonso Valencia Llano, Resistencia indígena a la colonización española: Resistencia militar indígena en la gobernación de Popayán (Cali: Universidad del Valle, 1991).

83 Mazín, El cabildo catedral.

84 Leticia Pérez Puente, Tiempos de crisis, tiempos de consolidación: La catedral metropolitana de la ciudad de México (México: Centro de Estudios sobre la Universidad, UNAM-El Colegio de Michoacán, A. C.-Plaza y Valdés, 2005).

85 José Gabino Castillo Flores, “La catedral de México y su cabildo eclesiástico, 1530-1612” (Tesis para optar al grado de Doctor en Historia, Zamora-Michoacán, Centro de Estudios Históricos-El Colegio de Michoacán A. C., 2013).

86 Rafael Marín López, El cabildo catedral de Granada en el siglo XVI (Granada: Universidad de Granada, 1998).

87 Antonio José Díaz Rodríguez y Ana Isabel López-Salazar Codes, “El cabildo catedralicio de Évora en la Edad Moderna (1547-1801)”, Historia y Genealogía, núm. 4 (2014): 2.

88 Véase Rodolfo Aguirre Salvador, “De las aulas al Cabildo Eclesiástico: Familiares, amigos y patrones en el Arzobispado de México, 1680-1730”, Tzintzun: Revista de Estudios Históricos, núm. 47 (2008): 75-114; Beatriz Comella Gutiérrez, “Los nombramientos episcopales para la Corona de Castilla bajo Felipe III, según el archivo histórico nacional: Una aproximación”, Hispania Sacra 60, núm. 122 (diciembre de 2008): 703-733; Lucrecia Enríquez, De colonial a nacional: La carrera eclesiástica del clero secular chileno entre 1650 y 1810 (México: Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 2005).

89 Véase Arturo Iglesias Ortega, “Élites eclesiásticas y sociedad en el siglo XVI: La extracción social de los capitulares compostelanos”, Estudios Humanísticos. Historia, núm. 10 (2011): 11-32; Latorre Ciria, “Perfiles de un grupo eclesiástico”.

90 Véase Leticia Agúndez San Miguel, “Carreras eclesiásticas y redes clientelares en la Castilla bajomedieval: La provisión de beneficios menores en el cabildo de la catedral de Burgos (1456-1470)”, Anuario de Estudios Medievales 44, núm. 2 (31 de diciembre de 2014): 665-87, https://doi.org/10.3989/aem.2014.44.2.01. Véase Carlos Ayllón Gutiérrez, “Los Soriano: Otro linaje eclesiástico en el cabildo de Cartagena”, Murgetana, núm. 120 (2009): 95-110.

91 Véase Enrique González González, “El arcediano de México don Juan Negrete (siglo XVI): Entre el oficio y la disipación”, Histórica (02528894) 36, núm. 1 (2012): 11-52; Francisco J. Sanz de la Higuera, “Carrera eclesiástica y algunos deslices de Felipe del Hoyo y Pedro Celestino Tomé, arcedianos de Burgos (1731-1784)”, Hispania Sacra 61, núm. 124 (diciembre de 2009): 649-690.

92 Véase Carmela Velázquez Bonilla, “Las funciones y las relaciones sociales, económicas y políticas de los miembros del Cabildo Catedralicio de la Diócesis de Nicaragua y Costa Rica (1531-1859)”, Revista de Historia, núm. 57-58 (diciembre de 2008): 65-83.

93 Véase Francisco José Sanz de la Higuera, “El deán burgalés Calderón de la Barca (1704-1773): Un modelo de clérigo en el Setecientos”, Historia y Genealogía, núm. 4 (2014): 7-30; Ángeles García de la Borbolla Paredes, “Algunas consideraciones sobre la actividad del cabildo de la catedral de Pamplona durante el episcopado de Arnaldo de Barbazán (1318-1355)”, Medievalismo: Boletín de la Sociedad Española de Estudios Medievales, núm. 23 (2013): 157-74; Tomás Sáenz de Haro, “Aspectos de vida cotidiana entre los capitulares de la catedral de Calahorra durante los siglos XII y XIII”, Kalakorikos: Revista para el Estudio, Defensa, Protección y Divulgación del Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de Calahorra y su Entorno, núm. 10 (2005): 151-94.

94 Véase Susana Villaluenga de Gracia, “La retribución a la Residencia Anual de los Canónigos en la Iglesia de Toledo (s. XVI)”, Pecunia: Revista de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, núm. 10 (2010): 299-346.

95 Francisco José Sanz de la Higuera, “El incendio de las casas de La Calera y el Cabildo Catedral de Burgos (1773-1776)”, Tiempos Modernos 27 (2013): 2.

96 Véase Ramón Sánchez González, “Religiosidad barroca y sentimientos ante la muerte en el Cabildo catedralicio de Toledo”, Studia historica. Historia moderna, núm. 18 (1998): 299-320.

97 Véase Susana Guijarro González, “Antigüedad, costumbre y exenciones frente a innovación en una institución medieval: El conflicto entre el maestrescuela y el Cabildo de la Catedral de Burgos (1456-1472)”, Hispania Sacra 60, núm. 121 (junio de 2008): 67-94; Alexandre Coello de la Rosa, “El cabildo catedralicio de Lima contra el párroco Alonso de Huerta por las rentas eclesiásticas (1592-1606)”, Revista de Historia Económica 23, núm. S1 (2005): 299-325.

98 Véase Pedro C. Quintana Andrés, “El cabildo catedral de Canarias: Una élite socioeconómica e ideológica de ámbito regional”, Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante, núm. 26 (2008): 221-48, https://doi.org/10.14198/RHM2008.26.07

99 Aguirre Salvador, Carrera, linaje y patronazgo.

100 Véase José Restrepo Posada, “El ilustrísimo señor don fray Juan de los Barrios”, Boletín de Historia y Antigüedades, s. f.; Mario Germán Romero, Fray Juan de los Barrios y la evangelización del Nuevo Reino de Granada, vol. IV, Biblioteca de Historia Eclesiástica “Fernando Caycedo y Flórez” (Bogotá: Academia Colombiana de Historia, 1960); Juan Friede, “Los franciscanos en el Nuevo Reino de Granada y el movimiento indigenista del siglo XVI”, Bulletin Hispanique, 1958; Diana Bonnett, “De la conformación de los pueblos de indios al surgimiento de las parroquias de vecinos: El caso del altiplano cundiboyacense”, Revista de Estudios Sociales 10 (octubre de 2001): 9-19.

101 Véase John Jairo Marín Tamayo, La construcción de una nueva identidad en los indígenas del Nuevo Reino de Granada: La producción del catecismo de fray Luis Zapata de Cárdenas (1576) (Bogotá: Icanh, 2008); John Jairo Marín Tamayo, “Disciplina y disciplinamiento social en el catecismo de fray Luis Zapata de Cárdenas (1576)”, Tiempos Modernos 25 (2012); John Jairo Marín Tamayo, “Las doctrinas de indios y la construcción de la identidad católica en el indígena colonial del Nuevo Reino de Granada (1556-1606)”, Antíteses 3, núm. 5 (2010): 71-94; Martha Lucía Pulido Correa, “El catecismo de fray Luis Zapata de Cárdenas (1576) traducción cultural: Tentativa de comprensión de la historia cultural y religiosa de Colombia”, Mutatis Mutandis: Revista Latinoamericana de Traducción 8, núm. 1 (s. f.): 148-62; Leticia Pérez Puente, “El asentamiento de la iglesia diocesana en Indias. Fundación y fracaso del seminario de Zapata de Cárdenas en Bogotá, 1582-1585”, Revista electrónica de Historia Moderna 7, núm. 24 (2012).

102 Véase Víctor Frankl, “La filosofía política del Arzobispo Virrey de Nueva Granada Antonio Caballero y Góngora”, Bolívar, 1951; José Luis Mora Mérida, “Ideario reformador de un cordobés ilustrado: El Arzobispo y Virrey don Antonio Caballero y Góngora” (Andalucía y América en el siglo XVIII: Actas de las IV Jornadas de Andalucía y América, Universidad de Santa María de la Rábida, marzo de 1984); José Manuel Pérez Ayala, Antonio Caballero y Góngora: Virrey y arzobispo de Santa Fe, 1723-1796 (Bogotá: Imprenta Municipal, 1951), http://repositorio.iaph.es/handle/11532/231103; Nelson Eduardo Rodríguez, “El imperio contrataca: Las expediciones militares de Antonio Caballero y Góngora al Darién (1784-1790)”, Historia Crítica 53 (mayo de 2014): 201-23; José Torre Revello, “La biblioteca del Virrey-Arzobispo del Nuevo Reino de Granada, Antonio Caballero y Góngora”, Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas 9 (1929): 27.

103 Véase Carlos M. Gálvez Peña, “Obispo, financista y político: El doctor don Feliciano de Vega y Padilla (1580-1641)”, Histórica 36, núm. 1 (2012): 97-133.

104 Véase Jorge Díaz Ibáñez, “La potestad jurisdiccional del obispo y cabildo catedralicio burgalés durante el siglo XV”, Medievalismo, núm. 22 (2012): 75-97.

105 Véase Henar Pizarro Llorente, “Los miembros del Cabildo de la catedral de Toledo durante el arzobispado de Gaspar de Quiroga (1577-1594)”, Hispania Sacra 62, núm. 126 (diciembre de 2010): 563-619; Miguel Ángel Sánchez García, “Una documentación inédita sobre el claustro de la catedral de Cuenca: La correspondencia de Juan de Herrera y el obispo Quiroga con el Cabildo Catedralicio”, Archivo Español de Arte 79, núm. 316 (30 de diciembre de 2006): 389-401, https://doi.org/10.3989/aearte.2006.v79.i316.25

106 Véase Álvaro Espinoza de la Borda, “Los obispos y la historia de la iglesia en Arequipa”, Hispania Sacra, núm. 57 (2005): 143-210.

107 Véase Galarraga, “Criterios para la provisión”.

108 Elliot, Imperios del mundo Atlántico, 301.

109 Óscar Mazín, Gestores de la real justicia: Procuradores y agentes de las catedrales hispanas nuevas en la corte de Madrid. I. El ciclo de México, 1568-1640 (México: El Colegio de México, 2007).

110 Véase Magnus Lundberg, Unificación y conflicto: La gestión episcopal de Alonso de Montúfar OP, arzobispo de México, 1554-1572 (México: El Colegio de Michoacán, A. C., 2009); Stafford Poole, Pedro Moya de Contreras: Reforma católica y poder real en la Nueva España, 1571-1591 (México: El Colegio de Michoacán, A. C., 2012).



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