Читать книгу Mapeando la comunicación comunitaria - Claudia Lucía Mora Motta - Страница 4

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Prólogo

Toda la teoría de la comunicación comunitaria cabe en un anaquel de libros o en una memoria USB. Es una cuestión de espacio y portabilidad que cada quien resuelve a su manera: a algunos nos gusta tener los libros y documentos, tocarlos para leerlos en papel, mientras que otros prefieren la pantalla brillante de las versiones digitales; es cuestión de gustos y de acceso. Pero, lo que la experiencia cotidiana aporta, la manera como el ser humano se enriquece en la práctica concreta y aprende a transformarse y a transformar, no cabe físicamente en ninguna parte porque ocupa el espíritu, que es una manera de llamarle a la relación poética entre el cerebro, el corazón y el hígado. En la experiencia concreta razonamos, amamos o experimentamos broncas con la realidad que nos sobrepasa, o aquella que con esfuerzo podemos mejorar.

Más aún, no habría teoría sin relato testimonial, ni especulación académica sin asidero en la experiencia vivida. Incluso aquellos que hacen teoría de la lectura y relectura de textos de otros, en algún momento se topan con el testimonio de lo vivido y con la reflexión de primera mano sobre lo pensado y lo sentido. Por ello, son valiosos los relatos desde la experiencia, los que rompen los muros de las aulas y se proyectan sobre la realidad social; los que se empapan de sentires e ideas de quienes viven el día a día de la comunicación en sus espacios comunitarios. Los que crecen y hacen crecer a otros con la práctica de la apropiación de la palabra en sus diferentes manifestaciones; los que enseñan y aprenden al mismo tiempo con dedicación y humildad, como enseñó Paulo Freire.

En dichas experiencias lo que importa no son los mensajes producidos, sino los procesos colectivos de transformación, educación y cultura; los mensajes son manifestaciones de esos procesos, pero lo que transforma a las personas es la participación. Ciertamente, los mensajes que se elaboran como contrapropuesta a la información hegemónica de los medios masivos, sirven para alentar debates y desarrollar el sentido crítico de las comunidades, pero para llegar a ello el propio proceso tiene que desarrollarse con instrumentos críticos, no solamente con el aprendizaje del manejo de herramientas tecnológicas.

Teniendo en cuenta lo anterior, en este libro no solamente se narran experiencias comunitarias de comunicación, sino también la propia experiencia de una alianza fundamental entre el mundo académico y la sociedad, donde tanto las comunidades involucradas como la universidad aprenden y crecen en un proceso de complicidad que puede servir de ejemplo en otros ámbitos académicos y comunitarios. Dicha complicidad de los investigadores con los actores locales permite revelar información insospechada y alentar procesos de respuesta a situaciones de injusticia y marginación en función de resolver desequilibrios en temas económicos, educativos o de salud; pero también en temas específicos de comunicación e información, que tienen impacto no solo en la política de las ideologías, sino sobre todo en las políticas públicas, que también son responsabilidad del Estado.

Particularmente en Colombia este aporte es crucial, pues nadie puede obviar siete décadas de violencia física, política y comunicacional; por ejemplo, qué revelador y qué dramático es descubrir en el primer capítulo de este libro, que el 60 % de la población colombiana no tiene acceso a contenidos locales en la información que consume. Además, tan paradójico como dichos “desiertos de información” (silencio, asesinato de periodistas, información controlada, etc.), es seguir nombrando “medios de comunicación” a los aparatos de difusión o desinformación que precisamente cancelan las posibilidades de que exista comunicación; mientras los propios investigadores no tengan claros los términos que usan para nombrar, esa situación será perpetuada.

Sumado a esto, los más de 10 años de experiencia acumulada de docentes y estudiantes de Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana Cali en ámbitos comunitarios, no solamente facilitan un apoyo efectivo a procesos locales de comunicación, sino que permiten ejercer la reflexión autocrítica sobre esa relación no siempre equilibrada. Ese es el aporte, por ejemplo, del capítulo de la profesora Fanny Patricia Franco Chávez, gestora del libro, quien desde su mirada analiza tanto las experiencias comunitarias como la situación más amplia de la información en los espacios donde ocurren dichos procesos. De esta manera, la constatación a la que llevan las conclusiones de la investigación es que no existe pluralidad ni libertad de información en ámbitos bajo la influencia de canales de desinformación que obedecen a intereses económicos y políticos muy poderosos, en los cuales prevalecen estereotipos y prejuicios.

Por esta misma línea, los siguientes capítulos del libro son relatos sobre experiencias concretas de medios de organización comunitarios, que constituyen un valioso rescate de procesos de liderazgo y construcción colectiva e involucran a diferentes tipos de comunidades que a su vez optan por la radio, el cine y la producción audiovisual para ponerlas al servicio de la comunicación comunitaria. Al respecto, la defensa del derecho a la comunicación es un aspecto positivo subrayado en todos los capítulos sobre experiencias; además, en el capítulo de cierre se discute sobre la normativa de la radio y la televisión colombiana, que establece una clara distinción entre las demandas de acceso o pluralidad de la información en los medios de difusión empresariales y las necesidades comunitarias.

De esta manera, aunque el libro aborda temas y registros diferentes, lo que le otorga unidad es que se presenta como un ejercicio que refleja el tipo de trabajo de más de una década entre estudiantes, docentes, comunidades y otras universidades con quienes la carrera de Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana Cali ha interactuado en temas de comunicación participativa y desarrollo social. La iniciativa de exponer esos procesos públicamente constituye un aporte que plantea desafíos con base en la reflexión crítica.

Alfonso Gumucio D.

La Paz, marzo de 2020

Mapeando la comunicación comunitaria

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