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Las «Historias curiosas» y la novela griega
ОглавлениеLas novelas griegas participaban, junto con las misceláneas, del hecho de vivir en los márgenes de la producción sofistica 42 . La ubicación en el pasado, el purismo lingüístico, el esfuerzo por definir una identidad griega frente al bárbaro y, posiblemente, también el público, los miembros de la elite intelectual, eran algunos de sus lugares de encuentro. Pero las novelas comparten con las Historias otro interés común: la experiencia erótica 43 . A lo largo de toda la obra están sembrados capítulos que Eliano consagra al amor: hetairas, homosexuales —con sus prácticas aceptadas socialmente y sus desviaciones y paradojas—, amores absurdos —zoofilia, amores con estatuas—, amor conyugal, matrimonio. Toda la experiencia amorosa griega está recogida en la obra, pero no toda está tratada en pie de igualdad. Y en esto, de nuevo, coincide con la novela.
La novela griega era heredera de la tradición erótica clásica, que bebe de la lírica y de la comedia fundamentalmente, pero la sometió a modificaciones. En la novela se prima el valor de la pareja, el amor conyugal y su destino último, el matrimonio. Eliano, por su parte, aunque recoge todas las muestras del espectro clásico —fundamentalmente por el valor de la erudición—, también se inclina por las nuevas formas de amor centradas en la pareja que en su tiempo se imponían. El ejemplo más claro es la historia de la focea Aspasia, amante de Ciro y, más tarde, de su hermano Artajerjes (XII 1). La potencialidad narrativa, novelesca, del cuento se observa incluso en su extensión. La relación entre Aspasia y Ciro, aunque no podía considerarse matrimonio «llegó a convertirse en una unión entre iguales, sin ninguna diferencia con la concordia y castidad de un matrimonio griego» 44 . Igualmente interesante para comprender la evolución del sentimiento amoroso griego es la posterior relación entre Aspasia y Artajerjes, en la que la mujer acaba sustituyendo al mancebo con el que el bárbaro se sentía especialmente unido. Las nuevas formas de amor y la nueva valoración de la mujer que triunfaban en el Imperio se trasladaban así al pasado idílico que la erudición había creado.