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HERIDAS CON SEPTICEMIA

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El culpable habitual de las heridas septicémicas es el estafilococo, una bacteria que suele encontrarse en la nariz o en la piel. En las personas susceptibles, puede introducirse en una herida y provocar la aparición de una bolsa llena de pus, un absceso. De no tratarse, las bacterias son capaces de migrar. Si la infección es lo bastante grave, puede conducir a la septicemia, aunque en los individuos sanos no es probable que esto suceda. (Los primeros indicios visibles son unas franjas rojizas en el miembro afectado.) Caso de formarse pus en la herida, hay una serie de remedios que pueden utilizarse.

Apis: si la herida está enrojecida, hinchada, y provoca un dolor punzante.

Belladona: la herida se inflama, se calienta y se enrojece mucho; puede incluso dar la sensación de que el área palpita. Es posible que no haya mucho pus a la vista. Si la infección es grave, una franja rojiza irá subiendo por el miembro. Use la potencia 30 o 200, dependiendo de la gravedad. Es posible que haya que repetir esta dosis 4–6 horas más tarde. Si aparece la franja roja, no dude en ponerse en contacto con su médico.

Calcarea sulf.: indicado para las heridas con pus, que tardan en curarse y no son tan dolorosas como las de Hepar sulf. Normalmente, se forma una masa de pus de color amarillento o incluso verdoso-amarillento, y permanece allí. Es probable que el paciente se muestre irritable y quejoso.

Hepar sulf.: la parte afectada duele mucho, se enrojece y se hincha, y es evidente la formación de pus bajo la piel. El paciente se muestra extremadamente irritable y no soporta que le toquen la herida. Use la potencia 30 o 200.

Myristica: es una alternativa a Hepar sulf., aunque existe menos sensibilidad e irritabilidad. Este remedio es uno de los mejores remedios «antisépticos» que ofrece la homeopatía para los abscesos.

Pyrogenium: es un remedio que su terapeuta seguramente le recomendará si la infección es lo bastante grave como para afectar a todo el organismo. Al paciente le da la sensación de haber contraído una gripe; siente aletargamiento y confusión mental, y le duelen los miembros. Es posible incluso que se le oscurezca un poco el rostro, y que le pesen los párpados.

Silicea: indicado para las heridas que no se curan bien mientras, al mismo tiempo, generan pus. A diferencia de los otros remedios mencionados, es aplicable a infecciones que no duelen mucho ni están calientes, sino que presentan un desarrollo lento. Los dolores recuerdan al pinchazo de una astilla.

Para la administración de cada remedio, use la potencia 30, dos o tres veces al día, hasta que el problema desaparezca. Si la situación no mejora en dos o tres días, llame a su médico. Calendula no está incluida en la lista anterior, aunque es capaz de curar una herida infectada en una persona que, aparte de eso, está sana. El motivo es que Calendula puede hacer que la superficie de la piel se cure muy rápidamente, y en ocasiones esto tiene el efecto de sellar la herida antes de que la infección haya desaparecido, creando así un absceso. Esto sucede en pacientes que no disfrutan de una constitución fuerte y sana. Es una situación que más vale dejar en manos de su médico.

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