Читать книгу La Predicación Pastoral - Conrad Mbewe - Страница 11

2. La Predicación Pastoral
y el Pastoreo

Оглавление

Una buena forma de entender una institución o actividad es reducirla a una sola palabra o frase – una palabra o frase que capture algo de su esencia. Cuando hayas encontrado la mejor palabra posible, sabrás de qué se trata esta institución o actividad. Por ejemplo, podemos reducir un juego de futbol a simplemente la palabra, “goles”. De esto es de lo que se trata el futbol. Si quieres expandirlo más, tal vez pudieras decir “anotar goles”. Eso es lo que causa un flujo de adrenalina. Todo gravita en torno a los goles. Ese es el enfoque.

¿Qué de la predicación pastoral? ¿Cuál es la palabra que mejor encapsula lo que estás haciendo como predicador cuando estas involucrado en la predicación pastoral? Me gustaría sugerir que esa palabra es “pastorear”. Si fuéramos a expandir esta palabra a una frase seria “pastorear el rebaño de Dios por medio de la Palabra de Dios”. Una vez que captes esta frase, entenderás el propósito central de la predicación pastoral. Esto es lo que Dios quiere ver que el púlpito Cristiano logre cada semana. El pueblo de Dios necesita ser pastoreado.

¿Cuál es el trabajo de un pastor? Es principalmente asegurar la salud y seguridad de las ovejas. Las ovejas son vulnerables a las enfermedades y animales salvajes, y tienden a extraviarse y perderse. Así que los pastores sacan a las ovejas fuera del corral cada mañana y las guían a lugares donde pueden ser alimentadas y encontrar buena agua limpia. Ellos vigilan de cerca a las ovejas para ver si alguna de ellas muestra algún síntoma de mala salud. También escanean los alrededores buscando amenazadas cómo predadores buscando comida. Cuando termina el día, el pastor guía al rebaño de vuelta al corral, contándolas para asegurares que todas están a salvo allí dentro para pasar la noche.

Pastores y ancianos como pastores

Cuando el Apóstol Pablo se estaba despidiendo de los ancianos de la iglesia en Éfeso, él les dijo, “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Hechos 20:28). La palabra traducida “apacentar” es la palabra Griega poimaino, que quiere decir “pastorear”. Incluye las ideas de alimentar y gobernar. Así el Apóstol Pablo estaba instando a los ancianos de la iglesia en Éfeso a hacer por los Cristianos lo que un pastor hace por las ovejas.

Pablo no fue el único escritor del Nuevo Testamento quien utilizo esta imagen de pastores para describir el rol de los ancianos en la iglesia. Pedro hizo lo mismo. Él escribió, “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros” (1 Pedro 5:1–2). Así, los primeros líderes de la iglesia resumieron el papel de los ancianos en una palabra, “pastorear”.

El hecho de que la Palabra de Dios asemeje a los Cristianos a un rebaño de ovejas sugiere que existen algunas similitudes entre ellos. Una es que los Cristianos son tan vulnerables en el mundo espiritual como lo son las ovejas en el mundo físico. Las ovejas tienden a contraer enfermedades del ambiente, deambular y perderse y frecuentemente terminan como comida de las bestias salvajes. Los Cristianos también tienden a contraer ideas equivocadas de amigos y falsos maestros, lo cual los debilita espiritualmente. Ellos se desvían y hacen un naufragio de sus vidas. Para evitar esto, ellos necesitan ser cuidados. Esa es la tarea de los ancianos en la iglesia.

Hubo un ejemplo reciente en Sudáfrica de un pastor quien le dijo a su congregación que saliera y comiera sacate. Ellos corrieron afuera y comenzaron a comer sacate como vacas. Muchos se enfermaron. El mismo pastor después le pidió a su congregación que tomaran petróleo, afirmando que tenía el poder de convertirlo en jugo de frutas. Otra vez, muchos de ellos lo hicieron. En muchas iglesias Africanas, los pastores están defraudando a los miembros de sus iglesias con dinero y teniendo relaciones sexuales con los miembros femeninos como una forma de “limpiar” los malos espíritus. Estas actividades están llegando a ser tan prevalentes que están atrayendo la atención de gobiernos nacionales, quienes ahora están intentando ponerle un fin. ¿Cómo pueden los miembros de la iglesia caer presas de tales trucos? Es por su vulnerabilidad espiritual. Sin el cuidado pastoral apropiado los Cristianos serán débiles y fácilmente caerán presas de los falsos maestros. ¿Cómo encaja este rol pastoral de pastores y ancianos con la predicación pastoral? La conexión es la Palabra de Dios. Podemos resumir la predicación pastoral como “pastorear” porque la principal herramienta para este rol de pastorear es la Palabra de Dios tal como es predicada, enseñada y utilizada en la consejería.

Mientras que todos los ancianos de las iglesias son pastores de la iglesia de Dios, algunos ancianos son llamados por Cristo al trabajo de la predicación y enseñanza, en donde ellos se concentran en alimentar al pueblo de Dios a través de la Palabra de Dios. El Apóstol Pablo reconoció esta distinción cuando le dijo a Timoteo, “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar” (1 Timoteo 5:17). El trabajo que aquellos en el segundo grupo están haciendo es la predicación pastoral.4

La conexión entre pastorear y predicación pastoral también es esclarecida por medio de la palabra “pastoral” misma. Es el adjetivo derivado del sustantivo “pastor”, la cual es en realidad una traducción latina del sustantivo Griego poimen, que quiere decir “pastor”, que Pablo usa en Efesios 4:11.

La metáfora del pastor también ayuda a clarificar la diferencia entre predicación evangelista y predicación pastoral. La predicación evangelista está dirigida a aquellos que no están en el redil de ovejas. Es el instrumento por medio del cual Cristo los trae. Él una vez dijo, “También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor” (Juan 10:16). A medida que nos involucramos en la predicación evangelista, Jesús llama a Sus ovejas a salir del mundo y venir a Su redil. Una vez que están en su redil, la predicación pastoral toma lugar. Así, en ese sentido, la predicación pastoral está dirigida a aquellos quienes se han arrepentido de sus pecados y han puesto su confianza en Cristo Jesús como su Señor y Salvador. Ya hemos cubierto este terreno en el capítulo anterior. Sin embargo, es útil ver esto otra vez a la luz de esta metáfora.

¡Sin lugar a dudas, la importancia de cuidar las ovejas es algo que Pedro jamás olvidó porque Jesús se lo ordeno tres veces! Juan registra a conversación entre Pedro y Jesús, revelando las respuestas sinceras de Pedro.

Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.” (Juan 21:15–17)

Pastores espirituales prometidos en el Antiguo Testamento

Es instructivo darse cuenta que de este papel de pastoreo también se habló en los tiempos del Antiguo Testamento. Por ejemplo, en el maravillosos Salmo 23, David habla sobre lo que Dios hizo por él como su Pastor.

Jehová es mi pastor; nada me faltará.

En lugares de delicados pastos me hará descansar;

Junto a aguas de reposo me pastoreará.

Confortará mi alma;

Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

Aunque ande en valle de sombra de muerte,

No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;

Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (Salmo 23:1–4)

También encontramos que cuando Dios se quejó del fracaso de las diversas clases de maestros en Israel – sacerdotes, profetas, escribas, etc. – en dar su Palabra fielmente a su pueblo, Él se refirió a ellos como pastores que habían transgredido contra Él y causado que Su rebaño fuera dispersado (Jeremías 2:8; 10:21; 23:1–2; Ezequiel 34:1–6). Mas tarde, cuando Dios estaba prometiendo dar a Su pueblo verdaderos maestros, Él otra vez utilizó la metáfora del pastor, diciendo, “Y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia” (Jeremías 3:15). O como Él lo dice más delante, “Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová” (Jeremías 23:4).

El primero de estos pastores es Jesús, quien se refirió a Sí mismo como el Buen Pastor en Juan 10. Él es el cumplimiento de la promesa del Antiguo Testamento que Dios mismos vendría y pastorearía a Su pueblo (Ezequiel 34:11–24). Jesús también aplicó la metáfora del pastor a Sí mismo cuando citó la profecía, “Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas” (Mateo 26:31; citando Zacarías 13:7).

Como hemos visto, Jesús mandó a Pedro que alimentara Sus ovejas, y Pedro retoma esta idea cuando describe a Jesús como “el Príncipe de los pastores” quien hace su trabajo de pastorear a través de Sus pastores súbditos (1 Pedro 5:1–4, especialmente versículo 4). Estos sub-pastores son los ancianos de la iglesia, específicamente aquellos cuyo trabajo es predicar y enseñar. Como sub-pastores, se espera de ellos que imiten al Pastor principal, es decir, ellos han de seguir el ejemplo de Cristo Jesús. Sus deberes pastorales se describen en Ezequiel 34:11-24 como involucrarse en la búsqueda de sus ovejas perdidas y rescatarlas, alimentarlas con buenos y ricos pastos, vendando a la lastimada y fortaleciendo la débil. Lo que los pastores hacen en términos físicos es lo que los pastores deben hacer en términos espirituales.

Pastoreando a través de la predicación pastoral

Es primordialmente pero no exclusivamente a través de la predicación pastoral que los pastores restauran creyentes descarriados, alimentan al pueblo de Dios y fortalecen a aquellos que son débiles. En resumen, es primordialmente mediante el uso de la Palabra que ellos cumplen su papel de pastorear. El Apóstol Pablo, haciendo referencia a los dones que Jesús dio a Su iglesia escribió, “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:11–13).

Observa en este pasaje que la predicación continua en la iglesia está destinada a producir creyentes equipados, edificados, unidos, con conocimiento, maduros – personas que han alcanzado “la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Pablo no se refirió a los hacedores de milagros o los que hablaban en lenguas o aquellos con dones administrativos sino a aquellos con dones de predicación, y entre ellos él menciona a “los pastores”. Sus palabras subrayan el hecho de que es a través de lo que llamamos la predicación pastoral que la iglesia ha de ser pastoreada. Es vital recordar esto, especialmente en África hoy, ya que las sesiones de liberación están rápidamente tomando el centro del escenario en los servicios de adoración en la iglesia. Un nuevo pastor se ha quejado de que los miembros de su iglesia ya ni siquiera están escuchando la predicación. Ellos están interesados en las sesiones de liberación que vienen después en donde él ora para que sus matrimonios sean restaurados y sus negocios bendecidos.

No estoy diciendo esto para menospreciar otros dones y necesidades en la iglesia. Todos ellos tienen su lugar. Después de todo, un cuerpo no es solamente una boca; también tiene pies y manos. Para el propósito de alimentar, la boca es la más importante. Para el propósito de escuchar, el oído es el más importante. Para el propósito de ver, los ojos son los más importantes. Y para el propósito de caminar los pies son los más importantes. De forma similar, para el propósito de pastorear el pueblo de Dios a la madurez, el don de la predicación pastoral que Jesús ha dado a Su iglesia es el más importante.

Es muy apropiado entonces, que las instrucciones sobre cómo pastorear el pueblo de Dios se encuentran en lo que llamamos las Epístolas Pastorales (1 y 2 Timoteo, Tito). Antes de que el Apóstol Pablo muriera, él instruyo a Timoteo que llevara a cabo fielmente su trabajo de pastorear: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Timoteo 4:1–2). Así es como Timoteo iba a cumplir su llamado como pastor del pueblo de Dios.

La predicación pastoral juega un papel único y debe tomar el centro del escenario en la vida de la iglesia, especialmente durante los servicios de adoración. Así que es de gran preocupación que hoy en muchas iglesias por toda África, el entretenimiento ha tomado el lugar de la predicación pastoral. Los pastores se ven a sí mismos más como animadores que como pastores. Como resultado, muchos Cristianos son espiritualmente débiles y vulnerables a falsos maestros. El error es obvio. Las ovejas le están diciendo a los pastores lo que quieren y, para que sigan viniendo, los pastores las están obedeciendo. Esto es precisamente sobre lo que el Apóstol Pablo advirtió a Timoteo cuando escribió, “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio” (2 Timoteo 4:3–5). Pablo esperaba que Timoteo cumpliera el trabajo de un pastor fiel y verdadero. Debemos hacer lo mismos hoy a través de la predicación pastoral fiel.

Preguntas de discusión

1. ¿De qué maneras has encontrado el concepto bíblico de pastorear útil para enfocar tu mente en lo que deberías estar haciendo en tu trabajo pastoral?

2. ¿Cómo puedes utilizar la metáfora del pastor para aconsejar a un pastor quien está siendo tentado a recurrir al entretenimiento en lugar de la predicación bíblica para hacer crecer su iglesia?

3. Ya que pocos de nosotros somos agricultores hoy, ¿puedes pensar en una metáfora para la predicación pastoral que sea más útil que “pastorear” en tu contexto?

4. Piensa en los últimos sermones que has predicado en tu iglesia. ¿Qué aspecto pastoral cumplieron?

La Predicación Pastoral

Подняться наверх