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3. El Enfoque de la
Predicación Pastoral

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Los sub-pastores cuidan de ovejas que le pertenecen a alguien más. Ellos nunca deben olvidar esto. Su objetivo siempre debe ser el hacer su trabajo de una manera que agrade al dueño de las ovejas. Después de todo, para eso es para lo que fueron contratados. Así que, mientras están trabajando, cada uno de ellos necesita mantener la vista con un ojo en El dueño de las ovejas. ¿Qué del otro ojo? Ese debe mantenerse sobre las ovejas. Esto es porque la condición de las ovejas es lo que va a producir una sonrisa en el rostro del dueño. Si algunas ovejas están enfermas o desaparecidas debido a negligencia del pastor, El dueño no quedará impresionado.

¿Qué estarán buscando los sub-pastores al mantener sus ojos en las ovejas? Primero, ellos estarán atentos a cualquier primer síntoma de mala salud, tal como cojear, rezagarse del resto del rebaño y una falta de interés por comer. Estos son indicadores de que no todo está bien. Seguido, el sub-pastor se enfocará en encontrar buen pasto y agua limpia para las ovejas. Finalmente, mientras el rebaño está pastando los pastores se asegurarán de que ninguna de las ovejas deambule y se pierda o caiga presa de bestias salvajes.

Si alguna vez has tenido que cuidar de ganado, ovejas o cabras antes de llegar a ser pastor, estarás asintiendo tu cabeza en acuerdo con todo esto. Así que, ¿qué de los pastores que se llaman a sí mismos pastores? ¿Cuál debe ser su principal enfoque al pastorear el pueblo de Dios a través de la predicación pastoral?

La gloria de Dios

Justo como los sub-pastores están preocupados por agradar al dueño de las ovejas, así los pastores deben estar preocupados en agradar a Dios mientras cuidan de aquellos que Él ha puesto en su cuidado. Pero para poder agradarle, ellos necesitan entender su propósito. ¿En primer lugar por qué Dios siquiera se preocupa en tener ovejas? En otras palabras, ¿cuál es el propósito supremo del plan de salvación de Dios?

La respuesta es que Dios quiere ser glorificado a través de la salvación de pecadores. Así que la salvación en sí misma no es la meta principal; es el medio a una meta aún más gloriosa, la cual es traerle gloria a Él. Cuando los ángeles anunciaron el nacimiento del Señor Jesús, ellos cantaron, “Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres” (Lucas 2:14). En la salvación, la gloria va para Dios y la paz viene a nosotros. Por lo tanto la gloria de Dios debe ser el principal enfoque de los predicadores pastorales.

Incluso cuando Isaías profetizó la venida del Mesías al mundo, y la manera en la que pondría Su Espíritu sobre Él, no perdió de vista el hecho de que Dios iba a hacer todo esto para Su propia gloria. Él escribió, “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos… y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya” (Isaías 61:1, 3).

Demos unos pocos pasos hacia atrás y preguntemos, ¿Qué significa glorificar a Dios? Quiere decir traerle placer a Él al hacer las cosas que verdaderamente reconocen Su esplendor como Dios. En otras palabras, debemos de dar gracias a Dios por darnos todo lo que somos y tenemos, y debemos adorar a Dios reconociendo que Él es digno de recibir de nosotros todo lo que somos y tenemos. Así es como glorificamos a Dios.

Los no creyentes no viven para la gloria de Dios. Ellos glorifican cosas creadas en lugar de al Creador (Romanos 1:25). Incluso cuando se mezclan con el pueblo de Dios durante los servicios de la iglesia, su pregunta principal es, “¿Me estoy divirtiendo?” Si la respuesta es negativa, es posible que no vuelvan la siguiente semana.

Cuando esta vida se termine para todos nosotros, creyentes y no creyentes por igual, vamos a glorificar a Dios. La Biblia dice, “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9–11). ¡Dios en última instancia será glorificado!

Pero nuestra meta debe ser el ver a Dios glorificado en medio de Su pueblo en esta vida. Debemos querer ver al pueblo de Dios vivir sus vidas en la casa, el trabajo o en la iglesia de tal manera que Dios encuentre placer en ellos. Es por eso que Jesús vino – para traer gloria a Dios al salvar un pueblo para Sí mismo. Él le ha dado a la iglesia pastores de manera que la capacidad de las personas para traer gloria a Dios sea mejorada. Así que, nosotros como pastores debemos estar constantemente haciendo la pregunta, “¿Mi predicación produce vidas que estén glorificando a Dios?”

La salud del pueblo de Dios

Justo como los sub-pastores están atentos con un ojo en agradar al dueño de las ovejas y con el otro a la salud de las ovejas, así los pastores se deben enfocar en dos metas principales en el ministerio: la gloria de Dios y la salud del pueblo de Dios. Estos son los dos lados de la misma moneda. El primero es únicamente logrado cuando se consigue el segundo. Dios será glorificado únicamente cuando el pueblo de Dios este en buena salud espiritual.

El pueblo de Dios únicamente estará sano si la predicación pastoral que recibe se enfoca en las cinco áreas claves que se describen a continuación.

Una visión completa del evangelio

La predicación pastoral debe ayudar a los creyentes a obtener una visión completa del contenido del evangelio. En el momento de su conversión, pudo haber solo una verdad del evangelio que los cautivó, y esta verdad los trajo a Cristo para su salvación. Tal vez se sintieron sin valor y sin amor, y el evangelio les abrió la altura y profundidad y longitud y amplitud del amor de Dios en Cristo Jesús. Tal como una flor experimentando el calor del sol, ellos se abrieron y el Sol de Justicia envió sus rayos sanadores a sus almas con un poderoso efecto salvador. Para ellos, este es ahora el comienzo y el final del mensaje del evangelio – se trata de un Dios quien ama lo rechazado. O tal vez ellos eran pecadores rebeldes y las advertencias del evangelio y ofertas de amnistía divina fueron escuchadas con ensordecedores decibelios hasta que salieron de su rebelión espiritual con sus AK47, por así decirlo, en el aire. Para ellos, este es ahora el comienzo y final del mensaje del evangelio – se trata de un Dios quien perdona rebeldes merecedores del infierno.

Ninguno de estos dos grupos de Cristianos tiene una vista panorámica del evangelio. Ambos necesitan llegar a una apreciación más profunda de Él. De la misma manera, todos necesitamos aprender más de la obra salvadora de Cristo, el Hijo de Dios, en Su vida preexistente, Su vida humillada y Su vida glorificada. Los Creyentes necesitan ser enseñados cómo la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesucristo es el ápice de Su obra salvadora y ellos necesitan saber cómo todo esto se relaciona con Su ascensión y posición a la diestra de Dios. Todos necesitamos ver que nuestra experiencia de salvación es solamente una gota en un océano de sublime gracia, hasta que nosotros también podamos entender por qué Charles Wesley escribió en 1738,

De la diestra del Padre de Luz,

Bajó a este mundo vil el Señor Jesús;

Se despojó de gloria y honor;

Por raza inútil se dio el Señor,

¡Cuán grande amor, inmenso, pleno y sin par!

Que al pecador, el Salvador dignóse a salvar.5

Los Cristianos también necesitan aprender sobre los varios frutos de esta obra salvadora de Cristo, incluyendo regeneración, justificación, adopción, santificación y glorificación. Jamás he olvidado cómo siendo un joven a principio de mis veintes, me encontré con el libro de J. I. Packer God’s Words [Las Palabras de Dios] y estudie cada uno de estos conceptos.6 El impacto que ese ejercicio tuvo en mí es indescriptible. Sentí como si hubiera nacido de nuevo – ¡otra vez! Todas estas son palabras bíblicas. Como mujeres viniendo del río cargando cubetas de agua refrescante sobre sus cabezas, cada una de estas palabras del evangelio refrescan nuestras almas a medida que avanzamos en este mundo cansado.

Pablo y los otros escritores de las cartas en el Nuevo Testamento tomaron el tiempo para explicar el evangelio a los creyentes del primer siglo. ¡La carta a los Romanos es un ejemplo clásico! Debemos hacer lo mismo en nuestra predicación pastoral. Regularmente debemos explicar conceptos bíblicos importantes de manera que el pueblo de Dios sea confirmado en su fe y no tengan que depender únicamente en sus sentimientos, los cuales cambian de un día para otro . Es por eso que muchos jóvenes creyentes luchan con la seguridad de su salvación. Ellos no han comprendido que la salvación no está basada en sentimientos sino en las inmutables promesas de Dios que están ancladas en la obra terminada de Cristo en la cruz, Su obra continua a la diestra del Padre en el cielo, y las poderosas obras del Espíritu de Dios en nuestros corazones.

La predicación pastoral nos debe dar a todos una comprensión más completa del evangelio y profundizar nuestro amor de manera que estemos ansiosos por compartirlo con otros.

Un conocimiento práctico de la Biblia

La predicación pastoral debe ayudar al pueblo de Dios a desarrollar un conocimiento práctico de la Biblia. Esto se aplica no solo a pastores trabajando en centros urbanos sino también a aquellos cuyas congregaciones están en aldeas rurales.

Aunque nos referimos a la Biblia como un libro, es más como una biblioteca con sesenta y seis libros. Por supuesto, algunos de los libros son muy cortos, pero cuando los lees, pronto descubrirás que contienen una riqueza de material. Son como leche condensada, ¡que empaca mucha bondad en una lata pequeña! Así es la Biblia. Al meditar en ella, descubrimos que su contenido puede llenar las más grandes bibliotecas en el mundo.

Los Cristianos necesitan tener un conocimiento práctico de esta biblioteca de libros de manera que ellos puedan hacer buen uso de él cuando necesiten conocer la mente de Dios con respecto a situaciones que puedan estar enfrentando. Esto no es tan sencillo como pudiera sonar ya que la Biblia contiene muchos tipos diferentes de escritura. Están los libros históricos, libros de sabiduría poética, libros proféticos y libros que son esencialmente cartas escritas a varias iglesias e individuos. Y los libros están organizados en dos secciones principales, llamadas el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento apunta hacia la primera venida de Jesús, y el Nuevo Testamento nos habla sobre Su primera venida y apunta hacia Su segunda venida. La predicación pastoral debe ayudar a los creyentes a encontrar su camino a través del laberinto para que donde sea que ellos se encuentren en la Biblia no se pierdan sino tomen lecciones apropiadas para su propio crecimiento y madurez. Ellos van a aprender a hacer esto mientras escuchar la buena predicación pastoral que respete los contextos en los cuales los textos son encontrados.

A pesar de que la Biblia tiene tantas secciones diferentes, es esencialmente un libro porque tiene un tema; es decir, la obra salvadora de Dios a través de Cristo Jesús. Los creyentes necesitan ser ayudados a tener una interpretación Cristo céntrica de la Biblia. Jesús una vez desafío a Sus adversarios durante Sus días en la tierra, diciendo, “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39). Él estaba diciéndoles que la Biblia entera se trataba sobre Él.

Él hizo la misma observación a Sus propios discípulos después de Su resurrección, cuando les abrió Sus mentes para que ellos pudieran entender las Escrituras. Comenzando con aquellos a quienes conoció en el camino a Emaús (Lucas 24:13–27), y después con los otros (Lucas 24:36–49), Jesús enseñó que las Escrituras hablaban de Él desde la primer página hasta la última. Ahora, si eso era cierto del Antiguo Testamento (que es al que Jesús estaba haciendo referencia), ¿cuánto más debería ser verdad sobre el Nuevo Testamento, el cual fue escrito en respuesta a Su primera venida? Así que, la buena predicación pastoral debe ser Cristo céntrica, revelando a Cristo Jesús en el mensaje de la Biblia entera.

Una apreciación de sana doctrina

La predicación pastoral debe ayudar a los creyentes a obtener una apreciación de todo el consejo de Dios. Observa como el Apóstol Pablo describió su ministerio en Éfeso cuando hablaba con los ancianos de la iglesia allí: “Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” (Hechos 20:26–27). Él debió haber dicho esto con un sentido de gratitud por un ministerio exitoso.

¿A qué se refería Pablo con “todo el consejo de Dios”? Él debía haberse estado refiriendo a todas las verdades que Dios ha revelado en la Escritura – verdades que son dulces y aquellas que son amargas debido a nuestra mundanalidad, verdades que están de moda y aquellas que son desagradables. Es por eso que el Apóstol Pablo habló en términos de “no he rehuido”. Los predicadores frecuentemente rehúsan hablar sobre verdades bíblicas que las personas no quieren escuchar. Pero los predicadores que no proclaman la verdad entera producen Cristianos sesgados y horneados a medas quienes fracasan en vivir vidas que glorifiquen a Dios.

Otra forma de ver esto implica usar una frase más moderna. La predicación pastoral debe impartir teología sistemática sana al pueblo de Dios. Esto no quiere decir que los pastores deben enseñar doctrina como se hace en las escuelas Bíblicas. Más bien, este entendimiento sistemático de la verdad de Dios debe surgir al ellos predicar a través de varios pasajes de la Biblia. Debe haber un énfasis doctrinal de manera que el pueblo de Dios desarrolle un punto de vista bíblico de Dios, la Creación, los seres humanos, la historia, el pecado, la redención en Cristo, la salvación aplicada por el Espíritu Santo, la iglesia, el estado, las misiones, la segunda venida de Cristo, etc. Aunque estos pudieran parecer ser temas separados, los creyentes deben conocer cómo se interrelacionan y combinan para formar una realidad. La predicación pastoral ayuda a los creyentes a desarrollar una cosmovisión bíblica, centrada en Dios y saturada por el evangelio.

El Apóstol Pablo explicó que era por esto que Cristo Jesús dio predicadores y maestros a la iglesia. Vimos en el último capítulo que “él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:11–13). Observa que estos dones de predicación y enseñanza fueron dados para traer a los creyentes a “la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios”.

Cuando la Biblia habla de “la fe” (es decir, “fe” con el articulo definido “la” antes), está haciendo referencia al cuerpo de verdad que constituye la fe Cristiana. Es “la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3). Está haciendo referencia a la enseñanza Cristiana o la sana doctrina. El Apóstol Pablo esta, por lo tanto, diciendo que Dios dio a los predicadores y maestros como regalos a Su iglesia para ayudar a los creyentes a llegar a un entendimiento común de la doctrina Cristiana.

¿Por qué hizo Dios esto? Un conocimiento práctico de la Biblia y una apreciación de la sana doctrina ayudará a los creyentes a crecer espiritualmente y evitar ser engañados por las muchas falsas enseñanzas que son tan generalizadas a su alrededor. Como dice el proverbio Africano, “Cuando las raíces están profundas, no hay razón para temer el viento”. Dejemos que el Apóstol Pablo hable por sí mismo. Él dijo que Dios dio los predicadores y maestros a la iglesia “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo” (Efesios 4:14–15).

Un entendimiento de la vida piadosa

La predicación pastoral debe ayudar a los creyentes a ver cómo quiere Dios que ellos vivan en todas las áreas de sus vidas – en sus hogares, en el lugar de trabajo, en la iglesia y en el mundo. La predicación pastoral anima a los creyentes a vivir vidas piadosas en conformidad con los estándares que Dios ha establecido para ellos. Esto surge de la sana doctrina que se les ha enseñado. Podemos ver esto claramente en la carta de Pablo a Timoteo, donde él comienza diciendo, “Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina” (Tito 2:1), y luego continua diciéndole a Tito que instruya a los hombres mayores, mujeres mayores, hombres jóvenes y otros, en cómo deben vivir para agradar a Dios. Por ejemplo, “Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino” (Tito 2:2–3).

Pablo quiere que Tito siga su propio ejemplo en las cartas que él escribió a varias iglesias. En esas cartas, él escribía sobre algunas verdades Cristianas importantes, y después diría “por lo tanto…” y deletrearía las implicaciones de esta verdad sobre como ocupaban sus vidas diarias (ver, por ejemplo, Romanos 12:1; 15:7; 1 Corintios 4:5; Gálatas 5:1; Colosenses 3:5). En su predicación pastoral, Tito también debe usar este famoso “por lo tanto”.

Los Creyentes necesitan aliento para aplicar la doctrina porque frecuentemente el ambiente a su alrededor no fomenta un estilo de vida Cristiano, e incluso es a veces hostil. El mundo tiene una cultura que es impía y rebelde. Los hombres y las mujeres insisten en sus “derechos” pero su insistencia es a menudo simplemente un delgado recubrimiento que cubre una autodeterminación militante que es contra la ley moral de Dios. Aunque los corazones de los Cristianos han sido limpiados de la rebelión, ellos no se dan cuenta cuánto la cultura del mundo aún domina su manera de pensar. Sigue siendo un punto ciego muy grande. Los Cristianos necesitan empaparse regularmente en la Palabra de Dios para que la cultura impía sea limpiada de su pensamiento.

Por ejemplo, en muchas culturas en África, la poligamia es normal. Entre más poderoso es un hombre financieramente y políticamente, más esposas acumula. Las esposas son tratadas como si fueran posesiones. Cuando un hombre se convierte y se sienta bajo la predicación pastoral, pronto aprende que su esposa es su semejante delante de Dios y que Dios desea que el matrimonio sea entre un hombre y una mujer. También se le enseña como un esposo piadoso debe ver y tratar a su esposa. Él debe amar a su esposa como Cristo amó la iglesia. Mientras él lucha con las implicaciones de esto, transforma totalmente su relación con su esposa.

Otra área importante para la instrucción regular es cómo los creyentes deben vivir en la iglesia. Es una dimensión completamente nueva que ellos solo experimentan realmente en un nivel espiritual después de su conversión. Incluso si ellos asistían a la iglesia antes de llegar a ser Cristianos, tendrán las percepciones equivocadas. Necesitan darse cuenta, por ejemplo, que no hay lugar para el tribalismo y las clases sociales en la iglesia. Los nuevos creyentes también deben darse cuenta que la iglesia no es el edificio en el que se reúnen los Domingos ni el servicio de adoración, por más importantes que estos puedan ser. La iglesia es el pueblo de Dios que se compromete a vivir, adorar y servir a Dios juntos. La Biblia está llena de pasajes con la frase “unos a otros”, los cuales necesitan ser absorbidos por los estilos de vida de los creyentes. Los Cristianos también necesitan ser enseñados sobre el tiempo y los compromisos financieros que tendrán que hacer con el cuerpo de Cristo. La predicación pastoral es la manera en la que enseñamos tales cosas.

Una convicción sobre la buena batalla

La predicación pastoral debe revelar a los creyentes que ellos tendrán que pelear la “buena batalla” por el resto de sus vidas terrenales. El crecimiento espiritual no toma lugar en un ambiente espiritualmente higiénico. Los Cristianos tienen un mundo caído con el cual contender. Ya hemos hablado sobre la cultura de idolatría y rebelión que rodea a los creyentes. Ésta busca continuamente forzarlos a conformarse a sus caminos, que es exactamente lo que el Apóstol Pablo instó a los creyentes a no hacer (Romanos 12:2).

No solo los Cristianos tienen que contender con el mundo caído, ellos también tienen que contender con sus propias naturalezas caídas, que aún son contrarias a los niveles de santidad y compromiso a Dios que Él demanda en Su Palabra. Vencer esta aversión es el único camino al gozo verdadero y la paz con Dios. La Biblia dice, “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis” (Gálatas 5:16–17). La predicación pastoral enseñará al pueblo de Dios cómo caminar en el Espíritu para que no satisfagan los deseos de su naturaleza caída

Finalmente, la predicación pastoral señalará a los creyentes que el diablo (también llamado Satanás en la Biblia) es real. Él es un engañador. Él utiliza la naturaleza atractiva del mundo y los antojos de nuestras naturalezas pecaminosas en una forma muy sutil para atraparnos y hacernos caer. Recuerda, él es quien provocó la caída de Adán y Eva cuando estaban en un mundo perfecto y tenían naturalezas perfectas. ¡Somos más vulnerables a sus trucos que ellos! El pueblo de Dios necesita resistir al diablo precisamente de la misma manera que lo hizo Jesús cuando fue tentado en el desierto por cuarenta días, esto es, resistimos conociendo y obedeciendo la Palabra de Dios (Mateo 4:1–11). Esta nota tendrá que sonar una y otra vez en la predicación pastoral para proteger al pueblo de Dios de desviarse.

Para resumir

Un conocimiento práctico de la Biblia, una apreciación de la sana doctrina, un entendimiento de la vida piadosa y tener una convicción sobre la necesidad de pelear la buena batalla de la fe ayuda a los creyentes a conocer cómo manejar las muchas y varias situaciones que van a venir a sus vidas.

El rápido ritmo de la urbanización en muchos países ha provisto tierra fértil para la confusión y abandono de valores. En África, las personas están luchando con problemas de tradición tales como brujería, superstición, purificación de viudas, poligamia y tribalismo al igual que con problemas más recientes como el SIDA, desempleo, pobreza, corrupción y abuso infantil. Los líderes de las iglesias no siempre pueden estar disponibles para responder las preguntas de los creyentes. Sin embargo, dónde los creyentes se han sentado bajo buena predicación pastoral, sus mentes están entrenadas para trabajar de los principios bíblicos y lidiar con estos problemas y las situaciones que surgen de ellos en una manera que verdaderamente glorifique a Dios.

Preguntas de discusión

1. ¿Por qué crees que es importante hacer de la gloria de Dios tu primer y más importante enfoque como pastor?

2. ¿Cuáles son algunas de las áreas en las que tu predicación se ha enfocado? ¿Has cubierto las áreas tratadas en este capítulo?

3. Los predicadores del evangelio de la prosperidad se enfocan principalmente en dos áreas – salud y riqueza. ¿Qué puedes decir sobre esto a la luz de lo que has aprendido en este capítulo?

4. Se dice que el Cristianismo en África es de una milla de ancho pero solo una pulgada de profundidad. ¿Cómo piensas que el tipo de predicación pastoral tratada en este capítulo puede remediar esto?

La Predicación Pastoral

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