Читать книгу El contagio de la amabilidad - César Mejía Acosta - Страница 8

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La primera revolución industrial y las eras que la precedieron van quedando atrás y con ellas todo su ruido y su fuerza, aunque algunos rezagos se mantienen, como jefes que se resisten al teletrabajo, empresas que huyen a las redes sociales u oficinistas carentes de creatividad —quizá los menos graves— o aquellos que realmente frenan el avance de una sociedad, como la agresión entre iguales para alcanzar un objetivo o el grito opresor como medio de comunicación más practicado por tiranos y dictadores. Este libro busca dar las razones para abandonar dichas prácticas, donde aún quedan, pero, ante todo, intenta dar motivos al ciudadano promedio para que deje la fuerza como práctica estándar y apueste por el entendimiento y, fundamentalmente, por la amabilidad para alcanzar sus objetivos y crecer.

Se superó, pues, dicha generación industrial, una en la que todo concepto era ruido, se obtenían resultados por la fuerza y la agresión reinaba si se buscaba un objetivo; en la era del conocimiento y las subsiguientes, las habilidades blandas dominan si se quiere alcanzar metas; es decir, es momento de parar de agredir por un fin; para llegar a un objetivo, se negocia y, lo que es más importante: se trata con amabilidad.

Buena parte de las empresas y organizaciones ya comprendieron cómo el fenómeno del maltrato, y sus cercanos, causan profundas heridas en su funcionamiento, de ahí que incluyan entre sus requisitos de ingreso las mencionadas habilidades blandas y confíen sus procesos de selección en líderes que se decantan por empleados que ayuden a generar mejores ambientes de trabajo.

Con tal decisión ayudan no solo a la empresa, sino también a que una sociedad distinta emerja, una en la que impere el diálogo y los acuerdos se conviertan en el punto de partida para el crecimiento.


Por esto, son muchas las personas y organizaciones que entendieron que esa era ruidosa quedó atrás; universidades, investigadores y organizaciones de todo tipo han teorizado y experimentado con expresiones como la bondad, el altruismo, la cooperación, entre otras, para estudiar sus efectos y, sobre todo, beneficios en los individuos y las comunidades. Sus conclusiones son de gran interés, y en las páginas venideras conoceremos algunas de ellas.

Todo porque ellas entendieron que, si se quiere alcanzar el desarrollo y crecer, ya sea como individuos, como comunidad o hasta como nación, se debe abandonar la práctica de la agresividad y el ataque como medio para un fin, pues las consecuencias de su actuar también deben evaluarse.

En esto último habrá de centrarse buena parte de este texto: en las consecuencias. Sostiene una corriente filosófica (el consecuencialismo) que en el proceder presente recaen responsabilidades, pero igualmente se asientan en lo que nuestros actos provocan en nosotros y en los demás.

El actuar amable, como también se comprenderá, se traduce en beneficios para la salud, la pareja, el trabajo y hasta la sexualidad del individuo, ya que no solo se trata de “ser” sin un motivo, se trata de “convencer” con pruebas, dado que al hacerlo se obtienen evidentes ganancias.

Estas, además, se transmiten a los grupos. Empresas, organizaciones, instituciones académicas, y de todo tipo, que crean entornos amables, ven incrementadas su producción y sus ventas ya que no es un secreto que un cliente siempre vuelve al lugar donde fue bien tratado.

Quizá suene a verdades en voz del pueblo y sabidas por todos o intuitivamente descubiertas; sin embargo, este libro contendrá los ejemplos y llevará a todo aquel que se interese a un mundo conocido, no obstante, diferente en muchas de sus formas, y en el que, inclusive, se puede tomar el camino hacia la felicidad debido a que el mercadeo de antaño nos enseñó a sonreír con el corazón destrozado “porque el cliente es lo más importante”, pero la amabilidad nos pone en la ruta de sonreír con motivos y franqueza.

Estas páginas, en las que rondarán los hechos y las noticias de las que hicieron eco los medios y la comunidad académica, serán también una invitación a pensar lo necesario y proceder en abundancia, pues la bondad recae en los actos y no en las buenas intenciones, como algunas creencias han intentado mostrarlo, sin ser este libro un ataque para estas; igualmente, será una propuesta lejos de la caridad, como concepto clasista, y cerca de la solidaridad como precepto horizontal, de iguales, y responsabilidad de todo ser humano.



En este texto, y debo ser claro y directo, haremos inferencias a partir del conocimiento científico, y me disculpo por ello con los hombres y mujeres de ciencia, no busco alterar su precisión. Como consecuencia de ello, algunas afirmaciones podrán ser arriesgadas, otras quizá no tanto, algunas tal vez generen acuerdo y otras desacuerdo; no obstante, la intención más que una discusión es incitar, es una invitación a usar este conocimiento, o el que les parezca apropiado, en tu beneficio y de quienes te rodean.

Y de la mano de esto, también una invitación a abandonar el reino del “like”, en el que un “me gusta” en Facebook por un moribundo o animal enfermo da paz espiritual, porque nada más lejano de ayudar que el mero acto en redes que no se transforma en hechos en las calles, tomar la dificultad en mano propia y llevar soluciones reales y de impacto. No vaya a ser que en un futuro no muy lejano pidan ayuda en redes y se llenen de “likes”, pero la cooperación real brille por su ausencia y mueran solos, eso sí, rodeados de innumerables “buenas y virtuales intenciones”.

Para lograr convencer al lector de que aquí inicia un camino en la amabilidad, tendremos que derrumbar mitos, ir en contravía de preceptos e instituciones de trayectoria y reconocimiento, y apelar un poco al sarcasmo, al humor quizá, y formas no tan convencionales en un texto informativo, sin embargo, entretenido, que permitan explicar conceptos que hasta las respetables y veneradas abuelas enseñaron mal o, por lo menos, muy a su forma, muy a la manera de la casi desaparecida revolución industrial.

Todo porque se viene una nueva revolución: la #RevolucióndelaAmabilidad.


El contagio de la amabilidad

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