Читать книгу Sé una mujer cuyo Dios es suficiente - Cynthia Heald - Страница 8
CAPÍTULO 1
ОглавлениеDios, el Creador y el Dador de todas las cosas
El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con Él todas las cosas?
ROMANOS 8:32 (LBLA)
La lección más grande y sublime que el alma tiene que aprender es que Dios, y solo Dios, es suficiente para todas sus necesidades. Esta es la lección que todo Su trato con nosotros pretende enseñarnos; y este es el descubrimiento supremo de toda nuestra vida cristiana. ¡Dios es suficiente!1
HANNAH WHITALL SMITH
Creo que Hannah Whitall Smith estaba en lo cierto cuando afirmó con valentía que la lección más grande y sublime que el alma tiene que aprender es la suficiencia total de Dios y solo Dios. Es sublime porque significa que hemos tomado la suprema decisión de reconocer y confiar en Dios por quien Él es: el Dios del universo supremo, eterno y todopoderoso. Y por esto podemos descansar en el poder y el cuidado de nuestro Dios soberano quien nos da todo lo que necesitamos con misericordia y sabiduría. Es la lección más grande porque nuestros corazones están sin descanso y nuestras almas incompletas sin Aquel que nos creó. Blaise Pascal, filósofo cristiano del siglo XVII comentó: «Hay un vacío con la forma de Dios en el corazón de cada ser humano, y no se puede llenarse con ninguna cosa creada, solo lo puede llenar Dios, el Creador, dado a conocer a través de Jesús».2 Hasta que dejemos que Dios llene este vacío en nuestros corazones, pasaremos nuestras vidas buscando algo que satisfaga nuestra vacuidad. Nos privaremos de experimentar la plenitud y la riqueza de la gracia, la presencia y el plan de Dios para nosotros. El propósito de nuestro estudio es discernir la verdad de que solo Dios puede satisfacernos y proveer de manera suficiente lo que en verdad necesitamos para nuestro bienestar y plenitud. Esta es la principal lección y merece toda nuestra determinación y compromiso, pues, a fin de cuentas, es el descubrimiento supremo de toda nuestra vida cristiana.
El Dios sobre todos los dioses
1. Una oración que se encuentra en uno de mis libros favoritos se dirige al Señor de esta manera: «En el principio, tú, el Increado, hiciste todas las cosas de la nada…».3 La primera vez que leí esas palabras, me sorprendió la manera en la que el autor se refiere a Dios como el «Increado», y luego me di cuenta de que es la descripción perfecta de Dios, solo el Increado pudo convertirse en el Creador. ¿Qué otras observaciones sobre la supremacía de Dios se pueden aprender de estos versículos?
Salmos 89:5-8
Salmos 103:19
Isaías 44:6-8
Daniel 4:34-35
Es el poder de Dios como Creador de todo en el universo lo que en primer lugar y ante todo establece Su afirmación de ser el único Dios. Nadie más puede llevar a cabo esta hazaña de creación. Nadie más puede hacer algo de la nada.4
Mike Mason
2. Apocalipsis 4:11 nos declara: «Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas» (RVR1995). Fue por Su voluntad que Él creó todas las cosas; y Su último y más sublime acto de creación fue el hombre y la mujer, hechos a Su propia imagen. Lee Génesis 1:26-28 y 2:15-25. Describe la creación y el plan de Dios para Sus hijos.
3. Allen Ross comentó: «Ser hecho a la imagen de Dios significa que los seres humanos compartimos, aunque de forma imperfecta y limitada, la naturaleza de Dios, es decir, Sus atributos expresables (vida, personalidad, verdad, sabiduría, amor, santidad, justicia), y, por tanto, tenemos la capacidad de tener comunión espiritual con Él».5 ¿Cómo expresan estos versículos el deseo de Dios de tener una relación personal con nosotros?
Proverbios 8:17
Isaías 55:1-3
Mateo 11:28-30
Tú nos despiertas para deleite en tu alabanza; porque nos hiciste para ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti.6
Agustín, obispo de Hipona
4. Agustín, uno de los primeros teólogos cristianos, reitera el pensamiento de Pascal de que solo Dios puede satisfacer nuestras necesidades. A medida que consideras las declaraciones de Agustín y Pascal, escribe tus criterios a favor o en contra de sus observaciones.
El Dios que da todas las cosas
5. Puesto que Dios nos ha creado para sí mismo, el apóstol Pablo, antiguo fariseo y ávido perseguidor de los cristianos, declaró con denuedo la gracia de Dios en Romanos 8:32. Lee Romanos 8:31-34 y enumera las verdades que Pablo citó para apoyar su declaración de la abundante generosidad de Dios.
El don de Cristo tenía el propósito expreso de abrir una puerta a través de la cual pudieran pasar todas las demás cosas buenas. Él es la gran Carta de privilegio cristiano, el Predicador de paz, el Embajador de reconciliación, el Canal de gracia divina… Puesto que no hicimos nada para merecer el don de Cristo, las más pequeñas bendiciones que enriquecen nuestras vidas se nos otorgan, no por causa de nuestros desiertos, sino conforme a la gratuita generosidad de Dios. Él da abundantemente «sin dinero y sin precio». La única condición es recibir a Cristo. Estos regalos se obtienen «con Cristo, o de ningún otro modo».7
S. R. Aldridge
6. Romanos 8:34 nos enseña que nadie nos puede condenar, porque Cristo murió y resucitó por nosotros y está sentado en el lugar de honra a la diestra de Dios, intercediendo por nosotros. Para comprender mejor la magnitud del regalo de Dios de Su Hijo, estudia estos pasajes y comenta sobre la preeminencia de Cristo y el valor incalculable de Su sacrificio por nosotros.
1 Corintios 8:6
Filipenses 2:5-11
Colosenses 1:15-20
Tu salvación es posible solo porque Cristo ofreció una total expiación. Estás completo en Él y no tienes nada en ti en lo cual confiar. Descansa solo en los méritos de Jesús, porque Él es la única base de confianza.8
Charles H. Spurgeon
Respuestas bíblicas a la suficiencia de Dios
Para ilustrar cómo nuestras elecciones reflejan si creemos o no que Dios es suficiente, cada capítulo incluirá esta sección especial, la cual explora cómo ciertos hombres y mujeres en la Biblia demostraron su visión de la suficiencia de Dios.
Cuando Dios no parece ser suficiente
Eva
En el perfecto y todo suficiente jardín de Edén, la serpiente persuadió a Eva para que desobedeciera a Dios al comer del fruto prohibido del árbol del conocimiento del bien y el mal. Satanás convenció a Eva para que comiera del fruto al asegurarle que no moriría y que sería como Dios, conociendo el bien y el mal.
La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió. En ese momento, se les abrieron los ojos, y de pronto sintieron vergüenza por su desnudez.(Génesis 3:6-7)
Cuando Dios es suficiente
Pablo
Al escribir a la iglesia en Filipos, Pablo enumera sus impecables credenciales como fariseo:
Era tan fanático que perseguía con crueldad a la iglesia, y en cuanto a la justicia, obedecía la ley al pie de la letra. Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho. Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo y llegar a ser uno con él. Ya no me apoyo en mi propia justicia, por medio de obedecer la ley; más bien, llego a ser justo por medio de la fe en Cristo… (Filipenses 3:6-9)
7. Pablo declaró que «… Dios mismo nos puso en la relación correcta con él» (Romanos 8:33). A medida que reflexionas en estos pasajes, comenta cómo las elecciones hechas por Eva y Pablo pueden instruirte al aplicar la verdad de la omnipotencia y la suficiencia de Dios.
¿Cuál es «la mentira» (singular) que ha regido la civilización desde la caída del ser humano? Es la creencia de que los hombres y las mujeres pueden ser su propio dios y vivir para la creación y no para el Creador y no sufrir ninguna consecuencia.9
Warren W. Wiersbe
Pensamientos y reflexiones de una mujer mayor
Cuando algo es suficiente, es abundante, es decir, no se necesita nada más. Estamos satisfechas y tranquilas. Este ha sido el propósito de Dios desde el principio. Él creó el jardín de Edén para Adán y Eva, y no les faltaba nada. Pero una de las estrategias de Satanás es hacernos sentir descontentas e insatisfechas. Sin embargo, Dios, en Su soberanía y bondad, les da a Sus hijos la libertad de elegir. Esto fue lo que Eva hizo: había sido engañada y escogió el fruto prohibido, aunque tenía todo lo que necesitaba.
Fue la inclinación de Eva a buscar «más» fuera de la voluntad de Dios lo que me alerta sobre mi propia susceptibilidad de pensar que puedo actuar independiente de Dios. «Reinhold Niebuhr, un prominente teólogo posterior a la Segunda Guerra Mundial, señaló el problema: “El ego humano asume su autosuficiencia y autocontrol y se imagina seguro… No reconoce el carácter contingente y dependiente de su vida y se cree el autor de su propia existencia».10 Desafortunadamente, Eva aprendió demasiado tarde que no podía ser la autora de su propia existencia y que solo encontraría su seguridad y satisfacción en su dependencia exclusiva de Dios. Dios es quien creó todas las cosas de la nada; él es el único que siempre será suficiente. A. W. Tozer, pastor y escritor estadounidense, comentó: «¡Él está siempre intentando llamar nuestra atención, tratando de revelarse a nosotros, de comunicarse con nosotros!».11 Quizás él está siempre intentando llamar nuestra atención porque quiere que sepamos que el descanso y la plenitud solo se pueden encontrar en Él. En verdad Dios da abundantemente, «sin dinero y sin precio». Cuánto le entristece cuando confiamos en nosotras mismas o en el mundo para encontrar plenitud. Creo que esta es una de las razones por las que Pablo estuvo tan dispuesto a tenerlo todo por basura cuando se encontró con el Cristo vivo. Él había buscado la satisfacción y la plenitud bajo sus propios términos, al ser un fariseo justo, pero una vez que conoció a Cristo, ya no deseaba nada más. Pablo hablaba en serio cuando escribió: «Si Dios no se guardó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos dará también todo lo demás?» (Romanos 8:32).
Hace años, mientras asistía a un banquete, comencé mi proceso de aprender «la lección más grande y sublime» de Hannah Whitall Smith. Mi esposo y yo estábamos sentados en una mesa para ocho personas. Un joven soltero quería conversar con Jack y preguntó si podía sentarse junto a él. Dos parejas, que se conocían, vinieron y llenaron nuestra mesa, solo quedó una silla vacía a mi lado. Después de las presentaciones y una pequeña conversación, se sirvió la ensalada y todos comenzaron a conversar, y yo comencé a comer sola. Después de un rato me cohibí y me centré en mí misma. Seguramente otras personas sentadas a nuestro alrededor notaron que nadie conversaba conmigo. Mientras más tiempo pasaba, más me imaginaba a las personas susurrando: «Ella debe ser antipática y aburrida». Me sentía sola y que llamaba la atención.
Mientras sentía lástima de mí misma, el Todopoderoso Creador del universo de forma abrupta y clara interrumpió mis pensamientos con este reto: «Cynthia, ¿soy suficiente para ti?». Aturdida, susurré con pena: «Oh, sí Señor, tú eres suficiente para mí». Estaba sorprendida, en primer lugar, por su participación evidente e íntima en mi circunstancia, y, en segundo lugar, por Su profunda interrogante. Entonces surgieron en mi corazón, de parte del Señor, estas preguntas inquietantes y agudas: «¿Entiendes que te amo con amor eterno? ¿Has entendido que nunca te dejaré ni te desampararé? ¿Sabes que soy el Primero y el Último? ¿Necesitas constantemente personas que te reafirmen tu valor? ¿No te das cuenta de que te compré con un alto precio y que eres preciosa a mis ojos? ¿Necesitas buscar satisfacción y validación en el mundo? ¿No es suficiente mi presencia, mi amor, mi gracia, mi propósito, mi conocimiento íntimo de ti?». Abrumada por esta santa confrontación, me senté en silencio. De manera increíble, pensé en el interrogatorio de Dios a Job y en la modesta respuesta de Job: «No soy nada, ¿cómo podría yo encontrar las respuestas? Me taparé la boca con la mano» (Job 40:4).
Así que, en medio de un bullicioso banquete —con ojos llorosos, y profundamente humillada, aunque en extremo bendecida por el Dios eterno—, cubrí mi boca y meramente asentí. Mi corazón rebosaba con el gozo y la paz que solo Dios puede dar, y supe de una manera nueva y fresca, que Dios, y solo Dios era suficiente.
Dios, de tu benevolencia, date a mí; porque tú eres suficiente para mí. No puedo pedir propiamente nada menos, ser digno de ti. Si pidiera menos, siempre me faltaría. Solo en ti lo tengo todo.12
Julian de Norwich (siglo XIV)
Reflexión y aplicación personal
Charles H. Brent comentó: «Ciertamente, pareciera que las verdades más profundas vienen solo en momentos de profundo silencio devocional y contemplación».13 Toma tiempo para estar quieta y prepara tu corazón para meditar y ora por tus respuestas a los siguientes pensamientos. (Tal vez desees tener un diario separado para registrar tus reflexiones en cada capítulo).
8. Revisa con atención este capítulo, toma nota de los versículos y las ideas clave que te impresionaron. Haz un breve resumen de lo que has aprendido en tu estudio.
9. ¿Cómo conocer a Dios como el Creador soberano te ayuda a creer que Él es suficiente? Incluye cualquier duda o impedimentos que tengas para aceptar la suficiencia de Dios.
10. Al examinar tus elecciones diarias, ¿en qué áreas te ves tentada a satisfacer tus propios deseos en lugar de descansar en la provisión de Dios?
11. ¿Estás de acuerdo con el criterio de Hannah Whitall Smith de que descubrir la suficiencia de Dios es la lección más grande y sublime que un cristiano debe aprender? ¿Por qué sí o por qué no?
12. ¿Cómo te ha ayudado este capítulo a percibir a Dios como dador misericordioso de todas las cosas?
13. ¿Cuál sería una forma tangible en que puedes comenzar a dejar que Dios sea suficiente para ti?
14. Al escribir a la iglesia en Éfeso, Pablo se sentía sobrecogido por la gracia y la bondad de Dios, y proclamó: «Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre, el Creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra» (Efesios 3:14-15). Después de reflexionar en «todo esto», cierra este capítulo con una oración al Padre y Creador de todo, pídele que se revele a ti como el único Dios que da gratuitamente todas las cosas. Ruega que el Señor, en Su bondad, se dé a ti, y que tu corazón esté más y más alerta a Su deseo de «tener tu atención, de revelarse a ti, de comunicarse contigo». Ora para que seas una estudiante dispuesta, lista para aprender esta gran lección de que solo Él es suficiente. Agradécele por no escatimar ni a Su propio Hijo y por comprometerse a darte amablemente todo lo que necesitas.
Cuando vienes a Cristo y te haces cristiano, no solo eres consciente de esta nueva vida, sino que eres consciente de este sentido de satisfacción. Digo esto para la gloria de Dios y de mi Salvador. No hay nada que sepa, que pueda pensar, que pueda imaginar, sino eso que encuentro, y más que encontrar, lo que hay en Él. Él es suficiente. Él es más que suficiente. Él es todo en todo. Él es absolutamente gratificante.14
D. Martyn Lloyd Jones
VERSÍCULO A MEMORIZAR: ROMANOS 8:32