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El mentalismo

Todo es mente. Si tú lo pensaste y te lo creíste, lo creas. Todo lo que pensamos se hace realidad; por eso debemos controlar lo que creamos con nuestro pensamiento.

Recuerdo las reuniones, cuando hablaban del mentalismo, del poder de la mente. Lo que pidas se te dará. «¡Cuidado con lo que pidas!», se decía en esas reuniones.

En la actualidad continúan con esas mismas premisas en los diferentes cursos que tratan estos temas. Años más tarde me doy cuenta de que no solo es cierto, sino que hay que hacerlo consciente y practicar. En aquel momento fue aburrido, hoy es algo muy divertido. Te invito a que juegues, con cuidado, y lo compruebes.

El mentalismo es un principio filosófico sobre la presencia de una «realidad mental propia», una imaginación, una visualización, algo diferente a la vivencia corporal.

Es una ley la del mentalismo: todo parte de la mente. En numerosas ocasiones no somos conscientes de la cantidad de pensamientos que pasan por nuestra mente. Todo lo que vivimos es creado por nuestra mente, es una proyección del pensamiento mantenido, cargado de una emoción que sirve como nitro. Sabiendo esto, podemos empezar a cambiar nuestra vida, eliminando todas las ideas negativas, cambiándolas por otras nuevas y que nos hagan sentir mejor.

Abraham Hicks comenta que cuando se da un pensamiento y centras tu atención en él durante diecisiete segundos, ese pensamiento traerá consigo otro que, por efecto de la ley de la atracción (en otro capítulo hablaremos de esta ley con más detalle), será más poderoso. Al final de otros diecisiete segundos (o sea, 34 segundos en total) el pensamiento evoluciona a un nivel de energía aún mayor.

Cuando pensamos, ya sea de forma positiva o negativa, hay una utilización de energía, es la misma para cualquier lado. Yo prefiero invertir mi energía en algo positivo. Total, es mucho más productivo.

Después agregas otros diecisiete segundos (que harían un total de 51) y continúa el proceso hasta llegar a un total de 68 segundos con la atención mental en algo. Entonces ese deseo está camino a su realización, estás creando.

La clave es el enfoque, que debería ser positivo (energía positiva y pura). No hay, durante este lapso de 68 segundos, cabida para un pensamiento de carencia o negatividad, aparte de la emoción que estás sintiendo por eso que estás pensando.

Veámoslo así: la mayoría de nosotros nunca hemos experimentado este proceso de 68 segundos puros de energía no contradictoria o de autosabotaje.

Al aprender a utilizar este proceso de pensamiento no contradictorio durante tan solo 68 segundos, entonces uno se va sentir mejor y te permites entrar en el disfrute de ir creando tu deseo. ¡Ah! Ahora sale el típico: «¡Hay que ser realista!». Pues te cuento que cualquier realidad es creada por la mente en primer plano, luego ejecutada.

Todos tenemos realidades diferentes. Son relativas y dependen del observador… Yo prefiero usar mi energía en cosas proactivas y que me generen emociones de altas vibras que estar pensando en pendejadas que me hagan sentir mal. ¿En qué prefieres invertir tu energía?

Ahora bien, continuemos… ¿Cómo lograr diecisiete segundos de pensamiento consciente?

Lograr diecisiete segundos de concentración en un pensamiento consciente es más fácil hacerlo por escrito o simplemente pensarlo. Al hacerlo por escrito puedes generar un hábito primario para luego acostumbrarte a pensar de forma positiva. Al hacerlo escrito te recomiendo que sea en forma de carta dirigida a un «amigo», que eres tú, haciendo cuenta de que eso que estás deseando ya ha sucedido en la realidad, es una realidad adelantada.

Describes cómo te sientes con todos los detalles posibles y te sumerges tanto en la descripción que te parece como si de verdad lo estuvieras viviendo. Recuerdas cuando le hacías la carta al Niño Jesús o a Papá Noel. Fuiste full detallista, aparte de que la emoción es maravillosa: ya sabías lo que iban a dar. O sea, una aplicación total de la ley del mentalismo.

Este hábito mental cambiará tu vida inmediatamente…

Cada vez más la ciencia confirma que la mente juega un papel importante en el éxito de cualquier persona. La neurociencia está corroborando que una mente consciente es una mente que es capaz de transformar la vida.

Si quieres cambiar algo en tu vida, tienes que empezar por cambiar la programación mental. La mente es como una computadora cuando instalas un programa para algún fin. En tu mente puedes instalar programas de bienestar, de lo que desees, generando el resultado que esperas.

Crees en algo, no cuestiones tu fe. Cree y sigue adelante.

En universidades prestigiosas, como la de Harvard, han hecho estudios reales sobre el poder de la mente, pensamientos y visualizaciones, tema de interés y sobre el que se quiere entender más.

Cuando piensas de manera positiva te mantienes con una actitud ganadora, aun cuando las cosas no estén saliendo como lo deseas. Te encuentras personas que quieren someterte a vivir en sus penas, llevándote a su posible realidad, llenándote de toxinas.

Todo depende de la forma en que veas las cosas.

Siempre hemos sabido sobre el poder del pensamiento, incluso antes de que se generara una moda sobre las leyes naturales, de las que se sabe que funcionan, pero que no se ponen en práctica. Quizás sea por las mismas creencias limitantes que cada uno tiene.

Los grandes millonarios, gente de éxito en todos los planos, no solo en el económico, son expertos en la ley del mentalismo. Visualizan las cosas que desean y hacen su plan de acción en pos de lo que ven.

Hay muchas personas que se han sanado de enfermedades, personas que de estar en quiebra han montado empresas exitosas… Es mucho lo que hace es este poder que se subestima.

Hundirse en la mierda es una creencia, una decisión.

El poder del pensamiento ayuda a mantenerte lo más alineado posible no solo con tu deseo, sino con tu presente.

Los animales no tienen un poder del pensamiento; sin embargo, he visto cómo se les mejora la salud de forma milagrosa, por así decirlo. No existe un placebo en ellos; sin embargo, su naturaleza en estado de pureza les permite fluir con la vida. También existen otros patrones energéticos que influyen. Lo hablaremos en otro capítulo más adelante.

El hecho es que nosotros somos los responsables absolutos de lo que creemos.

Recuerdo una vez, escuchando al doctor Joe Vitali en una entrevista que le hicieron dando unos tips sobre la gente exitosa. Él comentaba: «La mayoría de las personas están totalmente fuera del poder creativo de la imaginación e inevitablemente se dejan llevar ante los hechos y aceptan la vida sobre la base del mundo exterior».

Continuó…

«Tu vida es tal cual según tus creencias, es decir, tu programación mental. Te has fijado en millones de personas; viven con las creencias equivocadas, tienen programas mentales incorrectos y lamentablemente no lo saben. Desconocen esto que tú estás descubriendo aquí y mueren incluso sin saber por qué nunca pudieron lograr el éxito que desearon. Pues es simple: estuvieron mal programadas. Tuvieron las estrategias mentales incorrectas en el subconsciente y nunca pudieron cambiarlas. Pero lo maravilloso de esto es que tú no vas a tener que pasar por este problema. Es más, vas a hacer todo lo contrario y a voluntad».

¡Qué aburridos estos temas y entender estas cosas cuando yo era niño! El detalle es que no estaban muy formadas las creencias, por lo que simplemente aceptaba estos temas. También había cosas divertidas, pero a esa edad yo solo quería estar jugando en la calle con mis amigos. Sin embargo, esas clases se iban quedando en mi inconsciente. Ya me daba igual si me chalequeaban (término venezolano del ahora llamado bullying) o no. Todo lo iba absorbiendo, era una esponja. Pero sabía en ese momento que hay cosas que van más allá de lo que se ve.

Aprendí a callar sobre estos temas, pero sabía, sentía, que «eso» es el camino, tomando en cuenta los golpes que en algún momento me darían las creencias adquiridas por lo externo.

Lo que piensas repetidas veces y le pones emoción se manifestará.

Por decir cosas así me metí en problemas. Preferí callar y pasar por el chamo que echa bromas, pero sin hablar mucho sobre estos temas aun cuando creía en ellos totalmente.

Jamás dejes de ser tú, cueste lo que cueste.

La mente tiene un poder maravilloso. Si a eso se le suma una emoción igual de poderosa, más fe, se crea el milagro o el caos.

Más allá de lo que ves

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