Читать книгу Más allá de lo que ves - Daniel Araiz - Страница 13
ОглавлениеEntre el placebo y el nocebo
Se habla de placebo y nocebo como justificando cosas. En estos temas los animales no entran; ellos no tienen una sugestión de pensamiento que les manifieste el deseo de algo. Ellos son la pureza, es la línea de la energía y la vibración; por lo tanto, la manifestación de la energía y la expansión es maravillosa, tema que trataremos con más detalle en los próximos capítulos. Al saber eso podemos darle más poder al asunto del pensamiento.
La mente tiene un poder que subestimamos
El poder de la mente lo podemos apreciar de alguna forma gracias a un artículo publicado por Bill Sones y Rich Sones Ph. D. en el Desert New:
«En 1936, en la India, cuenta el premio Nobel Bernard Lown en “El arte perdido de la curación”, se realizó un asombroso experimento con un preso condenado a muerte por ahorcamiento. Se le dio la opción de ser «desangrado» o que le dejaran salir la sangre, porque esto sería gradual y relativamente indoloro. La víctima estuvo de acuerdo. Fue atada a la cama con los ojos vendados.
Sin que él lo supiera, se colocaron contenedores de agua en los cuatro postes de la cama y cubos de goteo instalados debajo. Luego, después de que le hicieran pequeños rasguños en sus cuatro extremidades, comenzó la falsa brigada de goteo: primero rápidamente, luego lentamente, siempre en voz alta. Cuando cesó el goteo de agua, el corazón del joven sano también se detuvo. Estaba muerto; no había perdido ni una gota de sangre».
Nuestros ancestros sabían de todas las leyes naturales, estos principios que muchos no se ponen en práctica. Leyendo varias biografías de personas de mucho éxito y grandes profetas he comprobado que en muchas se hace referencia a estas leyes.
«Ni tu peores enemigos pueden hacerte tanto daño como tus propios pensamientos».
Buda
En este siglo, gracias a muchos científicos de diferentes ramas y a los estudios sobre física cuántica se puede cambiar la realidad a través de nuestros pensamientos. Sin embargo, aunque estos temas están más esclarecidos y hay menos tabú, siguen dando que hablar. La energía de cabeza.
Aprender a crear la vida que queremos vivir
Somos lo que pensamos; por lo tanto, debemos saber educar nuestros pensamientos y esforzarnos para que estos no nos invadan el día con preocupaciones. El poder de una mente puede ayudar a mejorar la situación que estemos viviendo en esos momentos, encontrando soluciones.
En algunas ocasiones de nuestras vidas vivimos momentos en los cuales nos cuesta mantener el control de nuestra mente, pensamientos «realistas» que nos golpean nuestro campo energético. No perdemos nada por accionar, buscando técnicas o maneras con las cuales mover a nuestra mente para que trabaje a nuestro favor. La mente no sabe lo que es real o no.
El poder mental es uno de los poderes más potentes que el ser humano posee. Con práctica se puede llegar a reeducar nuestra mente y así poder crear nuestra propia realidad. Te invito a que rebobines un poco ese casete de tu vida, ¿OK? Mira para atrás en el tiempo y revisa con detalle algunas cosas que pensaste que te podrían pasar en este hoy. La mayoría de las cosas que pensaste ayer las has cumplido hoy.
«Todos los eventos que has experimentado en tu vida has-ta este momento han sido creados por tus pensamientos y creencias que has tenido en el pasado. Fueron creados por los pensamientos y palabras que usaste ayer, la pasada semana, el pasado mes, el pasado año».
Louise Lynn Hay
La mente tiene un poder que muchos subestimaron
En algunas ráfagas de recuerdo, en algunos de los talleres que me llevaban de niño hablaban del poder de la mente, de la ley de atracción y más cosas así. En aquel momento ni en juegos hablaba de eso con mis amigos. A veces se me salía algo y, bueno, las bromas venían…, pero creía en ese poder. Llegó un momento en que dejé de creer en eso. Aunque no se trata de de creer: es así, es una ley natural.
Muchas cosas que aprendí preferí guardarlas (modo supervivencia). Eventualmente las hablaba, pero muy por encima, sin muchos detalles, aunque seguía yendo a esas charlas. La verdad, me gustaban.
La mente quiere protegerte
Existen especialistas sobre este tema, gurús, maestros del tema mental, médicos y científicos de muchas áreas haciendo investigaciones sobre el poder de la mete. No hablo de telequinesis; es el poder de la mente en sí, el todo.
La mente es una especialista en el resguardo de la supervivencia. Ella va a proteger a toda costa tu zona de confort, o sea, las creencias que tengas, sean limitantes o no.
Cuando estés en el caos sabrás el nivel de paciencia que tienes…
Todo es dado por las creencias. Sí, son esas creencias, esos hábitos que se fueron quedando. Son programas; cuando entran o quieren entrar archivos nuevos sale «error». Es una autoprotección por lo ya establecido.
Recuerdo un día, jugando en el parque con mi hija. Estábamos trepando a un árbol, estilo mono, algo que nos gusta. Ella aprendió a subir y bajar de los árboles con un adiestramiento maravilloso. Me llegaron muchos recuerdos de su edad, cuando junto con mis amigos trepábamos a los árboles de mangos y disfrutábamos de esa maravillosa fruta colgados. También llegué a subir palmeras de cocos. ¿Ves? Una de mis creencias es disfrutar de las frutas montado en una mata.
Retomando el cuento de mi hija, estábamos jugando y ella trepó al árbol. Un niño con el que ella estaba jugando quiso hacer lo mismo. El papá del niño empezó a gritarle que se bajara y me veía con ojos de querer matarme. Le decía al niño que se bajara, que eso no son juegos, que se iba a caer. Por otro lado, yo hacía de porrista (me faltaban los pompones), motivando a mi hija a mantener el equilibrio y a que disfrutara de su colgada. Había una dualidad en el ambiente, dos creencias: una sembraba el miedo; otra, el disfrute… Sin juzgar, son creencias y están bien. Cada uno las ve de formas diferentes.
Por cierto, mi hija sigue manteniendo el equilibrio y sigue trepando a los árboles.
«Todo hombre es libre para elevarse hasta donde pueda o desee, pero el grado de su pensamiento determinará hasta dónde podrá llegar».
Ayn Rand
Tenemos una vida intelectual genial, un poder de pensamiento maravilloso. Nuestra mente es nuestra principal herramienta de supervivencia. Nuestra lógica, bien o mal, nos mantiene como especie (aunque sigo a favor de la intuición). Cada aspecto de nuestra civilización, todo lo que hace que nuestra vida sea más fácil, es gracias a nuestro proceso mental, a nuestros pensamientos.
Para los seres humanos, de alguna forma, nuestra «razón» de ser está en nuestra mente. Pensar es una decisión, no es algo automático. Es la capacidad de decidir de acuerdo a nuestros pensamientos.
No es necesario controlar los latidos del corazón, la respiración, no hay que regular nuestra temperatura. Son patrones automáticos. Nuestros sistemas saben muy bien cómo trabajar de forma libre. Pero nuestra mente, el pensamiento, es diferente. Puedes elegir y eso es algo maravilloso. Podemos elegir entre pensar y no hacerlo. Lo otro es DECIDIR en qué usar nuestros pensamientos.
Hay que prestar suma atención a los pensamientos y a las emociones, que son el fertilizante. Ellos se materializan. Todo lo que nos rodea, absolutamente todo, fue primero un pensamiento. Todo nació de un proceso mental. Todo en tu vida es por tus pensamientos.
A todo le buscamos detalles: a los estudios, a la pareja, al trabajo… A todo, hasta a la salud o a la condición física. Todo se va a hacer realidad. Los pensamientos se van a hacer realidad, poco a poco, pero se van a materializar. Somos unos cocreadores de nuestra realidad. Ahora bien, sabiendo esto, ¿cómo estás creando tu mundo? ¿Qué estás pensando que se volverá realidad?
La mayoría de las personas quieren vivir en piloto automático, viviendo a la deriva, a lo que venga. Vivir un mundo a lo accidente, como sea, de acuerdo a la zona de confort. Hay que tomar las riendas de los pensamientos, de la mente, evitar sumergirte en ese bucle de creencias que ni siquiera son tuyas.
Se debe hacer una visión de los pensamientos más conscientes. Así la materialización será más consciente y habitual.
El primer paso en este proceso es ser claro y definir realmente qué es lo que quieres, darte cuenta de qué es el efecto limitante; pensar en la vida ideal, en lo que quieres en tu vida. Todo está en la mente. Es centrarnos en la disciplina y en la consciencia del pensamiento.
Hay que dejar de ser un sonámbulo y abrazar el poder que hay en cada uno, el poder del pensamiento. La mente es una zona maravillosa que nos ha permitido sobrevivir en este plano, es parte de nuestra esencia como humanos.
Todos tenemos la posibilidad de hacer cosas tontas, cosas asombrosas. Es parte de nuestra capacidad de decidir a través de nuestras creencias y pensamientos.
«Tanto si piensas que puedes como si piensas que no puedes, estás en lo cierto».
Henry Ford
Hay una cantidad de cosas inconscientes que pueden arruinar tu vida. Pero todo es a través de los pensamientos. Es la clave para alcanzar la vida que tanto deseas. En tus manos, en tus pensamientos, está la victoria o el fracaso.
Hay que pensar de forma óptima, proteger a los pensamientos, cuidar a los pensamientos, que son una semilla. Hay que vivir con consciencia, diciendo en qué pensar, eligiendo qué pensar y aprovechando al máximo cada pensamiento, lo que realmente importa. Lo que puedas pensar lo puedes alcanzar.
Siguiendo con los recuerdos de mi niñez, en una oportunidad estábamos jugando con mis amigos de la cuadra, la zona donde vivía, y había una mata de mamón, Melicoccus bijugatus. Es una fruta que se da al norte de América del Sur y en Centroamérica. Era temporada; era un árbol muy alto. Solo subimos tres de los amigos. Quería el racimo que estaba en lo más alto; me mentalicé en llegar a toda costa. Mis amigos se fueron quedando en el camino (sé que no eran unas olimpiadas, pero fue algo importante para mí). El hecho es que llegué a toda costa a esa rama al final del árbol, cogí mi racimo como un trofeo, se rompió la rama y fui cayendo, rama por rama… El golpe fue muy duro; no me fracturé nada, gracias a Dios, pero me dolía hasta respirar. Mi trofeo fue que logré llegar y traerme ese racimo de mamones, que vino doble.
Puede ser una anécdota tonta quizás, pero es parte del poder del pensamiento. No es que las cosas se manifiesten en el plano físico con solo pensar, pero concentrar toda la atención en algo bien definido va a provocar cambios materializados. Se pueden controlar los pensamientos hacia las acciones, provocando un futuro tangible.
De eso trata el pensamiento consciente. Es la libertad de pensar, qué pensar y cómo pensar. No puedes controlar lo que está alrededor, pero sí lo que está en el interior. No son los eventos de la vida, es cómo se procesan esos eventos. Es tu creencia.
Todo es el significado que les das a las cosas, todo es un obstáculo o una oportunidad. Va a depender de tus pensamientos o tus creencias. Hay que tomar en cuenta que todo pensamiento es alcanzable.
Pensamientos repetidos se convierten en hábitos, en creencias, y tú te convertirás en lo que pienses.
Lo mejor que tienes es tu maravilla de vida. Da igual por lo que estás pasando; el significado se lo vais a dar tú y tus creencias. Aunque suene a cliché, tiene el poder de cambiar todo. Uno de mis maestros siempre dice: «Estás a un pensamiento de mejorar tu vida…». El proceso es centrarte en lo mejor que puedes contemplar, tu propia vida, tus pensamientos. Es lo más importante. Presta atención y vive en consciencia. La vida puede ser complicada, confusa, pero recuerda que eso son solo creencias y pensamientos. La mente, que te quiere en la zona de confort.
Míralo de esta forma: una persona que esté acostumbrada a ver su vida de telenovela, que viva en un rol de víctima, abrazando el dolor y el sufrimiento, trabajo forzado, puros «golpes de la vida». Alguien le dice que eso puede cambiar, pero no lo va a creer. Quizás en un pequeño momento lo haga, pero va a volver a lo mismo. Está acostumbrada a esa vida, lleva muchos años viviendo en el lodo del victimismo, esa es su zona de confort. La única forma de salir de ahí es practicando, creando nuevos hábitos, siguiendo hasta que ya sean patrones conscientes y sean parte de ti.