Читать книгу Experimentar la Divinidad en la vida cotidiana - Daniel Gabarró - Страница 15

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Todo esto que estamos explicando no es para ser creído, sino para ser verificado, vivido.

Dios no quiere ser creído, quiere ser encarnado. La Vida no quiere ser pensada, sino vivida.

Tú debes ser tú, o nadie podrá serlo por ti.

Tú debes ser tú, o nadie podrá serlo por ti.

Lo específico que hay en ti tiene que expresarse para mostrar lo que es único en ti. A la vez, debes ser consciente de estar constituido por algo que te da vida y, a la vez, te trasciende. Entonces, percibirás tu verdadero ser; lo subjetivo y la Totalidad al mismo tiempo.

Tú eres alguien único, pero a la vez eres lo mismo que todo lo demás: la Energía Vital a tu través. Cuando tu atención incluye ambas cosas, tu vida se transforma.

Pocas personas perciben la importan­cia de incluirse en su atención.

Desde nuestra experiencia, se trata de algo sencillo, aunque pocas personas perciben la importancia de incluirse en su atención, pocas personas perciben la importancia de recuperarse.

Si tú no te recuperas a ti misma/o, si no te incluyes dentro de tu propia atención, sabiéndote parte de una Totalidad, ¿quién vivirá tu vida?

Lamentablemente, muchas personas ponen toda su atención en el exterior; su trabajo, su familia, sus deseos, sus miedos... y se olvidan de sí mismas, se olvidan de la Consciencia que son y que surge de la Consciencia o Aliento Vital que da existencia a todo.

Si te olvidas de ti, ¿cómo puedes considerarte vivo?

Si te olvidas de ti, ¿cómo puedes considerar­te vivo?

Por eso, por ejemplo, en el budismo se te pide que te ilumines, que busques el Yo Real que has perdido. De este modo, podrás darte cuenta de que eres parte de una Totalidad. Por poner un segundo ejemplo, en el cristianismo se te dice que creas en la 'resurrección de los muertos'; pues mientras no pongas la atención en la Consciencia que eres, ¡estás tan muerto como un cadáver!

Y reiteramos que no se trata de creer en esto que estamos contando. Se trata de comprenderlo y encarnarlo profundamente para Ser.

No se trata de hablar de Dios, sino de hablar desde Dios.

Se trata de tener una profunda experiencia desde la que expresar lo que eres.

Por lo tanto, no se trata de que tengas fe, sino de que des fe, que seas testimonio de la Divinidad, que seas palabra viva.

En este sentido, te animamos a callar toda afirmación que no vivas.

Cuando callas y te abres a la duda, permites que la respuesta se geste en tu interior y te das cuenta de ser la misma Esencia expresándose.

Experimentar la Divinidad en la vida cotidiana

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