Читать книгу Diógenes Moderno - Daniel Kasparian - Страница 12

Notas:

Оглавление

Chemén: alholva o trigo de Grecia, muy bueno para combatir las anemias y el surmenage. Ajedrez: juego creado por Issa, hacia el siglo VIII, practicado entre los persas, los chinos y los hindúes, y, llevado a Grecia por los mercaderes, fue un entretenimiento en las cortes. El rey Hiram premió al juguetero como éste pedía, porque había resuelto un conflicto de territorio mediante una partida de ajedrez: le obsequió un grano de trigo por cada casilla del tablero, en progresión geométrica (son sesenta y cuatro): no alcanzaron los graneros del reino para pagarle. Olimpiadas: juegos iniciados en 776 antes de J. C. que reunían en igualdad a todos los griegos. Alejandro de Macedonia, previa demostración de su origen heleno, ambicionó también un triunfo olímpico, participando en la categoría lucha, y desestimando sus propias palabras, cuando fuera invitado a participar: “lo haría si los demás participantes fueran reyes”. Filípides: soldado griego, que, en el año 490, murió de fatiga tras haber corrido unos cuarenta kilómetros, desde Marathón hasta Atenas, para anunciar la victoria sobre el ejército persa y evitar así que las madres griegas mataran a sus hijos y se suicidaran; porque así lo habían convenido si al final del día no recibían ninguna noticia de sus esposos. Y, en honor a la hazaña de Filípides, se creó una competencia con el nombre de “Maratón”. Leandro: Leandro nadaba todas las noches de Asia a Europa, en el mar de los Dardanelos, guiado por una lámpara, hasta la torre de su amada Hero. Una noche tormentosa, un fuerte viento apagó la luz, y Leandro, envuelto en olas poderosas, se ahogó. Su cuerpo fue arrastrado hasta la costa bajo la torre de Hero, quien, desesperada, se arrojó de allí al mar. La natación como disciplina gimnástica constituía una de las áreas de adiestramiento de los guerreros persas y espartanos. Dédalo e Ícaro y el laberinto de Creta: el rey Minos ordenó su construcción para encerrar a un monstruo, mitad toro y mitad hombre, que devoraba mancebos y doncellas, cada año. Dédalo e Ícaro confeccionaron alas con plumas de aves, usaron cera para adherírselas y escaparon de la isla. Acercarse al sol era el riesgo, y el desobediente Ícaro sufrió las consecuencias. Patapúfete ”: una interjección que solía expresar el actor argentino Pepe Biondi cada vez que el guion lo llevaba a conflictos irresolutos. La composición musical ‘El grito de guerra’ –un florilegio de exabruptos– incluyó esta voz como estribillo para remarcar la acometividad del equipo de rugby argentino Los Pumas.

* * *

–¿Y tú conoces la canción infantil “El zapato del payaso”?

–Entónala…

“Ya es momento que el payaso

Tenga su zapato”.

“Que el circo no cubra los gastos,

Que el trapecio sea un garabato,

Que no hay bofe para el gato,

En fin…

Nada habrá si no hay payasos,

Y no hay payasos sin zapatos.

¿O alguien vio semejante cosa?

Si zapatos tienen muñecos y monas.

–Pero el zapato del payaso…

–Pero el zapato del payaso no es igual, es más grande,

Ya lo sé; pero acaso ¿no hay zapatero diestro

Que sepa hacerlo?

–Pero el zapato del payaso… es decir… el payaso…

–… El payaso… ¿qué?

–El payaso…

–No tiene, ya sé, no tiene con qué pagar, pero…

–No…

–¿Cómo, no?

–No quiere el payaso…

–¿Que el payaso no quiere zapatos?

–Porque es gordo… Porque es pesado… Porque es anciano… Porque le duelen los pies… Porque desea sonreír y reír.

–Pues que no tenga su zapato…

–Oh, mi payaso, que no tenga su zapato…

Que el circo no cubra los gastos… (bis)”.

Continuará

[Corte].


¿A quién saludas, payaso?, /¿Cuál, la farsa que merece el aplauso?,/ ¿Cómo puedes guardar tus lágrimas?,/ ¿Qué clase de soledad, la tuya?,/ Del ruido no se asusta/ Pero ¿sabes que la multitud/ Golpea sus palmas/ Y que han formado dos inmensas manos/ Para venerarte?/ ¿A dónde irás después?/ ¿Quién te seguirá/ Hasta tu tristeza/ Cuando tu falsa ilusión se quite la máscara/ Y el cielo azul sea el reflejo de tu pena?/ Y los niños, esos que te besan/, ¿Besan la alegría o el esmalte muerto?/ ¿Recordarás sus risas/ Cuando en tus callejones/ De soledad/ Con ojos secos lagrimees/ Tu desesperanza?/ …Pero ahora, frente a todos, eres el rey del disparate…, en quien las dudas del mundo se trocan en felicidad…

Diógenes Moderno

Подняться наверх