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Ser docente no se simplifica en el hecho de lograr un título docente habilitante para desempeñar el dictado de una clase, ser docente va más allá y cuando digo “ser docente” no me estoy refiriendo al hecho de desarrollarme como docente, no me estoy refiriendo al hecho de trabajar como docente, pues no, ya que eso sería un análisis superficial que no reflejaría nada de la realidad sino que cuando digo Ser docente lo hago refiriéndome al Ser, al sentir, al interior de uno, porque el docente no nace cuando se recibe o cuando obtiene su primer trabajo de dictado de clases; en realidad es un complemento de varias aptitudes: vocación de servicio, paciencia única, capacidad de aprender a tiempo completo, entender quién eres, sentir quién eres, sentirte parte de algo grande, sentir que estás en el lugar y en el momento correcto, percibir que cuando estás en un salón de clases estás en tu lugar único compartiendo con quienes quieres estar… el Ser docente no se forma estudiando, nadie te puede hacer docente porque se nace con esa pequeña luz que se enciende en determinados momentos dándote las señales de que quiere salir, de quiere ayudar a iluminar el camino de personas que lo necesitan, que te necesitan y tu pago más remunerativo es cuando lograste llegar a concretar ello.

“Si al transitar mi camino voy dejando huellas y esas huellas sirven para alguien encuentre el suyo, entonces y sólo entonces, estaré satisfecho porque mi satisfacción no es material, porque ésta no es una profesión, es una vocación”

Lic. Daniel Murillo

Ser docente requiere de una vocación de servicio absoluta que si bien puede suceder que al principio esto parezca solamente un acto demagógico pero, seguramente, al pasar el tiempo dentro tuyo sentirás que las cosas cambian porque ya no miras a tus alumnos como meros ingredientes necesarios para conformar una clase y es entonces que comenzarás a sentirte docente hasta el punto de realizar muchas cosas sin esperar más paga alguna que la propia gratitud de tus educandos porque si de algo estoy seguro es que en una vida anterior debo haber sido docente y que de poder hacerlo sin cobrar no me pesaría, de hecho, en muchas oportunidades genero las posibilidades de poder dictar clases extraordinariamente, es decir, sin remuneración alguna.

Cuando eres docente el concepto de remuneración cambia porque como dije en mi epígrafe si puedo lograr pasos firmes y bien pisados con valores, con honestidad intelectual y de justicia, entonces con seguridad que podré dejar huellas en mi andar y si esas huellas le generan la posibilidad a algún alumno o alguna alumna de marcar su camino bienvenido sea. Cuando hablo de marcar su camino no lo hago en términos genéricos porque en el recorrido de éste especial camino de la docencia he tenido la dicha de poder ayudar a tomar decisiones más acertadas que las que se estaban tomando porque sucede que el entorno, la edad y la cultura no siempre te indican el mejor camino y esto sucedió con un alumno que preservaré su nombre y la escuela en donde sucedió porque es mejor así… LG, así lo llamaré, era un alumno que no prestaba atención en clases a lo que dictaban sus profesores pero noté que era muy observador, observaba las aptitudes y actitudes de los docentes para luego refutarles algo y dejarlos sin respuestas. Esos eran los únicos momentos en que se expresaba y se dirigía a sus profesores y luego de un tiempo de observarlo me acerqué a conversar con él y a preguntarle cómo estaba y su reacción era un poco reticente y reacia por el sólo hecho de que él no podía entablar con un profesor porque eso le provocaría un golpe a su imagen dentro del grupo de compañeros, que dicho sea de paso no eran ninguna buena influencia, y por ende era cortante conmigo pero continué con mi plan de acercarme y de platicar con él porque me llamaba mucho la atención su personalidad, si bien no era un líder pero lo respetaban y a eso lo veía con buenos ojos para llevar a cabo mi plan de integración y de mejorar el rendimiento académico de todos ellos que hasta ese momento era muy bajo, y luego de un tiempo de tanto acercarme sin cruzar palabra alguna y sólo observar tal cual él lo hacía conmigo es que comenzó a hablar conmigo interrogándome porque me interesaba en ellos si ya todos se habrían dado por vencido con ellos y me di cuenta que las decisiones tomadas que venía tomando él hasta ese momento eran una señal de necesidad de que alguien se diera cuenta que él se encontraba en ese lugar y al darme cuenta de eso comencé a pedirle favores menores como pedirle que tome asistencia, que me acompañe mientras llenaba el libro de tema4 y cosas por estilo hasta que le di el lugar de líder de la clase, es decir, era quien se encargaba de distribuir o recoger las actividades también se encargaba de explicar algún tema por mí o de dar una charla motivacional a sus compañeros previamente pactada conmigo y a modo de devolución de favores le enseñé a expresarse en público a que además de estudiar era muy bueno que hiciera alguna actividad física o deportiva y lo incentivé gracias a que él era fanático de la UFC y él comenzó a alejarse de las malas decisiones de sus acciones fuera de la escuela, comenzó a practicar boxeo y hasta ganó algunas peleas y guantes en un pequeño torneo local y desde aquel momento hizo un clic en su vida y las veces que me encuentra en la calle, en tiempos anteriores a la pandemia, o a través de las redes sociales me agradece el haberme interesado en él y lo más emotivo que me dijo fue que él quería ser como yo pero no refiriéndose a ser docente sino que iba a hacer todo lo posible por intentar influir en personas cercanas o conocidas de él para provocarles un cambio en su interior tal cual le sucedió a él. Y a eso me refiero cuando digo que mi satisfacción no es material, porque lo material va y viene pero lo importante se queda con uno para siempre y es lo que te sucede, lo que viviste, lo que hiciste y cómo lo hiciste.

En el camino del docente se aprenden muchas cosas pero lo fundamental es que se aprende cómo actuar dependiendo el momento que está viviendo y en base a ello poder actuar sabiendo interpretar cuando y como improvisar porque el docente además desarrolla una gran capacidad de improvisar tal como lo hace un actor, que de pronto el docente también desarrolla algo de actor debido a que debe estar frente a un público exigente de modo permanente y una clase no es ajeno a ello y además, al igual que en una escena, una clase también está compuesta de momentos.

Ser docente y un nuevo paradigma

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