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Conclusión

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Esta mirada rápida a la música en la Biblia permite entender ciertas cosas con claridad: (a) La música es un tema bíblico con abundante cantidad de referencias, e importante en la vida del pueblo de Dios. (b) La música puede servir para el bien, a fin de expresar sentimientos devotos y positivos, o para el mal. (c) Los grandes hechos de Dios, como la Creación, la redención y la restauración final, son acompañados por música. (d) La buena música, en las Escrituras, es una actividad espiritual e intelectual, social y participativa, profundamente emotiva, edificante, centrada en Dios y en Cristo.

Alfred Küen hace una buena síntesis de las revelaciones bíblicas acerca de la música: “(1) La música es, al menos, tan antigua como la humanidad. (2) Desde el principio, el canto se acompañó con diversos instrumentos. (3) El canto y la música instrumental han jugado un gran papel en la vida de Israel. Constituían la principal actividad artística de ese pueblo. (4) Todas las ceremonias, todos los aspectos de la vida cotidiana, estaban enmarcados por el canto y la música, que expresaban adoración y gratitud, alegría y dolor, amor y odio. (5) Todos los aspectos de la música actual […] se encuentran ya en la Biblia, y están asociados al culto. (6) El carácter de la música instrumental hebrea era generalmente gozoso, pero no ruidoso. La orquesta estaba compuesta por una mayoría de instrumentos de cuerdas. Las trompetas solo eran tocadas por los sacerdotes y servían, principalmente, como llamadas sonoras [...]. (7) Frecuentemente, los cantos eran de tipo canto-respuesta, o de tipo antifonal. (8) Toda la Biblia era cantada. (9) Aparte de las músicas consagradas a Dios, la Biblia menciona, también, músicas maléficas, destinadas a arrastrar hacia la idolatría y la inmoralidad. (10) El canto cristiano ha conservado las principales características del canto sinagogal hebreo. Los cantos de los primeros cristianos eran variados, esencialmente orientados hacia la alabanza”.61

Sin procurar todavía elaborar una teología bíblica de la adoración, se ha observado el panorama de la música en las Escrituras; panorama que demanda una descripción más detallada de los instrumentos de la Biblia.

10 Doukhan dedica la segunda parte de su libro In Tune With God a la música en la Biblia y en los escritos de Elena de White, se extrae de estas fuentes principios y lecciones para la música de la iglesia actual (pp. 80-142).

11 Küen, La música en la Biblia y en la iglesia, p. 13. Frank Garlock refiere a un cómputo de “más de 500 referencias específicas a la música en la Biblia”. “El lenguaje de la música”, seminario transmitido por la BBN (Bible Broadcasting Network).

12 Küen, ibíd., p. 14.

13 Nichol, ed., t. 1, p. 255.

14 Todo el cántico de Moisés se registra en Éxodo 15:1 al 18.

15 Hustad, ¡Regocijaos!: la música cristiana en la adoración, p. 147.

16 Cantará o responderá (heb. anah). “Cuando el antiguo Israel ‘en los tiempos de su juventud’ cruzó el Mar Rojo, cantó el himno de victoria de Moisés (Éxo. 15); así también Israel cantaría por su liberación. ‘Responderá’ encierra el pensamiento de que Israel reconocía con agradecimiento las pruebas del amor de Dios, y procuraba ahora cumplir con la voluntad divina” (Nichol, ed., t. 4, p. 918).

17 La versión Reina Valera Revisada (RVR) traduce como “instrumentos de música” (1 Sam. 18:6) la expresión hebrea shalishim, de traducción no segura. La Biblia de Jerusalén la vierte como “triángulo” porque el hebreo shalosh significa “tres” y shelishi, “tercero” (Nichol, ed., t. 3, p. 34).

18 Ibíd., t. 1, pp. 679, 680.

19 Ibíd., t. 1, pp.871, 943.

20 Nichol, ed., t. 2, pp. 201.

21 Küen, La música en la Biblia y en la iglesia, p. 19.

22 Nichol ed., t. 3, p. 198.

23 Ibíd., p. 249.

24 Ibíd., p. 338.

25 “En la lista de los que volvieron con Esdras, figuran de nuevo las mismas seis categorías de personas que, según el relato anterior (cap. 2, p. 70), habían acompañado a Zorobabel. El orden en que aparecen es casi el mismo” (ibíd., p. 367). El séptimo año de Artajerjes I fue 458-457 a. C.

26 “La enumeración de los diferentes grupos humanos es igual a la de Esd. 2:70” (ibíd., p. 436).

27 “Uzi era el jefe de los cantores del templo” (ibíd., p. 441).

28 Ibíd., t. 3, p. 558.

29 Hustad, ¡Regocijaos!: la música cristiana en la adoración, p. 152; Gerald A. Klingbeil, “La teología de la música sacra”, La música en la iglesia, vehículo de adoración y loor, ed. Departamento de Música de la División Sudamericana, p. 19.

30 Doukhan, p. 101.

31 Véanse, como ejemplo, los siguientes pasajes: Sal. 7:17; 9:2, 11; 13:6; 18:49; 21:13; 27:6; 28:7; 30:4, 12; 32:7, 11; 33:2, 3; 35:27; 40:3; 42:8; 45:1; 47:5-7; 57:7-9; 59:16, 17; 61:8; 65:13; 66:2, 4; 68:4, 32; 69:30; 71:22, 23; 75:9; 77:6; 79:13; 81:1-3; 84:1, 2; 89:1, 12; 90:14; 92:1-3; 95:1, 2; 96:1, 2; 98:1, 4-6; 100:1; 101:1; 104:33; 105:2; 106:12; 108:1-3; 118:14; 119:54; 135:3; 137:1-4; 138:1; 138:5; 144:9; 145:7; 146:2; 147:1, 7; 149:1, 3, 5; 150:3-5.

32 Nichol, ed., ibíd., t. 3, p. 657.

33 Ibíd., p. 778.

34 “Instrumentos de música. Heb. shiddah weshiddoth, que generalmente se piensa que significa ‘muchas concubinas’” (ibíd., p. 1087).

35 “A semejanza de otros profetas, Isaías fue un consumado poeta que presentó muchos de sus mensajes en forma de cantos y poesías [...]” (ibíd., t. 4, p. 163).

36 Ibíd., p. 165.

37 Ibíd., p. 234.

38 Ibíd., pp. 933, 966, 1.086, 1.128.

39 Mejor, “grito”, “grito de guerra” (ibíd., p. 480).

40 Algunos interpretan las palabras “tamboriles” (hebreo tof) y “flautas” (hebreo néqeb) como descripciones del lugar en donde era engarzada la gema (ibíd., p. 705).

41 Ibíd., p. 809.

42 Ibíd., t. 3, p. 38. La expresión “Instrumentos de música” (arameo dajawah), única en la Biblia, no tiene un significado claro y su traducción es conjetural (ibíd., t. 4, p. 840).

43 Ibíd., t. 5, p. 997.

44 Ibíd., t. 4, p. 1003.

45 Küen, La música en la Biblia y en la iglesia, p. 33.

46 C. W. Dugmore, The Influence of the Synagogue Upon the Divine Office (London: 1944).

47 Nichol, ed., t. 5, p. 512.

48 Hustad, ¡Regocijaos!: la música cristiana en la adoración, pp. 154, 158.

49 La palabra griega jalkós traducida como “metal” alude al bronce o algo hecho de bronce. Como este bronce “resuena” tal vez haga referencia a un gong o a una trompeta. Al decir que el címbalo “retiñe”, se usa el vocablo onomatopéyico griego alalázo (Nichol, ed., t. 6, p. 773).

50 Küen dice: “Los cánticos espirituales eran improvisaciones espontáneas en base a textos bíblicos o letras compuestas también por el autor del canto” (Küen, ibíd., p. 37). Nichol, ibíd., pp. 1.033, 1.034.

51 Küen, ibíd., p. 35.

52 Véase: Doukhan, pp. 103, 104.

53 Nichol, ed., t. 7, p. 753.

54 Ibíd., p. 803.

55 Daniel Oscar Plenc, “Aproximación al significado teológico y litúrgico de los himnos del Apocalipsis”. Theologika: Revista Bíblico-Teológica de la Facultad de Teología de la Universidad Peruana Unión, Vol. XX, Nº 1 (2005), pp. 92-113.

56 Nichol, ed., p. 788

57 Ibíd., p. 840.

58 Ibíd., p. 850.

59 Thomas Allen Seel, A Theology of Music for Worship Derive From the Book of Revelation (Metuchen, NJ, 1995), p. 84.

60 Doukhan, pp. 102, 103.

61 Küen, La música en la Biblia y en la iglesia, pp. 41, 42.

La música que agrada a Dios

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