Читать книгу El Infierno no fue Suficiente: 13 historias que no se quedaron - Daro Ceballos - Страница 4
Prólogo
ОглавлениеCuando conocí a Daro descubrí en él a una de esas personas que no son fáciles de encontrar: las que aman las historias de terror. Los fanáticos de este género acordarán conmigo en que es un hallazgo entablar una conversación con alguien que de repente diga: “Amo a Lovecraft y a sus monstruos deformes”. Con Daro, así sucedió y sucede hasta el día de hoy. Desde que nos conocemos, es mi único recomendador de películas y series terroríficas. No conozco a otra persona que encaje mejor bajo la categoría de escritor de cuentos de terror y leer esta antología fue la confirmación de eso. Este género, que hoy está de moda, no siempre fue un orgullo para quienes lo disfrutamos desde pequeños y lo elegimos de grandes como móvil para contar nuestras historias. Escribir relatos que den miedo no es cosa simple, y no sólo presupone un amplio conocimiento del género, sino también un profundo goce por experimentarlo. Siempre digo que, si un escritor no se conmueve con aquello que escribe, no logrará conmover a nadie. Y estoy segura de que Daro escribió las historias que le gustaría leer, esas con las que se sentiría movilizado.
Esta antología nos transporta a universos aparentemente ordinarios que, de pronto, revelan una oscuridad sepulcral. Una oscuridad que, además, podría ser perfectamente posible porque nos arrastra a escenarios de la vida cotidiana en los que lo paranormal pareciera ser más real que la vida misma. Es entonces cuando comenzamos a mirar asustados a nuestro alrededor mientras leemos, buscando y temiendo encontrar allí, a nuestro lado, alguna de las entidades que protagonizan esta serie de cuentos espeluznantes. Empezar esta antología fue una delicia, un viaje que se terminó precipitadamente como todo lo que se disfruta plenamente. Fue leer sin poder parar, sin darle descanso a mis miedos. Fue una experiencia que viví de un modo maravilloso y que, sinceramente, espero se vuelva a repetir.
Muchas gracias por el terror, Daro querido.
Julia Scarone