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Silvia Infantas fue una figura de singular importancia en la música popular de raíz folclórica en Chile durante los años 50 y 60. Primero, junto al grupo Los Baqueanos y luego acompañada por Los Cóndores.

Solía ser casi lógico que septiembre se dejara anunciar con su hermosa voz en los receptores radiales del territorio nacional. Personalmente, conservo fresco el recuerdo de esos momentos mágicos de la infancia, cuando la temperatura ambiente anunciaba que habría un cambio de estación: mi madre preparando el desayuno, mientras en la radio sonaba esa magnífica voz de mujer que me llenaba de emoción. Creo no exagerar que, sin nunca haberla visto en persona, amaba a la dueña de ese timbre cálido y melodioso.

En aquella época no había pocas voces femeninas en el género identificado como música criolla o música típica. Carmencita Ruiz, Margarita Alarcón, María Eugenia de Ramón y Silvia Infantas eran las que más se escuchaban cuando septiembre cubría de flores las copas de los árboles, la gente comenzaba a pintar sus casas y los jardines cobraban nueva vida.

La radio y las revistas de la época a menudo nos traían semblanzas de estas estrellas de la canción y entonces nos enterábamos de sus giras por América (la clásica foto de grupos de artistas descendiendo por una escalerilla de avión) y sus frecuentes presentaciones en lugares de moda, centros de una bohemia intensa y muy publicitada, como El pollo dorado o El Waldorf. Ahí, Silvia Infantas era infaltable y brillaba con luz propia. De ese modo descubrí que la dueña de esa voz era, además, una mujer hermosa.

Era un Chile diferente, en el que la música popular se vivía de otra manera. Había menos gente y las distancias eran más largas, pero no era impedimento para que florecieran grandes figuras del espectáculo, que de alguna manera cimentaban el imaginario de una chilenidad estéticamente homogénea, inspirada en nuestra ruralidad “centrina”.

Sin duda, ese ambiente artístico de la música popular de raíz folclórica había nacido y crecido gracias al desarrollo de la radiotelefonía. Seguramente con Los Cuatro Huasos como pioneros, en la década de 1930.

No eran fundamentalistas del folclor ni en extremo nacionalistas estos grupos de música típica chilena, a pesar de sus atuendos campestres tan uniformes. Muchos de ellos interpretaban boleros, valses, incluso algún tango o zamba argentina. Y Silvia Infantas no fue la excepción, porque también grabó música que hoy sería calificada como música popular a secas. Sin duda, su más grande acierto fue la interpretación de las “Tonadas de Manuel Rodríguez”, “Romance de los Carrera” y el “Canto a Bernardo O’Higgins”, acompañada por la orquesta de Vicente Bianchi. Un clásico que debiera ser inmortal.

Los 60 se vinieron con un desarrollo muy poderoso de géneros y subgéneros en la medida en que la industria de la música se diversificaba y atomizaba. Es así como personajes de una gran notoriedad y fama van quedando en el olvido para las nuevas generaciones.

La publicación de esta biografía de Silvia Infantas, gestada en el Comité de Publicaciones de SCD y escrita por David Ponce, pretende –entre otros objetivos– reinstalar la imagen y la relevancia que este y otros nombres tienen para la historia y construcción de lo que hoy conocemos como música popular de raíz folclórica.

Silvia Infantas es quizás la pieza cúlmine y probablemente la más brillante de esa especie de movimiento que construyó las bases para muchas estrellas de la canción que posteriormente vinieron a poblar nuestra galería de la fama, y que gracias a los avances de las comunicaciones hoy se instalan con luces enceguecedoras en nuestro inconsciente colectivo, a una velocidad que hace 60 años costaba siquiera imaginar.

En el 2008, la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales la nombró –con justa razón y méritos– Figura Fundamental de la Música Chilena, y ya en ese entonces rescatar su nombre fue como sacar una sagrada reliquia del baúl de los recuerdos. Hoy, 10 años después, insistimos en la tarea de mantener viva la memoria de nuestros grandes valores y queremos dejar testimonio de manera categórica que Silvia Infantas es de las más grandes intérpretes vocales en la historia de nuestra música popular.

Mario Rojas

Presidente comité de publicaciones SCD

Silvia Infantas

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