Читать книгу La manifestación de la velocidad de desplazamiento en el tenis - David Suárez Rodríguez - Страница 10
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La velocidad en el tenis. Conceptos básicos
LA velocidad se puede definir como la capacidad de realizar movimientos en muy poco tiempo. Sin embargo, algunos autores consideran que se debe diferenciar entre la rapidez, que está íntimamente relacionada con los procesos nerviosos excitatorios e inhibitorios, y la velocidad, que se situaría como un componente de la rapidez y sería la capacidad de desplazarse en un breve espacio de tiempo (v = e/t) (Zhelyazkov, 2001). La rapidez es una propiedad del sistema nervioso manifestada en las reacciones motoras y frente a movimientos muy simples sin sobrecargas (Verkhoshansky, 2002). La rapidez, por ejemplo, se puede producir durante el movimiento corporal al ejecutar los golpes de fondo y durante la acción del brazo al sacar. Al manifestarse la velocidad durante el juego, se englobarían también, y en íntima relación, los procesos de rapidez. Aquí nos centraremos en la velocidad manifestada en el desplazamiento durante el juego.
Según los requerimientos, podemos diferenciar la velocidad de movimientos sin apenas carga, como la frecuencia de movimientos o la velocidad de reacción, o algunos casos de carreras asistidas que tendrán muy poca relación con la fuerza explosiva, y la capacidad reactiva, la cual se manifestaría en la velocidad cuando se tiene una resistencia que vencer, como una carga externa o el propio cuerpo. Grosser (1992) sostiene que la velocidad es una cualidad psicomotora en la que, mediante procesos cognitivos, volitivos y de funcionalidad del sistema neuromuscular, el individuo logra una velocidad máxima de reacción y de movimientos.
La velocidad de desplazamiento resulta una cualidad derivada principalmente de la regulación del movimiento dependiendo de factores neuromusculares. La importancia de la tensión en cada acción dependerá de la fuerza explosiva, junto con los procesos de tensión-relajación y control corporal en los movimientos en los diferentes planos de las capacidades coordinativas. Vittori (1990) señala que la rapidez de acciones realizadas en el vacío no asegura una elevada frecuencia de movimientos cuando se tenga que mover el peso corporal. La aplicación de fuerza en breve tiempo será el factor neuromuscular decisivo.
En el momento en que hay que vencer una carga, como es el propio cuerpo, intervendrá de forma decisiva la fuerza explosiva o capacidad para movilizar de forma rápida dicha carga. Siempre habrá una velocidad máxima posible con el tipo de carga externa que sea. La capacidad del músculo para aplicar tensión será un factor determinante de la velocidad. Para Cometti (2002), los tres elementos esenciales en la calidad de la contracción muscular son:
■El porcentaje de fibras rápidas.
■La tasa de trifosfato de adenosina (ATP) muscular.
■La velocidad de liberación del calcio.
Plisk (2007) señala que, en caso de que no se tenga una exigencia de carga relevante, podemos resaltar la importancia de la capacidad de acortamiento muscular. Para realizar una eficaz tensión muscular serán fundamentales los siguientes elementos:
■Excitabilidad del sistema neuromuscular.
■Número de sarcómeras activas en serie.
■Composición de las unidades motoras y velocidad de acortamiento de las fibras musculares, debido a la tasa de formación de puentes cruzados y la actividad de la ATPasa.
Por lo tanto, se trata de componentes que podemos diferenciar aunque estén en clara relación, sobre todo cuando se introduce una carga como ocurre en los diversos desplazamientos del tenis. La velocidad depende de las estructuras neuromusculares y musculotendinosas reguladas por el sistema nervioso central o, lo que es lo mismo, por los mecanismos cognitivos de control (Hohmann y cols., 2005).
Manifestación de la velocidad en el tenis y su papel en el rendimiento
La velocidad de desplazamiento se puede manifestar en el deporte de formas diversas (tabla 2-1). Vamos a analizar la carrera atlética por su mayor relación con el tenis, y no el ciclismo, la natación, el esquí, o la elíptica, por poner algunos ejemplos.
Las fases en la carrera atlética de velocidad se puede dividir en:
■Velocidad de reacción simple: reacción auditiva al disparo sin toma de decisión.
■Salida: muy relacionada con la fuerza máxima al partir de una posición de flexión agachado con poca acción elástica y refleja. En ocasiones, se engloba dentro de la velocidad de reacción propiamente dicha (premotora), denominándose reacción motora, o en la aceleración como inicio de la misma.
■Aceleración: lineal en dirección con apoyos explosivos cortos en un principio y progresivamente más amplios. Se produce hasta los 30-40 m.
Tabla 2–1Características de la velocidad manifestada en el tenis
■Velocidad de reacción compleja y toma de decisiones■Velocidad de reacción preferentemente visual■Proceso de anticipación■Salida en movimiento con salto de parada o desplazamiento■Salida con componente elástico-reflejo■Posición erguida del cuerpo con la cabeza orientada a la pelota u oponente■Aceleración desde movimiento■Aceleración con variaciones en ritmo y amplitud de zancada■Aceleraciones en dirección y sentido variable■No se alcanza la velocidad máxima■Desaceleraciones variables en ritmo y amplitud de zancada■Hay pocas situaciones de resistencia a la velocidad y sí resistencia a las acciones explosivas repetidas■Desplazamientos con estructuras diferentes: frontal, lateral, cruzando paso, hacia atrás■Desplazamiento combinado con estructura, aceleración y desaceleración en relación al golpe■Posible situación de deslizamiento según la superficie |
■Velocidad máxima: se alcanza entre los 40-50 m.
■Resistencia a la velocidad: para mantener la velocidad máxima y casi máxima. En contra de lo que parecen indicarnos los sentidos cuando observamos una carrera en 100 m lisos (también en 60 m), los corredores no consiguen mantener la velocidad máxima y son los que menos velocidad pierden los que parecen ejercer una progresión hasta el final.
Sin embargo, las fases de la velocidad de desplazamiento en el tenis serían:
■Velocidad de reacción compleja: reacción visual al golpe y situación con toma de decisión en relación a la colocación en la pista, lugar del impacto, características del oponente, golpe, trayectoria y velocidad de la pelota, y en relación a la posición e información propioceptiva.
■Salida: varía pudiendo estar relacionada con la fuerza elástica y reactiva en mayor o menor medida. Puede partirse de una posición de salto de parada, de carrera lateral, de frenada y giro.
■Aceleración: variable en dirección con apoyos cortos diversos en amplitud y ritmo. Duración muy variable que no superará los 20 m en situaciones extremas y puede ser inferior a 1 m. La mayor parte de los recorridos de aceleración será inferior a 5 m.
■Desaceleración: variable en amplitud, velocidad y ritmo.
■Resistencia a las aceleraciones y desaceleraciones: no se tratará de la capacidad de mantener una velocidad máxima sino de poder realizar numerosas acciones explosivas de reacción, salida, aceleración y desaceleración con eficacia. No obstante, también se puede decir que existe una resistencia a la velocidad en jugadas de más de 10 s a alta velocidad con cambios de sentido, y que está relacionada con la resistencia a la fuerza explosiva.
Aparte de las diferencias que se pueden apreciar en las fases de la carrera de velocidad y los desplazamientos en tenis, existe otra fundamental que es la diferencia en el tipo de desplazamientos, tanto en su estructura externa como interna. Se trata de una carrera pero con un porcentaje elevado, en ocasiones por encima del 50%, de los desplazamientos laterales, que se producen para recuperar la posición después de cada acción de aceleración y desaceleración frontal, o para ajustar en muchos golpeos. La carrera de espaldas no se produce con tanta frecuencia por realizarse con lateralidad los movimientos de salida o hacia atrás pero, en ocasiones, en situaciones de ataque o de cambio de rol de ataque-defensa se necesitará realizar una recuperación de la posición hacia atrás. Los impulsos en los diferentes movimientos se deben hacer en un espacio de tiempo muy breve y con una flexión mayor de las rodillas, lo que veremos más detenidamente al tratar la técnica como vía de mejora de la velocidad (fig. 2-1).
Figura 2-1 Pablo Carreño. La puesta en acción y la aceleración son elementos fundamentales en la velocidad de desplazamiento. La acción de brazos tendrá una técnica específica en coordinación al tren inferior y tronco.
Otro elemento diferencial es un tipo de acción muy corta, que podríamos decir gestual o de rapidez en movimientos muy breves. Sería una acción breve de ajuste y colocación por la cual el jugador al recibir la pelota cerca solo tiene que dar un paso o incluso solo colocarse en posición de golpeo. Esto lo hará mediante movimientos de ajuste cortos y muy rápidos si la intensidad lo requiere.
Podemos concluir que los tipos de velocidad de desplazamiento en el tenis son:
■Velocidad de reacción discriminativa: se trata de la relación entre dos tipos de reacción, la simple y la compleja, presentándose las dos durante el juego.
La reacción simple se puede dividir en diferentes partes. Zatsiorsky (citado en García Manso y cols., 1998) establece las siguientes 5 fases:
1.Captación del estímulo por parte del receptor dependiendo de la capacidad de los órganos receptores, en el caso del tenis principalmente la vista, visión periférica, y de la atención, activación, etc. Se puede mejorar especialmente desde el campo de los elementos psicológicos mencionados y presentando reacciones específicas visuales.
2.El tiempo en que el estímulo llega a la zona correspondiente del sistema nervioso central. Se desconoce el grado de actuación que se puede tener mediante el entrenamiento, pero habitualmente se ha considerado escaso.
3.El tiempo de elaboración de la respuesta. Es el que se puede mejorar más mediante la práctica.
4.El tiempo en que el estímulo llega del cerebro a la placa motora.
5.Tiempo que tarda en contraerse el músculo una vez se ha activado por el impulso nervioso. Grosser (1992) lo denomina tiempo de latencia y será lo que tarda la acetilcolina tras la sinapsis en llegar a la placa motora activando los procesos de contracción.
Los cuatro primeros pasos forman el tiempo de reacción premotora.
En la reacción frente a las situaciones de juego (reacción compleja) tendrá una relación los procesos psicológicos con una acción anticipatoria posicional o reactiva. Habrá posteriormente una reacción motora de salida, con acción de tensión previa, la cual tendrá un efecto preventivo y producirá una mayor eficacia motora. La velocidad de reacción no será eficaz solo por producirse de forma rápida. Para García Manso y cols. (1998), se deberá tener también precisión en cuanto a la dirección y la magnitud. En ocasiones será imprescindible o de gran ayuda para el rendimiento que se lleven a cabo decisiones anticipatorias. Para ello resultará interesante buscar la sincronización de acciones diversas, movimientos de los segmentos corporales de forma coordinada, presentando situaciones diversas con secuencias de toma de decisión en acciones encadenadas (fig. 2-2).
■Salida: capacidad para ponerse en acción. Puede ser desde la posición de salto de parada, lo que sería el inicio de la aceleración, pero podemos diferenciarlo pues habrá una preactivación previa de los músculos, siendo la eficacia del salto precedente muy importante a la hora de lograr una salida eficaz. En ocasiones, esta acción estará situada dentro del campo de la rapidez, pues se tratará de dos pasos, un paso, o tan solo una recolocación explosiva de la posición para el golpeo, sin posibilidad de aceleración, y más en relación con la fuerza inicial o el gradiente de fuerza de una acción (fig. 2-3).
Figura 2-2 Aspectos que condicionan la eficacia en el tiempo de reacción compleja en el tenis. Adaptada de García Manso y cols., 1998.
■Aceleración: es la capacidad de incrementar la velocidad por unidad de tiempo. Estaría en íntima relación con conceptos de fuerza, como la fuerza relativa, la fuerza explosiva dinámica, la potencia, el gradiente de fuerza y la fuerza inicial, y con la pendiente de la curva velocidad/tiempo, fuerza/velocidad y fuerza/tiempo. La frecuencia de movimientos determinada por el sistema nervioso también será decisiva. La técnica con una buena aplicación de fuerzas permitirá desarrollar todo el potencial. También los procesos de atención y activación permitirán el máximo rendimiento. La aceleración se puede producir después de una salida con un salto de parada previo, pero también se producirá en situaciones de desplazamientos más o menos rápidos.
■Desaceleración: es un factor decisivo también en la velocidad durante el juego. Es la capacidad de reducir la velocidad por unidad de tiempo. Está en relación directa con la fuerza relativa y la fuerza explosiva excéntrica. La frecuencia se manifestará al ajustar y acortar los apoyos, variando el ritmo y amplitud de los pasos. Se verá reflejada en la curva velocidad/tiempo siendo más pronunciada cuanto más desaceleración se logre; también determinará el grado de fuerza excéntrica lograda por unidad de tiempo. La técnica será fundamental, especialmente al estar unida esta fase al golpeo posterior, siendo el final de la fase de desaceleración el inicio del golpe. Puede ser también muy breve, estando muy relacionada con la rapidez de relajación, la coordinación inter e intramuscular y de realización de tensión excéntrica.
Figura 2-3 Andrea García. Las diferentes posiciones que se producen durante el juego, serán los puntos de salida. La puesta en acción debe trabajarse desde las posiciones corporales de terminación de los golpes.
■Acción breve de ajuste y colocación: será el factor posiblemente más específico de las acciones del juego. Se trata de una acción motora muy similar a la que se lleva a cabo al final de cada desaceleración, pero que ocurre de forma aislada siendo un tipo de movimiento más gestual, de rapidez. Consiste en un solo paso y ajuste, o situándose directamente para golpear, buscando la lateralidad de hombros y pies en posición más o menos frontal, según sea la exigencia de la acción. En ocasiones se solicita hacia un lateral, en otras adelantándose a golpear, o hacia atrás pudiendo ser mediante un salto. Habitualmente se utiliza una acción motora con un pequeño salto de colocación al que tradicionalmente se le llama doble ritmo. Es una acción muy habitual en el resto, especialmente cuando se ataca la pelota. La velocidad de ejecución y la precisión en este tipo de acciones muy breves, e incluso de tipo acíclico, tendrán una gran dependencia de la calidad del programa motor (Keele y cols., 1990).
Estos desplazamientos son realizados de forma combinada y enlazada entre sí, y requieren de un control corporal, espacial, de la estabilidad y del ritmo del jugador, y en relación con el oponente y las variantes de la pelota y su bote. Por lo tanto, se tratará de lo que podíamos llamar agilidad y más concretamente agilidad útil, pues se tratará de la capacidad de acelerar, frenar, cambiar de sentido en situación de juego, de la acción de acoplar estos procesos frente a cambios de dirección y sentido, pero también de diferentes movimientos y ritmos, en los que tan o más importante que acelerar es desacelerar, y desacelerar con las amplitudes y ritmos adecuados, con el control corporal espacial adecuado para golpear la pelota con precisión e intensidad óptima. Una manifestación óptima de este tipo de agilidad será uno de los factores más determinantes en el rendimiento de un tenista (Groppel y Roetert, 1992), actuando sobre la ejecución de los golpes e interactuando con el factor táctico.
A la hora de preparar a un tenista, conviene tener en cuenta que la capacidad para acelerar y para alcanzar una velocidad máxima no tiene una relación lineal. También parece que la aceleración y la capacidad de mantener altos niveles de velocidad son bastante independientes (Zhelyazkov, 2001). Sin embargo, la capacidad de mantener altos rendimientos al realizar aceleraciones sí que tiene una fuerte relación con la destreza en las mismas y con la fuerza explosiva y la explosiva elástica. A mayores niveles de fuerza explosiva, más capacidad para retrasar la fatiga ante este tipo de estímulos (García Manso, 1999).
Esta aceleración depende directamente de una alta sensibilidad del sistema nervioso, y tiene una íntima relación con el estado emocional. La capacidad de manifestar un gradiente de fuerza elevado y una aceleración explosiva del cuerpo va unida al máximo flujo de impulsos nerviosos. Entonces podemos suponer que el sistema neuromuscular, con sus procesos aferentes y eferentes desde el sistema nervioso central a las placas motoras, tendrá una relevancia capital en la velocidad. También tiene una relación directa con la técnica, por tratarse de acciones que deben tener un alto grado de precisión y coordinación, y de esta forma alcanzar un elevado rendimiento. Para ello, por ejemplo, se debe buscar un elevado número de apoyos para lograr un buen número de momentos de fuerza, pero logrando al mismo tiempo unos impulsos óptimos.
Al producirse continuas aceleraciones y desaceleraciones, los procesos activadores y los inhibitorios resultarán fundamentales. En todo proceso de carrera, especialmente a elevada intensidad, se debe producir una coordinación precisa entre la tensión y la relajación de los agonistas y antagonistas, pero en el caso del tenis se presenta además una continua alternancia de tensiones, relajaciones y diferentes tipos de tensión concéntrica y excéntrica, con componente elástico y reflejo. La fuerza excéntrica y de ciclo estiramiento-acortamiento se manifestará, especialmente, en las acciones de frenada y cambio de dirección o sentido. No se trata solo de relajar, sino de realizar fuerzas excéntricas explosivas con una absorción de la velocidad alcanzada en la aceleración. Todo esto implica a la técnica como elementos de ejecución, de fluidez, de control motor, del tiempo, del espacio y del ritmo.
La relación con la fuerza es determinante, pero cuanto más rápida es la acción menor tiempo de aplicación de la misma se tendrá. Las velocidades segmentarias se incrementarán, el tiempo de apoyo o impulso se reducirá y habrá una mayor dependencia de la capacidad de realizar fuerza explosiva en un breve espacio de tiempo, pero también en movilizar a altas velocidades los brazos y piernas. Por lo tanto, se tratará de una fuerza explosiva con la carga corporal del tren inferior al impulsar, pero también en la movilización de porciones del cuerpo, como los brazos o la flexión de la cadera.
Por lo tanto, se producirán unas subsituaciones de aplicación de fuerza dentro del desplazamiento global, dependientes de diferentes factores. Esto será así, tanto en la salida como en la aceleración y desaceleración, en esta última fase con una importante acción excéntrica de frenada también en unas subsituaciones similares a las presentes en la aceleración, pero para el ajuste con la pelota y su golpeo.
Se trata de una velocidad global, por participar diferentes elementos corporales dependiendo, en parte, de la eficacia coordinativa en la preparación y acción de golpeo, y con decisiones cognitivas. Por lo tanto, se sucederán y sobrepondrán acciones cíclicas de desplazamiento con acíclicas de ajuste y golpeo.
El sistema de juego y el carácter del jugador influirán también en el tipo de desplazamiento: por ejemplo, cuando se trata de jugadores ofensivos que dominan el punto y el centro de la pista, sus movimientos, en muchas ocasiones, serán cortos, manifestándose la velocidad en el juego de pies y la rapidez gestual, en íntima relación con la ejecución del golpe ofensivo. Sin embargo, cuando se trata de un jugador o una situación de carácter defensivo, el recorrido del desplazamiento es mayor en cada aceleración y en valores totales en cada punto. Esto se acentúa si la posición defensiva es retrasada, lo que incrementa el ángulo del oponente y el espacio a recorrer por el jugador. Otra diferencia será que al estar en defensa los apoyos finales concluirán con un paso largo abriendo la posición de golpeo, y con deslizamiento si se está jugando sobre tierra. Sin embargo, en situación de ataque los pasos son más cortos con posiciones más laterales. En cualquier caso, los pasos iniciales para buscar apoyos rápidos y finales para ajustar la distancia con la pelota, deben intentar realizarse cortos y con apoyos estables. Estos roles serán determinados por el sistema de juego de cada tenista, pero también se podrán alternar durante el partido y durante cada punto, pasando de una situación de dominio con sus características motoras, a una de defensa con las suyas propias o, por el contrario, pasar de la defensa al ataque.
Por lo tanto, estaremos hablando de situaciones complejas donde la manifestación de la velocidad se producirá de forma variable, con diferentes tipos de acciones interconectadas frente a situaciones cambiantes e incluso inesperadas, lo que determinará el tipo de reacción y de movimientos en un partido.
Tabla 2–2Unidad o ciclo de juego y tipo de velocidad según la cantidad de movimientos
ACCIÓN ACÍCLICA SALTO PARADA → ACCIÓN CÍCLICA ACELERACIÓN → ACCIÓN CÍCLICA DESACELERACIÓN-COLOCACIÓN Y GOLPEO → ACCIÓN ACÍCLICA GOLPEO → ACCIÓN CÍCLICA ACELERACIÓN LATERAL → Posible repetición |
Las unidades o ciclos de juego reflejadas en la tabla 2-2 se producirán de forma compleja con diferentes acciones relacionadas presentadas simultáneamente o enlazadas. Resulta importante señalar que se produce una toma de decisiones inmediatamente después del salto, pero que puede realizarse también durante el mismo, incluso llevarse a cabo decisiones anticipatorias previas al salto durante la fase de recuperación o aceleración lateral, o cuando se recupera la posición hacia atrás desde una situación dentro de pista. El ciclo puede no ser entero dependiendo el punto, en ocasiones, de una manifestación muy breve, casi inmediata, con solo la puesta en acción de colocación tras una reacción muy rápida.
Figura 2-4 Pere Riba. Se producen situaciones de transición o de lucha por el dominio en la jugada. En otros casos no cabe duda, la situación en la pista y la buena situación de piernas determinarán en gran parte el rol inmediato.
Estas unidades pueden ser diferentes según se produzcan en situación de ataque, de defensa, de transición, neutra, o en combinación de varias, requiriéndose un tipo de desplazamiento, unas distancias recorridas, una intensidad, un gradiente de aceleración y desaceleración, según sea uno u otro el rol del jugador. También habrá un mayor o menor interés por jugar en uno u otro rol según sean las características del jugador: su carácter, sus golpes, su planteamiento de partido (fig. 2-4). Básicamente podemos distinguir los roles en tres tipos básicos:
■Rol neutro:
•Juego muy centrado con pocas angulaciones.
•Puede haber gran potencia e intensidad (coger la pelota alta o cuando sube).
•Puede haber profundidad.
•Se está detrás de la línea.
•Puede haber objetivo de esperar el fallo del oponente.
•Puede haber objetivo de provocar el fallo del oponente.
•Puede haber objetivo de provocar una posterior situación de ataque.
•Poco desplazamiento.
•Velocidad media.
■Rol de ataque:
•Juego con colocación de pelota y angulaciones.
•Puede haber gran potencia e intensidad (golpear la pelota cuando sube).
•Suele ser profundo.
•Juego predominantemente «recto».
•Se está dentro de pista o cerca de la línea.
•Se puede buscar provocar el fallo del oponente.
•Se puede buscar que no llegue el oponente.
•Puede subirse a la red.
•Puede hacerse dejadas.
•Poco desplazamiento.
•Movimientos rápidos con gran frecuencia.
•Pasos cortos.
■Rol de defensa:
•Juego con colocación de pelota.
•Variación de alturas para anular al oponente.
•Se puede jugar con pelotas altas.
•Habitualmente se juega al centro o cruzado.
•El jugador está fuera de la pista, hasta más de 2 m.
•Se busca anular el ataque del oponente, dificultar sus golpes, provocar fallos.
•Mayores desplazamientos.
•Elevada velocidad de desplazamiento.
•Pasos más largos.
Aproximación al comportamiento muscular
La técnica de los desplazamientos y de las cadenas musculares irá modificándose según la situación del juego: proximidad de la pelota, cambios de dirección, acción lateral, paso cruzado, desplazamiento de frente, enlace con el golpe o lo inesperado de una reacción. Sin embargo, todos estos movimientos tienen algo en común en los deportes en los que se solicitan cambios de dirección, y más aún cuando el grado de sorpresividad puede ser elevado. Se trata de la existencia de una mayor flexión de rodilla con el centro de gravedad más bajo (Tous, 2002). Las reacciones ante golpes inesperados en los que los procesos anticipatorios no hayan sido eficaces, provocarán una recolocación postural y una menor eficacia en la aplicación de fuerzas, o lo que es lo mismo, se soportarán mayores cargas por parte de músculos y articulaciones.
La ausencia de situaciones de velocidad máxima y sin salida desde posición estática, y la presencia de aceleraciones y desaceleraciones, determinan un comportamiento muscular en el que la fase de impulsión y las acciones excéntricas de frenado tienen una especial relevancia. Si bien en toda carrera explosiva se suceden manifestaciones excéntricas, como en el apoyo, y concéntricas, como en la impulsión, las acciones de contracción excéntricas propias de la fase de desaceleración son especialmente relevantes en el tenis.
A nivel neuromuscular, los movimientos a alta velocidad con el mayor potencial de acción de las fibras rápidas harán que se active primero la placa motora de la unidades motoras explosivas, modificándose el umbral de reclutamiento (Enoka y Fuglevand, 2001). Las tensiones excéntricas parecen tener un comportamiento neurológico diferente al de tipo concéntrico, propio de las fases de aceleración (Enoka, 1996; Ivanova y cols., 1997). La situación de salida previo salto de parada determinará que, a mayor eficacia en el salto, más grande será la intervención del componente elástico y reflejo de la cadena extensora del tren inferior, formada principalmente por tríceps sural, cuádriceps y aductores, pero también glúteo mayor como potente extensor de cadera, por lo que se logrará una salida más rápida. Esta acción previa de salto deberá tener unas características individuales, pues cada jugador poseerá su altura ideal de caída.
En la acción de aceleración en la fase de impulso, se produce una intensa activación de los glúteos y cuádriceps, aunque habrá que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, la situación de flexión de la cadera no permitirá una intervención de los extensores de la cadera, como el glúteo mayor, de forma tan pronunciada. Esto repercutirá también en la acción extensora de la cadera por parte de los isquiosurales, en su papel como músculos biarticulares que actúan como extensores concéntricos de la cadera, flexor concéntrico de la rodilla en la fase de recogida de la pierna, y en situación excéntrica en la flexión de la rodilla.
Al haber una fase aérea reducida en relación a si hubiera un período de alta velocidad, se reducirá algo la intervención excéntrica en la flexión de la rodilla. Sin embargo, se producirá una mayor intervención en acciones de estabilidad de la rodilla frente a continuas flexoextensiones. El comportamiento de los isquiosurales también será determinante al tener que relajarse frente a las contracciones de los cuádriceps, pero con mecanismos de enlaces y combinaciones con tensiones excéntricas, para estabilizar la rodilla y frenar en la fase de extensión al ajustar y desacelerar.
Los aductores tendrán una intervención en la carrera frontal y especialmente en la lateral, con continuas solicitaciones de tensiones excéntricas durante los movimientos de abducción del tren inferior, sobre todo al llegar a pelotas con una cierta dificultad, lo que se acentúa en superficies deslizantes como la tierra batida. Una característica diferencial en la acción de los aductores e isquiosurales durante el juego es la solicitación, en ocasiones en fase excéntrica pero siendo «vencido» por el desplazamiento, produciéndose un estiramiento mientras se hace la fuerza. En otras ocasiones, los isquiosurales, los cuádriceps y también los aductores, actúan en ciclo estiramiento-acortamiento. También es importante la intervención de los músculos con función aductora y abductora, así como del tensor de la fascia lata como importante fijador, para estabilizar los diversos movimientos laterales, de paso cruzado, ajuste y colocación para el golpeo.
Otros músculos que intervienen solicitados con un mecanismo elástico-reflejo son los tríceps surales. El sóleo actuará de forma frecuente como consecuencia de la continua flexión de rodilla, acompañada en muchas fases, sobre todo en los apoyos previos al golpeo y tras los mismos, por un apoyo plantar que coloca al sóleo en situación de estiramiento. La acción del recto anterior y el psoas como flexores de la cadera tendrá un papel fundamental en la salida y aceleración, si bien en muchas ocasiones no se demandará su intervención máxima, pues en una carrera de 2-4 m si se realiza una explosiva acción máxima de estos músculos se podría producir un exceso de desplazamiento.
El tronco hará principalmente una función de fijación y estabilización de las fuerzas externas e internas, permitiendo al mismo tiempo trasmitir las tensiones del tren inferior al superior. La cabeza marca los giros y la fuerza surge de los pies. Sin embargo, al correr, al aproximarse al golpe, al ajustar con la pelota, deslizarse y demás acciones explosivas del juego, los brazos tienen un papel fundamental para lograr un impulso añadido, estabilizando y coordinando.
Podemos observar que se trata de movimientos combinados, con especial relevancia de la frecuencia de movimientos y la fuerza ejecutada en breve espacio de tiempo, seguido de mecanismos de frenada y ajuste, en continua combinación y manteniendo una estructura próxima a la necesaria para ejecutar los posteriores golpes. Al observar el juego, llama especialmente la atención la continua sucesión de cambios de la estructura externa del movimiento, pero también de régimen de tensiones musculares y su relación con los golpes, determinándose la relación directa de la técnica, como no puede ser de otra manera, con la manifestación de la velocidad, lo que veremos más detenidamente en el capítulo 4 que trata sobre la técnica como vía de mejora (v. pág. 45).
Referencias bibliográficas
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