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ОглавлениеCAPÍTULO 3
Carga y principios de la preparación de la velocidad
Adaptaciones y carga de entrenamiento para la velocidad
LA continua búsqueda de un cierto equilibrio por parte del organismo depende de la relación entre el medio externo y el interno, que interaccionan como un todo. Las transformaciones funcionales y estructurales dependen también de la relación entre el medio externo y el interno y de la actividad del propio cuerpo, formando un equilibrio dinámico en continuo cambio en el que la función hace al órgano para que luego este modifique las características de la función. Los organismos complejos tienen una elevada interacción entre estructuras y sistemas, y las modificaciones de los estímulos determinan modificaciones diversas (García Manso, 2005).
Los seres vivos, y de forma más compleja el ser humano, sufren desajustes y desequilibrios de carácter fisiológico y psicológico, produciéndose unos de forma interna y otros al contacto con el medio externo o como reacción a cambios internos previos, no resultando dañinos para el organismo. De hecho, muchos de ellos serán decisivos para provocar procesos adaptativos que mejoren la capacidad de cada individuo. Esta dinámica fue demostrada por Selye en 1936 (Selye, 1936, 1956), mediante su propuesta del síndrome general de adaptación. Esta idea fue la base del entrenamiento que propuso Yakovlev en la década de 1950 (Yakovlev, 1974) a través de los ciclos de sobrecompensación.
Los mecanismos homeostáticos mantienen el equilibrio por la acción de la totalidad de los órganos de una forma inespecífica, al mismo tiempo que las propias células buscan su propio equilibrio interno mediante sus propios procesos y la relación con los diferentes sistemas. Los procesos metabólicos se sitúan constantemente entre un catabolismo o, por el contrario, un anabolismo óptimo adaptándose a los requerimientos del momento.
El sistema nervioso actúa sobre los músculos lisos y estriados y sobre las glándulas endocrinas, mediante una acción antagónica entre sistema simpático y parasimpático. Los órganos encargados de la percepción a nivel tendinoso, muscular y articular, también sufrirán adaptaciones según sean los estímulos, siempre que se repitan suficientemente.
Estos cambios en el ser humano se manifiestan a diversos ritmos, teniendo también los procesos adaptativos al entrenamiento un carácter heterocrónico. Así, se ha observado que las modificaciones encaminadas a las capacidades aeróbicas trascurren muy lentamente, requiriendo de un período de entrenamiento prolongado; también los cambios estructurales de tipo proteico requieren de un proceso prolongado. Sin embargo, parecen conservarse con una cierta facilidad durante períodos también prolongados. Por el contrario, el desarrollo de las capacidades glucolíticas se produce de una forma más rápida pero, al mismo tiempo, manifiestan una mayor dificultad para mantenerse una vez obtenido.
Los efectos adaptativos al entrenamiento que conllevan un mayor esfuerzo y tiempo son los estructurales, las adaptaciones en huesos, articulaciones, y la hipertrofia muscular y cardíaca, si bien el efecto residual puede alargarse luego durante años, especialmente si se mantiene cierto nivel de carga (tabla 3-1).
Los procesos neuromusculares como son la mejora del reclutamiento de las fibras, la fenotipización de las fibras hacia una mayor explosividad, requerirán de un menor tiempo de trabajo y también se perderán con mayor velocidad.
Por último, los procesos nerviosos de ciclo estiramiento-acortamiento, la coordinación intermuscular, que repercutirá en un incremento de la fuerza explosiva, puede producirse en ocasiones en días o semanas, durando igualmente solo unas semanas.
Esto es algo que se debe tener en cuenta a la hora de escoger el tipo de carga predominante durante los diferentes momentos del año, y la distribución cerca de las competiciones de uno u otro tipo de trabajo. Así, no tendría mucho sentido trabajar para lograr mejoras en la potencia aeróbica o en la hipertrofia muscular cuando falta una semana o menos para un partido importante, pues no se producirán adaptaciones relevantes y sí interferencias en los procesos regenerativos y en la mejora de la velocidad, sobre la que sí se puede incidir por otros medios más inmediatos.
Tabla 3–1Aproximación a los períodos de adaptación en una sucesión de cargas y retención de sus efectos
Asincronía adaptativa | ||
Adaptaciones | Efectos residuales | |
Coordinación intermuscular | Días-semanas | Meses |
Coordinación intramuscular | Semanas-meses | Semanas-meses |
Hipertrofia | Semanas-meses | Meses-años |
Cardiorrespiratorio | Meses-años | Meses-años |
Metabólica aeróbica | Semanas | Semanas-meses |
Metabólica anaeróbica | Días-semanas | Días-semanas |
La progresividad de las cargas debe ser también un referente; sin embargo, no debe tener un carácter marcadamente escalonado, si bien es una posibilidad, resultando más interesante, como ya veremos, tener como elementos principales la competición, la complejidad y especificidad de las cargas y la gradualidad.
El análisis mecanicista y biológico se suele centrar tan solo en los procesos energéticos, y en menor medida en los musculares, pero la teoría de sobrecompensación de Yakovlev (1974) se puede plantear para los procesos de síntesis de proteínas, neuromusculares, coordinativos y cognitivos, en menor o mayor medida. Al mismo tiempo, los análisis deben respetar la búsqueda de actuar sobre las sinergias y su control. Todos estos procesos producirán procesos de autoorganización del jugador.
Las cargas pueden ser con una composición uniforme y variada, según sea uno o varios los objetivos a entrenar en cada sesión. Cuando el nivel del jugador o la experiencia en el entrenamiento son elevadas, es necesario reducir las cualidades a entrenar pues se necesitará de cargas más concentradas y con un mayor efecto sobre pocos elementos, sin que esto signifique una pérdida del carácter complejo de la carga (tabla 3-2).
Tabla 3–2Aproximación a los tiempos de recuperación tras una sesión según la orientación de la carga
Tipo de orientación | Tiempo de recuperación (h) | Efecto principal |
Anaeróbico aláctico | 5-8 | Regeneración ATP, fosfocreatina |
Anaeróbico láctico | 48-72 | Fatiga general |
Mixto | 48-72 | Recarga glucógeno |
Potencia aeróbica | 48-100 | Recuperación medio intracelular |
Fuerza explosivaCarga inferior al 60% | 8-12 | Sistema neuromotor |
Fuerza explosiva máximaCarga superior al 70% | 48-72 | Con cargas muy altas, gran fatiga del sistema nervioso centralSistema neuromotorAdaptaciones plásticas |
En cursiva, con efecto directo sobre la velocidad. ATP: trifosfato de adenosina. Modificada de bompa en Navarro Valdivielso, 2001.
Existen diversas formas de clasificarlas según el enfoque que se quiera dar, pero nos centraremos en los diferentes impactos de la carga sobre el organismo y en el carácter de la misma: así, según el impacto podremos diferenciar entre carga pequeña, mediana y de desarrollo, y dentro de esta última podemos diferenciar la importante, la grande y la extrema (tabla 3-3).
La especificidad en las adaptaciones a los diversos estímulos es algo que se conoce desde hace años (Selye, 1956). Las adaptaciones se producen con mayor claridad y, en ocasiones, exclusivamente en los focos escogidos de entrenamiento, acentuándose según se elevan el nivel y experiencia del tenista. De esta importancia de lo específico surge otra forma de organizar las cargas con una gran operatividad, el carácter de la misma, que tendrá que ver con la estructura externa e interna del movimiento y los procesos metabólicos, pero también la complejidad o relación con los demás factores relevantes mentales, técnicos, tácticos, pudiendo ser según el grado de aproximación a las características del tenis general, dirigido y específico (tabla 3-4).
La velocidad, según el carácter de la carga, puede ser:
■Velocidad general: se tratará de elevar las cualidades de velocidad en general. No obstante, deberá tener una orientación hacia el tenis, de forma que sirva como base a las manifestaciones más específicas. La orientación de las cargas se logrará escogiendo, por ejemplo, la carrera, mejor aún con carrera lateral y frontal, con distancias que no superen la velocidad máxima y no entrando en la resistencia a la velocidad.
Tabla 3–3Carga según el impacto sobre el organismo. Ejemplos tipo de entrenamiento sobre la velocidad
Tipo de carga | Características |
Pequeña | ■Sin efecto de adaptación■Poca fatiga■Regenerativo■Ejercicios de agilidad |
Mediana | ■Efecto moderado■Sin efecto en alto nivel■Fatiga acumulativa■Regenerativo■Mantenimiento■Agilidad-velocidad |
Desarrollo importante | ■Efecto significativo■Adaptaciones importantes■Recuperación más de 24 horas■Interesante varias sesiones■Interesante medios y avanzados■Fuerza hipertrofia contráctil (60-80%)■Manifestación específica fuerza-velocidad■Multisaltos y saltos bajos |
Desarrollo grande | ■Efecto grande■Recuperación más de 48 horas■Pocas sesiones■Alto estado de forma■Fuerza máxima explosiva (80-90%)■Saltos medios y altos |
Desarrollo extremo | ■Adaptaciones grandes■Recuperación más de 72 horas■Muy alto estado de forma-experiencia■Muy pocas sesiones■Fuerza máxima explosiva (90-100%)■Salto altos |
Tabla 3–4Características de los estímulos según el carácter de la carga y la velocidad
Entrenamiento velocidad general | |
Condicionalmente | ■Aceleración, desaceleración■Fuerza explosiva máxima, fuerza excéntrica■Potencia aeróbica■Flexibilidad estática de trabajo y residual |
Coordinativamente | ■Situaciones básicas del juego■Propiocepción y estabilidad |
Cognitivamente-táctica | ■Acciones mecanizadas o muy simples |
Psicológica | ■Incidencia, según el sujeto, sobre mantenimiento de la intensidad, la atención y la confianza■La ejecución repetida de acciones simples coordinativas y decisionalmente, facilitará la vivencia de situaciones positivas y de focalización de la atención |
Entrenamiento velocidad dirigida | |
Condicionalmente | ■Aceleraciones y desaceleraciones cortas■Fuerza explosiva máxima y con cargas medias y de potencia■resistencia aláctica y mioglobínica■Flexibilidad dinámica |
Coordinativamente | ■Desplazamientos y acciones similares al juego pero sin ser de gran complejidad■Propiocepción y estabilidad en situaciones similares al juego |
Cognitivamente-táctica | ■Se puede utilizar toma de decisiones simples |
Psicológica | ■Incidencia sobre la atención y la confianza■Se producen situaciones simples con un componente coordinativo y decisional que provoca más exigencias psicológicas |
Entrenamiento velocidad específica | |
Condicionalmente | ■Manifestación en todos los sentidos que se presentan durante el juego■La fuerza explosiva, resistencia y flexibilidad de forma compleja y con la estructura de juego |
Coordinativamente | ■Compleja como en el juego |
Cognitivamente-táctica | ■Compleja como en el juego |
Psicológica | ■Compleja en situación similar a la competición simulada o real |
■Velocidad dirigida: con una relación más directa, centrándose principalmente en la aceleración y desaceleración y con cambios de sentido. Las distancias serán cortas y se trabajará también la velocidad de reacción simple y compleja.
■Velocidad específica: tanto en la fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad, las mejoras se producen, especialmente, de forma intensa e incluso, en ocasiones, únicamente en manifestaciones con una alta similitud con el entrenamiento realizado con anterioridad. Se trata de trabajar la manifestación específica de la velocidad, con acciones de aceleración, desaceleración, toma de decisiones, acciones rápidas de colocación y ajuste con golpeos. No obstante, se puede centrar la atención en un elemento o en otro con mayor intensidad.
Se podría añadir también un cuarto tipo que sería el de carácter competitivo, con una situación competitiva más o menos real.
Podemos focalizar la atención en diferentes factores dentro del carácter específico:
■Velocidad específica con focalización condicional: los ejercicios serán a máxima o casi máxima intensidad, pudiendo haber cambios de ritmo con cambios de sentido en las diversas acciones específicas jugando al tenis. Los elementos técnicos y tácticos no serán enfocados como prioritarios y no se programará un trabajo exclusivo para ellos.
■Velocidad específica con focalización técnica: la velocidad y el factor técnico serán el foco principal de atención. Se programarán ejercicios técnicos a alta velocidad, donde se atenderá la fijación y mecanización técnica a gran velocidad. Por lo tanto, habrá un estímulo condicional-técnico.
■Velocidad específica con focalización táctica-toma de decisiones: la velocidad se manifiesta con una acción técnica supeditada a las decisiones tácticas.
■Velocidad específica con focalización psicológica: acciones de juego en las que se presenta especial atención al mantenimiento de la intensidad, atención y confianza. Normalmente, se presentarán de forma compleja pudiendo resultar interesantes también para trabajar la resistencia a las aceleraciones y desaceleraciones.
■Velocidad específica de focalización mixta-global-competitiva: se modificarán situaciones para provocar diferentes mejoras:
•Golpeos con desplazamientos más largos o cortos respecto a los habituales de juego.
•Peloteo o puntos contra entrenador-compañero en la volea.
•Peloteos con pista reducida o ampliada.
•Jugar en superficies rápidas o lentas.
•Golpear con la altura de la red modificada.
•Jugar con pelotas blandas o pequeñas.
•Golpeos de pelotas a zonas determinadas a alta velocidad contabilizando puntos.
•Puntos con direcciones fijadas. Acciones «precocinadas».
•Jugar un punto tras una acción fija a máxima velocidad golpeada a una zona determinada.
•Jugar un punto con una salida táctica inicial.
•Jugar con un mínimo descanso o control sobre el tiempo de recuperación.
•Jugar puntos en los que el entrenador juega con los tiempos de descanso según sea el tanteo.
Principios del entrenamiento de velocidad
En la bibliografía sobre las teorías del entrenamiento se muestra un importante número de principios, en ocasiones divididos según sea su enfoque hacia la organización, programación o el tipo de estímulo que provoca. Aquí se van a plantear algunos, en ocasiones fusionando varios, para poder dar una idea de lo que considero prioritario a la hora de preparar a un jugador o jugadora de tenis.
Individualidad
Cada jugador tiene unas características diferenciales que abarcan toda la preparación. Lo más idóneo sería adaptar el trabajo más físico, técnico, táctico y mental según su situación como individuo único. A continuación resumimos algunas:
■Su momento de formación y nivel de juego influirá en el tipo de estímulos aplicados, siendo mayor el carácter específico en caso de tratarse de un tenista de nivel y experimentado. La planificación de las cargas será entonces más concentrada, con ejercicios más complejos y específicos y de mayor intensidad.
■Sus características motoras. El sistema neuromuscular determinará hacia dónde puede desarrollar su técnica de juego y desplazamientos sin un modelo único o ideal.
■Morfología, biomecánica individual. Las características del sistema nervioso, tipo de fibras, biotipo y altura, influirán en las necesidades y capacidades del jugador.
■Su tipo de juego actual en relación con su técnica, carácter y características psicológicas y físicas. El patrón de juego más o menos ofensivo, de red, de fondo, influirá en el tipo de cargas y estímulos e incluso en las necesidades de manifestación de velocidad.
■Sus puntos débiles o fuertes en toda su globalidad: posibles lesiones previas, hiperlordosis lumbar, genu varo, genu valgo. También puede ser, por ejemplo, el tener un elevado déficit de fuerza frente a cargas bajas y bajo en cargas altas, o viceversa; o una elevada frecuencia de movimientos y baja fuerza o, por el contrario, buenos valores de fuerza y escasa velocidad frecuencial.
■Su carácter como individuo determinará los tiempos de descanso, la forma de afrontar el trabajo entre puntos, la filosofía de juego, la toma de decisiones ante una misma situación y las respuestas o soluciones motoras.
■Capacidad de trabajo, motivación, necesidad de variación en el entrenamiento o tiempos de ejecución de los ejercicios.
Especificidad
En el inicio de la preparación de fuerza, los estímulos generales provocan mejoras en la fuerza en todas sus variantes e incluso en el rendimiento competitivo. Sin embargo, para manifestar incrementos en fases más avanzadas se debe evolucionar hacia cargas más específicas. Como señalan Astrand y Rodhal (1992), las adaptaciones se provocan en relación directa con el tipo de ejercicios que se realizan, y es comprensible que los entrenadores y deportistas desarrollen ejercicios y métodos con un patrón de movimiento que se acerque, tanto como sea posible, a las demandas del ejercicio competitivo. Así Yakovlev (1949, 1974) ya crea el concepto de especificidad bioquímica en las respuestas al entrenamiento por parte de los tejidos (citado por Viru, 2002). El tenis tiene unas exigencias y elementos exclusivos que no son iguales a otros deportes, ni siquiera a los que tienen algún tipo de relación, como serían los deportes de equipo o los de raqueta:
■Exigencias metabólicas-bioenergéticas: la tasa de trifosfato de adenosina (ATP) y fosfocreatina será un factor relevante a la hora de poder realizar acciones explosivas. Para mantener esta exigencia, se deberá tener un elevado nivel y llevar a cabo una resíntesis eficaz a través del glucógeno muscular y en parte de las grasas, especialmente durante las pausas (Ferrauti y cols., 1997). Se pueden producir picos puntuales de ácido láctico durante el juego, dependiendo mucho de su intensidad (Méndez-Villanueva y cols., 2007), lo que conllevaría una elevación de la acidez muscular. La reducción del pH en la célula muscular dificultaría la contracción muscular, por lo que se reduciría la producción de fuerza y velocidad, al mismo tiempo que una pérdida de coordinación motora.
■Exigencias biomecánicas internas: aplicación de fuerza, ángulos de trabajo, tipos de aplicación de fuerzas, manteniendo la estructura interna del movimiento.
■Exigencias biomecánicas externas: movimiento real del juego del tenis, golpes, desplazamientos, manteniendo la estructura externa idéntica.
■Exigencias tipo activación del sistema neuromuscular: ciclo estiramiento-acortamiento, acciones excéntricas, activación de fibras rápidas, sincronización; trabajo de los músculos determinantes y de la forma demandada en el tenis. Una característica clave en la especificidad del rendimiento es la capacidad de explosividad en las acciones, pero no solo en las concéntricas o de ciclo estiramiento-acortamiento, sino en las excéntricas. En ocasiones, se presta atención a las tensiones excéntricas, pero en regímenes de trabajo poco significativos para el rendimiento en el tenis.
■Los procesos cognitivos, la atención, la percepción del propio estado emocional, del feedback recibido por los procesos durante el juego, la autoevaluación de las propias posibilidades, se producen de forma relacionada con el propio juego (Zhelyazkov, 2001). Estos factores psicológicos se desarrollan con unas dinámicas específicas del tenis.
A la hora de escoger los ejercicios con mayor o menor especificidad, no se debería olvidar el tipo de tensión que se produce durante el juego. Así, las acciones deberán ser predominantemente heterotónicas, con combinaciones de concéntricas y excéntricas y una abundante incidencia en el ciclo de estiramiento-acortamiento. Las acciones excéntricas tienen una gran importancia y unas características mecánicas y nerviosas diferenciales respecto a las isométricas y concéntricas (Gandevia, 1998; Gardiner, 2001), por lo que deberán tener su momento de trabajo, o bien de forma aislada o en situación de frenada y posterior acortamiento dentro de una acción de juego, el llamado ciclo estiramiento-acortamiento. Las tensiones isométricas no tienen mayor relevancia en el tenis, salvo en situaciones de fijación de la postura por parte del tronco, y más concretamente de los músculos paravertebrales, cuadrado lumbar y abdominales.
La estructura biomecánica de los gestos y la disposición espacial de las estructuras óseas y articulares determinarán también una mayor o menor especificidad. Esta estructura biomecánica se manifestará durante el juego, junto con los procesos coordinativos, a través de la técnica, que será un factor fundamental en la velocidad. Junto a las características del movimiento en su forma, estará como elemento fundamental la relación fuerza-velocidad. En la curva fuerza-velocidad estará una de las claves principales para acercarnos a la especificidad y optimización del rendimiento a través del entrenamiento de la fuerza, la técnica, etc. Según esté en una u otra zona, más hacia la velocidad o hacia la fuerza, se estará estimulando más una u otra, pero también la fuerza ante cargas más o menos pesadas, y nos acercaremos en mayor o menor grado a la especificidad del deporte.
Gradualidad-progresividad-heterocronía
Podríamos diferenciarlos como tres principios pero por su gran relación prefiero exponerlos como un solo. Se trataría, por un lado, del carácter heterocrónico de la respuesta al entrenamiento por parte de los sistemas funcionales, siendo a ritmos diferentes según el elemento objeto a trabajar, pero también según el estado de forma del deportista, el entrenamiento previo o simultáneo, o situaciones hormonales en las jugadoras, por lo que el preparador debe hacer un racional uso de los diversos sistemas y cargas, así como de la combinación de objetivos y métodos en lo que llamaríamos programación y planificación sistemática y flexible del entrenamiento.
Tampoco se debe olvidar que para lograr adaptaciones se tendrá que conseguir una propuesta que estimule el organismo, por lo que a la hora de programar las cargas de orientación para mejorar la fuerza, la flexibilidad, la resistencia, la técnica y la táctica, se debe tener en cuenta que tengan un carácter progresivo más o menos marcado dentro de esta racionalidad y planificación de la preparación del tenista. Si pretendemos desarrollar toda la potencialidad del jugador deberemos incrementar los estímulos. Para desarrollar todo el potencial de fuerza y su manifestación específica en la velocidad durante el juego, se deberán aplicar intensidades cada vez mayores. Sin embargo, esta progresividad no significa un escalonamiento constante, debiendo darse una gradualidad que se adapte a las dinámicas complejas de trabajo, de forma que no se trate tanto de ir añadiendo cargas como de ir graduando las intensidades y las diversas propuestas.
Este principio se refleja de la siguiente forma:
■Aumento gradual del número de sesiones por microciclo.
■Tendencia a incrementar el volumen e intensidad.
■Evolución hacia una predominancia de ejercicios con mayor especificidad.
■Añadir ejercicios más intensos y de mayor impacto.
■Mayor brusquedad en la elevación de la intensidad y en menor medida volumen.
■Mayor complejidad en los sistemas.
■Mayor complejidad de los ejercicios.
Globalidad-complejidad
El carácter global y complejo del deporte es algo que resulta claro, más aún en especialidades como el tenis, con una complejidad propia que se une al carácter hipercomplejo del ser humano. Esta globalidad en el entrenamiento debe ser tanto de visión del tenis a la hora de estudiar y evaluar alguna situación, como del enfoque de la preparación. La visión y el enfoque de trabajo deben estar en sintonía para alcanzar la preparación más óptima. Esta globalidad se refleja en los movimientos que tendrán que respetar, en su mayoría, la acción de las cadenas musculares, y no buscar las acciones analíticas que provoquen el efecto sobre un músculo o gesto aislado. La prioridad será mejorar la capacidad de ejecutar acciones de juego, y para ello se debe potenciar la capacidad de ejercer fuerza rápida en movimientos, aprovechando las sinergias y facilitando las eficaces combinaciones motrices. Ahí es donde aparece el concepto de complejidad que se deberá ver reflejado en la relación entre estos movimientos globales motores de fuerza y velocidad con otras cualidades, como la flexibilidad dinámica y la elasticidad, pero también con la coordinación, técnica y táctica, o los procesos cognitivos.
Tabla 3–5Argumentos contra el enfoque específico y global en el tenis
■Posibles sobrecargas■Posible menor control de la carga■Posible interés en realizar una variación de tipos de trabajo |
Ahora bien, no debemos olvidar que habrá que ajustar las cargas a la intensidad adecuada para las adaptaciones pretendidas; así, cuando queramos llevar a cabo un trabajo regenerativo, la intensidad deberá ser media o baja, pudiendo resultar interesante un trabajo más general. Si buscamos producir una hiperemia importante para regenerar o mejorar la vascularización, se deberá evitar intensidades de máxima potencia, si bien seguirán siendo interesantes los ejercicios específicos que supongan la irrigación de las zonas más solicitadas durante un partido.
En otros casos, como cuando se quiere proporcionar cargas de fuerza con el fin de desarrollar una hipertrofia muscular o fuerza máxima, los ejercicios no podrán ser del todo específicos, pero en todo momento debe haber una combinación de medios y que los ejercicios generales tengan una orientación hacia el tenis, resultando un estímulo por su acción sobre movimientos globales orientados, relación de carga y velocidad adecuada y, en correspondencia con otros factores, para poder proporcionar adaptaciones significativas para el rendimiento final (tabla 3-5).
Habitualmente, se considera que la velocidad, así como los procesos neuromotores, coordinación y técnica, deben entrenarse en ausencia de fatiga; sin embargo, cuando el objetivo es la estabilización de las habilidades motoras, así como las acciones técnico-tácticas y la elevación del rendimiento en situación de fatiga, se deberá entrenar junto al resto de cualidades. También parece relevante el orden de presentación de los diversos objetivos que se planteen, por ejemplo colocando los trabajos de fuerza y velocidad antes de la resistencia. Sin embargo, la presentación de estímulos diferentes de forma aislada o compleja provocarán, en todo momento, un efecto acumulativo que puede ser potenciador o, por el contrario, actuar de forma negativa sobre el rendimiento (Verkhoshansky, 2002), por lo que deben predominar las cargas concentradas o que creen sinergias positivas.
Tabla 3–6Posible distribución de los objetivos principales en una sesión
Grupo AEjemplos de posible ordenación para objetivos de tipo predominantemente neuromuscular■Fuerza explosiva máxima → Fuerza explosiva media-potencia*■Fuerza explosiva máxima → Aceleración*■Fuerza explosiva máxima → Potencia → Aceleración*■Fuerza explosiva máxima → Potencia → Manifestación específica velocidad*■Potencia → Aceleración*■Potencia → Desaceleración*■Potencia → Manifestación específica velocidad*■Manifestación específica velocidad → Potencia■Manifestación específica velocidad → Fuerza explosiva máxima■Manifestación específica velocidad → Potencia■Potencia → Fuerza explosiva máxima |
Grupo BEjemplos de posible ordenación para objetivos de tipo predominantemente metabólicoAláctico → Potencia lácticaAláctico → Potencia aeróbicaPotencia láctica → Potencia aeróbicaPotencia anaeróbica → Potencia aeróbica |
Relación habitual entre gruposA → b |
En la tabla 3-6 se pueden ver posibles distribuciones, reflejándose con un asterisco (*) las que podrían tener una mayor sinergia positiva. En el caso del grupo A, se pueden llevar a cabo de forma inmediata o en la misma sesión, lo que parece que potencia los efectos de ambos estímulos por separado. Respecto al grupo B, parece más adecuado separarlos en el tiempo o mejor en sesiones o, por el contrario, presentarlos de un forma compleja. La relación entre ambos grupos se realiza habitualmente situando delante los ejercicios del grupo A, por la mayor velocidad de ejecución y menor fatiga metabólica; sin embargo, en ocasiones sería interesante invertir este orden para lograr situaciones de fuerza en fatiga.
Figura 3-1 A) David Ferrer. B) Roger Federer. C) Pete Sampras. Las características del juego de cada jugador tendrán una relación con sus cualidades físicas y mentales, debiendo tenerse en cuenta a la hora de valorar las necesidades de cada uno y su preparación.
No obstante, no parece lo más recomendable como forma más frecuente de programación durante las sesiones, lo que se produce en repetidas ocasiones al realizar la parte llamada preparación física después de la parte denominada técnica, como si se trataran de sesiones con separaciones estancas, sin relación, y un parte técnica de 2-3 horas no supusiera una carga o esta fuera inocua. Con frecuencia, no se da importancia al impacto de este trabajo sobre el jugador en toda su globalidad, no conociéndose y, lo que es más grave, no haciendo ningún esfuerzo objetivo o subjetivo de valoración.
Para lograr el efecto sumatorio de las diversas cargas, tendrá una gran importancia la programación de cargas bien distribuidas y, en muchos casos, de tipo complejo o, al menos, con una visión global donde se respeten lo máximo posible las sinergias positivas sobre el jugador (figura 3-1). En todos los casos se pueden intercalar o suceder ejercicios de tipo coordinativo y técnico logrando, según sea el objetivo y la elección de los ejercicios, un efecto positivo, por ejemplo sobre los procesos neuromotores, la estabilización técnica en fatiga, los procesos de toma de decisión y la capacidad de sufrimiento.
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